Está en la página 1de 7

LA VISITA DOMICILIARIA EN TRABAJO SOCIAL

ANTE ESCENARIOS DE INCERTIDUMBRE: ¿Cómo


nos preparamos para la nueva normalidad?
Guía de buenas prácticas para la visita domiciliaria
en trabajo social.

Julio Jiménez Herrera, MSW1

1
Máster en Trabajador Social. Profesor -asesor Online. Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla,
Pue. UPAEP. julio.jimenez@upaep.mx , mayo de 2020.
La práctica de la visita domiciliaria hunde sus raíces en Londres en 1869 con la
fundación de la Charity Organizatión Society (COS). Actividad que realizaban, en
los barrios pobres, los visitadores voluntarios para conocer sus problemas (Tonon,
2005). En el continente americano a inicios del siglo XX, la visita domiciliaria era
realizada por las “Friendly visitors” (visitadoras amigas) y, gracias al trabajo
realizado por Mary Richmond, considerada la primera trabajadora social profesional,
reconoció que esa actividad era muy asistencial y guiada por unas simples buenas
intenciones. Se preocupó por que las visitadoras fueran más allá, que encontraran
las causas de los problemas por las que atravesaban los individuos en situación de

pobreza, hasta convertir a la visita domiciliaria, en una verdadera intervención


profesional.
Desde entonces, podemos reconocer que la visita domiciliaria es parte esencial
que identifica a los trabajadores sociales en su <saber hacer>. Luego entonces,
podemos entenderla como la visita que realiza el o la trabajadora social a un hogar,
en una colonia, barrio o comunidad, tratando de tomar contacto directo con la
persona y/o familia, en el lugar donde vive con fines de investigación o tratamiento,
ayuda o asesoría. (Ander-Egg, 1995).

Pero, tenemos que reconocer y recordar que la visita domiciliaria no tiene su


valor en sí misma como técnica y acto, ya que el hecho de ir hasta ahí (hogar),
donde habitan los más vulnerables, necesitados o en condiciones habitacionales
pobres con los fines descritos más arriba, se apoya en otras técnicas para la relación
con los sujetos como la entrevista y la observación. Y, dada la naturaleza de las
técnicas mencionadas, suponen un acercamiento al escenario e implican una
relación cara a cara. En términos generales podemos graficar un flujo de pasos para
la realización de la visita domiciliaria:
RECEPCIÓN DE SOLICITUD DE PROGRAMAR APLICACIÓN DE LA ENTREVISTA
INICIO SERVICIO, TRATAMIENTO O Y OBSERVACIÓN CON FINES DE
APOYO VISITA DIAGNÓSTICO, TRATAMIENTO
O AYUDA

TOMA DE DECISIÓN DEL ELABORACIÓN DEL REPORTE


TERMINO APOYO O TRATAMIENTO AL DE VISITA Y ELABORAR
SOLICITANTE DIAGNÓSTICO

PLAN DE ACCIÓN

A partir del diagrama de flujo, podemos inferir que él o a trabajadora social, utilizando los
recursos disponibles en su centro de trabajo en términos de transporte de personal, apoyo
económico para pago de transporte público (taxi, micro o algún otro dependiendo de la
ciudad) o apoyo de gasolina si utiliza su propio auto, y sin más protocolo armado con papel
y lápiz o con algún dispositivo tecnológico moderno (computador portátil, Tablet, grabadora
o celular), va en búsqueda de los datos que le permita completar la información para
elaborar el diagnóstico que a su vez servirá de base para el plan de acción.

Sin embargo, la emergencia de la pandemia sanitaria (COVID-19) a nivel mundial y


sus efectos devastadores ha obligado a cada país de manera local, aplicar medidas
y protocolos reconocidos y aceptados clínica y socialmente como preventivos para
mitigar en lo posible la propagación, los contagios, los signos y síntomas y en su
caso la muerte. Por lo que, la pregunta provocadora que nos hacemos, y algunas
más, como por ejemplo ¿Cómo nos preparamos para la postpandemia? ¿En
qué condiciones se realizará la visita domiciliaria de acuerdo con la nueva
realidad que nos dejó la crisis sanitaria? ¿Qué medidas socio-tecno-sanitarias
tendrá que desarrollar/aplicar el o la trabajadora social para realizar la visita
domiciliaria en la “nueva normalidad”?
A continuación, expongo algunas buenas prácticas a seguir por parte del profesional
del trabajo social para aplicar antes, durante y después de la visita y de esta manera
ajustar la actividad profesional a la “nueva normalidad” que nos impone la
emergencia sanitaria arriba mencionada.

ANTES DE LA VISITA
• Preparar equipo de protección: Cubrebocas,
careta, gel antibacterial personal.

• Indagar en la ciudad aquellas zonas o espacios


de alto riesgo identificadas por la autoridad
sanitaria local, que le permita mapear los peligros camino a la visita.

• Tener bien identificada la ruta más viable para llegar al domicilio. Hacer uso
de la tecnología GPS. La trabajadora social o el trabajador social, debe hacer
uso de su teléfono móvil para ubicar en el mapa de la ciudad, el domicilio de
la persona o familia que va a visitar. Hay aplicaciones para tal fin, por ejemplo,
Google map.

DURANTE LA VISITA

• Distanciamiento social. Tomar distancia


socioafectiva con el individuo/familia en la
visita. El antes fue el temor, el después es la
incertidumbre.
• Probablemente no haya tiempo para la socialización o realizar la entrevista
con mayor precaución, lo que significa un nuevo contrato social en la relación
Profesional-Sujeto.

• El espacio físico donde se emplearán los instrumentos en la visita. Probablemente,


el o la trabajadora social, tendrán que tomar todas las precauciones en relación con
el lugar concreto donde realizar la entrevista ¿dentro de la casa, si se le invita a
pasar? ¿en el patio? Se recomienda realizar la entrevista y aplicación del o los
instrumentos en espacios ventilados, evitando en lo posible las áreas
cerradas.

• Es muy recomendable que se apliquen los instrumentos (cuestionario, guía de


entrevista, etc.) lo “más pronto posible” pero, sin olvidar el riguroso profesionalismo
en su empleo.

• Evitar, siendo lo más sensatos y asertivos posible, el uso de vasos, platos,


cucharas, etc. Hay que recordar que despreciar un vaso de agua es herir y
desmoralizar a quien lo ofrece (y sobre todo a un casi desconocido) hoy día
deberá ser una regla de ida y vuelta.

DESPUÉS DE LA VISITA
De regreso a la institución:

• Mantener la práctica del sano


distanciamiento como una forma de cuidar al compañero de trabajo. Lavado
minucioso de manos.
• Realizar una limpieza regular con desinfectante de los instrumentos
utilizados en la visita: Teléfono móvil, Tablet, Laptop, pluma, lápiz, etc.

• No compartir, con los compañeros de trabajo, aquellos instrumentos o


dispositivos utilizados en la visita domiciliaria.

• No saludar de mano o beso a sus compañeros de trabajo.

• Limpieza regular con desinfectante de escritorios, manillas de puertas y áreas


comunes que utiliza el o la trabajadora social, que recién realizó la visita.

PROPUESTA DE LÍNEAS DE ACCIÓN

• Indagar condiciones laborales de trabajo de las y los trabajadores sociales


en las instituciones y organizaciones donde laboran.
• Es muy probable que aparezcan nuevas formas de organizar el trabajo entorno a la
visita domiciliaria, ante esto, se propone la visita domiciliaria remota o Tele visita
domiciliaria, en los casos que sea posible, esto con fines de proteger al trabajador/ra
social.
• Capacitar a la trabajadora/or social en tecnologías de la información.
Específicamente en herramientas de comunicación remota.

• Se propone que las asociaciones y/o federaciones de Trabajo Social, se movilicen


para diseñar protocolos especializados y localizados y hacerlos llegar a sus
agremiados para que estos los apliquen cuando realicen la visita domiciliaria con
fines de prevención del contagio.
Sin duda, estas y muchas otras ideas, y dependiendo del contexto de ciudad o país,
serán el marco jurídico-tecno- organizacional que prefigurarán a la visita domiciliaria y a sus
ejecutores trabajadoras y trabajadores sociales que día a día van en búsqueda de la
información en los propios hogares de los más vulnerables que solicitan apoyo por parte de
los programas sociales gubernamentales o privados, y que les permite conocer el contexto
socioeconómico, sicológico, ambiental y cultural de los beneficiarios de los mismos en
términos de salud, educación, vivienda, laboral, etc.

REFERENCIAS
ANDER-EGG, Ezequiel (1995). Diccionario del Trabajo Social. Buenos Aires: Ediciones Lumen.

Tonon, G., Vélez, O., González, V., Meza, M., Aguilera, M. (comp). Las técnicas de actuación
profesional del Trabajador Social. Buenos Aires, Argentina: Espacio Editorial

También podría gustarte