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Ubicado en Martiniano Leguizamón 2996, esta institución se inauguró hace tres años. Un
proyecto de una escuela popular que tiene como objetivo empoderar de derechos e
información a las mujeres y diversidades. En ella se dictan cursos de formación, cursos de
capacitación laboral y se desarrollan actividades que tienen que ver con la temática de las
violencias para poder ser este espacio un sitio que visibilice, pueda prevenirlas, y genere un
vínculo entre las y los vecinos en conjunto con las organizaciones sociales del barrio.
Desde el 2022, ya con la vuelta a la presencialidad y los cuidados con los protocolos de
bioseguridad, se retomaron talleres de capacitación. Presentaron un proyecto en el Ministerio
de la Mujer y Diversidades donde recibieron maquinas y herramientas para realizar un curso
vinculado al ámbito textil en marco de una formación práctica sobre los usos de estas
herramientas y otra parte de formación teórica relacionado al feminismo, los derechos
laborales, cooperativismo y la Ley de Talles. El año pasado se hizo entrega de los certificados
de las primeras egresadas de la escuela.
En esta línea, la directora de la escuela, Melina Manzo, manifestó que “Este un espacio de
formación, encuentro comunitario y que sea una herramienta, un puente, para que estos casos
se puedan visibilizar y prevenir (casos de violencia de género) que hay en nuestros ámbitos,
laborales, familiares y en nuestras comunidades”.
¿Quién fue Gloria Elena Dominguez Stang? Era una vecina y militante social (18 años) quien
fue detenida y desaparecida el 15 de septiembre de 1976 junto a su esposo Julio Gordiño en
Villa Lugano por los militares en la última dictadura cívico militar en Argentina. En homenaje
a su lucha y su sueño de ser maestra, porque ya acompañaba en actividades escolares en la
villa 31 con el padre Carlos Múgica, los integrantes del espacio le pusieron su nombre.
Para Yanina Guayo, co – coordinadora de la escuela y militante de la organización, explicó que
antes tenían una consejería popular adentro del barrio. Ahí empezaron a recibir muchos casos
de violencia de género que acompañaron hasta donde podían. Ante esa demanda que crecía
decidieron formar una escuela, no solo que brinde capacitación y formación, sino que
empodere a las mujeres. “Esto es importante para que nuestras vecinas se apropien de estas
herramientas y a su vez se puedan capacitar”, dijo.