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En el libro La Vida Mística de Jesús, escrito por nuestro pasado Imperator, se nos habla
de su presencia en cada hogar esenio y era de suponerse que este espacio no se debía
utilizar para otras actividades que no fueran las antes mencionadas. La costumbre de
poseer un lugar sagrado dentro de la casa, parece remontarse a muchos siglos atrás,
pero es aún más interesante notar como esta idea o tradición se ha infiltrado dentro de
las costumbres de las religiones del mundo.
Por ejemplo los judíos, para la época de Jesús, respetaban dentro de sus casas un lugar
cuyo propósito primordial era el de guardar las sagradas escrituras, y muchos
practicantes de la religión católica utilizaban y aún acostumbran reservar un espacio
en sus viviendas en donde una imagen de la Virgen María, algún santo o crucifijo se
coloca con una decoración apropiada, como lugar de devoción y veneración.
En otras religiones y sectas que han llegado hasta nuestros días puede verse la misma
costumbre, como lo hacen también algunas escuelas de esoterismo. Los estudiantes de
éstas reservan usualmente algún lugar para sus ritos y ceremonias; sin embargo, aún
cuando muchos de ellos no entienden completamente el significado de este importante
elemento, sienten la necesidad interna de tenerlo.
Los efectos que un Sánctum tiene sobre el individuo son en cierta medida psicológicos.
La decoración y los elementos simbólicos que coloquemos en éste producen efectos
tanto en nuestra conciencia objetiva como en el aspecto trino de nuestro ser. De igual
forma juega un papel importante, la disposición con la cual entremos a este lugar que
hemos hecho especial para nosotros, ya que esto influirá mucho en los tipos de
sensaciones que percibamos. Si verdaderamente estamos convencidos de que nuestro
Sánctum es un recinto sagrado y de que ha sido purificado por nuestros pensamientos y
nuestra conducta, producirá entonces un estado especial en nosotros.
Pero, ya que conocemos que las vibraciones de nuestras auras dependen de nuestra
condición de salud física, estado mental y desenvolvimiento espiritual, debemos
comprender cuan importante es velar por estos factores para que la calidad de las
vibraciones que permanecen en el Sánctum sea de la más elevada y útil.
Una disposición de estudio, adoración, amor y armonía en nuestra mente, cargará este
recinto con vibraciones elevadas que permanecerán allí para que puedan ser utilizadas
cuando las necesitemos. Así iremos cargando este pequeño santuario, como se hace con
una batería eléctrica, de tal forma que la fuerza vibratoria que en él permanezca se
hará tan fuerte que podrá alterar las vibraciones de nuestras auras cada vez que
entremos en él para realizar el trabajo místico. Aunque esto se efectúa muchas veces a
niveles inconscientes el iniciado puede comenzar a hacer uso de la creación mental y la
proyección de vibraciones para crear una atmósfera celestial en las paredes y los
objetos que ha colocado en su Sánctum.
Sugerencias especiales
Los candelabros y la Cruz Hermética de la Orden son muy importantes pues guardan un
valioso simbolismo para nosotros. Si lo desean, estos podrían adornar su Sánctum
junto a otros elementos de su predilección, tales como un mantel atractivo o uno
especial como el que puede obtenerse en el Departamento de Suministros Rosacruces.
(Estos utensilios sólo se les venden a los miembros activos de AMORC)
Aclaración final
Ya que sabemos que muchas personas no cuentan muchas veces con recursos
económicos o con facilidades adecuadas para llevar a cabo lo antes expuesto, debemos
señalar lo siguiente: Aunque un Sánctum físico es útil por las razones antes
mencionadas es importante aclarar que el Sánctum más bello y perfecto que pueda
conseguirse es nuestro propio cuerpo.
Este, que está enriquecido con los elementos simbólicos más completos, es la morada
de nuestro poderoso Maestro Interno. De igual forma en que cuidamos y limpiamos
nuestro Sánctum físico, debemos hacerlo con nuestro Sánctum corporal, para que esté
preparado para el trabajo que ha de hacerse. Por otro lado, aquellos miembros de la
Orden que se han ocupado de poner en práctica las enseñanzas del folleto Liber 777,
saben que en los planos más elevados de Consciencia, allá en el Sánctum Celestial, hay
un Sánctum particular para cada uno de nosotros que nos aguarda para albergarnos
cuando estemos sedientos de conocimiento y armonía.
Las posibilidades de un Rosacruz son muy amplias pues él, como Jerarca de la Luz,
tiene a su disposición los elementos físicos y cósmicos para ayudarse en su camino de
ascenso; pero, depende de su interés, voluntad y mérito el que pueda lograr la maestría
y el dominio de la vida.