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Gobierno de la Provincia de Buenos Aires

Ministerio de Salud
Escuela de Gobierno en Salud Floreal Ferrara
Diplomatura Políticas Públicas en Salud Mental
-2º Edición Actual - Año 2022

Trabajo Final Integrador

“Repensando las infancias y las juventudes desde la


perspectiva de salud integral: el desafío de la
integralidad en instituciones monovalentes de salud”

Lic. Yanina Rienzi - Trabajadora Social


Hospital de Quemados C.A.B.A
INTRODUCCIÓN

El presente trabajo propone desde mi experiencia laboral como trabajadora social


inserta en el Hospital de Quemados de CABA desde junio de 2022 hasta la
actualidad, más específicamente en el área de pediatría, tanto durante la internación
como en el seguimiento posterior por consultorios externos luego del alta. El
objetivo de esta institución es brindar asistencia a personas de todas las edades que
han sufrido episodios de quemaduras de diversos tipos. Cuenta con atención de
emergencias las 24 horas los 365 días del año, además de salas de internación y
atención ambulatoria.
En este sentido, la delimitación del tema es la ausencia de perspectiva de salud
integral en las intervenciones con niñes y adolescentes que reciben atención en el
Hospital de Quemados de CABA durante el periodo junio 2022 a febrero 2023.
Durante este lapso se prioriza la atención del cuerpo físico, más específicamente de
la quemadura y su evolución, desestimando otros aspectos y derechos de les niñes
y adolescentes como son la salud mental de les mismes o de les referentes
afectives que les acompañan. Por otro lado, se ignoran cuestiones relativas a los
padecimientos de salud mental previos o emergentes durante la internación.
Si bien existe un sector de profesionales denominado “salud mental” este está
formado por psicologues y psiquiatras, brindando en pediatría atención únicamente
une psicologue que no llega a cubrir la demanda de las internaciones. En caso de
ser necesario, tanto salud mental como trabajo social articulan e intercambian
puntos de vista respecto de las situaciones complejas que se presentan pero esta
es una práctica poco habitual en relación al mayor caudal de atención donde se
realizan intervenciones fraccionadas por especialidad.
Durante este periodo de tiempo, breve en relación a otras experiencias en el campo
de la salud pública, he podido apreciar que la integralidad aún es un pendiente,
cuanto mucho un discurso, cuanto menos ignorado o menospreciado por el modelo
médico hegemónico vigente. Es por eso que considero un problema de intervención
la falta de abordajes integrales de las situaciones complejas de niñes y
adolescentes que atraviesan una internación por episodio de quemaduras,
ignorando lo dispuesto por las leyes 26.061 de protección integral de derechos de
los niños, niñas y adolescentes y la 26.657 de salud mental, ambas nacionales.
Por ello, el objetivo de este trabajo integrador es repensar las infancias y las
juventudes desde la perspectiva de salud integral, siendo un desafío de la
integralidad en esta institución monovalente de salud. Me pregunto cómo es posible
incorporar en las prácticas e intervenciones cotidianas de los equipos de salud la
integralidad como eje transversal en la atención y tratamiento de las personas que
asisten en un contexto donde se ha perpetuado una mirada biologicista y ahistórica
de las personas en todos los rangos etarios.

DESARROLLO

Algunas características de las internaciones pediátricas en el hospital de


quemados
Para comenzar, quisiera advertir que me centraré en mi experiencia como
trabajadora social inserta en el sector de pediatría. Allí, durante las internaciones es
el momento donde puede percibir más marcadamente las dificultades de los equipos
y profesionales de la salud intervinientes en el hospital respecto de la ley de salud
mental y del sistema de protección de derechos de niños, niñas y adolescentes.
Esto se debe a que los tratamientos por episodios requieren internaciones
prolongadas. En su mayoría las internaciones en el sector de pediatría rondan entre
el mes y los cinco años de les niñes, siendo más frecuentes el grupo etario menor a
dos años. En todos los casos las internaciones se realizan de manera conjunta con
la madre o adulte de referencia.
Otra características de las internaciones es que generalmente son realizadas de
manera abrupta luego de las primeras horas de producido el episodio de
quemaduras, sin planificación ni organización previa del grupo familiar conviviente
Además, las intervenciones se realizan sin tener en cuenta el proceso de salud,
enfermedad, atención y cuidado de les niñez y sus familias, así como tampoco el
contexto socio ambiental del que provienen. Estos datos del proceso de salud
enfermedad atención cuidado (Menéndez, 2003) son tomados en cuenta cuando se
considera necesario ya sea por dificultades que obstaculizan en la internación o la
adherencia al tratamiento que se propone.
Sucede frecuentemente que, numerosas intervenciones requieren que les niñes
sean protegides frente a situaciones de descuidos, negligencias o violencias previas
a la internación o incluso mientras transcurre la misma. En estas situaciones, desde
el servicio social del hospital, se hace énfasis en el acceso a derechos y en la
internación como oportunidad para mejorar la calidad de vida de estas personas.
También se tiene presente la posibilidad de convocar a organismos de protección de
derechos de niñes y adolescentes en caso de considerarlo necesario.
Sin embargo, estas intervenciones que requieren del trabajo interdisciplinario de los
equipos de salud revisten ciertas complejidades ya que, nos encontramos en un
momento histórico en el que conviven en las instituciones así como en la sociedad
en su conjunto, dos paradigmas de infancia: el “paradigma tutelar” y el “paradigma
de desarrollo integral del niño niña y adolescente”, observable en prácticas
marginales, que transitan en los bordes de lo establecido. Transitamos un escenario
plagado de contradicciones que se reflejan en nuestras prácticas frente a las
situaciones complejas que atraviesan las personas. Como aspecto positivo, nuestro
país cuenta actualmente con un vasto conjunto de leyes que se sustentan en el
paradigma de Derechos Humanos que es necesario acompañar con acciones
concretas, en intervenciones cotidianas que hagan realidad la letra de la ley, que
legitimen su espíritu. Que en este caso, realicen diagnósticos interdisciplinarios e
integrales, que enmarquen las problemáticas como cuestiones colectivas. Asimismo,
la ausencia de perspectiva de salud integral en las intervenciones con niñes y
adolescentes internades por episodios de quemaduras refuerza el modelo tutelar
cada vez que se pone se cruza con las expectativas o modelos ideales de
maternidades y paternidades que sostiene y las posibilidades de estes sin tener en
cuenta el contexto socio económico en que estas se desempeñan.
La mayoría de las situaciones se enmarcan en viviendas precarias y familias
monoparentales con empleos informales. Estas situaciones además pueden estar
atravesadas por situaciones de violencia hacia las mujeres siendo estas las únicas
cuidadoras de les niñes y adolescentes, además de instituciones territoriales lábiles
que no cuentan con los recursos suficientes para contener las múltiples demandas
des las familias del barrio. Estas condiciones de vida suelen tener un impacto
negativo sobre el tratamiento posterior al alta hospitalaria.
Desde la perspectiva de géneros podría decirse que la presión y la responsabilidad
recae mayoritariamente sobre las mujeres y el estereotipo esperado basado en
maternidades idealizadas que no contemplan padecimientos de salud mental ni de
consumo problemático de sustancias, entre muchas otra. Cuando estas son
detectadas se apela a la responsabilidad parental y la priorización de las infancias
desacreditando estas cuestiones. En caso que sean les niñes quienes presenten
situaciones de salud mental, también se espera que sean las madres las que se
dediquen de manera exclusiva al cuidado y sostenimiento de los tratamientos,
ignorando la corresponsabilidad de les padres y otres referentes significativos de la
red socio afectiva.
Con frecuencia les profesionales de la salud se quejan de la “falta de adherencia” de
personas a los tratamientos. Un enfoque basado en los sujetos implica cambiar el
lado donde aplicamos el pegamento: que sean nuestras prácticas, nuestras
acciones, las que se peguen a los problemas de las comunidades y los sujetos con
los que trabajamos. Para ello primero debemos escuchar, y luego preocuparnos de
lograr cambios, más que de cumplir protocolos, llenar planillas y cumplir
indicaciones. Las preguntas de todos los días serán, ya no ¿qué nos corresponde?
Sino ¿qué podemos hacer para mejorar la calidad de vida? Cómo afirma Ferrandini
(2011) la herramienta más importante en el abordaje de problemas complejos, es la
recreación de los vínculos entre nosotros. Redefinir los vínculos entre les
trabajadores de salud entre sí, entre elles y la comunidad, entre sus integrantes y
los que sufren; generar vínculos capaces de operar sobre los problemas, aumentar
la autonomía, y transmitir afecto. Vínculos que creen amor por la vida, que es
esencialmente un logro colectivo. Transformar nuestros vínculos nos constituye en
sujetos de cambio, capaces de estirar el límite de lo posible para construir salud.

Todes sujetes de (todos los) derechos


En mi paso por la institución he observado que las personas que no se adecuan de
la manera esperada a la dinámica de la institución son rápidamente identificadas por
su comportamiento cuestionador y querellante. En algunos casos esto puede
deberse a un conocimiento mayor de sus derechos como “pacientes” y en otros a
múltiples situaciones que generan padecimientos. En la mayoría de los casos se
hace foco en la desobediencia, la falta de colaboración o ignorancia de las personas
y en un número menor de situaciones en la posibilidad de solicitar una evolución de
la persona. Incluso cuando se pesquisa una situación de salud mental la única
intervención es “llamar al psicólogo” como si fuera una tarea específica de una
profesión y no incluyera a otras o al trabajo interdisciplinario. Allí la salud se percibe
fragmentada y se brindan respuestas similares.
En base a lo descripto anteriormente sobre la situación de internación pediátrica en
el Hospital de Quemados es que me parece importante destacar que, cuando
trabajamos con infancias y adolescencias también estamos abordando muchos
otros planos a la vez como el familiar, cultural, social y económico entre otres. Es
por eso que todes las personas con las que intervenimos son sujetes de derechos y
es necesario poder hacer una lectura más amplia que la demanda que da motivo a
la internación.
En este sentido, cuando hablamos de salud mental tenemos dos planos de
abordaje: el primero referente al sufrimiento ocasionado por el episodio de
quemadura y el segundo, situaciones previas que pueden estar padeciendo le niñe
o adolescente y/o el referente afectivo que lo acompaña en la internación. En un
tercer plano, podríamos mencionar otras personas significativas de la red socio
afectiva que estén atravesadas por padecimientos de salud mental que no se
encuentran internades, sea este padecer en relación al episodio de quemaduras o
no.
Según el artículo 3 de la ley nacional 26.657 (2010), “...se reconoce a la salud
mental como un proceso determinado por componentes históricos,
socio-económicos, culturales, biológicos y psicológicos, cuya preservación y
mejoramiento implica una dinámica de construcción social vinculada a la concreción
de los derechos humanos y sociales de toda persona.” Si bien, se debe partir de la
presunción de capacidad de todas las personas, en muchas oportunidades luego de
evaluaciones preliminares podemos determinar que existen padecimientos que
necesitan ser acompañados de manera temporal o permanente. En el artículo 4 la
misma ley especifica que “Las adicciones deben ser abordadas como parte
integrante de las políticas de salud mental.” Esta última situación es sumamente
importante en situaciones de internaciones prolongadas y disruptivas como las que
se desarrollan en este hospital.
Además, el artículo 5 de la misma ley expresa: “La existencia de diagnóstico en el
campo de la salud mental no autoriza en ningún caso a presumir riesgo de daño o
incapacidad, lo que sólo puede deducirse a partir de una evaluación
interdisciplinaria de cada situación particular en un momento determinado”. Este
punto presenta mayores obstáculos cuando quien acompaña la internación es un
adulte que padece sin un sistema de apoyos que lo acompañen como esta ley
prevé.
Otro aspecto interesante que dispone la misma ley es su artículo 6 donde dispone
que “Los servicios y efectores de salud públicos y privados, cualquiera sea la forma
jurídica que tengan, deben adecuarse a los principios establecidos en la presente
ley.” Este artículo es indispensable para que aún en instituciones monovalentes
cuenten con equipos de salud capacitados para garantizar el acceso a la salud
mental, es decir a la salud integral de las personas que asiste. Considero que en
esta institución aún se desacata esta disposición por las razones antes
mencionadas de su dinámica y posicionamiento.
Un aspecto que comparten la ley 26.657 y la 26.061(2005) es que tanto los
diagnósticos de salud mental como las medidas de protección que se apliquen en
niñes y adolescentes no pueden ser justificadas en la falta de recursos económicos
de les progenitores presenten circunstancial o permanente sino que deben brindarse
articularse las acciones necesarias para garantizar el acceso correspondiente. Es
decir, ante las numerosas situaciones de vulnerabilidad económica que presentan
los grupos familiares y los múltiples padecimientos (circunstanciales o permanentes)
que presentan les referentes afectives es necesario conocer las leyes, aplicarlas y
favorecer el acceso a los derechos vulnerados en cada caso.
Entonces es tareas de todes les profesionales de la salud, sea cual fuera su
especialidad, conocer las leyes que atañen a la población destinataria a la que
asiste, siendo sus incumbencias favorecer la salud integral, no solo biomédica, de
todes les atendides. El desconocimiento de estas legislaciones así como de otras
que no se mencionan en este trabajo es una falta grave que perjudica aún más la
calidad de vida de las personas que legan a las instituciones de salud
monovalentes. Es urgente propiciar desde las formaciones profesionales y las
prácticas cotidianas una mirada amplia, integral e inclusiva que exprese el
compromiso de los equipos de salud a entender a las personas siempre como
sujetes de derechos.

REFLEXION FINAL

A partir de lo expuesto retomo aquí los nudos críticos de este trabajo entendiendo
que el conocimiento de los marcos normativos vigentes son parte fundamental de la
tareas cotidiana de les profesionales que brindan su servicio en instituciones de
salud tanto públicas como privadas. El acceso y la garantía de derechos es parte del
adecuado desempeño profesional.
Por tratarse el Hospital de Quemados de una institución pública monovalente recibe
a personas de todas las edades, con procesos de salud enfermedad, atención y
cuidado previos que deben ser visibilizados y tomados en cuenta a la hora de
abordar este nuevo episodio, en este caso de quemaduras. Entiendo que, este
último puede provocar en sí mismo padecimientos de salud mental en les niñes y/o
en las personas que les acompañan en la internación. Por lo tanto su abordaje
debería ser parte del tratamiento brindado en todas las situaciones, hecho que no
ocurre así en la práctica.
Como propuestas superadoras que aporten a reducir estas falencias, propongo
favorecer y potenciar instancias de intercambio y capacitación con los equipos de
salud en torno a la legislación nacional vigente tanto en el sistema de protección de
derechos de niñes y adolescentes como en cuestiones de salud mental. La
sensibilización de estas cuestiones en las intervenciones que fueran presentando es
una tarea cotidiana.
Además, incorporar en los espacios de ateneos semanales donde participa un
amplio números de profesionales de varias disciplinas, aspectos relacionados a la
perspectiva de derechos y a la aplicación, acceso y garantías de estos en la
atención, tanto en la situación particular que se aborda como en otras que pudieran
presentarse.
BIBLIOGRAFIA
- Ferrandini, D. (2011) Algunos Problemas Complejos de Salud.
- Ley Nacional Nº 26.061(2005) Protección integral de los derechos de niños, niñas
y adolescentes. Argentina.
- Ley Nacional Nº 26.657 (2010) Salud Mental. Argentina.
- Menéndez, E. (2003) Modelos de atención de los padecimientos: de exclusiones
teóricas y articulaciones prácticas. Ciência & Saúde Coletiva, 8 (1), 185-207.

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