Temas: El Bautismo- Hemos nacido para amar

Propósito: Descubrir el Bautismo como el primer encuentro con Cristo que nos lleva a
iniciar un proceso de maduración en la fe.

Dinámica: En grupo de 3 0 4 personas analizamos el siguiente texto: ¿Cuáles son las

razones por las que la gente se bautiza?

Texto Bíblico: Jn. 3, 1-8. Jesús dice a Nicodemo: Si uno no nace de nuevo no puede
entrar al Reino de Dios…

Reflexión
El bautismo es renacer del agua y del Espíritu.
Gracias al bautismo somos hijos de Dios y miembros de la Iglesia. Además, Recibimos
la vida del Espíritu, la vida Nueva.
El bautismo es el sacramento de ingreso a la comunidad cristiana. Es la puerta de
entrada a la vida de la Iglesia, nadie puede recibir otro sacramento sin haber recibido el
bautismo.
Los bautizados en Cristo estamos llamados a participar en la vida de Dios Uno y Trino,
es decir en comunidad haciendo posible que en toda la se haga posible el Reino de Dios.
Es decir, que por el bautismo hemos sido incorporados e inserto dentro de Cristo muerto
y Resucitado, es decir, que ya somos parte de su misterio pascual.
Cuando somos bautizados recibimos al espíritu Santo y Dios Padre nos adopta por sus
hijos queridos en los cuales tiene su alegría, a semejanza de Jesús, su Hijo: “porque
somos hijos Dios mando a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que aclama Abab;
Padre, de modo que ya no eres esclavo, sino hijos”.
1. La gracia bautismal
La gracia bautismal imprime en nosotros el sello de los discípulos de Cristo, no se
borra. Por ello, con el bautismo, quedamos unidos con Cristo para siempre. Esta gracia
nos da:
 Fuerza interior, la fuerza del Espíritu que nos ayuda a continuar por el camino de
la fe. Por este motivo el bautismo es algo vivo y actuante todos los momentos de
la vida.
2. Signos del bautismo
 El agua del bautismo: símbolo de limpieza y purificación. Nos comunica la vida
de Dios como signo visible de la vida nueva; por ella quedamos purificados y
libres y purificados de toda culpa.
 La luz: en ella recibimos el cirio pascual, figura de Cristo nuestra luz y el fuego
del Espíritu Santo que es derramado sobre todo bautizado para que, con su
fuerza, seamos luz para los hermanos, a ejemplo de Jesucristo.
 Vestidura blanca: Signo de pureza del ser nuevo. El bautismo limpia o borra el
pecado original herencia de todos los descendientes de Adán y nos llena de la
gracia divina.
 El crisma y oleo de los catecúmenos: Aceite que significa fortaleza, don del
Espíritu Santo a los recién bautizados. El bautismo al igual que nos hace renacer
a una vida nueva, nos exige comportarnos como hijos de Dios y como tal,
debemos alimentarnos de la Eucaristía para vivir en comunión con El y con
todos los hermanos como miembros de una sola familia: la Iglesia.
 3. Nombres del sacramentos de iniciación cristiana
 Bautismo en razón del rito central en el cual se celebra. Bautizar
significa sumergir en el agua. Quien recibe el bautismo es sumergido en
la muerte de Cristo y resucita con El como una nueva creatura.
 Baño de regeneración y renovación en el Espíritu Santo e iluminación
porque el bautizado se convierte en hijo de la luz.
El rito esencial del bautismo consiste en sumergir en el agua al candidato o derramar
agua sobre su cabeza mientras se invoca el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo.
La iglesia bautiza a los niños que naciendo con el pecado original necesitan ser liberado
del poder del maligno y trasladado al reino de la libertad de los hijos de Dios.
¿Qué se requiere para ser bautizados?
A todo aquel que va a ser bautizado se le exige:
 La profesión de fe: en el caso de los adultos es expresada personalmente y el
caso de los niños es expresada por medio de sus padres y de la Iglesia.
4. El bautismo nos consagra como sacerdotes, profetas y reyes:
 Como sacerdotes cada persona tiene esta sagrada misión: orar por los demás y
ofrecer sacrificios por todos aquellos que lo necesitan.
 Como profetas tiene la misión de anunciar el Reino de Dios, especialmente en
aquellos lugares y ambientes donde aún no ha llegado este Reino
 Como reyes, no para ser servidos, sino para servir.
Actuemos como verdaderos hijos consagrados como auténticos sacerdotes, profetas y
reyes