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Espacio para el bienestar y el desarrollo

personal.

Taller de Sahúmo Ancestral a cargo de


Ana Celeste Rueda

Mayo de 2020

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Bienvenido!!
Muchas gracias por sumarte a esta propuesta, que sin dudas
enriquecerá tu vida como lo ha hecho con la mía. Espero que
disfrutes de estas sagradas técnicas y rituales que hoy llegan
a vos y que han acompañado el viaje espiritual de cada uno de
los pueblos de la humanidad, desde tiempos remotos hasta
nuestros días, siendo necesario practicarlas con el respeto, la
seriedad y la solemnidad que todo lo sagrado merece.
Antes de comenzar con este taller y en honor a quienes me
han enseñado a mí, debo pedirte que todo cuanto aprendas en
el taller, sea utilizado siempre con propósitos luminosos y que
nunca, en nombre de las buenas intenciones, transgredas los
límites de la libertad ajena. Soy consciente que cada uno elige
los caminos que ha de tomar, sin embargo, creo prudente
recordarte que todo cuanto uno da es lo que recibirá.
De la misma manera, te digo: estas páginas que he escrito con
tanto amor y dedicación, contienen saberes que han sido
transmitidos desde tiempos remotos con mucha solemnidad y
respeto, son para vos y sólo para vos. No las compartas.
Deseo que el amor sea siempre tu guía, en esta práctica o en
cualquier otra.

Ana Celeste Rueda


Facilitadora

¿Qué es el Sahúmo, de dónde proviene?

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El sahúmo es un conjunto de técnicas que consisten
básicamente en la quema de hiervas, maderas, polvos, resinas
y flores para generar un humo transmutador.
Existen tantas técnicas, como pueblos, religiones y etnias han
poblado la tierra, tal es así que sería imposible precisar un
origen en la historia – mejor dicho, en la pre historia- o un
lugar o región en dónde haya comenzado a utilizarse, tal vez
con el Neandertal, que ya tenían noción de religiosidad y ritos
fúnebres.
En Egipto, por ejemplo, los sacerdotes purificaban las momias
con el humo de resina de incienso y flores de loto del Nilo,
pero también, el humo de dichas flores era utilizado como
ofrenda a los dioses. En los museos hay incensarios en formas
de brazo, en cuyos extremos se sostenía un cuenco en el cual
se depositaba el carbón.
“El incienso significa reverencia y oración, pero en un nivel
más profundo evoca incluso la presencia real de la divinidad
mediante la creación de la “fragancia de los dioses”, explica
el Historiador Elliot Wise referenciando antiguos glifos que
decoran los muros de un templo egipcio y que describe la
importancia de estas prácticas.
En la Mesopotamia sumeria, una de las traducciones del poema
del Rey Gilgamesh de Uruk, cuenta que cuando éste se
preparaba para encontrarse con la diosa Ishtar, a quién
finalmente rechazaría sus insinuaciones sexuales, es purificado
con el humo de los restos un árbol que había sido derribado
por los héroes para realizar las puertas de los dioses.
Mientras tanto, en la Grecia antigua, tenemos registro de esta
práctica por ejemplo en el uso del oráculo de Delfos, situado
en santuario que le habían construido a Apolo sobre unas
grietas de las cuales emanaba vapor: en ellas se dejaban caer
hierbas y polvos. A la vez que la pitia masticaba laurel,
aspiraba el humo que la llevaría a un estado de conexión. En
éste trance, realizaba todo tipo de predicciones. (Desde esa
época nos llega el término “pitonisa”)
Para entender la transversalidad del sahúmo en la humanidad,
basta con tener en cuenta que, los pueblos nómades de la

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prehistoria que ingresaron a América y perdieron contacto con
sus ancestros asiáticos y europeos luego de última glaciación,
sin retomarlo hasta el siglo XV, desarrollaron rituales con
humo.
A modo de ejemplo, en Mesoamérica, el sahúmo del copal era
fundamental en la medicina y en los rituales religiosos. Lo
mismo puede decirse del Incayuyo, para los pueblos andinos y
la Salvia blanca en el norte, cerca de lo que hoy llamamos
California.
El Tabaco, aunque se estima que es una planta andina, era
utilizada en toda América, no sólo para fumar en rituales, sino
para sahumar a los guerreros y consagrarlos antes de las
batallas.
Así, pasando por cada punto de nuestro mundo, recorriendo
todos los tiempos, vemos como cada civilización tomaba los
frutos de la tierra para realizar sahúmos ceremoniales. Muy
difícil resulta recopilar todo el material al respecto en un
breve resumen como el que pretendo proporcionarles.
En cuanto a los objetivos, tenemos para todos los gustos:
desde nacimientos en la biblia, hasta ritos mortuorios en
Egipto, pasando por unión y comunión de personas o pueblos
en la época precolombina; maleficios y bendiciones germánicas
y celtas; ¡fines medicinales y hasta sanitarios! En la Europa
medieval, durante la peste negra, se quemaban hierbas o
azufre para “purificar el ambiente” e incluso para intentar, sin
mucho éxito, cubrir el olor producido por la enfermedad en los
cuerpos.
A pesar de tanta variedad de usos, el factor mayormente
común de todos los rituales de sahúmo es la intención de
establecer una conexión con el mundo espiritual.
Aún hoy, podemos ver, no sólo en el Chamanismo americano,
sino también en cualquier templo budista, sijista, judío,
cristiano o cuales quieras mencionar, técnicas diversas de
sahúmos para determinados ritos, todos ellos antiquísimos,
como el mismo credo.

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Si bien tengo cierto gusto por la historia y confieso que podría
explayarme muchísimo más, pasar horas enteras hablando del
tema, narrando anécdotas y describiendo registros del sahúmo
en la humanidad, corro el riesgo de perder el rumbo. Así pues,
lo dejaremos aquí y concluiremos que, a los fines prácticos de
este taller, el Sahúmo es un grupo ampliamente variado de
técnicas rituales sagradas que consisten en la producción de
humo mediante la combustión de ciertos elementos naturales
con fines espirituales, en nuestro caso, la técnica que he de
transmitirte tiene por objeto limpiar, sanar, transmutar y
armonizar espacios, objetos y personas.

¿Qué elementos necesito para el Sahúmo?

A continuación, haremos una lista de los elementos necesarios


para una experiencia eficiente:

 Sahumador o incensario: Este recipiente será, desde el


momento en que decidas darle ese uso, un recipiente
ceremonial y de poder. Los hay de muchos tipos y
materiales, pero lo más importante es que sean
resistentes a altas temperaturas. Puedes encontrarlos en
diseños abiertos o con tapa. La elección del mismo es

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personal e intuitiva, pero debes tener en cuenta el
tamaño y el peso, no recomiendo que sea muy grande ni
muy pesado ya que ello puede entorpecer la portabilidad
y traslado del mismo. El sahúmo es dinámico, elige un
sahumador o un incensario con el cual te sientas cómodo
al moverte. Personalmente prefiero los sahumadores de
barro o arcilla, pues me evocan a la Tierra y ella es quién
me provee todo lo que necesito para mi ritual y… Sin
tapa! Me gusta ver lo que ocurre en el sahumador. Desde
luego que si escoges otro tipo, servirá perfectamente.
Deja que sea tu corazón quién te guíe.

 Carbones vegetales: Hay que utilizar los planos y


redondos. La forma circular ayuda a la fluidez energética
que querremos lograr al prenderlos. Es importante
guardarlos en un lugar seco. La humedad los estropea y
afectará gravemente el resultado de tu ritual.

 Una tablita o plato de madera apenas más ancho que


nuestro sahumador o incensario. También podrías utilizar
un posapavas de otro material, como el bronce. Lo
fundamental es que lo que sea que utilices, no podrá ser
usado luego para otros fines que no sea el sahúmo.

 Hierbas, flores, resinas, maderas y polvos. Todo


dependerá de tu objetivo. Al final de este apunte, hay un
apéndice con un listado de los principales y sus
propiedades energéticas.

 ¿Dónde adquirir los elementos? Lo ideal sería tomar


directo de la naturaleza, pero sabemos que eso no
siempre es posible, por lo tanto, debes prestar mucha
atención a esta indicación: evita comprar en santerías,
prefiriendo, por el contrario, naturistas, herboristerías, o
casas de productos angélicos.

 Por último, lo más importante de todo: ¡Un propósito! Si


bien parece una obviedad, cuanto más específicos
seamos, más fácil se concretará nuestro objetivo: si

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sahumamos para dormir bien, tener un buen trabajo,
llevarme bien con los demás integrantes de la casa y salir
beneficiados con la lotería, lo más probable es que
disipemos la energía en lugar de concentrarla. Hay que
focalizar y tener claro qué queremos. A veces una sola
palabra, puede englobar una idea y eso es mucho más
efectivo si para nosotros esa idea es, a la vez, clara y
definida.

Antes de comenzar.

Antes de comenzar, debemos determinar día y hora en que


realizaremos el sahúmo. Elige un día que estés tranquilo, que
no te corra el reloj, puesto que deberás estar entregado a tu
tarea y brindarle el tiempo que sientas necesario. Dependiendo
de la amplitud del lugar y tu objetivo, puede llevarte un rato
largo.
En relación al momento del día, si bien hay personas
noctámbulas, yo recomiendo hacerlo por la mañana,
especialmente si se trata de una limpieza en tu casa. Si es un
día soleado, ¡mucho mejor! En primer lugar, porque las
energías diurnas son más ligeras y luego, porque la luz que
permitas entrar al finalizar el sahúmo, dará el toque final a tu
trabajo.
Ahora bien, como dije anteriormente, lo más importante es
tener un propósito. ¿Para qué vamos a sahumar? La respuesta
te llevará a escoger las hierbas, resinas, flores, maderas o
polvos adecuadas. En este sentido, no es necesario limitarte a
un solo ingrediente, puedes hacer mezclas, armar tus propios

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blends, incluso en algunos lugares ya vienen preparados los
mix. Por ejemplo, como el incienso es un excelente
trasmutador, lo agrego a cualquier sahúmo que realizo.
Los ambientes que vayas a limpiar tienen que estar
físicamente limpios, pisos, muebles, alfombras, etc.
Una vez que tengas todo a mano darás comienzo a tu ritual.

Ritual de Sahúmo ancestral de ambientes.

El sahúmo es un ritual que mueve energías, por lo tanto, lo


primero que siempre debe hacerse antes de encarar cualquier
tarea es solicitar asistencia, es decir, elevar un pedido a
entidades superiores y/o a Dios (universo, el único, la Fuente
de toda vida, o como tú lo llames) para que te acompañen y
guíen en la tarea.
Éste es un momento muy íntimo y personal, no hay reglas, son
sólo tus creencias y tú. En caso que quieras adoptarlo, voy a
contarte como lo hago yo.
En la habitación por la que vas a comenzar, que debe ser la
que esté más lejos de la puerta de entrada de la casa, con tus
elementos a mano y música instrumental que te ayude a lograr
un estado de quietud interna, adopta una posición cómoda y
cierra los ojos. Respira profundamente varias veces, en forma
consciente visualizando como el flujo de aire recorre tu
cuerpo, toma contacto con ésta acción que te permite estar
vivo y siente la gratitud inundar tu corazón, hasta que lo
desborde y recorra todo tu ser.
Desde ese estado, eleva la siguiente oración, haciendo tuya
cada palabra:

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“Padre-Madre, respiración de la Vida, ¡Fuente del sonido,
Acción sin palabras, Creador del Cosmos!
Haz brillar tu luz dentro de mí, dentro de cada uno de
nosotros, entre nosotros y fuera de nosotros para que
podamos hacerla útil.
Ayúdame a seguir tu camino respirando tan sólo el sentimiento
que emana de Ti.
Que mi Yo, en el mismo paso, pueda estar con el Tuyo, y así
cada uno de nosotros para que caminemos como Reyes y
Reinas con todas las otras criaturas del Universo.
Que tu deseo y el mío, sean uno sólo, en toda la Luz, así como
en todas las formas, en toda existencia individual, así como en
todas las comunidades.
Haz que pueda sentir el alma de la Tierra dentro de mí, pues,
de esta forma, sentiré la Sabiduría que existe en todo.
No permitas que la superficialidad y la apariencia de las cosas
del mundo me engañe, líbrame de todo aquello que impide mi
crecimiento.
Recuérdame siempre que Tu eres el Poder y la Gloria del
mundo, la Canción que se renueva de tiempo en tiempo y que
todo lo embellece.
Que Tu amor esté sólo allí donde crecen mis acciones y
florezca en ellas.

¡¡¡ Que así sea !!!”

Permítete experimentar paz, emoción, siéntete cerca de la vida


y del Amor Universal, el tiempo que lo desees.

Luego, continúa:

“Luz Creadora del Universo, Maestros, guías y ángeles que me


guardan (puedes cambiarlo según tus creencias),

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acompáñenme en esta tarea, guíenme para que sea siempre la
voluntad de Dios la que obre a través de mí.
Elementales del fuego, el aire y la tierra, acompáñenme a
iluminar estos recintos.”

Ahora, abre todas las puertas y cajones de los muebles que te


rodean, toma el sahumador y pon dentro un carboncito. Abre
una ventana y enciéndelo fuera de la habitación, esperando
que se prenda bien y que el primer humo se vaya, no es el que
vamos a utilizar. No mantengas el rostro cerca del incensario o
sahumador, nunca.
Luego, cierra puertas y ventanas para que no corra aire, sí
puede entrar luz, y prepárate delante de la puerta cerrada y
mirando hacia el centro.
Recuerda tu propósito y dilo en voz alta. Ve invocando cada
elemento que vas a quemar a la vez que lo depositas sobre las
brasas, por ejemplo:
“¡Romero, limpia estos recintos, bríndanos confianza!” o
“¡Canela, trae alegría, acércanos el deseo!”
Y luego, cuando el humo comienza a aparecer, decreta el
propósito, por ejemplo: “Qué sea la luz siempre en esta casa,
que el amor viva aquí”.
Cuando armes oraciones con tu propósito, siempre hazlo con
una expresión positiva, por ejemplo, “que nos colme la
abundancia” en lugar de “que se vaya la pobreza” Cada
palabra tiene una vibración determinada y tenemos que cuidar
la prolijidad en esos detalles.
Utiliza el platito de madera (o lo que hayas dispuesto para tal
fin) para apoyar el sahumador, mientras que lo que vas a
quemar lo pondrás con la mano dominante. Deja lo que no
uses, al costado de la puerta.
Irás repitiendo cual mantra, tu propósito, de manera mental,
concentrándote y focalizando tu atención en él, a medida que
vas caminando lentamente por la habitación formando una
espiral, desde la entrada de la habitación hasta el centro y en

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el sentido de las agujas del reloj. En la mano dominante
llevarás el sahumador, en la otra, el platito. Una vez en el
centro, siente que ya está hecho.
Retírate de la habitación, toma lo que dejaste al lado de la
puerta, ciérrala cuando salgas y continua con el siguiente
ambiente. Nunca te quedes más de lo necesario en cada
habitación, puede ser riesgoso para tu salud.
Una vez que hayas terminado el sahúmo en cada ambiente,
deja reposar el sahumador sobre la madera, en un lugar al aire
libre y seguro, para evitar accidentes.
Si lo deseas, es el momento ideal para sahumar algún objeto o
a ti.
Para los objetos, sostiene lo que sahúmes a unos 30 cms de la
brasa. Decreta el propósito en voz alta y luego repite
mentalmente, mientras observas como el humo lo envuelve. Si
es necesario puedes ir moviendo el objeto, siempre en el
sentido de las agujas del reloj, para que el humo recorra todas
sus partes.
En el caso que quieras sahumarte, deja el sahumador en el
piso y ponte de cuclillas frente a él. Pronuncia en voz alta el
propósito. Cierra los ojos y, sin respirar, Atrae el humo hacia
ti con ambas manos, las palmas abiertas, mirando hacia
adentro. Luego, repite en el cuello, pecho y abdomen. Mientras
realizas el sahúmo, repite mentalmente el propósito.
Si la casa es muy chica, te sugiero unos 10 minutos de
meditación en tu propósito, para que el humo haga su efecto.
En esta instancia, el humo está conectado con otros planos y
también contigo, así que debes ser impecable con tus
pensamientos. Si aparecen pensamientos nocivos, no te
centres en ellos, simplemente regresa mentalmente a tu
propósito, si es necesario, dilo en voz alta. Si no puedes
evitarlos, abandona la meditación y continúa con el siguiente
paso.
Si la casa es más grande y ya han pasado más de 15 minutos
desde que sahumaste la primera habitación, no hace falta que
esperes.

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Dirígete al ambiente en el que comenzaste y abre las ventanas,
siente como el aire entra revitalizando aún más la energía del
lugar.
Cierra cajones y puertas de muebles.
Continúa este proceso, siguiendo el mismo orden que cuando
sahumaste.
Al finalizar, agradece a quienes te asistieron, agradece
también la intervención de los elementales.
Ahora, es momento de descartar las cenizas y residuos
restantes. Recomiendo realizarlo en el inodoro, salvo que
tengas un arroyo o río en el patio de tu casa, en cuyo caso,
puedes arrojarlas allí. La idea es que vuelvan a la tierra en un
cauce de agua que corra.
Lo siguiente es higienizar tu cuerpo con una ducha a
conciencia.

Anexo
Listado de hierbas de hierbas, polvos,
maderas, resinas y flores más comunes.

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Artemisa: Conecta con la femineidad.

Benjuí: Protege

Canela: Promueve el amor romántico, afrodisíaca.

Copal: Estimula la glándula pineal. Expande la consciencia,


conecta con el espíritu. Los mayas lo utilizaban para limpiar y
también en rituales para la expansión de la conciencia durante
los viajes sagrados y ceremonias adivinatorias. “La forma de
uso tradicional es a través del sahumado de la resina, sobre
brasas o carboncillos, en una copalera.
El humo se usaba con el fin de purificarse, sentirse protegidos
y bendecidos.
También se usaba para ofrendar y dar gracias, para proteger
lugares o personas. El copal es una conexión directa con los
dioses, el humo de la resina es tan poderoso que puede
ampliar los estados de conciencia” (S. Suárez)

Eucaliptus: Limpia las energías, favorece las relaciones


interpersonales.

Incayuyo: Despeja la mente, favorece la comunicación y


atención. Eleva la vibración.

Incienso: Es una planta muy poderosa que va genial con la


mirra. Facilita la conexión espiritual, transmuta energía
negativa en positiva, atrae la divinidad. Atrae con fuerza el
amor y la fortuna, es expansivo, ayuda crecimiento personal.
Se le atribuye, en algunas culturas, la fuente de la divinidad.
“Una de sus principales propiedades es la de quitar los velos
que nos conectan con el egoísmo, la falta de generosidad, la
necedad, la falta de amplitud de miradas, los abusos de poder,
la ambición desmedida y el exceso de oportunismo.
Es un gran equilibrador de la pasión y las ambiciones humana,
es tal motivo que su uso es de amplio espectro en muchas
religiones.” (S. Sánchez)

Laurel: Amplía los límites de la mente

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Lavanda: La quema de sus flores secas alivia emocionalmente
y ayuda a recuperar la alegría. También se utiliza para aligerar
ambientes y promover un buen descanso. En el mundo Celta se
la asociaba con las hadas, los elfos y otros espíritus
elementales de la naturaleza.
Mirra: Está asociada a ritos de transformación y portales,
eleva las frecuencias vibratorias, aleja el miedo. Es un muy
buen conector para la espiritualidad, proporciona paz. Abre,
conecta y limpia.

Palo santo: Se lo vincula con las habilidades psíquicas y el lado


femenino de la vida, ya que se encuentra regida por la luna; su
fragancia amplía la visión más allá de la realidad ordinaria.
Protege

Pino: Fortalece el campo energético, ayuda en la sanación.

Romero: Restaura la energía, es una de las hierbas que ayudan


en la depresión y estados de fatiga por desequilibrios
emocionales. Muy útil para remediar la falta de autoestima, ya
que brinda seguridad. Es un limpiador y protector infalible.
Ruda: Bloquea las energías negativas, protege. Promueve la
compasión.

Salvia: dispersa vibraciones inapropiadas, absorbe y transmuta


energías relacionadas con conflictos, ira. Es una de las hierbas
que más influyen en la composición del aire pues genera iones
negativos, cuyo efecto es beneficioso, por ejemplo, para
reducir el estrés. “Cuando quemamos sus hojas desprenden un
aroma muy agradable, aportando una sensación de bienestar,
paz y buena energía.
El uso del sahúmo de salvia blanca es especialmente útil en
tiempos de grandes cambios en nuestras vidas, cuando
podemos terminar intoxicados por energías estancadas o
patrones de pensamientos negativos y obsoletos.”
La Salvia blanca es una de las hierbas sagradas de la historia
de la humanidad, pues eleva hacia la conexión espiritual.
Sándalo: Es ideal para toda práctica espiritual, eleva la
consciencia y la vibración de cualquier otro elemento del

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sahúmo. Es un potenciador energético. Proporciona estabilidad
y calma. Activa la energía para transmutarla en sabiduría
espiritual.

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