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FRONDIZI, EL DESARROLLISMO Y EL GOLPE

El presidente Pedro Eugenio Aramburu convoca a elecciones (1958), con el peronismo proscripto,
las facciones que se enfrentan surgen de la fracción de la UCR. Estas corrientes: por un lado la
UCR del pueblo (UCRP), liderada por Ricardo Balbín, y opositora a todo vínculo con el
peronismo y la UCR Intransigente (UCRI), liderada por Arturo Frondizi, que buscaba una alianza
con el peronismo, y motivo por el cual esta última realizó un pacto secreto con el general Juan
Domingo Perón, quién se hallaba en el exilio. Este pacto consistía en que los seguidores de Perón
votaran a la fórmula de Frondizi y éste levantaría la proscripción del peronismo durante su
mandato. A pesar de las reacciones contra el Pacto, Frondizi, asume la presidencia.
El principal objetivo del gobierno de Frondizi era promover el desarrollo económico del país, que
significaba impulsar con celeridad la industrialización.
Para Frondizi, para poder terminar con la situación de dependencia y subdesarrollo en la que se
hallaba inmerso el país, era menester promover el desarrollo y/o creación de sectores básicos,
como la industria automotriz, combustibles, la siderúrgica, petroquímica y del papel, que
generarían un impulso vital a la economía. Para ello se promoverán todos los esfuerzos,
aumentando las inversiones, y el ritmo de acumulación del capital en esos sectores prioritarios.
Capitales tanto privados como públicos, nacionales y extranjeros. La política crediticia, cambiaria
y fiscal tenderá a estos fines. Para el desarrollismo, la política agraria tomaba otra característica;
gracias al desarrollo industrial, energético y de infraestructura, el sector agrario tendrá la
posibilidad de tecnificarse y gozar de una mejor provisión de insumos, energía e infraestructura
más barata, y así aumentar la productividad, la rentabilidad y la acumulación. La explotación
agropecuaria deberá ser considerada una empresa moderna más, como una fábrica. Se promoverá
el acceso a la moderna tecnología, aumentando así su eficiencia. Seguirá siendo un factor de la
mayor importancia pues es el principal proveedor de divisas para la economía nacional.
La segunda prioridad fue el acero: la fórmula «Petróleo más carne igual acero», utilizada por el
desarrollismo, propiciaba el ahorro de divisas mediante el autoabastecimiento de petróleo y la
producción de nuevas divisas a través de las exportaciones ganaderas. Para eso se nacionalizaron
las reservas de hidrocarburos y se determinó que YPF, fuera el encargado de la política petrolera
y se estimuló el ingreso de capitales extranjeros para activar la exploración y extracción en los
yacimientos y las empresas extranjeras, se llevarían sus ganancias en dinero pues el petróleo debía
entregarse a YPF. Esta política dio como resultado el autoabastecimiento.
El subdesarrollo degradaba las fuerzas productivas del país y perjudicaba a todas las clases y
sectores del país. El desarrollismo se oponía, por lo tanto, al concepto marxista de la lucha
de clases, que es por definición internacionalista, y le contraponía la idea de la alianza de clases y
sectores:
Frondizi manifestaba lo siguiente “En nuestros países subdesarrollados, la transformación
revolucionaria del atraso y la dependencia pasa por la afirmación espiritual y material de la
condición nacional, y es una meta en la que converge el interés no ya de un grupo social
determinado, sino del conjunto de las clases y sectores de la comunidad.” Para Frondizi, los
objetivos para lograr sus propósitos eran:

-La rápida equiparación del nivel de vida con el de los países desarrollados
-La democratización del acceso a la cultura y el bienestar
-El desenvolvimiento armónico de todas las regiones del país
-El enriquecimiento de los principios culturales y espirituales de la nación
-Una política exterior que sea reflejo e instrumento de estos objetivos

Relaciones con la clase obrera y la CGT

Desde que en 1961 Frondizi devolvió a los sindicatos el control de la CGT, se empezó a gestar en
el interior del sindicalismo peronista la corriente “vandorista” (por Augusto Timoteo Vandor, líder
del poderoso gremio metalúrgico) que estaba dispuesta a independizarse progresivamente de las
indicaciones que Perón impartía en el exilio. Eventualmente, consideraban construir el embrión de
un proyecto político-gremial capacitado para negociar directamente con otros factores de poder
(es decir, sin la mediación de Perón).
En estos años de proscripción y declinación general del nivel de vida de la clase obrera nació la
izquierda peronista, es decir, aquellos peronistas cuyas metas eran el socialismo y la soberanía
popular. Esta se dio no por acercamiento de la izquierda tradicional, que seguía siendo hostil al
peronismo, sino a través de la radicalización de los activistas peronistas y la peronización de
jóvenes que se habían orientado primero hacia la derecha y el nacionalismo católico. En
recompensa por el apoyo electoral recibido, Frondizi se acercó a los peronistas (otorgándoles una
amnistía general, una nueva Ley de Asociaciones Profesionales) pero las inversiones extranjeras,
consideradas la clave del desarrollo frondicista, les olían a entrega al imperialismo yanqui. Los
contratos con ocho compañías petroleras extranjeras y la privatización del frigorífico Lisandro de
la Torre desbordaron la ira de los peronistas nacionalistas, que se sentían traicionados. A su vez,
se levantaron las protestas de la burguesía nacional, que necesitaba el petróleo barato, y que temía
que si la Argentina no se aliaba a EEUU contra Castro, sufriría la misma política de agresión que
Cuba.
Ante la creciente oposición de la clase obrera, con una recurrente recesión, y con muy poco espacio
para maniobrar, Frondizi se encontró entre la espada y la pared: cedió a todos los planteos militares
(inquietos por la movilización del peronismo) y declaró primero el Estado de Sitio y luego el plan
de represión CONINTES (Conmoción Interna del Estado) para desmovilizar a la clase obrera,
donde se otorgaba a las Fuerzas Armadas la posibilidad de actuar contra todo tipo de disturbios,
incluyendo los conflictos con los trabajadores.

El golpe de Estado

El presidente Arturo Frondizi fue derrocado por los militares el 29 de marzo de 1962, once días
después de las elecciones nacionales, ocasión en la que los candidatos del peronismo ganaron en
diez de las catorce provincias, entre las que se incluía, en primer lugar, Buenos Aires, donde la
fórmula encabezada por el dirigente textil, Andrés Framini, había puesto los pelos de punta a jefes
militares que se suponían custodios permanentes de los valores de la Revolución Libertadora.
La junta militar estaba integrada entonces por el general Raúl Alejandro Poggi, el almirante
Agustín Ricardo Penas y el brigadier Cayo Antonio Alsina. Los militares exigieron horas antes
que el presidente renuncie, reclamo que Frondizi rechazó con su célebre frase: “No renunciaré, no
me suicidaré ni me iré del país”. Ese mismo 29 de marzo, a las siete y media de la mañana el
presidente “custodiado” por el jefe de la Casa Militar fue trasladado en condición de detenido a la
Isla Martín García.
El 30 de marzo amaneció tranquilo. El general Poggi marchó ufano a la Casa Rosada para asumir
el poder que, según él, le correspondía por derecho propio. Fue allí donde se enteró para su
asombro que a la misma hora y en el salón de la Corte Suprema, institución presidida por Julio
Oyhanarte, el senador de la UCRI y presidente de la Cámara de Senadores, José María Guido, era
consagrado presidente de la Nación.
Julio Oyhanarte explicó luego que se limitó a actuar conforme a derecho. Si Frondizi había dejado
el poder por la fuerza, correspondía aplicar la Ley 252, la norma que reglamenta la condición de
acefalía. En esas circunstancias, “resultaba evidente” que la presidencia de la Nación le
correspondía a José María Guido quien encabezaba la línea sucesoria luego de la renuncia del
vicepresidente Alejando Gómez.
Fuente: Jimdo.com

El gobierno provisorio de guido, la pseudodemocracia


El gobierno de José María Guido no tenía realmente el poder, sino que éste estaba en manos de
los militares, que le iban señalando qué debía hacer. Pero los militares se dividieron en dos
sectores: azules y colorados. Los colorados o “gorilas” dominaron al principio el gobierno de
Guido. Luego les tocó el turno a los azules o pseudolegalistas, que creían en la progresiva
integración del peronismo a la vida política del país. Las luchas entre estos sectores (tratadas más
adelante) tuvieron como consecuencia la inestabilidad del gabinete presidencial: durante el breve
gobierno de Guido juraron en total cincuenta ministros y secretarios de Estado.
El presidente Guido declaró estar “identificado plenamente con los ideales de la Revolución
Libertadora” y dispuso el receso del Congreso y la caducidad de las autoridades de los partidos
políticos. Volvió a poner en vigencia el Decreto 4161 de Aramburu, por el que se proscribía
cualquier símbolo peronista o la simple mención del nombre de su líder. Anuló los comicios de
1962 y envió quince interventores. El peronista Andrés Framini (gobernador electo por la
provincia de Buenos Aires) mostró legalmente su rechazo a esta situación, por medio de un acta
donde declaraba que se le impedía hacerse cargo del puesto ganado en las elecciones.
Para eliminar la influencia del voto peronista, estableció que para las próximas elecciones se
pondría en funcionamiento el sistema de representación proporcional.
Éste permite que mayor cantidad de partidos obtengan bancas en el Congreso; pensaban que, al
tener los partidos más chicos posibilidad de acceder a diputaciones, se atomizaría el electorado y
se le restarían posibilidades o fuerzas al peronismo. De todos modos, éste estaba inhibido de actuar
por el Decreto 4161 y por el nuevo Estatuto de los Partidos Políticos, que lo catalogaba como
“totalitario”.

Azules y colorados
Los enfrentamientos entre los grupos militares azules y colorados se fueron haciendo cada vez más
duros, hasta llegar al choque directo. Los azules (entre quienes estaba El general Juan Carlos
Onganía, jefe de Campo de Mayo) estaban preocupados por la indisciplina del Ejército, debido a
las divergencias políticas que había en su seno. Lo apoyaban la Aeronáutica y, dentro del Ejército,
la Caballería. Los colorados (“gorilas” y golpistas) no querían la salida electoral porque
desconfiaban de la capacidad de los partidos “democráticos” para vencer al peronismo, y caían en
el contrasentido de instalar una dictadura para defender la “democracia”. Estaban en esta línea la
Marina, y los cuerpos de Infantería y Artillería del Ejército. Controlaban al presidente Guido, por
lo que pidieron el relevo de dos generales azules. Onganía y los azules rechazaron estas órdenes:
sus tanques salieron de Campo de Mayo hacia Capital Federal, y tomaron dos radios. También los
colorados ocuparon parques y plazas. Se produjeron combates en el cruce de Etcheverry y en la
misma ciudad de Buenos Aires, en Parque Chacabuco, Parque Avellaneda y en la plaza de
Constitución. Triunfaron los azules y elevaron a la opinión pública su famoso Comunicado Nº 150
(redactado por el periodista Mariano Grondona para el azul Onganía) donde se establecía que las
Fuerzas Armadas no debían gobernar directamente, sino que su papel era garantizar el
cumplimiento de nuestra Constitución. Juan Carlos Onganía fue designado, entonces, Comandante
en Jefe del Ejército. Se relevaron numerosos oficiales colorados y se procedió a la detención del
principal responsable colorado, general Federico Toranzo Montero. La cercanía de las elecciones
hizo que en el nuevo enfrentamiento entre azules y colorados (que nuevamente finalizó con la
victoria azul), en su Comunicado Nº 200, los azules ratificaran los términos del Comunicado 150,
pero sosteniendo la proscripción del peronismo. Dentro de esta línea, apoyaron la política
intervencionista de Estados Unidos contra Cuba, y se aprobó en la OEA la moción argentina de
coordinar las fuerzas armadas de toda América en el bloqueo de Cuba.
Fuente: Manual de Historia Maipue.

Actividad:

1) Responder:
a) ¿Cuáles fueron los objetivos del desarrollismo? ¿Cómo lo llevó a cabo?
b) ¿En qué consistió el Pacto Perón-Frondizi? ¿Cuáles fueron las reacciones frente al mismo?
c) ¿Qué trataba el Plan CONINTES?
2) Realizar un cuadro explicando la política en el orden agrario, industrial y petrolero del
desarrollismo.
3) Observa las siguientes caricaturas y da a conocer tu opinión personal. ¿A qué hace referencia?
Mafalda por Quino, 1967. Fuente: Manual de Historia Maipue

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