Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
5
Las tropas de Eden Assaasin revividas y la armada de sombras se alzaba en el
horizonte de los edificios, los civiles gritaban de horror, Izuku apenas lograba
recomponerse en ese edificio rodeado de civiles.
"Error de la naturaleza."
"Fenómeno."
"Todo es tu culpa."
"Monstruo".
"Ya basta...". Gruñó, las líneas de colores del One For All se manifestaban en su
cuerpo. Ya ni siquiera eran recuerdos, era su consciencia intentando
machacarlo internamente.
"Todo es... su maldita culpa... ¿Por qué tuve que dejar que mi vida se volviera
ésta basura...?".
Una mano se posó en su mano, podía saber quién era por su tranquilo tono de
voz.
.
.
.
.
.
.
"También fuiste la que me causó todo esto". Ya no la miraba con ese cariño ni
calidez, solo un enorme resentimiento y hasta asco. "Tú solo querías un
reemplazo que pudieras usar y confiar tu maldita responsabilidad a pesar de
que aún enferma podías luchar". Él ya no estaba siendo racional en lo
absoluto. "Hazme un favor y desaparece de mi maldita mente ya".
"Es lo que siempre debió ser. Si no puedo ser un cazador o héroe para poder
vivir en paz simplemente haré pedazos a lo que me impida vivir como quiero".
"Izuku-nii..."
"Izuku..."
"A ti nunca te importó realmente lo que me sucediera, Inko, solo fuiste una
arrimada al igual que lo fuiste con mi madre. Solo eres una basura más".
"Oye...".
.
.
.
.
.
.
Ya no había cadenas que lo aten. Ya no había nada que lo detuviera. Todas sus
restricciones mentales fueron aniquiladas en un instante.
Predaking cayó del cielo junto a él, las cadenas aún lo retenían a él.
Alzó la mano, y las cadenas de Predaking temblaron por unos segundos antes
de reventarse, dejando libre al imponente dragón.
"No más restricciones. Haremos cenizas ésta puta ciudad de mierda".
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
"E-Espe-
El cráneo del hombre explotó por los aires. Ya basta de mierdas, ya basta de
culpas, ya basta de que la gente solo lo mire por lo que cree. ¿A quién le
importa? De todos modos ya estaba condenado.
Sus ojos brillaron, el resplandor rojo predominaba en la razgadura de dragón.
Había vuelto a esa faceta de la que Amagi lo había sacado. Ese estado mental
en el que no le importaba destruir a quien tuviera delante al mínimo
movimiento. Ya no era ese cazador honorable, solo era una bestia
desesperada por desgarrar a su enemigo.
.
.
.
.
.
.
"Ahí viene".
Cada vez que hablaba su ira más se mostraba. Los rayos empezaron a surgir.
"He vivido infierno tras infierno por las basuras que se hacen llamar mi familia
que solo sirven para decirme que todo va a salir bien sin dimensionar la
mierda por la que tengo que pasar. Y yo soy más idiota por no hacérselos
saber". Los rayos rojos envolvieron sus armas. "No estancia en Corea fue igual
de mierda en realidad, día a día iba al jodido hospital por una estúpida meta
que por idiota me había propuesto". Dio tres pasos, la sangre salpicó de su
cuerpo. "Estoy harto".
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Te invito a intentarlo.
.
.
.
"Desaparece".
"¡¿...?!"
"Majestad".
"Espera mi señal."
"Como ordene".
"¡¡No pudieron matarme en vida, menos podrán ahora que solo son
cadáveres!!". Gritó, una sonrisa desquiciada adornaba su cara, no podía parar
de reír al ver a tantos soldados perecer.
Ya no era Izuku.
Los gigantes y Kaijus lo atacaron en conjunto.
"¡Predaking!"
En esta ocasión lo que se formó fue un tornado enorme que cubrió a Izuku e
iluminó todo, generando un efecto similar al cielo morado de Cerberus.
Una pata reptiliana gigante piso fuerte el suelo, luego otra, después otra, una
cola se mostró, un largo cuello también, los cuernos surgieron, los dientes se
afilaron, los ojos brillaron, las inmensas alas también surgieron.
"⟨¡¡ROOOOOAAAAAAAA!!⟩"
Dejó salir un rugido poderoso, tanto que hizo temblar la tierra cercana, un
edificio cayó por la onda expansiva y la sobrecarga de energía que incluso
competía en luminiscencia contra el cielo de Cerberus.
⟨Hace 100 años uno solo habría acabado con la raza humana⟩
.
.
.
"⟨Para nada⟩".
Una carrera fue emprendida por ambos, los dragones y hechiceros atacaban
con fuego que a Predaking no le hacían no cosquillas e Izuku solo absorbía
toda la energía en su espada mientras iba cortando todo lo que se le atraviese
en medio.
Beru lo interceptó pero Izuku se lo quitó de encima tan fácil con su Blue Glow
que se preguntó porque no lo había usado antes, luego le lanzó varios
Shurikens envueltos de energía a la cara y el cuerpo que lo atravesaron hasta
el otro lado dejando agujeros enormes en su cuerpo.
Beru rucio, regresó con sus garras afiladas apuntando al cuello de Izuku, pero
un corte hizo que su brazo fuese destruido dejando manco al rey hormiga
quien no pudo defenderse cuando Izuku lo apuñaló en el pecho con su arma,
lentamente Beru empezó a ser desintegrado por la energía de este niño.
Luego se giró para ver a Eden Assaasin, y no dudó en arrasar con todos ellos
mientras sus ataques eran bloqueados por su espada que había estado
acumulando.
Uno tras otro los soldados iban cayendo como moscas mientras Cerberus solo
miraba.
"¡¡CERBERUUUUUUUUS!!"
...DRAGON...
...SLA-
"Igris".
*Suash*
"... *¡Pluaj!*..."
Cerberus solo lo vio de reojo con ese brillo azul en sus ojos.
"Gh..."
Predaking cayó al suelo siendo empalado por lanzas y garras gigantes de sus
enemigos de sombras, su forma física se empezó a desintegrar y no pudo
hacer nada cuando lo destruyeron a base de poder de fuego. El enorme
dragón se esfumó sin dejar rastros.
Los ojos rojos de Izuku regresaron a su estado verde normal mientras estaba
en el suelo.
Cerberus paso su mano por su mejilla cuando sintió líquido caliente bajar por
ahí, sonrió levemente viendo cómo sangraba por primera vez en años.
Izuku solo lo veía con ojos apagándose, ya no tenía fuerzas, ese golpe había
sido fatal para él.
"No importa que tan fuerte seas". Decía Cerberus sacudiendo su traje de
negocios. "Nadie puede pelear sin columna".
Los ojos de Izuku finalmente se apagaron, pero logró escuchar las últimas
palabras de Cerberus antes de perder la consciencia.
.
.
.
.
.
"Fuiste un fracaso...
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Los ojos esmeralda de Izuku se abrieron. Era de día. Estaba en una camilla de
hospital. No podía mover nada más que sus ojos. Estaba conectado a
intravenosas. Su cuerpo estaba vendado. Pero podía escuchar el sonido de las
máquinas de monitoreo cardíaco.
"Me gustan las manzanas, ¿sabes?". Escuchó esa maldita voz, era Cerberus.
"Lo dulce y crocante en un solo lugar. Prefiero las rojas precisamente por
tener esa mayor concentración de azúcar y no tanto cítrico como las verdes".
'¿Qué pasó...?' Izuku lo miraba con impotencia, no podía mover nada. Como si
quisiera darle una puñalada más, Cerberus le ofreció un pedazo de manzana.
"El titular es "Genji inicia un ataque terrorista contra Tokio matando a 273
civiles en el proceso. Sung Jin-Woo tuvo que interferir eliminando la
amenaza", ellos saben que si revelan que alguien más tiene el poder de Sung,
osea yo, solo cundiría el pánico en Corea y no tendrían confianza en su
protector más fuerte. Al final los cazadores son iguales a los héroes, siempre
harán todo para salvar sus pellejos". Decía como si fuese lo más normal del
mundo. "¿Y tú? Legalmente estás muerto. Además de asegurarme de que no
vuelvas a moverte en tu vida al arrancar tu columna y quemarla. Era el único
modo en el que me aseguraría de que te quedes sin ser una amenaza latente".
El hombre se estiró gruñendo con sueño soltando un bostezo. Eso fue lo único
que logró el ataque de Izuku; quitarle el sueño de esa noche. Y debía sentirse
orgulloso de tal resultado.
Izuku quiso gritar, pero no podía, no tenía aliento ni fuerzas para exclamar
nada.
Ahora su vida había acabado. No era más que un vegetal en una mesa. ¿Así
sería ahora? ¿Hasta acá llegó? No podía ni escuchar a Predaking... no había
nadie para ayudarlo.
.
.
¿O no?
.
.
"¿Hmm?" Izuku abría lentamente los ojos, noto rápidamente que estaba en
ese vagón... "¿Qué...?"
A su mente llegó todo lo que vivió en esa pelea con Cerberus. Casa parte sin
falta.
.
.
.
.
.
.
"¡Responde mi pregunta!".
"No podía... dejarte ir tras tener esa visión ésta mañana...". Decía a duras
penas el héroe. "Entiende por favor, no podemos perderte. Eres el cazador
más fuerte de Corea y el segundo hombre más fuerte de Japón solo detrás de
All Might".
Izuku estaba a nada de reventar el cráneo del héroe... sin embrago, a su mente
vino lo que hizo antes y soltó a Nighteye, dejándolo caer al suelo tomando aire
desesperadamente mientras gotas de sangre bajaban de su nariz al suelo.
"Solo cálmate, escucha a la razón por una vez en tu vida. ¿Quieres que todo lo
malo que le pase a la gente en esa visión por tu culpa, se cumpla? Aún estás a
tiempo de entrar en razón..."
"¿No fue lo mismo que le dijeron a Lady Nagant para ponerle una correa y
obligarla a hacer lo que quisieran?".
"Jódete, Night-
El héroe paso sus piernas junto a las rodillas de Izuku derribando al chico con
demasiada facilidad para la diferencia de nivel entre ambos.
Izuku se quedó viendo al techo, se levantó, se dio cuenta de que sus piernas
temblaban. Está sensación, este sentimiento, está punzada... ¿Estaba
asustado?
"..."
Izuku no dijo nada. Tomó sus cosas y se retiró del tren. Nighteye solo pudo
suspirar mientras también salía tranquilamente.
El héroe camino por lo que debieron ser cuarenta minutos hasta que llegó a
un callejón oscuro.
"Está hecho". Dijo a la oscuridad. "Logré desviar el destino. ¿Eso fue todo?".
"Si, bien hecho". Dijo una voz, un hombre bajó del techo de un salto. Tenía un
traje de niña completamente negro. Su voz era profunda y ronca, parecía
exhaustivamente cansado, sus ojos bajo la máscara reflejaba un brillo azul
profundo. "Con eso debería bastar".
Tácit Ronin, uno de los villanos del bajo mundo más temibles y uno de los
enemigos del gremio Ahjin finalmente había hecho acto de presencia en
Japón.
El villano asintió.
Nighteye cerró sus ojos, recordó las razones por las que había hecho todo.
"Así es. Está es la ocasión número 268 que estamos en esta situación. Pero
esta ocasión es la más prometedora de las miles anteriores. Lo que sucederá
no será en vano, eso te lo aseguro".
Pero estaba satisfecho, él conocía muy bien por qué hacía lo que hacía.
.
.
Ante él estaba sentada una chica de pelo plateado como el metal más
brillante, vestida con armadura que asemeja a unas escalas de dragón y de su
frente salían dos largos cuernos azules y sobre su pecho que era cubierto por
un escote había un tatuaje rojo con la forma de una estrella, además de una
larga cola de segmentos azules con punta de tridente.
.
.
.
.
.
.
"‹¡¡Debiste ver cómo le corté la cabeza!!›" oyeron a una mujer más joven
exclamar.
Así como aquella mujer se convirtió en su arco, sus espadas igual estaban
vivas... y también tenían formas humanas.
"‹¡¡Jefe!!›".
"¡¿...?!"
.
.
.
.
.
.
Decidió no pensar más en eso, tal era su cansancio mental y estrés que no se
dió cuenta del tenue brillo verde que Lostvayne emanó por un segundo, casi
como un suspiro de frustración.
.
.
Yui Kodai fue sacada de su sueño cuando un rayo de sol le pegó en la cara, al
abrir bien los ojos pudo ver qué seguía en el auto de Izuku y él estaba a su lado
en el otro asiento, con la cabeza recostada sobre el asiento con una expresión
demacrada.
Izuku abrió los ojos, sufrió para que sus labios formen una pequeña sonrisa,
no iba a desquitarse con quién no tenía la culpa de nada de lo que le pasó. Era
inocente en ese sentido al igual que las personas cuyas vidas pudo haber
matado de haber ido con Cerberus.
"Si... vamos".
Izuku encendió el motor del auto y pronto los dos dejaron aquel mirador de la
montaña.
Horas después Yui fue dejada en su residencia, la cual parecía tener todos los
estereotipos japoneses que a algún racista se le pudo ocurrir.
.
.
Este debe ser el capítulo más potencialmente polémico que he hecho... Dios
santo.
Tuve que volver a dividirlo en dos partes por el número límite de imágenes.
Chao Chao :3