Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Jerusalem 5771
Introducción
“Siempre solía motivar y solicitaba en muchas ocasiones – y en especial a los estudiantes de su sagrada
Yeshiva – que estudiaran este santo libro, y también el mismo solía estudiarlo”.
su hijo, nuestro Rabino el Rav Tzvi Yehuda HaCohen Kook z”l“Este libro de pequeño tamaño pero de
gran calidad le era de muchísima estima a su escritor, e incluso solía estudiarlo el mismo en los días de
Elul inmediatamente después del rezo matutino.”
“He trabajado mucho en todo este Orot Hatshuba, quien lo observe con el debido detenimiento, hallara
luz en cada una de sus palabras” – así le comento a uno de sus alumnos. Y en la salida de un Yom Kipur
en el año 5694 escuche de sus labios puros decir: “el Orot Hatshuba debemos estudiar sin límite”.
su alumno, el Rav Moshe Tzvi Neria z”lPresentamos el comentario “un poco de luz” de la obra “Luces de
arrepentimiento” que gracias a D-os y en su grande bondad me ha permitido escribir. Al parecer no ha
quedado ningún campo en la Tora que el Rav Kook de bendita memoria no halla iluminado con un
novedoso y original destello. Gracias a su sagrado espíritu, nos ha entregado el Rav Kook las llaves de la
redención de nuestra vida personal y colectiva. Una de estas llaves centrales es sin lugar a dudas la llave
del arrepentimiento. En el presente comentario he tratado de proporcionarle al lector las herramientas
necesarias que le permitan disfrutar del especial sabor del arrepentimiento a la generación de “los días
del Mesías”. Debo admitir que no he llegado a la comprensión total de ninguno de los fragmentos del
Rav Kook, ni tampoco he podido alcanzar el trasfondo completo de su opinión. El objetivo del
comentario es traducir a un sencillo lenguaje las ideas que humildemente he logrado comprender de la
obra “luces de arrepentimiento”, dada a la urgente necesidad de escuchar inmensos temas, los he
envuelto en una corta interpretación apoyándome en la enseñanza que dice: ” un poco de luz aleja
muchas tinieblas”.
Como es natural, muchos de los temas tratados en los fragmentos del libro han quedado reducidos y no
han sido tratados de la forma más conveniente, ya que así es el carácter de un comentario que trata de
ser breve y conciso. Por otra parte, es imposible iniciar el comentario, sin antes tratar de aclarar el
término “la luz del arrepentimiento” que el Rav Kook cita innumerablemente. En un principio debemos
comprender el carácter de la “luz divina” y a continuación tratar de entender su relación con el concepto
del arrepentimiento.
Si nos imagináramos por ejemplo, un rayo de luz que penetra un lugar oscuro nos dibujaríamos un
lugar en tinieblas, carente de calor y de energía y que en un instante se transforma en un lugar
“iluminado”, así también ocurre con nuestra vida. El ser humano es por así decirlo un “pedazo de
materia” carente de energía y de vida, como un cadáver llevado a un sepulcro. Entonces, ¿qué es
aquello que le proporciona la vitalidad, el estímulo, el dinamismo y la actividad constante? es esta la luz
divina. La presencia divina en cada persona es la que hace correr la sangre por sus venas, la que hace
fluir la vida, la que forja la personalidad y la que genera aspiraciones y nuevos pensamientos. En el
momento en que esta presencia divina desapareciera sería equivalente al momento de la muerte (sin
entrar en discusión con las teorías biológicas, químicas, etc. me refiero a un plano aún más profundo, al
secreto de la existencia y de la vida – lo que provoca la actividad y el desarrollo de todos los sistemas y
leyes, que hace mover los átomos, los electrones, los pensamientos y las voluntades – lo que la ciencia
nunca podrá dar solución, aun cuando lo llame con diversidad de nombres ) Haciendo una grotesca
comparación podríamos asemejar este nexo entre D-os y el hombre a la relación existente entre una
planta de energía y un enchufe casero. La electricidad que hace encender un horno aun cuando
provenga de algún contacto en la cocina, sin la fuente de energía resultaría algo inservible. En otras
palabras y por el contrario de lo que se piensa, D-os no solo está por encima de la existencia y no es
solo el arquitecto del mundo, no solo es el excelso y el oculto, sino que también existe dentro del
mundo – es el espíritu de vida, el impulso interno de cada hombre y de cada criatura. El primer
encuentro con D-os es muy simple, una primera experiencia de renovación, de movimiento y de
vitalidad, y que más tarde hace emerger la manifestación del oculto nexo con D-os.
Por lo tanto, cuando se menciona en la obra de “Orot Hatshuba” la luz divina en la existencia, no se
deberá buscar solamente en el terreno místico o en algún milagro celestial y claro está, tampoco en
ningún tipo de luz física. Se refiere a los estímulos internos dentro del alma y dentro de la existencia que
transfieren nuestras vidas de lo obscuro a lo iluminado, de lo inerte a lo móvil, de lo insignificante a algo
con significado y de la muerte a la vida. Los sabios de bendita memoria comparan este vínculo entre D-
os y el mundo como un sol que alumbra a muchas casas, a cada habitación llega la luz en distintos
ángulos y tonalidades, en cada lugar la luz es variable aunque la fuente original es la misma. El Santo
bendito es la fuente de la vida, el que alumbra el alma de cada uno de nosotros con un estilo especial
de iluminación, según la estructuración específica de cada alma. Sin embargo no debemos de permitir
que las diferencias nos confundan. La fuente es la misma y cada uno de nosotros equivale a un brillo
divino especial.
La luz del arrepentimiento, significa a su vez la luz divina que nos impulsa constantemente a retornar a
D-os, a ser mejores, a perfeccionarnos, a acercarnos y conectarnos más con D-os. Este proceso evolutivo
es posible verlo en todos los sectores: el cuerpo tiende a crecer todo el tiempo, la persona busca
experimentar en cada momento y a saber cada vez más, la ciencia y la tecnología se desarrollan a un
ritmo acelerado, la vida corre siempre adelante. Quien preste atención en el terreno moral no dejara de
maravillarse del acelerado ritmo de crecimiento de sus aspiraciones, desea una justicia más verdadera y
exacta, busca un bien mucho más profundo, una vida mucho más perfecta. Mientras que en el terreno
de santidad y pureza, el instinto por la superación rompe barreras arriba, hacia lo más alto posible.
Todos estos son solo los destellos de la luz divina en nuestras vidas que nos provoca avanzar,
expandirnos, a romper fronteras hacia lo infinito.
Es por esto que el arrepentimiento no pertenece a un solo aspecto de la vida. El arrepentimiento es la
más básica motivación de desarrollo establecida en el fundamento de la creación. Todo aquel que
prefiera no “congelarse” en el mismo lugar, deberá convertirse en un “baal tshuba” (dueño de un
arrepentimiento constante). El arrepentimiento le pertenece no solo a aquel que hasta el día de hoy no
ha llevado una forma de vida religiosa o que ha pecado en ciertas cosas. El arrepentimiento le pertenece
a todos aquellos que el veneno del fracaso no ha afectado totalmente sus corazones, es para todos
aquellos que el fervor de una vida llena de plenitud aun palpita en su interior. La luz del arrepentimiento
es el impulso interno que hace efervecer la vida y que le provoca no detenerse en ningún instante sino
continuar creciendo y floreciendo, caminando hacia el próximo horizonte (que se reemplaza siempre
por uno nuevo).
Existen varias rutas para el estudio del libro “luces de arrepentimiento”, para los excelentes atletas, como
es natural, han de comenzar con la primera letra y terminaran con la última. Sin embargo, para quienes
buscan las vías cortas que les puedan ayudar de forma gradual y ordenada, escribiré brevemente la
estructuración del libro (de forma general sin exactitud): Los primeros tres capítulos son la introducción
de las clases de arrepentimiento, el resto se pueden dividir en capítulos que se ocupan más sobre el
concepto del arrepentimiento y capítulos que se ocupan de la experimentación del arrepentimiento.
Los capítulos que tratan del pensamiento conceptual del arrepentimiento contienen estudios profundos
sobre el poder del arrepentimiento sobre toda la existencia, además de la filosofía interna sobre el
significado del arrepentimiento en el orden mundial. Por otro parte, los capítulos que tratan de la
experimentación del arrepentimiento, están más conectados a las distintas fases del proceso del
arrepentimiento personal, alumbrándolo con una nueva luz.
Los capítulos sobre el concepto del arrepentimiento (y nuevamente aclaro: se trata de una clasificación
muy grotesca, que se refiere a la mayoría del contenido del capítulo) son: 4,6, 11, 16, 17.
Los capítulos sobre la experimentación del arrepentimiento son: 5, 7, 8, 9, 10, 12, 13, 14,15.
Así también, a lo largo del libro vuelven a sobresalir temas centrales, que es posible entrar en su
amplitud, a la dimensión del arrepentimiento especial de la filosofía del Rav Kook, es por esto que
añadimos aclaraciones a los temas centrales del libro.
Otra recomendación para los lectores que inician sus primeros pasos en el terreno del judaísmo. Para
ellos anexamos un mapa de localización elemental, que trata de acertar en el lugar que se encuentren
en estos momentos.
¡Arrepentimiento de provecho!
Yubal Froind
“Mente judía“ 5765
Sobre Orot hateshuva
Luces de arrepentimiento
“D esde hace mucho que siento una lucha interna y un fuerte espíritu me forza a hablar sobre el tema
del arrepentimiento, y es que todos mis pensamientos se concentran solo en ello. El arrepentimiento
ocupa la parte más extensa de la Tora y de la vida, en el descansan todas las esperanzas personales y
mundiales, es este un precepto divino que por un lado es de lo más fácil de cumplir, pues con solo una
mínima reflexión de volver se le considera ya una persona arrepentida, mas por otro lado es de lo más
difícil de realizar, y aun no se ha cumplido por completo en el mundo y en la vida.
Siempre me encuentro pensando y hablando constantemente solo de esto. Muchísimo es lo que se halla
escrito sobre este en la Tora, en los profetas y en las palabras de los Sabios, sin embargo para nuestra
generación el tema sigue todavía sellado y muy poco esclarecido. La literatura, que peregrina por todos
los rincones existentes de la lírica y de la vida, no ha penetrado en lo más mínimo dentro de este
formidable tesoro de vida, el tesoro del arrepentimiento. En verdad ni siquiera ha despertado su interés
por él, por conocer su carácter y valor, y mucho menos por conocer su estilo abstracto de infinito
atractivo, y aún más, no ha movido un dedo por entender su aspecto práctico, y más específicamente lo
que respecta a nuestro actual estado de vida.
Siento en mi interior un inmenso deseo de hablar acerca del arrepentimiento y aunque a veces me
retraigo al pensar en mi interior, ¿si acaso soy digno de hablar sobre el arrepentimiento? Acaso no los
más grandes de todas las generaciones no han escrito ya sobre este tema, además de los profetas y de
los más pulcros Sabios y de los más grandes devotos, ¿cómo entonces me atrevería a pararme frente a
todos ellos? Sin embargo, ninguna debilidad en el mundo podrá absolverme de mi grito interno, me
siento obligado a hablar del arrepentimiento y precisamente en su aspecto literario y practico, y hacer
entender su contenido a nuestra generación y para su desempeño en la vida, tanto la personal como la
colectiva”.
Capítulo 1
Capítulo 3