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LA BIOÉTICA COMO HERRAMIENTA TEÓRICA Y PRÁCTICA

PARA LAS PASTORALES CONTEXTUALES EN DEFENSA


DE LA VIDA.

Introducción:

En el presente ensayo buscamos hacer un breve recorrido sobre la bioética, su


motivo de surgimiento y como ésta colaboró en el replanteamiento de ética durante
la crisis de la razón, así mismo como sirvió y sirve para fundamentar las bases de la
ética moderna. Todo esto, con la idea de empalmar las propuestas de autores como
Beauchamp y Childress, con los presupuestos teológicos extraídos de los textos
bíblicos, para luego aplicarlos como una herramienta teórica práctica en la pastoral
contextual.

1. Fundamento de la bioética.

1.1 Contexto y crisis

1.1.1 Contexto
La bioética es una rama de la ética que busca salvaguardar la vida humana y la de
todos los seres vivos frente a la realidad, es decir las diferentes condiciones de ésta
sean aceptables para la misma. Partiendo de esta idea, podemos mencionar que la
bioética surge como una respuesta a la experimentación científica con seres
humanos. En Estados Unidos se constituyó la “comisión nacional”, como un ente
regulador de dichos experimentos, en la búsqueda de salvaguardar la vida humana
y proporcionar las condiciones necesarias para ello.

El trabajo que realizó esta comisión nacional proporcionó conclusiones relevantes


que sirvieron para la construcción de una bioética, es decir, una ética en función de
la vida. Por ejemplo, el “informe de Belmont”, que es considerado un documento que
impactó profundamente la manera de analizar los problemas de bioética, propone
que hay tres principios fundamentales en la ética en función de la vida: respeto a la
persona, la beneficencia y la justicia.

El informe de Belmont fue tan relevante que el trabajo de autores como Tom L.
Beauchamp y James F. Childress, se inspiró en el mismo y articuló los principios
que la comisión nacional plasmó en dicho informe, dando como resultado la obra
“Principles of Biomedical Ethics”, una de las obras más destacables para el
desarrollo de la bioética. Esta misma obra dió el punto de partida para el
“principialismo”, que consiste en el desarrollo y profundización de la intuición
fundamental que amplió el campo de acción de los principios antes mencionados,
paro se centrarse en el ámbito de la investigación en humanos, que era el objetivo
de la Comisión Nacional, a analizando toda la actividad biomédica. De la propuesta
de Beauchamp y Childress se retomaron los siguientes principios de la bioética: la
autonomía, la beneficencia/maleficencia y justicia.

El primero, la autonomía, consiste en la conciencia de que cada individuo es capaz


de deliberar sobre sus objetos personales y actuar bajo la dirección de su
deliberación; el segundo, beneficencia/maleficencia, siendo el beneficio el sentido
etimológico de hacer el bien, y el no mal, se refiere a que el médico no utilice sus
conocimientos para hacer daño al enfermo; y el tercero, busca un sentido justo en
cuanto a la distribución equitativa de derechos, beneficios y responsabilidades, cabe
mencionar que deben haber criterios objetivos para dicha distribución.

1.1.2 Crisis
Ahora bien, es importante mencionar en esta parte del escrito que los aportes de la
bioética tuvieron un impacto positivo en la ética misma, debido a una crisis de
respuestas éticas por parte de los especialistas en medio de problemáticas intensas
que vivía la sociedad estadounidense, En este sentido, la bioética hizo una reflexión
concreta de sobre dicha problemática que no permitía variación, como lo fué el caso
de la experimentación científica con humanos. Bajo dichas circunstancias, la
bioética y propuestas de autores ya mencionados, se impactó la biomédica de tal
forma que en la búsqueda de salvaguardar la vida humana, se incluyó el menos el
consentimiento personal frente a las situaciones ya mencionadas.

Otro fenómeno singular que puso en crisis a la ética fue el cuestionamiento de la


razón humana, que con la muerte de Hegel, inicia todo un proceso de crítica y de
incertidumbre sobre la razón, llevado a cuestionarse un principio básico de la
teología como lo es el sentido que tiene todas las cosas, dado por Dios y el valor de
la vida humana. Este cuestionamiento llevó a los estudiosos a preguntarse si el
hombre verdaderamente entendía su realidad, o si podía ser objetivo en su
interpretación de la misma, como también del sentido de las cosas. Fue en ese
punto donde pensadores como Descartes hacen un análisis de dichos
cuestionamientos desde el pensamiento o idealismo, asumiendo que lo que cada
hombre piense eso es lo correcto. Este ideal hacía tambalear la base del criterio
ético, como lo son los criterios razonables de la vida humana, que servían de base
para la búsqueda del bienestar y por lo tanto el trato ético aceptable en las acciones
humanas.

Fué en este punto donde surgen diferentes propuestas teóricas de la bioética que
lograron abordar las limitantes de la bioética propuesta de Beauchamp y Childress,
dentro de ellas podemos mencionar: 1. el casuismo, que consiste en retomar los
principios y normas morales establecidas y aplicarlos con discernimiento a nuevas
situaciones; 2. La teoría ética de la virtud, uno de sus mayor exponente fue Santo
Tomás de Aquino, quién dice que las virtudes son disposiciones habituales que
inclinan a las personas a hacer el bien en pro de la vida humana; 3. ética del
cuidado, que reconoce la vulnerabilidad y necesidad del paciente en medio de una
búsqueda virtuosa de hacerle el bien; y por último, la ética de responsabilidad, que
presenta dos caminos para la acción ética, las emociones y la razón.

Finalmente, uno de los aportes mejor conocidos y más aceptados para responder a
la crisis de ética fue el de Kant, quien buscó y encontró la manera de empalmar las
emociones con la razón, en una categoría muy interesante como lo son los
“imperativos categóricos”, que son normas razonables que vienen de la experiencia
correcta de la persona con el mandato, y del reconocimiento del beneficio o bien
humano.

1.2 Ética actual


Con respecto a los aportes de Kant mencionados en el párrafo anterior, las éticas
del siglo XX han mantenido el canon de Kant como fundamento de la construcción
ética, que reconoce la humanidad y la dignidad de la misma, sin embargo, eso no ha
impedido que éstas éticas critiquen los planteamientos del autor, específicamente
las éticas de la responsabilidad. Esta corriente ética no tiene presupuestos
absolutos, sino más bien, plantea que el ser humano en general como uno que no
es capaz de intuir sobre todas las cosas, más bien, experimenta y luego emite un
juicio de la realidad. A esto Zubiri le llama “aprehensión racional de la realidad”, que
alude a que la razón no es facultad segura, sino que se deben tener principios
fundamentales para la ética: un canon (vara de medida), principios deontológicos
(deber ser), que proceden a una evaluación de circunstancias y consecuencias.

Sobre esta base es la construcción ética actual, buscando siempre salvaguardar y el


bien de la vida humana, dentro de las acciones humanas que residen en la realidad
social. En este punto, y profundizando más en el tema, es que podemos relacionar
la construcción ética con los partes topológicos de los principios de vida que fungen
en pro del respeto de la vida humana. Desde aquí, los textos bíblicos ofrecen una
enorme riqueza que trasciende los contextos históricos y puede ser útil para una
ética actual y un ejercicio pastoral contextual.

2. Bioética y teología (Acá metemos su texto)


Javier Gafo nos dice en el libro bioética teológica que si bien es cierto la Biblia no es
un recetario sobre las cuestiones morales, ni contiene las respuestas exactas o
nítidas del proceder ético del hombre, pero aun así uno de los aportes que hace la
experiencia religiosa es presentar un modelo de vida buena, una llamada al ideal, a
la utopía, es por eso necesario el poder dejar en claro desde la experiencia religiosa
cristiana, la necesidad de abordar la bioética para crear conciencia de su
importancia y relevancia en la vida de cada ser humano.

2.1 Fundamento teológico para la ética (la vida humana como


el bien supremo).

2.1.1 El Antiguo Testamento.


En las escrituras encontramos específicamente en el antiguo testamento, el llamado
“decálogo”, justo en él, encontramos el mandamiento de “no matarás” (Ex. 20:13),
esto pese a observar en las páginas posteriores un llamado a matar a los enemigos,
destruir las ciudades, etc. (1 Sm. 15:3) Situaciones trágicas que la concepción
actual no encuentra consistente entre lo que se encuentra escrito dentro de la
misma Biblia.

Para iniciar debemos observar que el término hebreo usado en el decálogo, es


rasah, “no cometerás homicidio”, e incluye el homicidio involuntario, dentro de una
mentalidad ética que no es aún sensible a la voluntariedad en la valoración de los
comportamientos éticos.

A esto debemos entender el hecho de que todos los pueblos del medio oriente
antiguo, sin excepción, eran violentos, Israel no se libra de esta etiqueta, pero su
llamado de parte de Dios, es un llamado gradual, que procura ir generando en ellos
una conciencia poco a poco más humana.

Posteriormente observamos en los profetas esa denuncia en contra de las


injusticias, el respeto hacia la vida del menos favorecido, del huérfano y la viuda.
(Jer. 22:2-3). en esta mezcolanza de situaciones, por momentos a favor y en
ocasiones en contra de la vida, se nos dice que “todos los autores están de acuerdo
en reconocer que en Israel se alcanzaron cotas de moralidad y humanitarismo –si
no en la práctica, sí al menos en la conciencia moral y en la legislación– inusitadas y
originalisimas en el contexto de los pueblos del Antiguo Oriente”

2.1.2 Nuevo Testamento.


En la vivencia práctica del nuevo testamento, Jesús es quien se constituye en la
esencia ética de la ley, es quien se presenta y actúa en concordancia con los
preceptos Mosaicos, esto en contraposición de las costumbres sociales, religiosas y
éticas de ese contexto.

Pese a esto, diversos autores han considerado la praxis de Jesús desde una
perspectiva subversiva y revolucionaria, acorde a la situación sociocultural de la
época dentro del cual los diversos grupos religiosos judios aportan dinamismo a su
contexto, entre los diferentes grupos se encuentran los zelotas, quienes
representaban el ala radical de los fariseos, partidarios exaltados de una resistencia
activa contra Roma. Y de quienes, según algunos, Jesús toma muchas de sus
propuestas.

Para estos autores, como lo es el caso de Reimarus, quien según lo cita Gafo
(2003), presenta a Jesús como un “agitador político”, se trata de presentar a Jesús
desde una perspectiva violenta, pero al analizar sus discursos, como el sermón de
la montaña, el mandamiento de amar al prójimo, etc. Por tanto, no hay ninguna
palabra o gesto de Jesús, que pueda interpretarse claramente como favorable a la
violencia. Y, por el contrario, existen muchas enseñanzas de Jesús en favor de la
no-violencia.

Así pues, Javier Gafo nos dice que la reflexión ética de la iglesia ha caído en un
textualismo, tomando diversos pasajes de las escrituras de manera aislados, sin
procurar utilizar un tono de crítica alto, dejando de lado contextos culturales distintos
y desde esquemas de valoración diversificados. pero que en esencia la ética que se
observa desde las escrituras debe estar basada en la figura, el actuar y proceder del
Jesús, este debe ser el modelo de acción de la iglesia.

2.1.3 Bioética y religión


Ahora bien, habiendo analizado las bases teóricas teológicas para la ética, podemos
mencionar aunque sea de manera superficial, un poco sobre la relación entre la o las
convicciones religiones y la bioética, sobre todo porque esto servirá de base para entender
mejor cómo en el hoy, la bioética puede servir de herramienta teórica práctica para una
pastoral contextual.

Para iniciar en este tema, es necesario entender cómo la bioética llegó a secularizarse, que
para Callahan, ese ha sido el cambio más significativo, dentro de la construcción ética. La
ética pasó de estar en manos de la medicina y la tradición religiosa, a estar en manos de la
filosofía y el derecho. Pero estos dos últimos, según Callahan, no pueden mirar al mundo y
comprender la propia vida. Este cambio llevó a los especialistas religiosos a dejar sus
convicciones fuera de las salas de discusiones sobre la ética, relegando a los teólogos y
prefiriendo a los filósofos y juristas.

Sin embargo, los aportes de Hans Küng volvieron a retomar los conceptos éticos desde una
perspectiva religiosa, poniendo a las religiones como los principales aportadores de teoría
fundante para la ética en general, incluso para la sociedad misma. Los presupuestos de Kün
surgieron en una sociedad con moral baja, pese a los grandes avances científicos. Para el
teólogo suizo, este contexto tiene la necesidad de que se articule una ética común,
nacional, transnacional, y las religiones pueden jugar un papel importante en dicha
labor, siempre y cuando, las religiones y los religiosos, deben buscar, para vivir en
una comunidad con otras personas, caminos que sean consistentes con su forma de
ser religiosa, así como con su reflexión teórica o religiosa sobre el modelo de vida
buena.

3. Práctica pastoral (fundamentada en una ética


teológica)

3.1 Labor pastoral


Dentro del marco bíblico, el ejercicio pastoral encuentra su camino bien delimitado
por los principios y valores plasmados en los textos, tanto el Antiguo como el Nuevo
Testamento, ofrecen una gran cantidad de normas éticas aplicables para el
desarrollo de la labor pastoral, eso ya lo pudimos dejar claro en el fundamento
teológico para la ética. Sin embargo, hoy en día es muy difícil encontrar una
definición contundente a lo que significa ejercer el ministerio pastoral, y eso es por la
basta cantidad de iglesias, doctrinas o interpretaciones del texto, que terminan en
denominaciones, y por último, en prácticas pastorales diferentes. Algunas pueden
ser consideradas como continuidad del ejercicio ético de los principios bíblicos, y
otras están bastante lejos.

De cualquier forma, toda práctica pastoral debería de ser considerada como una
réplica actualizada de los principios y valores expuestos en los textos bíblicos,
siendo el valor de la vida como el fin ulterior de la práctica pastoral, dirigiendo toda
acción concebida en la pastoral debe ser pro vida, en un sentido íntegro de esa
realidad, en un sentido holístico. Aquí es donde entra la bioética como herramienta
teórica que dirige la práctica pastoral.

Si bien es cierto la vida en un sentido amplio u holístico supera el ejercicio pastoral,


eso no significa que no debería de buscar el beneficio del buen vivir en los feligreses
en este mundo, en este punto, la esperanza de una nueva vida sin sufrimiento, en
paz, y con condiciones ambientales aceptables para el desarrollo pleno, deben ser
una guía práctica de la pastoral, en todos los sentidos. Programas eclesiásticos,
calendarios de actividades, planes financieros, proyecciones, etc. Deben estar
fundamentadas en una ética pro vida o bioética correcta, introduciendo propuestas
transformadoras que generen esas condiciones dignas para la vida humana.

La bioética puede ser una herramienta sumamente útil para el pastor en su práctica
ministerial, como un método donde aprenda a reconocer la realidad de las personas,
como estas experimentan y responden a su realidad. También, reconocer que a lo
mejor las problemáticas sociales como los abusos sexuales, la violencia cotidiana y
estructural, que se continúan practicando en la iglesia, son el resultado de que las
personas no tengan una idea correcta sobre la vida y dignidad del tercero. Al menos
a mi parecer, la bioética actual está respaldada por los principios bíblicos en pro de
la vida humana.

3.2 Propuestas éticas de pastoral contextual.


La pastoral contextual debe ir siempre a la vanguardia de los diversos temas de interés de
la sociedad y del mundo, dentro de esos temas de interés están los que se presentan desde
la bioética, temas que tienen un recorrido histórico y que han generado diversas reacciones
en el mundo y en los espacios eclesiales, es por ello que la pastoral contextual debe
conocer, estudiar y por sobre todo actuar de manera acorde a los valores del reino que
Jesús encarnó.

Es por lo anterior que, se propone de manera reflexiva, acciones que desde temas bioeticos
como, el aborto, el suicidio, las drogas, etc. La pastoral contextual debe abordar.

En primer lugar queremos mencionar que al acercarse a los temas bioeticos como por
ejemplo el tema del aborto, debemos conocer dicha problematica, entendiendo que en los
ultimos años a ganado bastantes seguidores, ya sea para colocarse a favor, asi tambien
como para posicionarse en contra, justo es asi con todos y cada uno de estos temas, la
cuestion aqui no es tomar vandos. La acción de la pastoral aquí es la de empaparse del
tema, indagar sobre él.

Desde este punto debemos explicar que para la pastoral contextual la biblia expresa
siempre el valor de la vida humana como el máximo bien que este puede poseer, pero al
abordar este tema tan complejo, lleno de postulados científicos, religiosos, jurídicos, etc. Se
nos hace necesario ubicar la labor del pastor en favor del derecho a la vida, pero también
en consideración del proceso por el cual aborto se está presentando como una opcion a la
persona. Es necesario que la pastoral conozca no solo el campo religioso o teológico de
dicho problema, sino también las implicaciones clínicas, legales y psicológicas que este
conlleva, el pastor debe entender estos aspectos, ya que se puede dar por diversos factores
que también ponen en riesgo la integridad de la madre. Es aquí en donde la pastoral no
puede ser cuadrada, sino comprensiva.

La acción de la pastoral debe ser propositiva, con conocimiento de causa, no solo juzgar,
sino también actuar, acompañando, cuidando, guiando, defendiendo el derecho a la vida,
pero también reconociendo las condiciones de vida que las madres puedan tener, defender
al no nacido pero de igual manera pronunciarse ante las injusticias de los que nacen pero
no pueden desarrollarse normalmente, que vienen siendo abortados de una sociedad cada
vez más excluyente, actuar en favor de los que no tienen forma de defenderse.

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