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Éxodo 14:11-12

Reina-Valera 1960

11 Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado
para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros, que
nos has sacado de Egipto? 12 ¿No es esto lo que te hablamos en Egipto,
diciendo: ¿Déjanos servir a los egipcios? Porque mejor nos fuera servir a los
egipcios, que morir nosotros en el desierto.

Esta es una triste biografía del pueblo cristiano, los cuales no sabemos valorar de
donde nos ha rescatado DIOS, no consideramos nuestra muerte eterna a la cual
estábamos condenados y la salvación que nos ofrece a través de la cruz.

A cuantos de nosotros DIOS nos ha bendecido en diferentes Áreas, salud,


económica, académica, provisión, trabajo, etc.

Cuantas cosas más ha hecho DIOS a nuestro favor, restauro matrimonios, rescato
hijos, libro de la muerte. Así podríamos seguir hablando de todo lo que DIOS ha
hecho, lo más probable es que hayamos tomado desayuno, almorzado incluso
tomaron once o ya cenaron.

Tuvimos agua, un techo, ropa limpia y aun así negamos a DIOS.

Lo negamos cuando no reconocemos su bondad y su amor, vemos la vida desde


la perspectiva equivocada, desde lo que carecemos, y no vemos lo bendecidos
que somos.

Y eso no es todo nos negamos a servir a Cristo porque es demasiado esfuerzo,


porque debemos entregar demasiado, y decimos con voz fervorosa ¡HEME AQUÍ
ENVIAME A MI!

Pero todo eso se acaba cuando nos hacen comprometer nuestro tiempo, nuestra
economía, cuando tenemos que posponernos, cuando estamos cansados y
pensamos que nos merecemos un descanso. La pereza nos invade y las mentiras
dominan nuestra mente y opacan nuestra alma, gritamos amor a DIOS pero no
queremos servir al SEÑOR que nos rescato de la muerte, estábamos mejor en el
desierto, este DIOS pide demasiado, solo me salvo de la muerte eterna, no es
para tanto, solo murió por mi en una cruz no es para tanto.

Pensamos que la vida Cristiana es solo servirnos de DIOS como un buffet de


alimento, desechando lo que no me agrada, desechando lo que me demanda
morir y ser esclavo de Cristo.

La Salvación y la Gracia tiene un componente adscrito, ese componente se llama


obediencia.

Efesios 2:10

Reina-Valera 1960

10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras,
las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

La Biblia tiene mucho que decir sobre la obediencia. De hecho, la obediencia es


parte esencial en la fe cristiana. Jesús mismo fue "obediente hasta la muerte, y
muerte de cruz" (Filipenses 2:8). Para los cristianos, el hecho de tomar nuestra
cruz y seguir a Cristo (Mateo 16:24) significa obediencia. La Biblia dice que
debemos mostrar nuestro amor a Jesús obedeciéndole en todo: "Si me amáis,
guardad mis mandamientos" (Juan 14:15). A un cristiano que no obedece los
mandatos de Cristo podemos preguntarle con toda razón: "¿Por qué me llamáis,
Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?". (Lucas 6:46).

El evangelio no es una opción de obediencia, es el evangelio es obediencia a


quien dio su vida por nosotros y nos rescato del mercado de esclavos.

Que evangelio estamos viviendo entonces, un evangelio diluido, acomodado a


nuestras circunstancias, un evangelio conveniente, un evangelio falso.

El verdadero evangelio implica sumisión, por más que algunos quieran omitir este
concepto, somos esclavos de Cristo.
Cada uno de nosotros miembros de una comunidad debería tener como objetivo
principal honrar a DIOS, crecer en su palabra, en convicción de servicio.

Pero el egoísmo nos guía y el orgullo nos susurra al oído, que nos quieren humillar
en labores poco dignas dentro de la iglesia, el orgullo no susurra que no debemos
dejarnos mandar por los pastores o otros hermanos, el evangelio es muerte a
nuestro egoísmo, preferimos morir en el desierto antes de ser guiados por otros,
mas aun cuando no nos agradan o cuando no hacen las cosas según nos parece.

La vida de un cristiano no esta exenta de problemas, de desiertos, de lágrimas,


pero queremos huir al primer tropiezo, queremos dejar todo como niños, solo
cuenta cuando alguien me ofende, pero cuando ofendemos nosotros a alguien no
es motivo a considerar.

La iglesia hoy no es más que un gran valle de huesos secos, sumida en


conformidad, tenemos tiempo y recursos para todo menos para servir a DIOS y no
estoy hablando del campamento, estoy hablando del diario vivir de la iglesia.

Porque hoy vemos siempre a los mismos hermanos coordinando, predicando,


haciendo clases, orando, aun pasando la ofrenda, porque no hay personas que
quieran morir para servir, no son ni somos los mejores simplemente somos lo que
había la escoria quizá para que Cristo se glorificara aun más.

Nos molesta que el templo este sucio, que no tenga buen olor, nos incomodan los
pocos cojines para orar, pero solo identificamos problemas, que solución
proponemos, solo somos religiosos quejumbrosos, sin iniciativa sin amor a la obra.

Esperamos que otro se ofrezca a servir, es mas cómodo. Y acaso tú y yo no


somos deudores de Cristo también,

El evangelio no es cantar como cristiano, vestir como cristiano, hablar como


cristiano, parecer santo ante de lo demás, no es horrorizarme por pecados ajenos,
el evangelio es obediencia, muerte y servicio a DIOS.
Nos asombramos por los hombres que han entregado su vida a causa de DIOS, y
queremos seguir su ejemplo, pero nos cuesta trabajo aun cumplir con las cosas
mas mínimas dentro de una iglesia.

DIOS merece la excelencia, no tus miserias ni las mías, el no necesito nuestras


migajas. El padre requiere adorados en espíritu y verdad. Dispuestos para
toda buena obra.

El diablo no pude negarnos vincularnos con DIOS, pero puede entretenernos de


tal manera que DIOS sea el ultimo en la lista.

Olvidemos la autocompasión, la conmiseración y seamos valientes para buscar el


reino de DIOS, el tiempo se acerca, cristo viene por su iglesia. Llenemos nuestras
lámparas de aceite, ya no más quejas, pongámonos al servicio de la obra de
DIOS, todos hemos sido llamados a esparcir las buenas nuevas de salvación,
todos debemos estar dispuestos a morir y decir no con la voz sino con el alma y
con convicción HEME AQUÍ SEÑOR, ENVIAME A MI, YO IRE.

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