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Historia Cotidiana

En un tranquilo barrio de Montevideo, María, una mujer


trabajadora y dedicada, se levanta temprano para comenzar su día.
Después de preparar el desayuno para su esposo, Juan, y sus hijos,
se apura a vestirse y se prepara para ir al trabajo.
Mientras se apresura a salir por la puerta, Juan se sienta en la
mesa mirando el celular y pregunta"¿Querés que te ayude en
algo?" y enseguida vuelve a preguntar ¿donde está mi camisa?.
María suspira y busca la camisa en el montón de ropa para lavar.
"Está en el canasto de la ropa sucia", responde con calma.

Viste a sus hijos con la camiseta azul al nene y la rosada para la


niña, como corresponde. Luego de llevar a sus hijos al médico,
había sacado hora dos meses antes, Maria llega unos minutos
tarde a su trabajo.
Su jefe le dice “Maria, 10 minutos tarde. Voy a estar atento a que
eso no se repita.”
María le explica por qué se había retrasado, y su jefe parece
comprender : “No te preocupes chiquita, son cosas que pasan.
Aprovechando me gustaría hablar contigo sobre el posible
ascenso a supervisora, lo que nos preocupa es que vayas a tener
otro hijo. Cerraste la fábrica, no? Digo, con dos está bien”. María
no sabe que contestar, no es una decisión que haya tomado, pero
tampoco quiere perder la oportunidad de ascenso.
Al regresar a casa después de un largo día de trabajo, María llega
a preparar la cena, ayudar a los niños con la tarea y limpiar la
casa. Mientras, Juan se relaja frente al televisor a mirar su club
favorito del cual es hincha fanático y no se pierde ningún partido.
Le preguntas sobre su ascenso. María le dice que todavía no ha
habido una decisión. Juan respira tranquilo “la verdad me
molestaría que cobraras más que yo, al fin y al cabo soy el jefe de
familia. Aparte cuando sos encargado a veces hay que quedarse
más tiempo y tenés que ir a buscar a los niños a la escuela.” María
piensa que Juan tiene razón, no había considerado en ese tema.
Después, sin embargo, Juan ayuda a María bañando a los niños y
dándole la cena. Cuando está terminando suena el celular, es la
abuela de los niños, madre de Juan. “Hijo sos un padrazo”, le dice
muy orgullosa. “Y eso que no te enteraste de que el sábado se va
con las amigas y me quedo de niñera”, le dice a la madre.
“Mientras sea con amigas y no con amigos”, dice bromeando la
madre. Ambos ríen.

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