© Ire Martín 2017.

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DibujandoEstrellas.com 02
si ya saben cómo me pongo, pa’ qué me invitan | Forever young página 05
EL SEX APPEAL QUE EMOCIONÓ A SPIELBERG | coherencia página 10
PEREZA SOLO ES UN GRUPO DE MÚSICA | Cargándonos las excusas página 13
mejor pobres pero honrados | I will survive página 17
Venga dame un beso | aprender a recibir página 23
error 404 en yogur con hilos | invisibilidad página 29
por amor al arte | el precio del impostor página 36
claro que sí, guapi | las perfectas críticas página 43
el dolor | punto de inflexión página 49
no me da la vida | viviendo días de 50 horas página 54
El diagnóstico | cambio de rumbo página 60
Vivir en un “pero” | el beneficio secundario que te fundió página 66
lo importante es tener finales | cerrando el círculo Página 70
agradecimientos página 76
Joder, que eres muy pequeña para
dejar tanto vacío al irte.
Carlos Miguel Cortés
@turistaentupelo
 si ya saben cómo me
pongo, pa’ qué me invitan
forever young
Fue en esa llamada.
La primera de mi primera empresa cuando la gente aún no
usaba whatsapp o el mail para todo.
En ese “me han hablado de tu curso y quería que me con-
tases un poco más” me maté yo.
Os puedo jurar que aún noto en mi piel hasta las sensacio-
nes físicas de aquel momento al recordarlo.
Tenía una mezcla de querer parecer que sabía de sobra lo
que me hacía, lo cual denotaba superioridad, pero a la vez
quería quitarme toda la importancia del mundo, lo cual indi-
caba inseguridad.
Resultado: una grandísima y terrible incoherencia.
Cuando colgaba el teléfono tenía una sensación de… ¿Pero
por qué le has dicho eso? Constante.
Cuando emprendemos se nos activan muchos mecanismos.
Últimamente lo comparo con una segunda adolescencia, así
que aunque no tengas ningún negocio por cuenta propia, de
momento, seguro que lo entiendes igualmente a la primera.
La situación es ésta.
Ya tuviste una pequeña crisis existencial cuando se acercaba
el fin de tus estudios y no sabías cuál sería la opción correcta
para dar el siguiente paso.
La incertidumbre ya llamó a tu puerta y ya hasta os tuteáis.
Menos mal que duró poco porque enseguida caíste en los
05
brazos de un jefe que te guiaba por el buen hacer, o mal ¡Concedido! El día llegó (aplausos).
hacer, y tus fuerzas solo se centraban en no cagarla mucho,
aprender de todo y llenar tu cabeza de vez en cuando con
El clásico “¡se acabó!” que sabes que un día llegaría.
lo ideal que sería si montases algo por tu cuenta y fueses
Mi saturación de días sin horario en los que llegabas a la ofi-
más libre.
cina un martes por la mañana y tal vez al día siguiente tuvie-
ras que está de forma improvisada en Mérida,
Tú solo tenías que hacer tu actividad lo mejor
las jornadas de 22 horas en las que te mandan
posible. Ese era tu cometido y tu gran preo-
a casa 2 horas a dormir para que al día si-
cupación. Los números de tu empresa solo
guiente haya alguien que esté fresco (ejemplos
te implicaban si amenazaban con recortes en
100% reales y sin aditivos), en fin… Las con-
personal o con la moda de hacer un E.R.E.
secuencias en mi vida personal eran obvias.
Por lo demás, tú tenías tu horario, aproxima-
A nivel familiar era bastante insostenible y a
damente, tus fines de semana y aquí paz y
mis amigos directamente no les veía. Además,
después gloria.
ser productora de eventos publicitarios de
grandes empresas con tan altísimos presu-
Todo ese tiempo libre relajado que contras-
puestos hacía que se crease magia cada día.
taba con tu día a día hacía que te planteases
No era un catering y una ponencia, eran giras
muchas veces que en algún momento llega-
por parques de atracciones, convenciones con
ría el día en que montases algo por tu
efectos especiales, en fin… MAGIA con ma-
cuenta.
yúsculas, por lo que mi vida real me parecía bastante sosa y
mi trabajo me generaba una adrenalina que enganchaba.
Lo imaginabas como un mundo ideal y maravilloso en el que
eres más libre haciendo lo que quieres hacer y siendo dueño
Pues bien, amigos, llegó ese día que todo alma emprende-
de tu propia vida más que nunca.
dora sueña en el que dices… ¡Eh, un momento! Que hoy es
el día y hasta aquí hemos llegado.
…
...
Entregué mi placa y mi pistola mi móvil y mi portátil y me fui
…

06
a ser más libre.
Más libre…
Más li.. jajajajajaj.
Ese sería el resumen de lo que ocurre después.
Lo que el viento se llevó
Lo que yo no sabía es todo lo que empezó a activarse.
Las fases serían más o menos las siguientes:
Zen total, ahora vacaciones, dormir y año sabático.
La realidad fue otra.
Mi año sabático duró dos meses. No aguantaba estar sin
hacer nada. Además como nunca tuve derecho a paro por-
que me fui yo de todas las empresas en las que trabajé, es-
taba sin un duro pero ansiosa por hacer algo.
Empecé por dar clases de gestión emocional y escritura te-
rapéutica. Mi mente debió decidir que allí no habría estrés y
las 7 plagas de las Biblia tendrían su fin. Me lo tomaba como
un experimento vacacional sin muchas expectativas y con
muchas satisfacciones.
Obviamente no fue del todo así.
En el momento, o al día siguiente según lo que hayas des-
ayunado, que decides tomarte en serio una actividad por tu
cuenta se te endienden los warning.
Descubres poco a poco que no solo tienes que ocuparte y
ser bueno en tu actividad, sino que tienes que ser jefe, se-
cretario, recursos humanos, informática, empleado, becario,
financiero, legal y toda la plantilla entera de una multinacio-
nal.
Las responsabilidades se multiplican y tus obligaciones y prio-
ridades también. Es lo más parecido a trasladarse a un
mundo cuántico de posibilidades infinitas, solo que estás tú
con cara de Bambi iluminado con las luces de un camión.
Podríamos compararlo con los signos de una adolescencia
standard:
- Creación de la personalidad
- Desorientación en la toma de decisiones
- Inseguridad con nuestro físico (pensad en poneros delante
de una cámara)
- Dudas de si tu amor es correspondido
- Trasnochar
- Intensidad de sentimientos más allá de lo permitido por la
OMS
La hostia de realidad es bastante interesante, pero a pesar
de ello piensas que no es para tanto y sigues adelante. Si
otros pueden tú también.
07
 Dicen que el dolor es inevitable
Dicen que el dolor es inevitable pero que el sufrimiento es
opcional, esa es mi filosofía de emprender y quiero que sea
pero que el sufrimiento es opcional, la tuya.

Así que encendamos el miedómetro.

¿Te pasa alguna de estas cosas?
- No tienes suficientes clientes
esa es mi filosofía de emprender y -
-
Tu visibilidad es escasa
Te da miedo mostrarte
- No te lee nadie
- Te comparas constantemente

quiero que sea la tuya.” -

Y así es.
Ser emprendedor, para mí, no es solo trabajar por cuenta
propia y lidiar con la segunda adolescencia, sino que es
una mentalidad, una apertura al cambio y el inconformismo
que hace que te muevas para tener la vida que quieras
tener. Puede ir enlazado a un proyecto empresarial o que
sea un modo de vida. A veces son ambas cosas.
Esos mecanismos se traducen en diferentes ramificacio-
nes del miedo origen y se desactivan frenando el juicio,
analizando, comprendiendo y aceptando/perdonando.
-
-
Tu perfeccionismo ralentiza tu ritmo
No te da la vida
Infravaloras tu negocio
- Te cuesta recibir
- Tienes miedo a las críticas
- No sabes decir que no
- No consigues terminar de materializar proyectos
- Estás rodeado de clientes tóxicos
- No cobras lo suficiente
- Te da pereza moverte y buscar clientes u oportunidades
- Pánico a hacerlo mal y fallar
Te haré spoiler.
Detrás de todos esos frenos hay solo una cosa: miedo.
Pero el miedo tiene un montón de matices, y es importante
saber cuál es el tuyo para afinar más en cómo cargárnoslo.

08
Una buena chica conoce sus límites,

una mujer inteligente sabe que no

tiene ninguno
Marylin Monroe
 EL SEX APPEAL QUE EMOCIONÓ
A SPIELBERG
coherencia
¿Sexy como quién? ¿Marilyn Monroe? ¿Scarlett Johanson?
¿Asthon Kutcher? Sí, si piensas en todos ellos como Coca-
cola.
Deseable, apetecible, inspirador de confianza, alguien a
quien le darías un buen beso o un talonario. Quien despierta
eso es sexy.
Hay gente que habla de textos sexys, páginas de ventas
sexys, argumentarios sexys, paquetes de servicios sexys.
Todo es lo mismo, atraer para crecer más.
Vale, ahora sí que ha sonado mal.
Pero si lo vuelves a leer sin la mirada sucia comprenderás
que aprender el mecanismo para parecer sexy a tu público,
a la prensa y a otros compañeros que pueden ser colaboradores
tuyos es una misión que debe estar entre tus primeras filas.
En nuestra buena adolescencia empresarial esa es la clave, ser
sexys para nuestro público, clientes, que vean algo nuestro y digan:
“¡lo quiero ya!“
Pero tranqui, no tienes que hacer nada. Lo que tienes que hacer
es dejar de hacer.
¿Fácil?
Te daré un atajo.
Hay una vía directa para desactivar mecanismos que nos ralentizan
y desgastan: conocerse muy bien a uno mismo.
10
Si tú te conoces, será más fácil que te anticipes a los miedos No, es al revés. Tomas conciencia de lo que te está ocurriendo,
que tienes tendencia a activar y que vayas un paso por de- por tanto tu pensamiento cambia y de forma natural se manifiesta
lante en lugar de por detrás. en tu comportamiento.

Al saber los matices de tus miedos, será muchísimo más Cambiar un comportamiento para que una forma de hacer o pen-
sencillo ponerle remedio antes de estar metidos hasta el sar cambie es estar en lucha, es posicionarnos en la fuerza. En
fango. cambio hacerlo al revés es estar posicionados en el poder y
desde ahí todo se modifica de forma natural.
Esto requiere un ejercicio de honestidad muy fuerte con nos-
otros mismos y también de coherencia. Estas dos cosas son Seguro que ahora lo entiendes mejor.
lo más sexy que dan.
Con lo que te voy a decir ahora pensarás que me he vuelto loca,
¿A quién vas a comprar? ¿A alguien que tiene un argumento pero te equivocas: ya lo estaba. La base de todo esto, aunque te
coherente y honesto o a alguien que no te crees porque parezca surrealista, es biológica.
emite todo lo contrario?
[silencio tenso]
Está claro, pero hay un factor que a lo mejor te hace creer
que eres sexy y no lo eres. Nuestro cerebro gestiona nuestro cuerpo. Hasta aquí sin conflictos.
El objetivo de nuestro cerebro es mantenernos con vida, lógicamente.
A veces nos autoengañamos a
nosotros mismos. Son mecanis- Cuando nuestro cerebro está estresado, eso empieza a manifes-
mos de protección que activa- tarse en nuestro cuerpo de diferentes formas, empieza a alterarlo
mos porque no aceptamos esa e incluso puede llegar a ocasionar enfermedades.
vulnerabilidad.
Un organismo en desequilibrio, por definición no es el mejor en-
Entonces, ¿qué tenemos que torno para desarrollar vida y por tanto si eliminamos lo que genera
hacer para que eso cambie? el desequilibrio, mejor que mejor.
¿Hay acciones que llevar a
cabo para que nuestro pensa- Adónde quieres ir a parar, paisana, ¡que me estoy liando!
miento cambie? Es fácil.

11
 Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que
caminábamos para encontrarnos”
Entre dos situaciones, tu cerebro siempre, siempre, siempre,
siempre va a elegir realizar la que menos estrés te cause.
Moraleja: si no tienes dinero, es porque te estresa más te-
nerlo que no tenerlo.
Si no tienes éxito, es porque te estresa más tenerlo que no
tenerlo.
Si no alcanzas tu “peso ideal” es porque te estresa más al-
canzarlo que no alcanzarlo.
Si no encuentras a tu príncipe/princesa de cuento, es porque
te estresa más estar en pareja que sin ella.
Y así ad infinitum.
Julio Cortázar
Cualquier cosa (=pared con la que te choques cíclicamente) es
así porque tu cerebro ha decidido que estar en ese estado es
menos estresante y por tanto te salva la vida.
Podéis encerrarme, pero es tal cual y te lo demostraré (inserte
aquí efectos especiales maléficos deluxe).
El porqué te causa estrés tener éxito, dinero, visibilidad o aquello
que aún no alcanzas empresarialmente es el matiz emocional del
miedo que quiero que encontremos juntos.
Julio Cortázar lo decía y hablaba del amor, pero quiero que ahora
éste sea nuestro objetivo juntos respecto al origen emocional de
tus bloqueos empresariales:
Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que caminábamos para
encontrarnos.
12
 PEREZA SOLO ES UN
GRUPO DE MÚSICA
cargándonos excusas
Te acuestas súper motivado.
Mañana me va a cundir. Lo sé. Tengo un don para detectar
estas cosas.
Te pones el despertador una hora y media antes de lo nor-
mal, ¡porque nos tiene que cundir sí o sí!
Día siguiente. Suena el despertador. Pospones 10 minutos.
Vuelve a sonar.
Dentro de ti empiezas a hacer un repaso mental quitándole
importancia a absolutamente todo lo que tenías que hacer.
Podrás escucharte decir cosas como… “Si yo eso lo acabo
en un momento, qué agonías empezando tan pronto”, “esto es para
dentro de un montón, tampoco hay prisas”, “bueno eso en reali
dad, yo creo que no va a salir así que para qué molestarse”.
Resultado: NADA.
Como dijo un sabio, para cambiar lo que siempre has tenido, haz
lo que nunca has hecho.
Os he puesto el ejemplo de levantarse pero me vale cualquier ho-
rario y circunstancia porque las excusas serán las mismas.
Venga, suelta el cilicio de fustigamiento que luego llega el verano y
no queremos marcas.
13
Tengo una MUY buena noticia para ti: no es por tu culpa.
Hace unos años me leí un libro sobre adelgazar mediante
visualización.
¡Os juro que viene al hilo!
Su teoría se basaba en que había algo
dentro de nuestra biología que hacía
que diera igual lo que hiciésemos, pero
que seguiríamos teniendo sobrepeso a
no ser que comprendiésemos el motivo
por el cual estábamos ganando peso.
Nos estresa más estar delgados que no
estarlo. Parece irracional pero es biolo-
gía.
Hay algo más fuerte que tú que está fre-
nando tus actos. No es falta de fuerza
de voluntad, es miedo.
La pereza siempre lleva miedo detrás, y
en la mayoría de los casos es miedo a no conseguirlo.
El mecanismo sería: si no lo intento no fracaso.
Brillante, ¿no?
De esta forma el cerebro se asegura que no vas a fracasar
porque no lo vas a intentar #aplaudanDePie.
Pero qué pasa si nos hacemos conscientes de ello. Qué pasa
si analizamos porqué creemos que vamos a fracasar.
Seguramente empecemos a encontrar tanta irracionalidad que
se
desarme solo.
Voy a fracasar porque es muy difícil conseguirlo.
Voy a fracasar porque no sé lo suficiente.
Voy a fracasar porque no tengo tantos seguido-
res. Etc.
Estoy segura 100% de que conoces casos en los
que en una situación similar han conseguido lo
que tú estás intentando y esas razones que me
cuentas no fueron impedimento.
Y lo sabes.
Ahora cada vez que te de pereza algo, sabrás
que cambiando la palabra pereza por miedo es-
tarás más cerca de atravesarla.
A veces son cosas muy tontas y otras veces encontrarás mo-
tivos más grandes.
Coherencia y honestidad al 100%. Ve un paso más allá y pre-
gúntate qué pasa si no lo consigues, seguramente eso te dé
muchas pistas sobre el miedo que estás teniendo y te será
mucho más sencillo detectarlo y desactivarlo.
14
Que esto no quede en nada
PROPUESTA PRÁCTICA

Piensa en algo que te dé mucha pereza. Puede ser leer este

libro, ¡aunque espero que no! Para atajarlo si quiero com-
pletar la acción tengo muchas opciones:
- Leer en vertical
- Esperarme a la película (¿te imaginas?)
- Ir solo a los capítulos que hablen de mi tema estrella
- Empezar por el final e ir atajando.

Hay un montón de salidas para completar una acción que

da pereza que no implican quedarse paralizado sin hacer
nada.

Te propongo que pienses en una tarea que te genere pereza

realizar y te pongas varias salidas para terminar la acción.
De esta forma estás activando el botón de “no pasa nada
por hacerlo y no voy a estresarme porque hay formas de ter-
minar que me encajan”.

A veces es nuestra rigidez mental y autoexigencia la que nos

da pereza, así que no demos de comer al bicho y creemos
moldes nuevos, yeeah.

15
 mejor pobres
pero honrados
I will survive
Mi obsesión era el dinero.
Desde pequeña había sido muy ahorradora. Mi hucha rosa
con pegatinas era el tesoro mejor guardado y abundante del
mundo.
No era nada caprichosa o, por suerte, todos los caprichos
estaban satisfechos por mis padres y sobre todo por mi tía.
Así que el caso es que no gastaba casi nada.
Una imagen que contrasta bastante con el estado de quie-
bra monetaria y personal al que llegué a encontrarme.
Bueno, haciendo honor a la verdad, nunca he estado en nú-
meros rojos. Siempre la vida me regalaba algunos cénti-
mos para seguir en positivo. La vida a veces no deja ni exa-
gerar.
Hija, no se puede tener todo.
Nunca digas si tienes mucho o poco porque te lo qui-
tan.
Mejor pobres pero honrados.
El dinero solo se consigue con mucho esfuerzo y sacrificio.
Solo unos pocos pueden llegar a hacerse ricos.
17
Si tiene tanto éxito, algo malo habrá hecho.
La gente que hace las cosas bien (legalmente) nunca llega
a hacerse rica.
¿Te suena?
Estas son algunas de las frases que seguramente hayas es-
cuchado a lo largo de tu vida. En tu entorno,
tu familia, trabajo, centro de estudios, con
grupos de amigos, en la tele… Son
frases muy popularizadas que se han insta-
lado como creencias.
Así a lo tonto.
Recurrimos a ellas muchas veces para jus-
tificar una situación. No nos va bien pero al
menos tenemos salud. Sí, seremos pobres
pero al menos somos honrados, no como
esa panda.
El mecanismo del cerebro siempre va a empujarte a la su-
pervivencia, (gracias, Darwin) y la supervivencia es sinónimo
de evitar el dolor.
Ahora tiene más sentido.
Si nos acomodamos en alguna de esas creencias, al menos
inconscientemente, será menos dura la realidad.
De esta forma nuestro inconsciente toma los mandos y aunque
no eres consciente de darle fuerza a esas frases, ni las tienes
presentes, ni las repites como un papagayo, ni le das la más
mínima importancia, de vez en cuando saltan como un resorte
reafirmándose.
De esta forma nuestro cerebro siempre intentará reforzar nues-
tra creencia, nos fijaremos en los actos que justifiquen que el
que tiene dinero es corrupto, y también saltará a la
vista que no se puede tener todo y que cuando
eres fuerte en una cosa las otras se desvanecen.
Nuestro cerebro querrá tener esas creencias a salvo
porque cree que son las que te salvarán la vida.
Nuestra vida se basa en unas creencias, ya sean
científicas, ateas, cristianas espirituales, biológicas
o una miscelánea de todas ellas.
Éstas son la base de nuestro caminar y por tanto
en lo que se sostiene nuestra forma de gestionarlo
todo.
¿Dónde quiero llegar con esto?
A que si no tienes suficiente liquidez, no estás generando lo
suficiente o los gastos que tienes son mucho mayores que tus
ingresos, es porque estas creencias inconscientes te están li-
mitando.
Bien, ¡no eres la culpable!
18
Pero… vaya, ¡sí eres el origen!
Tu cuerpo cree que es más seguro para ti ser pobre, o no
hacerse rica, ya que si te haces rica serás corrupta, estarás Los conflictos internos de lo que conscientemente quería y
en peligro, levantarás envidias, te quedarás sola, te quitarán
el dinero, te corromperá el lado oscuro y una serie de catas-
tróficas desdichas te ocurrirán. para lo que inconscientemente estaba programada eran dis-
Te causa bastante más estrés estar forrado que estar en los
cartones: permítanme la licencia literaria, que estamos en tintos y había l egado la hora del desempate”
un recital.

Mientras tú te das latigazos planteándote qué estás haciendo

mal, el curso de finanzas que te falta por hacer o lees cientos
de blogs y libros con fórmulas mágicas que no te dan resultado.
Tu cerebro campa tan tranquilo porque sabe que tiene estas
creencias activas y que solo vas a avanzar hasta cierto punto.
A veces es por historias personales o familiares que nos han
contado, eso va en la genética y no se puede cambiar pero
sí actualizar.
Muy romántico pero poco práctico.
Me di cuenta de que no solo me ocurría con el dinero, sino con
un montón de cosas. Los conflictos internos de lo que cons-
cientemente quería y para lo que inconscientemente estaba
programada eran distintos y había llegado la hora del desem-
pate.

Cuando me hice consciente de esto, comprendí la lucha in-
terna tan grande que había tenido durante años.
Comprendí porqué tenía tanto dinero de pequeña y porque
cuando el amor entró por la puerta, el dinero se fue por la
ventana. No se podía tener todo y lo estaba cumpliendo a
rajatabla.
Si tengo estos frenos con ganar dinero, los clientes no llegarán
y hasta me costará identificarles, no me leerá nadie ni partici-
parán en mis publicaciones, e incluso dudaré de mi vocación.
Tranquila, hay un método infalible para que tú misma te des la
respuesta a qué te está ocurriendo.
¿Lo comprobamos?

19

Baldosas amaril as
PROPUESTA PRÁCTICA
Coge un papel y escribe el objetivo económico que quieras.
El que creas que quieres ahora mismo y que te está siendo
difícil alcanzar.
Facturar 50.000€ al año haciendo ____. Alcanzar una visi-
bilidad _______ a nivel nacional/internacional. Tener
___________ suscriptores. Escribir un libro sobre
__________ y que sea un best seller. Lo que queráis, liber-
tad de cátedra.
Cierra los ojos y visualiza cuál sería la escena que repre-
sente ese objetivo conseguido. Si es tener éxito escribiendo
un libro, puedes verte en la firma de libros con una cola
enorme y una lluvia de masas, por ejemplo.
Quédate esa imagen en la mente como si fuera una polaroid
y ahora pon el papel donde escribiste tu objetivo a unos me-
tros de ti, en el lado opuesto de la habitación de modo que
tengas que dar varios pasos hasta llegar a él.
Cierra los ojos de nuevo y ve dando un primer pasito hacia el
papel.
Continúa dando pasos poco a poco, deteniéndote unos se-
gundos en cada uno de ellos y sintiendo lo que le ocurre a tu
cuerpo según te vas aproximando.
Ve acercándote poco a poco hasta que llegues al papel y te
metas dentro de esa imagen que has grabado de cómo sería
ver tu objetivo cumplido.
Aprovéchalo todo y observa qué ocurre cuando está tu obje-
tivo cumplido, todo lo que sientes, quién está a tu alrededor,
donde estás, a qué huele, la temperatura, los ruidos que hay.
Detente y obsérvalo TODO.
Hay algunas personas que sentirán muchos nervios, insegu-
ridad, paralización, o por el contrario alegría, éxtasis y muchas
ganas de seguir caminando.
Es muy importante que te observes, que veas qué está ocu-
rriendo en la escena y notes qué está haciéndote sentir.
Si notas algún sentimiento que te perturbe, obsérvalo. Tal vez
te sorprenda pero seguramente te esté dando pistas de por-
qué no lo estás consiguiendo. El freno inconsciente y el estrés
20
que te genera saldrá y verás qué está ocurriendo.
De esta forma podrás trabajar con ello, hacerlo consciente y
eliminarlo.

Puedes preguntarte: ¿qué me faltaría o me sobraría para

que esta situación no me hiciera sentir mal y me sintiera sa-
tisfecha?

Vuelve a cerrar los ojos y añade o quita ese factor que has
descubierto. Afina y hazte esa pregunta hasta que sientas
una situación armónica o finalmente descubras que real-
mente no quieres eso.

¡Puede ocurrir!

La primera vez que hice este ejercicio respecto al dinero, lo

que me hacía sentir mal es no poder compartirlo, la sensa-
ción de “yo tengo, pero vosotros no”. Así que ante esa pre-
gunta lo que me contesté fue que sería plena si pudiera darle
una parte de mis ganancias a mi familia ya sea con viajes,
una casa en la playa o una inversión fija, etc. Con esa sen-
sación de compartir añadida a la imagen que me había cre-
ado, ya por fin podía sentirme mucho más tranquila.

He hecho este ejercicio un montón de veces, cada vez que

tenía la sensación de que la vida me ponía un freno grande
con algo, y he descubierto mi miedo al éxito, a ser conocida,
a tener más clientes e incluso a tener pareja.

Podéis utilizarlo con cualquier objetivo que tengáis y que

siempre se os resista “mágicamente”.

21
 venga anda,
dame un beso
aprender a recibir

Yo pensaba que daba mucho y recibía poco.
Tal vez también te pase a ti.
Voy a puntualizar, realmente no me planteaba si daba mucho
o no, lo que sabía es que recibía poco.
Fue hasta que me explicaron cómo funcionaban las leyes de
la abundancia cuando dejé de ver las cosas como las veía
hasta el momento.
mucho que le dan a todo el mundo y lo poco que reciben a
cambio, pero lo dicen con el papel de víctima.
¿En qué se traduce? Si nosotros estamos dando con el peso
de que estamos dando, porque es nuestro DEBER, porque si
no damos nosotros no va a dar nadie, porque no te permites
no dar, etc. Estamos dando desde un papel de obligación y no
de disfrute.
¿Qué ocurrirá? Recibiremos de la misma forma: obligada.

Si tú das mucho y recibes poco es porque no estás dando Estarás conmigo en que así no se disfruta igual. Sabe mejor
de la forma “correcta”. un beso de porque sí que un beso tras un “dame un beso”.
Muchas veces escuchamos personas que se quejan de lo Nada que ver.

23
 PONTE EL TERMÓMETRO A VER QUIÉN TIENE LA POLE POSITION
Pasa igual con todo lo demás.

Si nos lo llevamos al mundo laboral o empresarial pasa lo

Si yo estoy haciendo lo que quiero, lo que pienso, lo que digo
mismo.
y lo que siento y me nace, estoy en coherencia.
Es como si todo el mundo lo supiera.
Si me falla alguna de las anteriores, vuelva a la casilla de
salida.
Ahora que están tan en tendencia las cosas
gratuitas es donde mejor se puede ver.
Nuestros miedos, inseguridades y bloqueos vienen
por algún grado de incoherencia en lo que estamos
No estoy diciendo que cerremos todo y
haciendo.
nos compremos, por crowdfunding, claro,
una caravana del amor y nos vayamos re-
Si hay una parte de nosotros que no la siente o que
corriendo el mundo subidos a una nube
tiene pensamientos encontrados, o que no puede
sin pensar en el mañana ni en el hoy.
hacer lo que siente porque le causa conflicto, esto
frena.
Digo que nos hagamos caso, que no olvi-
demos nuestra intuición y que hablemos
Y dejamos de recibir.
un poco más, y de forma más sana y nu-
tritiva con nosotros mismos.
Si inconscientemente creemos que tenemos que
dar algo a cambio y además no creemos que ten-
No a los bucles, sí al entendimiento y con-
gamos nada que valga y por tanto estaremos en
clusiones.
deuda, no recibiremos.
Después de 5 años metida de lleno en el mundo de la empresa, mi
Si me siento culpable cuando recibo, no recibiremos.
conclusión es que recibes cuando das con tu vocación.
¿Sabéis lo que voy a decir, no?
Ni un píxel más arriba ni un píxel más abajo. Es cuando das
en el centro de un vocación. Esto es extrapolable a cualquier
Me causa más estrés recibir que quedarme a cero.
situación.

24
Muy relacionado con el capítulo anterior pero con más mati-
ces.
También puede pasar que no es que no recibamos nada,
pero sí estamos frenando todo lo que podríamos estar reci-
biendo.
Si os fijáis en casos de éxito, éxito entendido
como el referente que os despierte un “justo
es eso lo que querría”, el brillo de su felicidad
llega y llena todo. Suele ser gente muy apa-
sionada, conectada con lo que hace.
En muchos casos seguramente sigáis a una
persona que ha ido evolucionando y ya no
hace lo que hacía cuando empezasteis a se-
guirla, pero sigue siendo vuestro referente.
¿Qué tiene en común? ¿Qué os atrae de esa
persona? Te puedo asegurar que su actividad
es solo una pequeña parte, lo que te atrae como un imán es
su coherencia, su fuerza y su pasión.
Estos son los elementos comunes de estar conectado con
tu vocación y además hacer, decir, sentir y pensar lo mismo.
Esa coherencia una catapulta tremenda.
En mi caso lo he notado muchísimo, es mi termómetro par-
ticular.
En mis múltiples proyectos empresariales siempre había algo
que no me terminaba de convencer, pero no solía hacerle caso,
por eso he tardado en dar con el punto y dejar de luchar con-
migo misma.
Yo soy una persona tremendamente intuitiva, pero
no siempre me he hecho caso.
Pensaba que si hacía lo que otros hacían y les iba
bien, me iría bien. Tenía su lógica, ¿no?
Estaba convencida que siguiendo los pasos que
otros me decían que les había funcionado, daría con
la fórmula mágica del éxito.
Con lo que no contaba es con que cada uno tiene
sus circunstancias, y sobre todo sus mapas menta-
les con miedos varios para dar, tomar y regalar.
Cuando empezamos a hacer esto perdemos algo
importante que es la llave de nuestro camino al éxito: nuestra
interpretación de todo lo aprendido ajustado a nuestras circuns-
tancias pasadas y presentes.
Me ha pasado muchas veces escribiendo post sobre algún
tema que había aprendido donde me quedaba atascada o me
sentía estar escribiendo muy densito y coñazo extreme abu-
rrido. Encontré el motivo: no había rastro de mí misma.
25
Estaba intentando justificar un método, por ejemplo, con el
que yo estaba de acuerdo solo en partes.
Había una parte de mí que no dejaba decir las partes en des-
acuerdo, reinterpretar lo aprendido o simplemente obviarlas,
porque sentía que estaba fallando a quien me lo había en-
señado.
Lo que no vemos es que a nadie le sobra el tiempo y si alguien
te lee o está yendo a tus cursos, terapias, tienda, etc. Es por-
que le resuenas y no por ninguna obligación ni quedar bien
con nadie.
Por tanto le importa tu opinión, aportación y visión de la temá-
tica que estés tratando y que ha suscitado su interés.

Una sensación de obligación de pasar el legado tal cual. No tenía ningún sentido, era una autocensura tremenda, se-
guramente fruto de la educación que he recibido.
¿Estamos locos o qué?¿Entonces la tierra sigue siendo
plana? Pero está bastante generalizado lo de medir mucho las pala-
bras.
Precisamente ese es el error al que muchas veces nos en-
frentamos en todo. Creo que lo que deberíamos grabarnos más bien es “mide
mucho tu coherencia”. Lo demás son solo matices.
Nos da miedo
salir del armario Si hay rastro de incoherencia, no habrá rastro de respuesta
y dar nuestra ajena. Seguirás a cero en clientes, visitas y, en autoestima.
aportación más Dicen que las crisis son como la fiebre, solo un indicador. Si
sincera. no las hacemos caso, no van a desaparecer, como mucho se
taparán con otra cosa.
Creemos que
nos vamos a Las crisis solo son indicadores para que se produzca un cam-
buscar enemi- bio. Igual que la fiebre nos indica de que algo va mal para po-
gos, que nos nerle remedio.
van a juzgar o
que nos van a Las cosas son más sencillas de lo que pensamos, la cosa es
lapidar directa- si estamos dispuestos a creérnoslo.
mente.

26

Reflexión y acción
PROPUESTA PRÁCTICA
Éste es el origen de que tus conversaciones de venta no ter-
minen en compra. Hay un punto de incoherencia que se per-
cibe, de forma inconsciente, y el comprador ante todo debe
percibir confianza de que tú vas a resolverle el problema.
La próxima vez que propongas un proyecto en tu empresa o
vayas a lanzar algo al mercado, hazte estas preguntas para
medir la coherencia que tienes.
No intentes autoconvencerte, porque será muy fácil, baja a
ti y sé honesto. Así es como los resultados se multiplicarán.
Seguramente no tengas que cambiar muchas cosas, pero a
veces en los matices se encuentra la verdadera fuerza.
Te propongo que te plantees:
¿Vendes lo que quieres?
¿Te sientes libre de modificar ese método, producto, servicio, curso
a tu forma y manera para que se adapte a lo que realmente sien-
tes?
¿Qué cambiarías y no estás cambiando?
¿Te diriges a quién quieres o a quién crees que debes?
¿Piensas en los clientes que quieres atraer o en el perfil de los
que ya tienes?
¿Basas tus estrategias en lo que le gusta a la masa en vez de a ti
porque te consideras demasiado friki/sucedáneo?
Aprovecha el tirón y haz cambios. Simplemente plantéate en las
respuestas en las que no estés conforme con tu situación actual,
qué cambiarías y anótalo.
Aquí tendrás tu mapa del tesoro que te recordará la tendencia agra-
dadora o de inercia que tendrás que vigilar de cerca.
Hazlo, no tengas miedo. Te voy a dar dos noticias, una buena y otra
extraordinaria.
La buena: eres el resultado de todas las decisiones que has to
mado hasta ahora.
La extraordinaria: el resto de tu vida solo depende de lo que hagas
a partir de AHORA.
27
 error 404 en
yogur con hilos
invisibilidad
Poco a poco sospeché.
Todo me llevaba hacia el mismo lugar: hablar, expresar, co-
muni
car, con las manos, con los ojos y con la voz.
Pero no todo era tan fácil como tener el don.
Esa es la letra pequeña que no nos cuentan en Hacienda
cuando nos damos de alta en Actividades económicas.
Tienes el don. Lo sabes.
Casi puedes hasta ver fácilmente tu éxito a corto plazo de-
dicándote a esto, pero cuando abres los ojos, te encojes.
Más de 30 mujeres han querido colaborar en este libro y aportar
su testimonio para arrojar un poco de luz sobre algunos de los
miedos a los que nos enfrentamos a la hora de emprender.
Entre estas páginas veréis algunos de ellos, pero he querido
agrupar sus respuestas en estos problemas que destacan
como su talón de Aquiles:
- Falta de visibilidad
- Pudor al venderse a sí misma
- Falta de confianza y juicio en que lo que no es suficientemente
bueno/aceptado
- Inseguridad/perfeccionismo
- Comparaciones con otras empresas
Ahí tenemos los 5 pecados capitales. Algo que habremos visto
29
un millón de veces, y otros tanto en títulos de artículos/cur-
sos/eBooks/palomas mensajeras aportándonos la solución
a nuestros males.
Es más, es muy probable que siendo como somos, ya este-
mos en ello y nos hayamos leído todo lo leíble, visto tutoria-
les, puesto una vela a San Judas (patrón de los imposibles),
comprado varios cursos (que luego no hemos terminado),
suscrito a varios gurús y leído atentamente
los consejos random que vamos encon-
trando por Facebook o Instagram.
¿Qué hemos conseguido? Seguramente al-
guna herramienta, seguramente alguna idea
y seguramente la confirmación de la creen-
cia de que no somos capaces porque no
está cambiando nada.
Pero vamos por partes, ¿qué hay detrás de
todo esto? ¿Cuál es el conflicto emocional
que se esconde detrás.
INTENTANDO TRIUNFAR DE PUNTILLAS
“Si me conociera más gente y llegara al público de forma ma-
siva, mi situación económica y laboral daría un vuelco.”
La frase que más he podido escuchar en los últimos 8 años.
Y es que siempre tenemos esa sensación de que si tuviéra-
mos 100k de seguidores otro gallo cantaría o si nuestro blog
fuera uno de los más leídos. Siempre echamos la culpa a eso,
a que no llegamos.
Pero claro, luego llegan los casos de éxito y nos descolocan al em-
pezar diciendo que al principio solo tenía 3 clientes o veían sus
webinars 4 personas o no tenían casi suscriptores, etc.
¿Sabéis cuál es el secreto de todos esos casos de
éxito? ¿Adivináis que es lo que les separa de vosotras?
Ellos se lo creyeron y vosotros no.
Nos han metido en la cabeza los sueños de otros.
Nos han bombardeado con programas de talentos
donde pasaban de la obra al Palacio de los deportes
y la lluvia de masas.
Nos han vendido sueños y se los hemos comprado
porque en el fondo hay una parte de nosotros que
sabe que eso es posible.
Claro que la televisión engorda, en todos los sentidos.
Cuando nos hemos visto queriendo dar ese salto y no había
red, nos hemos sentido como el que rechazan en todos los
castings y nunca llega al baño de masas.
No, querido, solo faltaba tu coherencia interna.
30
 Es como si se ali-
nearan tus plane- Mi proyecto Novia Primeriza
tas internos y de
repente dieran Es el primer y único webcomic del sector nupcial del mundo,
con la clave. amor con humor, pura innovación en un sector donde la tradi-
ción se ha cargado muchas veces la frescura y que está cre-
No es solo valer, ciendo en creatividad aunque siga con algunos tintes obsoletos.
en el sentido de
saber de lo que Lo estrené un 15 de diciembre y esa misma noche ya tenía pro-
hablas. puestas de colaboraciones ¡para prensa! Los seguidores en
Instagram llovían del cielo, en Facebook ocurría lo mismo. En
Estoy 100% con- un mes tenía más de mil fans y se había despertado una espe-
vencida de que cie de fanatismo y referente que siempre había soñado ser y
en el mundo hay que duplicaba las cifras al pasar los días.
mucho talento si-
lenciado. ¿Qué ocurrió? Me acojoné entró el miedo. Un buen día conocí
a la dueña de una revista del sector. Fue muy amable conmigo,
sentía que habíamos conectado pero me recomendó que tu-
Pero para lanzarse al estrellato hay que saltar algunas ba- viese cuidado con decir demasiado la verdad para no parecer
rreras. Belén Esteban. También me insinuó que si criticaba a los líde-
res del sector tendría muchos seguidores pero tal vez desper-
Ya lo hablábamos con el miedo al éxito, a la crítica y al jui- taba una imagen que no quería dar.
cio.
Aquello me rayó bastante, no me había planteado tanta historia ni
Si no pensáramos tan mal de nosotros, otro gallo cantaría. tanto retorcimiento. Yo solamente quería hacer reír, hablar de
cómo veía ese mundo, con humor, con amor y sin filtros; sociología
A mí también me pasó y voy a demostraros que si tuvierais femenina. Era un proyecto con el que no estaba ganando mucho
mucha visibilidad no cambiaría. dinero aún pero que estaba dando mucho de que hablar.

31
Eso supuso un freno mental para mí.
Ese es el miedo que se me activó. LA CRÍTICA.
Tanto fue así que me enteré de que la semana siguiente esta
persona que tantos “consejos” me quiso dar iba malme-
tiendo, inventando y tergiversando toda la
conversación que tuvimos creándome bas-
tantes malos entendidos.
¿Tanto miedo le daba mi éxito?
No. Yo no creo en echar balones fuera. La
lectura que saqué y saco de todo esto es
que me estaba reflejando mi miedo a crecer
tan deprisa.
Mi miedo, totalmente inconsciente, a las crí-
ticas y los enemigos repentinos habían ma-
terializado aquella personita que hacía
blabla con lo que mi cerebro temía. Fue mi
miedo materializado en humano. Aplausos.
Y así fue. El proyecto se ralentizó.
La gente sigue recordándome por ese proyecto, sigue vivo
en la mente de muchas chicas y aunque lleve sin publicar
meses, me siguen llegando mails pidiéndome consejo cada
semana.
¿Casualidad? No lo creo.
Si tenemos falta de visibilidad, tenemos que hacernos unas cuan-
tas preguntas para detectar si hay algún miedo inconsciente:
¿Qué pasa si tengo éxito? ¿Qué gano con el éxito? ¿Qué
pierdo?
¿Tal vez ganes mucho dinero pero puedes per-
der seguidores fieles que piensen que has cam-
biado o que te estás vendiendo?
¿Demasiado trabajo que no puedas asumir ni
quieras delegar?
¿Perder frescura por acumulación de obligacio-
nes? ¿Perder calidad en el servicio tan cercano
que haces? ¿No soportar las críticas? ¿Enemi-
gos por envidias o miedo?... etc.
¿Te pasa algo de esto? Es probable que o esté
en las líneas anteriores o te haya venido a la ca-
beza algún miedo que relacionas con tener éxito.
Si la visibilidad es igual o conlleva al éxito. Está
claro qué está pasando.
Entonces pasamos media vida desapercibidas aunque nues-
tra fuerza nos pida otra cosa y salga de vez en cuando echán-
donos un pulso constante que agota bastante.
Intentando triunfar de puntillas y sin que nadie se entere.
Teniendo éxito en secreto y recogiendo el Pulitzer con las
32
luces apagadas. No nos mostramos, nuestra marca personal
está compartiendo tablón de madera como en Titanic con un
final bastante inminente, y no hablamos de ponernos delante
de una cámara porque le añadiremos todos los fantasmas
de la adolescencia que volverán como un boomerang a re-
cordarnos todos nuestros complejos y tomar los planos
desde la NASA para vernos más estilizadas, aunque no pa-
rezcamos humanas, pero al menos sí delgadas.
¿Cuál es el verdadero riesgo de que nos vean? ¿De que
sepan lo que somos, cómo somos, lo que pensamos y apor-
tamos y lo que no? ¿Juicio?
¿Críticas? Ese juicio y/o esas críticas, ¿También te las haces
a ti misma?
Adivino. La respuesta es sí.
¿No tienes derecho a mostrarte como hacen los demás? En
el capítulo sobre la infravaloración hablaremos de ello. Pero
te adelanto que si te estás ocultando o luchando contra ello
es porque hay un estrés muy grande y crees que un daño
muy grande puede acecharte.
Hay clientas que tirando del hilo han llegado a descubrir que
se trataba incluso de miedo a la agresión física por memorias
que guardaban de su infancia cuando se mostraban.
No entraremos en el eso porque no quiero que nos desvie-
mos.
Identifíquese
PROPUESTA PRÁCTICA
Todo se resume en miedo a promocionarse, ya que eso pasa
por mostrarse, crecer, ganar visibilidad, vender y brillar.
Seguramente nos sintamos pequeños, no merecedores, cul-
pables… Nos habremos juzgado por algo del pasado y por eso
no podamos pasar a la siguiente pantalla.
Pero ahora tienes más información que hace un rato y segura-
mente te sea más fácil ser más sexy, que pierdas el miedo y
que puedan silvarte por la calle admirando tu trabajo y sintién-
dose atraídos por tu talento.
Eso es el ser sexy que quiero para ti. Dejarse ver, dejarse ad-
mirar, dejarse desear, dejarse querer, atraer miradas, clientes,
alguna crítica que pasemos por alto.
Identifica todos los comportamientos que tienes que muestran
miedo a promocionarte o a alguna de las cosas que hemos tra-
tado en este capítulo.
- No tener web
- Dejar de publicar en redes sociales
33
- No salir en fotos
- No implicarse de forma personal en tus textos
- (inserte comportamiento aquí)

Hazte las preguntas que acompañaban al texto.

Ahora repite mentalmente: aunque tengo pánico a (el com-

portamiento que elijas) decido dejar de juzgarme por ello y
me perdono por no haberme permitido brillar hasta ahora.

Ahora he identificado mi miedo y me perdono por haberlo

permitido tener activo durante tanto tiempo, dejo de juz-
garme por mis reacciones y me permito brillar con el 100%
de mi brillo porque no estoy sometida a ningún peligro.

Yo tengo derecho a mostrarme.

Me merezco que me vean sin límite.

Me merezco brillar sin miedo.

Me merezco ser libre haciendo (inserta comportamiento).

Cada vez que ese miedo o freno recurrente aparezca, pue-

des tener estar chuleta física o mentalmente para que se
convierta en un “abrir en caso de emergencia”, te hagas
consciente de lo que ocurre y lo frenes.

34
 por amor
al arte
el precio del impostor

Una de las respuestas que más ha aparecido en mi investi- La primera vez que lo escuché fue a Laura Ribas que a conti-
gación sobre el mayor miedo a la hora de promocionarse, es nuación decía lo siguiente: siempre va a haber alguien que
no valer lo suficiente. sepa menos que tú y a quién le puedas vender eso que haces.

Me comparo con alguien, o millones, veo su recorrido, veo Correcto.

el mío y me freno.
Otro día me levanto llena de motivación, ideas, estrategia y
planes, pero veo que otro está haciendo algo parecido o se
me ha adelantado (maldición gitana), y me freno.
Pero vamos un paso más allá y es que no solo es que no pen-
semos que no habrá nadie que sepa menos, sino que no
somos el mejor profesional para ejercer eso y por tanto no
somos la mejor opción PARA NADA.

Si no sabes lo que es el síndrome del impostor, te diré que Te pongo un ejemplo.

se trata del pensamiento y sentimiento de que somos un
fraude. No sabemos lo suficiente, voy a engañar a la gente En uno de los cursos de marketing emocional y ventas pro-
si me contrata, no estoy a la altura, etc. puse un ejercicio.

36
 Me acuerdo del con las creencias añadidas que tuviera sobre recibir, el dinero y
caso de una tera- la autopromoción.
peuta que decía
que se sentía en la Un matiz más del miedo del que hablábamos al principio.
necesidad de dar
masajes gratis o a “¿Cómo voy a cobrar yo eso?¿Quién soy yo para pedir ese di-
un muy bajo pre- nero si lo que hago no tiene importancia?”
cio porque al fin y
al cabo estaba Entramos en la infravaloración.
aprendiendo.
¿En qué se traduce?
Entonces le eché Cobro menos de lo que debería, me cuesta mucho decir que no.
un órdago.
Si cobro lo que me dicen los números para que esto sea un ne-
¿Cuántos masajes necesitas dar para sentirte profesional? gocio viable, entonces estaré fallando mi creencia de que no
valgo lo suficiente, ni puedo ser independiente económicamente,
Me daba igual la cifra, solo quería que ella hiciera un com- ni me importa el dinero (este conflicto ocurre sobre todo en el
promiso con ella misma. mundo terapéutico o de apoyo físico-emocional), etc.

Me contestó que 20 masajes. Entonces le pregunté si el ma-
saje 21 ya lo podía cobrar a la cifra final que habíamos sa-
cado en el ejercicio anterior para que su negocio fuera
rentable.
Dijo que sí muy vagamente y con el culo apretado media
sonrisa.
Todos los warnings se activan e intentaremos posponer eso todo
lo posible, además de que por supuesto saldrán mil trabas que
nos confirmarán que no valemos.
Esto en psicología se llama la profecía autocumplida y consiste
en generar el escenario que nos confirma eso que pensamos sin
ver todo lo demás.

Había algo más que el síndrome del impostor. Estaba co- Este término puede aplicarse a cualquier cosa, pero hay algo
nectando con el no merecimiento, que es una rama de esto. que podemos empezar a hacer y a automatizar para que
el pensamiento cambie y por tanto, ya sabéis, nuestro
Su estrés se activaba por la infravaloración y se afianzaba comportamiento

37

El papel revolucionario
PROPUESTA PRÁCTICA
Te voy a proponer un ejercicio que me cambió la vida. Es
más, si solo me tuviera quedar con una práctica de todo el
libro, sin duda sería ésta.
Tenía que pasar.
Ya lo estaba sospechando, pero no era consciente de que
precisamente me estaba pasando esto.
Quiero que hagas lo mismo que yo hice para que saques tus
propias conclusiones.
Coge una hoja y escribe en grande la palabra SÍ.
Hasta aquí todo correcto.
Pues bien. Quiero que sujetes ese papel con las dos manos
y lo
pongas en alto como mostrándole ese sí a alguien.
Obsérvate. Así es como vas por la vida. Diciendo que sí a
todo.
Ante cualquier situación tu respuesta es sí.
Pero no te has fijado en que la hoja tiene 2 partes… Y en la
otra dice NO.
Escribe la palabra NO en la parte de atrás de la hoja donde
escribiste Sí.
Mira qué ocurre ahora si sujetas de nuevo la hoja poniendo el
sí hacia fuera y el no hacia ti.
Exacto, te estás diciendo que no a ti.
Y esto es lo que ocurre cada vez que dices sí a algo que en
reali
dad no quieres hacer. Te dices que no a ti.
Vamos más allá.
Puedes hacer lo que te sugiero a continuación sentada visua-
lizando lo que digo o de pie dando esos pequeños pasos.
Visualízate de pequeña en la primera vez que dijiste sí pero en
realidad querías decir no. La primera imagen que te venga, no
lo fuerces.
Observa lo que sientes… lo que ocurre, todos los detalles.
Después da un paso hacia delante, como si estuvieras en una
línea del tiempo y avanzases hasta la siguiente vez que ocurrió.
38
 Puede ser también en la Pero tengo una buena noticia, el cartel es reversible ;)
infancia, adolescencia,
en la edad adulta… ¿Qué pasaría si ahora le dieras la vuelta?

Ve dando pequeños Coge la hoja con el sí mirando hacia tu cuerpo y el no mirando

pasos caminando hacia hacia fuera.
todas las veces que has
dicho sí y querías decir ¿Qué sientes ahora?
no.
Seguramente hayas respirado hondo aliviado.
Sé consciente del cartel
con el que has cami- Pues quiero que te quedes con esa sensación y por eso vamos
nado toda tu vida y lo a recorrer el mismo camino que acabas de hacer con el sí
que ha supuesto para ti. hacia los demás, pero ahora mirando hacia a ti.

Todas las emociones, oportunidades, faltas de respeto, abu- Haz ese recorrido por las visualizaciones y sentimientos que
sos, todo lo que supuso caminar con ese cartel en el que te acabas de revivir pero con el cartel de sí hacia ti y el no hacia
decías no los demás.
a ti mismo.
Revive esas situaciones y observa qué hubiera cambiado si
¿Cómo te sientes? hubieras dicho que no.
Adivinaría que muy mal, con un nudo en la garganta, muy
revuelta y con una impotencia terrible. Tómate todo el tiempo que necesi-
tes.
Quédate con esa sensación un par de minutos para hacerte ¿Ha cambiado mucho el cuento,
consciente de ello. verdad?

A veces, en nuestra vida cogemos ese cartel, por inercia, Ahora tienes ese papel y es tuyo.
culpa, infravaloración… Tú y solo tú decides qué hacer con
él y en qué posición ponerlo.

39
Esto no significa que siempre tengamos que decir que no,
pero cuando queramos hacerlo es una gran oportunidad de
decir que no para decirnos que sí a nosotros mismos.

El papel puede tener un sí por cada lado o un no por cada

lado. A veces decimos que sí a algo y también nos lo esta-
mos diciendo a nosotros, y también a veces decimos que no
a algo y también nos lo estamos diciendo a nosotros.

Es la pauta de comportamiento que quieras adoptar.

Yo te recomiendo que independientemente de lo que ponga

en el otro lado de la hoja, siempre en el lado que mira hacia
ti haya un sí bien grande.

Con tu familia, con tu pareja, con tus clientes, con compa-

ñeros de profesión, entorno, gente nueva y por último y
SÚPER IMPORTANTE: contigo mismo.

Por si te sirve de algo, yo tengo esa cuartilla de papel con el

sí hacia mí en mi corcho y lo tengo delante todo el día para
que no se me olvide y para decidir cada día renovar la acción
de decirme sí a mí.

40
 claro que sí,
guapi
las perfectas críticas

A la mañana siguiente de tener aquella bronca tomé una de-
cisión.
Y en diciembre de 2015 me tatué bien claro “amar es crecer
en la imperfección”.
En lo laboral y en lo personal.
Experimentaba una rigidez conmigo misma digna de inspira-
ción de cualquier diseñador de muros de carga. Queridos ar-
quitectos, soy vuestra chica.

La perfección marcaba mi vida, me ralentizaba de todo y me
separaba de los propósitos más básicos.
Tenía activado el mecanismo de que cuando algo fallaba,
me descuadraba y entraba en el bucle de la autocrítica des-
tructiva.
Ese perfeccionismo se traducía en retrasar todo.
Los obstáculos me bloqueaban. Ese patrón de perfecciona-
miento me impedía avanzar si no estaba perfecto, por lo tanto
todo era muuucho más complicado que lo que ya era de por
sí.

Aquella necesidad de perfeccionismo me iba matando y con- Puedes ver si el perfeccionismo te está bloqueando si:
sumiendo poco a poco. - Has tardado más de 2 meses en lanzar algo que tenías claro

43
-Tienes una decisión tomada pero tardas más de 3 días en
ejecutarla.
- Contestas los mails días más tarde aunque los hayas leído
y tengas claro lo que vas a contestar.
- Estás retrasando un lanzamiento porque
le sigue faltando un algo…
- Tienes muchos posts en borradores casi
terminados pero sin publicar.
- Tienes varios cuadernos/agendas/servi-
lletas con estilo llenos de esquemas y pla-
nes de acción que nunca llevas acabo.
- Cualquier sucedáneo que también se te
haya ocurrido al leer estas líneas.
Si nos ponemos a hablar de gestión del
tiempo, mejor ir a su capítulo y no quitarle
protagonismo, pero quiero dejar claro algo.
Podemos ser detallistas, ojo al matiz, eso
es un plus y está genial.
Yo de hecho lo soy y necesito, sí, necesito, sentirme en mi
hábitat para asegurarme de que lo que estoy haciendo me
represente antes de lanzarlo.
El caso es que para esos momentos en los que me entraba el
“TOC” perfection, simplemente empezaba a hacerme trampas a mí
misma.
A mí me funciona muy bien con la estética. Por ejemplo cuando me
bloquea escribir algo o estoy mirándole que píxel más a la derecha
estaría más perfecto o alguna chorrada similar
que me come el tiempo a bocaos’, recurro al di-
seño. Es un método que intento aplicar a casi
todo.
Con este libro, por ejemplo, para inspirarme y que
me saliera más fluido todo, hice un fondo bonito
para el documento de Word y sobre eso escribía.
Para carteles o diseños, hago lo mismo. Casi casi
para todo recurro al diseño. Luego da lo mismo y
no lo publico, solo es para mí para tener algo que
me recuerde mi esencia y me ayude a mostrarme
a mí misma.
También me hice trampas para conseguir lo
mismo al principio de crear mi primera empresa.
Empecé a firmar como Ire Martín en vez de Irene.
Ire es como me llama mi gente, mis amigos, familia y entorno in-
mediato. Símbolo de confianza y reconocimiento de yo como per-
sona sin más aditivos ni intereses.
Esa chorrada me ayudaba a cambiar el chip de que ahora escribía
44
los mails desde mi proyecto y no representaba a ninguna que me sienta conforme y representada con las cosas que
empresa. hago y abandonar el bucle del perfeccionismo.

Cuando los proveedores me contestaban o llamaban comen- También hay otra cosa que puede estar pasándote con esto,
zando con un “hola Ire” me relajaba porque me sentía en y son las comparaciones, o el “no puedo fallar”, me la estoy
casa y a salvo. Fue un trampolín que me ayudó a mostrarme jugando, puedo dar mucho más y todas esas cosas.
y como regalo inesperado y para nada planeado me posi-
cionó la primera y única en Google como Ire Martín. En cam- El miedo a las críticas externas es algo que siempre está pre-
bio Irenes Martín hay muchas, muahahajaja. sente antes de mostrar algo nuevo. Pero te diré algo: esas crí-
ticas te reflejan a ti mismo.
La coherencia me trajo, sin querer, visibilidad y diferencia-
ción. Experimentar y hacerse caso, ¡es bien! En el cerebro tenemos unas cosas monísimas que se llaman
neuronas espejo. Estas neuronas lo que hacen es activar el
A lo que iba. mecanismo de que todo lo que nos rodea sea un reflejo de
una parte nuestra.
Mi mente es muy
visual y funciona Algunas las entenderemos y para otras no nos llegará
así: si ve algo que la mente, pero todo nos refleja. Por tanto si tengo miedo
le resulta bonito y a las críticas externas, tengo miedo a las críticas inter-
atractivo se relaja y nas.
desbloquea porque
siente que el resul- Si me dicen alguna burrada, seguramente sea reflejo de mi
tado final va a ser miedo a que me digan esa burrada porque en una parte de mi
precioso y genial. ser me juzgo de esa forma y pienso tan mal de mí.
Todo funciona así.
Es una chorrada
como un templo, Cuanto menos critiquemos nosotros a otras personas, menos
pero es la trampa miedo a las críticas tendremos. Cuanto menos nos salte el re-
que he encontrado sorte de compararnos y lo cambiemos por reconocer el valor
para relajarme y de los otros, antes reconoceremos nuestro valor.

45
Atajo a desaprender
PROPUESTA PRÁCTICA
Esto es así. Igual que recibimos según lo que demos y cómo.
Con las comparaciones y críticas sucede lo mismo.
Nos estresa más exponernos porque el juicio hacia nosotros
mismos es tal que nos da pánico que eso se materialice en
el exterior.
Estaría genial empezar a perdonarnos por pensar que no
somos lo suficientemente rubias, altas y guapas para ganar
la maratón, entre otras cosas.
La constante búsqueda de la perfección tiene el riesgo de
que cuando ocurre un obstáculo nos petrificamos buscando
explicaciones y culpables en vez de mantenernos en la
aceptación y búsqueda de soluciones.
Hay algo muy práctico y es preguntarte:
¿Podría estar mejor? Sí ¿Pero así sirve? Sí: publica
Esto es así. Igual que recibimos
según lo que demos y cómo”
¿No está todo lo que yo querría poner? No ¿Puedo publicar y
editarlo para la próxima edición? Sí: publica
¿No está todo lo bien que podría porque me he organizado
mal/ponga aquí su motivo o excusa? Sí ¿No publicarlo supone
peores consecuencias que publicarlo y mejorarlo después?
Sí: publica.
Hay algo que una buena amiga, que además es psicóloga,
aconseja y es regirte por las compensaciones.
¿Me compensa hacer esto aunque no esté perfecto por todo lo
bueno que me puede traer y por cruzar esa barrera? Lo hago.
Es sencillo y solo es cuestión, de nuevo, de hacerse las pre-
guntas correctas.
En cuanto al perfeccionismo la clave es que tu reacción y de-
cisiones sean proporcionales a las situaciones.
De esa forma aseguras que tu discernimiento estará más en
coherencia y será más fácil poner el punto donde debes.
46
 el
dolor
punto de inflexión
Tengo que darme de baja como autónoma.
Llevaba meses sin ingresar prácticamente nada, con la
mente echa un lío, mil ideas pero tanto, tanto, tanto miedo
que al final no desarrollaba ninguna.
Estaba en una especie de tornado de ideas que nunca caían
a tierra para poder ordenarlas sino que iba arrasando por
donde pasaba con la sensación de que era algo ajeno a mí.
Esa sensación de paralización e impotencia era tal que de-
cidí que tal vez había llegado el momento de decir adiós a
la empresa.
Yo era consciente de que tenía talentos y también era cons-
ciente de que tenía la capacidad, pero los beneficios secun-
darios, creencias limitantes y todos los miedos que tenía ac-
tivos me comían.
Me puse un plazo de 7 meses. Si entonces no había visto
evolución, volvería a trabajar por cuenta propia.
Era una decisión en frío, de las que permanecen impertérri-
tas. Un compromiso conmigo misma de que se acabó el su-
frimiento.
El machaque y la sensación de culpa se iban a terminar, tenía
que decirme sí a mí misma y no a todos los frenos que tenía
activados.
49
Ese pulso, me hizo despertar.
Es algo que me ocurre a veces. Cuando lo veo todo perdido
es cuando empiezo a asomar la cabeza.
Os acordáis cuando hablaba de neutralidad, ¿verdad? Pues
era justo eso.
Había tomado una decisión y era no sufrir
ni darle el poder ya a frenos de los que era
plenamente consciente, no iba a seguir
gastando miles de euros en formaciones,
coaches o historias que me
llevaban al mismo lugar.
Yo sabía que todo estaba dentro, entonces
¿qué estaba alimentando? No tenía sen-
tido.
¿Para qué aprender otra cosa que no iba a
implementar?
Me puse firme conmigo misma y empecé a
mirar realmente lo que me estaba frenando,
pero de forma muy fría.
Llevaba muchos años ahondando en historias, dramas y mo-
mentos que acababan mal. Ya me había cansado de más de
lo mismo. Me daba hasta grima escuchar según qué pala-
brerío.
Ahora solo quería detectar y eliminar, sin mayor análisis. El
momento analítico ya había pasado, sino no tendría material
para hacer nada.
Pero sin dar el siguiente paso, el análisis puede ser una
trampa mortal que te convierta en alguien obsesivo a poquitos
y en silencio.
No era plan.
Mi plan de acción solo tenía un mantra: “mejor
hecho que perfecto”.
Como ya tenía todo perdido, no quería dejarme
nada sin hacer.
Me daba igual no ganar ni un euro y seguir in-
virtiendo mis últimos. Esta vez no quería dejar
cabos sueltos ni incógnitas. Si terminaba mi vida
por cuenta propia, no quería quedarme con las
ganas de nada.
Así nacieron mis cajas de experiencia para em-
presa, mi test de auttodiagnóstico empresarial
emocional e incluso este libro.
Muchos proyectos que llevaban meses e incluso años co-
giendo polvo esperando el mejor momento.
50
Soy una mujer de recursos
PROPUESTA PRÁCTICA
Mi pensamiento había cambiado y por eso cambiaron mis
actos.
Ahora estaba instalada en la acción, en el mejor hecho que
perfecto y eso es lo que hacía.
Hacer, hacer y hacer.
Ya lo corregiría.
Ya me disculparía si cometía algún error por el camino. Pero
necesitaba caminar.
Necesitaba ver acelerar el ritmo y no dejarme cabos sueltos.
Hay un truco que sirve mucho y es recordar recursos.
Haz un listado de todas las cosas que has conseguido en la úl-
tima semana. Puede ser desde una reunión, un descuento, se-
guir tu planning de comidas 2 días, ganar a un juego de mesa…
Lo que tu mapa mental te traiga será lo que a ti te sirva.
El siguiente paso es que hagas una lista de los logros que has
conseguido a lo largo de tu vida, cuando has ganado dinero,
has conseguido algo que no esperabas de forma fácil, te cu-
rraste algo y al final lo conseguiste. Todo lo que para ti supu-
siera un triunfo.
Si te sirve de ejemplo, a mí al principio no se me ocurría nin-
guno, pero luego fueron cayendo uno tras otro… El carnet de
conducir, mi primer trabajo, las prácticas de la carrera, el pri-
mer cliente…
Había muchísimos logros a todos los niveles.
Dicen que nuestra mente no puede hacer nada que no haya
conseguido ya.
Esta lista de recursos te recuerda, y a tu mente, que ya has
sido capaz de hacerlo una vez y que por tanto lo puedes re-
petir.
52
 no me da
la vida
viviendo días de 50 horas

Mueves la pierna cual experto en código morse, te muerdes
las uñas, te levantas, te vuelves a sentar, miras la hora, re-
soplas, piensas todo lo que tienes que hacer aún, te agobias,
coges el móvil, lees esa conversación de whatsapp, abres
un mail, sigues con lo que estabas, vuelves a mirar la hora,
te olvidas de qué estabas haciendo de las mil tareas pen-
dientes, te acuerdas, empiezas de nuevo el proceso y así ad
infinitum…
técnica es útil e interesante, la tranquilidad temporal se acaba
esfumando.
Además piensas en aquella app llamada Pomodoro* que te re-
comendaron una noche de risas y whatsapp en la que te decían
que ese programa te iba a ordenar los tiempos de concentra-
ción para aumentar tu eficacia sin dispersiones ni distracciones
con una fórmula interesante e infalible.

Aplicas lo que aprendiste en la universidad y sacas la matriz Y entonces te acuerdas de aquel curso que te dieron donde te
de Eisenhower para dividir las tareas entre urgente, no ur- hablaban de los ladrones de tiempo. Claro, ¡era eso! Si es que
gente, importante y no importante. Por fin priorizas activida- me distrae todo el mundo y la gente se adueña de mi tiempo,
des y objetivos y puedes organizarte mejor. Pero, aunque la por eso me falta. ¡Cómo no me había dado cuenta!

54
Entonces repasas lo de que hay 7 (ó más) ladrones de
tiempo (interrupciones, improvisación, reuniones, televisión,
internet, email, teléfono), pero te das cuenta de que en esa
lista falta una importante: TÚ
Me he pasado un montón de tiempo investigando, estu-
diando y practicando técnicas de gestión del tiempo, de au-
mento de la concentración y productividad, etc. Y me ha
pasado como con las dietas milagro, son un sí pero no.
Es cierto que hay algunas vías como la matriz de Eisenho-
wer que os contaba o los ladrones del tiempo que pueden
orientarnos, darnos perpectiva y hacernos conscientes de
en qué perdemos el tiempo.
Por filosofía de vida siempre busco el porqué detrás del por-
qué y es lo que siempre me lleva a las respuestas sencillas,
directas y resolutivas de cada conflicto. ¿Qué me pasa con
el tiempo? ¿Por qué siempre acabo agobiada? Esto es por
algo más que no aplicar la técnica milagrosa de turno…
“Uy, llevo contigo 6 horas y parece que hayan pasado 5 mi-
nutos” o… “ Dios mío, solo han pasado 3 minutos y ya me
quiero pegar un tiro”.
¿Por qué pasa esto? No, no es solo porque estemos más
entretenidos o menos. El secreto es…. (redoble de tambo-
res) la percepción vinculada al nivel de estrés.
Cuando estamos en una situación distendida en amor y com-
pañía, nuestro nivel de estrés es mínimo. En cambio
si estamos en situaciones densas que no comprende-
mos, un ritmo que nos cuesta seguir o términos ajenos
a nosotros que nos generan inseguridades inconscien-
tes, nuestro nivel de estrés aumenta.
Así de sencillo, así de obvio y así es como nos disper-
samos buscando soluciones a otra cosa separada del
origen del conflicto.
Cuando nuestro nivel de estrés es menor, (atención,
¡clave!) nuestro nivel de eficacia se multiplica ya que
nuestro cerebro se relaja y puede trabajar a pleno ren-
dimiento creativo y productivo.
Es por este sencillo motivo que el tiempo parece pa-
rarse o multiplicarse mágicamente. De nuevo, es
nuestro cerebro quién tenía las respuestas que no es-
tábamos escuchando.
Que va, que va, precisamente estoy estresada porque
no tengo tiempo. Si lo tuviera no lo estaría. ¡Bravo!
Plas, plas, plas, plas, aplaudan de pie.
Queridísima Géminis, no estás estresada porque no
tienes tiempo, no tienes tiempo porque estás estre-
sada.
Moraleja: la falta de tiempo y el estrés son un estado
de ánimo.
55

Realidad o ficción
PROPUESTA PRÁCTICA
Tengo amigas que no han tenido tiempo para nada ni cuando tra-
bajaban 12 horas al día en una agencia, ni cuando estaban 9
meses en paro. Es un estado de ánimo, y todos en algún momento
de nuestra vida, o a modo de empleado fijo discontinuo nos en-
contramos en esta situación.
Pero el problema ya te le conoces de sobra y ahora sabes el mo-
tivo detrás del motivo.
Genial, ¿y ahora qué?
Es algo muy sencillo que te hará diferenciar entre la falta de tiempo
real y la falta de tiempo mental. Haciendo esto podrás organizarte
mejor mentalmente, encontrar mejores soluciones creativas a tu
estrés y que tu cerebro se tome un respiro haciendo que el tiempo
para ti se multiplique. Y sino, haz la prueba!
Todo empieza siempre por una lista. Haz una tabla de 2 columnas
poniendo en una las tareas pendientes y en la otra las horas totales
que crees que vas a tardar. Pueden ser 3 horas, 16 horas… lo que
tú consideres. Para calcular esto vamos a ser realistas tirando a
pesimistas para que así nuestro cerebro sepa que nos esta-
mos poniendo casi en lo peor y está todo bajo control. Nor-
malmente yo hago esto sobre todo cuando se me echa
encima una fecha tope de entrega de algo o de un evento, que
es cuando la falta de tiempo real es más grave porque tene-
mos dead line.
Repásalo para que no se te olvide ninguna. Y sí, también pue-
des y debes meter compromisos personales como un cum-
pleaños o evento familiar inamovible, etc. Todo lo que
consideres que tienes que hacer sí o sí.
Tras apuntar las infinitas horas de trabajo pendiente, suma las
horas.
Ahora suma las horas reales que faltan hasta el día D, o sea
hasta el día en que todo eso tiene que estar hecho sí o sí. Por
ejemplo: faltan 10 días x 24 horas = 240 horas. En este mo-
mento, es muy probable que alcances el Nirvana.
El 100% de las veces que he hecho este sencillo ejercicio las
horas que me faltaban hasta el Dead line (fecha tope) han sido
mucho mayores a las que necesitaba, incluyendo las horas de
sueño (pequeño detalle importante! jaja). Siempre, siempre,
siempre. Es decir que mi estrés temporal siempre ha sido
mental, lo cual aparte de servirme para mi autoconocimiento
y gestión, hace que enfrente las situaciones de estrés de otra
forma y por tanto mi eficacia, concentración y creatividad au-
menten.
57
 el
diagnóstico
cambio de rumbo
Tenía 15 años, pero mi mirada era de haber vivido mucho
más.
Fue un amor que duró muchos años. Prohibiciones, des-
engaños, toxicidad, desgarro.
Duró 15 años más. Hasta mis 30. De forma intermitente.
Con muchas pseudohistorias en medio que me hacían
querer pasar página de aquella.
Hasta que llegó el diagnóstico.
Aquella Navidad de mis 28 todo mi mundo se dio la vuelta.
Se pusieron en duda mis planes de vida, dejé de ser una
joven promesa para ser una joven condenada. Mi vida pa-
recía estar en manos de otros que decían que mi cuerpo
me atraparía poco a poco, que no viviría menos años que
el resto, pero sí peores y de forma degenerativa.
Fue entonces cuando decidí que tenía que ganarle
tiempo al tiempo.
Me lo tomé como una visita del ángel de la Navidad dán-
dome una oportunidad de cambiar antes de que mi futuro
se convirtiera en aquello que decían los médicos.
Necesitaba cerrar historias para empezar otras nuevas,
y eso pasaba por todos los ámbitos de mi vida:
laboral, emocional y físico.
60
 Estaba claro que el ¡¡Cómo que se hacen más grandes!! ¿Y esto? ¡Si toda la
momento de cons- vida me han dicho que el tiempo lo cura todo…! Vaya es-
truir esa vida que tafa… Pero tenía sentido porque desde luego hay en
tanto quería tener, casos en que el tiempo no cura absolutamente nada.
era aquel y ni un día
más tarde, así que Así que ahí estaba yo, frente al papel, como había hecho
en cuanto pasaron un millón de veces. Como hacía desde que era pequeña
mis primeras secue- y tenía que vaciarme.
las físicas me puse
a ello. Esta vez con un objetivo, cerrar.

Yo ya trabajaba por
cuenta propia, pero
había trabajos ante-
riores que seguían teniendo espinitas clavadas en mí. His-
torias de falta de reconocimiento que aún necesitaba cerrar.
La historia de mi vida nunca podría contarse de forma com-
pleta sin mencionarle a él, así que sí, era el momento de
darle el final que también necesitaba aquella historia.
Escribí varias cartas, incluso hubo una que me costó va-
rios días terminar. Me di mi tiempo, escribí todas mis
dudas, mis enfados, mis hipótesis, mi necesidad de res-
puestas y explicaciones.
No tenía intención de enviarlas, bastó con escribirlas para
darles un final en mi mente, para darle un final creíble a
mi inconsciente y que dejara de demandarme un final para
todas esas historias.

Mi físico ya me había traído de cabeza durante muchos años Salvo una.

de mi vida, superficialidades que ya carecían de importancia.
Eso es lo único que tardó solo un instante en priorizarse.
Investigué mucho. Necesitaba quitarme muchos fantasmas,
pero sin crearme más.
Un día leí un artículo en el que decía que cuando te quedas cosas
sin decir en una situación, los fantasmas aparecen y el tiempo no
los hace desaparecer, sino que les hace más grandes.
Sin darme cuenta ya le había dado al botón de enviar
email y no había marcha atrás. Aquello trajo muchas con-
secuencias, pero fueron todas buenas, así que decidí se-
guirle haciendo caso a mi intuición.
Parece que este culebrón no tiene relación con el tema

61
de este libro, pero lo tiene que ver todo. La salud, el dinero
y el amor van de lo mismo: de recibir, de coherencia, de
perdonarse por prohibírselo.
Recibimos salud, recibimos alegría, herramientas para
hacer cosas, construir nuestra vida, recibimos amor de
otros y de nosotros hacia nosotros, recibimos compren-
sión, empatía. Recibimos todo lo que nos construye, todo
lo que nos hace que nuestros cimientos sean los que son
y podamos crecer en ellos.
Cuando tenemos fantasmas, historias inacabadas que ge-
neran una emoción que bloquea nuestro crecimiento
empresarial, hay que cerrarlos.
Darle un final a las historias hace que nuestro incons-
ciente se apacigüe. No necesita que sea real, ya que el
inconsciente no diferencia entre lo que está pasando y
lo que estamos imaginando, por eso influye tantísimo en
nuestras decisiones.
Es una forma de detectar las incoherencias con las que
luchamos, de perdonarnos acciones hechas o impedidas.
De mirar de frente el pasado para que no nos persiga.
Se acabó
PROPUESTA PRÁCTICA
No pierdes nada al cerrar, y ganas mucho ya que un vaso
que está lleno, no puede llenarse de otra cosa.
Escribe en un papel, a ordenador, en una nota del móvil…
El soporte da igual pero debe ser algo que creen tus
manos y no solo tu mente.
Dirige esa carta al protagonista de tu historia inacabada,
de tu espina clavada. Puede ser a un familia, pareja, jefe,
enfermedad…
Todo vale, ahora solo mandas tú.
Si tardas tiempo en hacerlo o no te sale, no lo fuerces y
vuelve a ello en otro momento. Los procesos a veces ne-
cesitan coger fuerzas. Encuentra el día en que tengas ese
impulso de querer cerrar porque precisamente ese será
el día que cierres.
62
Haz dos partes, una para esa persona o situación en la
que preguntes todo y te desahogues de todo. Y otra para
ti en la que te perdonas por haber vivido eso, no haberlo
hecho o no haberlo impedido. Puedes enfadarte contigo
mismo, decirte lo que te odias por aquello. Saca todo lo
que haya y luego intenta conectar con la compasión y el
Dales un final,
perdón de esa situación, sobre todo a ti misma puesto
que te liberará.

La inseguridad que te generaba no tomar decisiones, el

miedo que te impedía que te vieran, tenía en una parte
que ver con todo esto.
reconstrúyete”
Había una parte que se juzgaba y culpaba por esto y que
estaba influyendo en todo lo demás.

Seguro que te siguen viniendo historias en las que revi-

viste esa sensación de miedo, de inseguridad.

63
65
 vivir en un
“pero”
el beneficio secundario que te fundió
La mejor vendedora de la historia.
Capaz de vender arena en el desierto y además conven-
cidísima de la necesidad de ella.
Podía recomendar a cualquiera.
Tenía una capacidad para convencer pasmosa, la gente
confiaba ciegamente en ella, pero a la hora de contratarla
rebotaban hacia otro lugar.
¿Cómo podía ser que fuese fuente y referente pero que
no la escogieran? ¿Qué era lo que fallaba? No tenía
mucho sentido, ¿no?
Este era el motivo.
Se activaba en ella un mecanismo. La presión que le
suponía fallar, dejar de ser aceptaba y la sensación de
estar engañando al otro porque ella no era tan valiosa
como los otros pensaban era tal que se creaban las
circunstancias por las cuales seguía siendo admirada
e inalcanzable.
Sus logros hablaban por sí mismos, había alcanzado
el triunfo con muchos proyectos, había logrado llegar
a muchos imposibles, pero no se creía que fueran
para tanto.
66
En cambio cuando los veía en otros, le parecían la
bomba.
Al revés que otros, ella en vez de engordar su CV, lo adel-
gazaba, se quitaba méritos y parecía que había conse-
guido las cosas por actos fortuitos, suerte o dios sabe
porqué.
Esa ella, era yo.
Mi obsesión por saberlo todo. Tener todas las respuestas.
Ser consciente de que no las tenía ni las iba a tener
nunca. Eso era lo que me hacía sentir que lo que ya sabía
no tenía validez.
- “Dios, es que sabes de todo y vales para todo.”
- “No, para todo no.”
Vivía en un “pero”. Nunca sería suficiente, siempre habría
algo a lo que agarrarse para no dejar de estar en lucha,
en guardia, para no poder relajarse y vivir.
Hemos hablado sobre que te genera más estrés no con-
seguir algo que conseguirlo, pero ahora que estamos lle-
gando casi al final, quiero desverlarte otra de las cosas
que pueden estar ocurriéndote: el beneficio secundario.
Es el motivo que jamás falla. Y cuando digo nunca, es
nunca, cuando no damos con el origen.
El pánico a equivocarme era más grande que yo y me
pasé toda la vida intentando taparlo, disfrazarlo, ocul-
tarlo y retrasarlo.
Era pánico, como si un fallo mío fuese peligro de muerte.
No me lo permitía, mi inconsciente creía que si me equi-
vocaba correría peligro.
Eso limitaba mucho mis pasos. Eran pequeños, insignifi-
cantes y no permitían sacar el brillo que yo tenía. Era la
condena a la que me enfrentaba.
Pero no creo en imposibles ni en cadenas perpetuas, creo
en transformaciones.
Y una noche me di cuenta.
Había un beneficio secundario de esa situación.
67
Cuando algo nos da verdadero pánico, cuando una situa-
ción nos persigue disfrazada de circunstancias y no hace
otra cosa que seguirnos y transformarse pero no desapa-
rece, cuando la zancadilla se hace eterna y parece que
no hay nada que lo vaya a atajar nunca, es por esta razón.
Entonces siempre se encuentra este motivo
detrás.
En mi caso, no avanzar me reducía las posi-
bilidades a fallar. Seguramente aquel diag-
nóstico también fue un regalo de mi
inconsciente dándome la puerta de arrepen-
tidos y excusa perfecta para dejar de intentar
acertar.
Pero no hipoteticemos, está claro que había
un beneficio para que todo aquello no avan-
zase.
Hice una lista de todos los posibles peligros que evitaba
si no avanzaba ni me contrataban:
- No fallaría
- No me sentiría una impostora
- No me hundiría
- No me haría adulta
- No moriría
Me sentía tan débil emocionalmente que sabía que no
podía contra las críticas, si me equivocaba.
Solo atraía personas que de un modo u otro me
tenían cariño.
Me movía en un círculo de confort tal que era
imposible sobrevivir dentro más de 5 minutos.
¿Cómo podía salir de allí si me daba tanto pá-
nico y una parte de mí no quería hacerlo?
¿Luchar? Buf… Qué “pereza” (¡JA!). ¿Aceptarlo?
No, el Buda de momento no era.
Así que opté por la tercera vía, asumir el riesgo.
Era sin duda la mayor prueba de mi vida.
Había estado casi 30 años en estrés, con la sensación de
que si destacaba demasiado estaría en peligro de
muerte. Con el miedo a que me vieran demasiado, a que
me atacasen, a morir.
68

El hilo de Ariadna
PROPUESTA PRÁCTICA
Para mí vivir implicaba morir, así que me pasé muchos
años en un estado intermitente de supervivencia.
Como comprenderéis, todo esto me hacía muy poco sexy
y por eso me pasé mucho tiempo siendo la amiga fea de
la guapa a la que se acercaban como trampolín. Eso sí,
ganaba Miss Simpatía siempre, lo cual siempre está bien,
pero mi monedero seguía poblado de solitarias monedas
de 2 céntimos.
Había una parte de mí que quería seguir siendo niña, ya
que si crecía todo era más peligroso.
Así que, al igual que hago con las tareas de mi empresa,
lo subdividí en otros más pequeños.
Estos son los pasos que debes seguir para tener a tu be-
neficio secundario calmadito:
- Hacerte preguntas y tirar del hilo. Por ejemplo: ¿qué
ocurre si tengo más visibilidad? Y la respuesta que ob-
tengas volver a preguntar ¿Y si pasa eso, qué pasa? Y así
sucesivamente mientras sigas obteniendo respuestas
hasta que llegues a un origen. Sabrás que has llegado a
él, te lo aseguro porque suelen ser cosas muy llamativas
e inesperadas.
- Si te atascas también puedes empezar a hacer las pre-
guntas a la inversa… ¿qué ocurre si no tengo más visibi-
lidad? Intenta ver en tus respuestas cosas tanto positivas
como negativas. Puedes contestar que no tengas dinero,
tengas que cerrar, etc. Pero también pueden salirte res-
puestas positivas como que dejarás de luchar contigo
misma, ya no correrás riesgos, no estarás expuesta al jui-
cio externo… Abre la maleta de la honestidad y ten una
entrevista contigo misma.
- Relaciona eso con acciones de tu negocio. Por ejemplo,
si descubro que si no crezco empresarialmente seguiré
siendo una niña y por tanto no tendré responsabilidades,
habrá comportamientos empresariales en los que nos
comportemos como una niña: impulsividad no meditada
69
 Si tienes miedo, hazlo con miedo.
A la tercera dejarás de tenerlo, te lo aseguro”

y fruto de una rabieta empresarial, dejar de hacer - Cada vez que detectes que está ocurriendo esto, cons-
cosas poniendo mil excusas y ninguna cierta, escu- cientemente dile que no al beneficio secundario, pon el
rrir el bulto, no responsabilizarnos de nuestros erro- cartel del “sí” hacia ti y atraviésalo. Si tienes miedo, hazlo
res, etc. con miedo. A la tercera dejarás de tenerlo, te lo aseguro.

70
 lo importante no es tener principios
lo importante es tener finales
cerrando el círculo y nadando hacia delante
Zahara decía en una de sus canciones “yo no quiero un
final feliz, sólo quiero serlo”.
Reconozco que tardé un tiempo en entender su signi-
ficado, pero de eso se trata: de ser feliz.
El cómo, solo es un escenario que puede cambiar de
vagón en la próxima parada.
A mí, personalmente, siempre me ha costado termi-
nar.
Darle un final a los proyectos era para mí toda una ca-
tarsis. Tal era el punto que incluso cuando fui la direc-
tora artística de una pequeña revista, había números
que parecían no terminar nunca. Es más, uno de aque-
llos números pasó a la historia dentro del equipo como
la “never ending”.
Sé que soy yo y sé que tiene que ver con la pérdida.
Si te ocurre lo mismo y empiezas muchas cosas pero no
terminas ninguna, tal vez te sientas reflejado.
71
La traducción detrás de todo esto era el miedo a per-
derlo en sentido literal y también de perder el control
sobre ello.
Imaginaos si tenía esa tendencia lo que hubiera su-
puesto terminar este libro. Me hubiera lle-
vado años dar el paso de terminarlo y
entregarlo.
Pero ese es el tema: entregar.
Entregar en un sentido algo místico, es decir,
deshacerse del resultado.
Ese es el matiz de la neutralidad ante cual-
quier situación: la entrega.
Yo lo traduciría en una tranquilidad de alma en la que
sabes que has hecho lo que has sentido, lo que te ha
nacido y que los resultados dan igual porque has
dado un paso importante contigo mismo.
Es conectar con el disfrute de hacer, con aceptarse y no
juzgar cómo lo estamos haciendo, sino hacerlo y luego, si
eso, analizar. Sin venazos, desde la tranquilidad total.
Estoy convencida de que ha habido muchos momentos
en vuestra vida que habéis tomado decisiones en las
que os habéis sentido así.
Totalmente en paz, dando igual todo lo
demás y disfrutando de la sensación.
Pudo ser dejando un trabajo, dando un paso
adelante en la compra de aquella casa, ha-
ciendo ese viaje que tu alma necesitaba aun-
que parecía una locura…
Estoy segura de que hay un millón de momentos,
de sensaciones a lo largo de tu vida que son un
recurso al que recurrir ahora para seguir creando nuevos.
Puedes hacer una lista como te proponía unas páginas
más atrás o puedes elegir un solo momento de poder y
revivirlo para recordártelo como si fuera una polaroid
pegada en la nevera.
72
Pero ese momento de poder y paz interna, de CERTEZA,
con mayúsculas, solo te recordaba una cosa: tu brillo.
En ese momento, eras más sexy que nunca.
Porque ser sexy, en definitiva, es aceptar todas nuestras
partes y ser nosotros mismos.
No en el sentido de “sé tú misma, guapi” y desmelénate.
Sino, ser todas nuestras partes sin censurar ninguna, sin
filtros y sin edulcorantes, sin juicios ni condenas, sin cul-
pas y sabiendo que todos esos aspectos son los que re-
almente nos hacen sexys.
Todas esas personas que admiramos tienen en común
algo: nos muestran sinceridad sin filtros y su empode-
ramiento y compromiso con ellas mismas.
Y todas esas personas que admiramos tienen algo en
común contigo: son más sexys porque ven el brillo en
todas las partes que las componen.
Siempre habrá cosas que pulir para seguir brillando,
pero sin los miedos que ahora te acechan, será algo na-
tural, como cuando nuestro cuerpo deshecha el dióxido
de carbono.
Ya no verás obstáculos, sino que te reirás de ellos y cam-
biarás de forma. No sufrirás, sino que disfrutarás.
En definitiva, cambiarás el chip de obligaciones y pesa-
res a disfrute y aprendizaje.
¿Así de fácil? Así de fácil.
Solo tienes que cambiar de lado el interruptor del sex
appeal interior a “ON” para que en el exterior también
lo vean.
No me hago responsable de que te digan por la calle si
esa cara es porque “has hecho arroz…”
Y al final del camino te dará lo mismo cómo has llegado
e incluso tendrás que hacer un esfuerzo para acordarte
de qué hacías cuando empezaste.
Eso solo demostrará una cosa: tienes la capacidad.
Pero en realidad, demuestra más: estarás yendo un
paso por delante del miedo porque estarás atravesán-
73
dolo al conocerte más a ti. Ahora ya sabes lo que hay de-
trás de tus dudas, de tus cambios, de tus fobias, de tus
filias y de todas las emociones que experimentas al em-
prender, y en el resto de tu vida.
Ahora sabes que el miedo origen tiene muchas caras
pero que se resuelve sabiendo que eso es lo que te causa
más estrés y demostrando al cerebro que ese miedo ya
no te estresa.
Ahora sabes ramificar y traducir esos temores en submie-
dos que son tan miedosos y creativos que estaban todo
este tiempo escondidos detrás del propio miedo y por
eso te costaba más enfocarle con la linterna.
Ahora sabes hablar con tus procesos, entenderlos y
amarlos porque te están dando las claves para atravesar-
los.
Ahora solo tienes que hacerte una pregunta cada vez que
estés ante una duda:
Si no existiera nada más. Si nadie fuese a verte, ni leerte,
ni pensases en todos ellos, ¿qué es lo que harías?¿Qué
te daría más paz hacer ahora mismo?
Si respiras hondo y bajas a tu intuición, paras un mo-
mento y sientes qué es lo que verdaderamente te está
pasando, estarás más cerca de atravesarlo.
100% honestidad, 0% libres interpretaciones o suposicio-
nes.
Nota en el parabrisas para que nunca te olvides de esto:
- Sigue tu propio ritmo sin juzgar si es lento o rápido.
- Perdónate siempre. Por hacer, por no hacer, por
decirte, por no haberte hecho caso… Por todo lo
que te estés culpando.
- Respétate, cambia la crítica por la compasión.
- Ríete. Mucho. De ti misma, de las situaciones di-
fíciles, de los golpes. Ríete de todo porque to
marte la vida menos en serio te relajará y hará
más sexy.
- Permítete brillar. Escúchate y créete que te lo
mereces. Pero si no te lo crees aún, no pasa
nada. No te juzgues por no creértelo, simple
mente escucha los motivos que hay detrás y
dales un molde.
En definitiva, mírate como si fueras magia porque lo eres,
y ser mágico es lo más sexy que existe en el mundo.
74
75
 Gracias por su aportación, testimonios y por ser ahora más sexys a:
Adela- Emilia, Gómez Ayala Carmen M. Rodrigo Mariaje Ochoa
www.miwebdesalud.com www.carmenmrodrigo.com www.coloreandomomentos.com

Almudena Martín Conchi Sanjerónimo Domingo Mariluz Ortega

www.hoytodoencaja.com www.turutaemprendedora.com www.elbosquemagicodeavalon.es

Amaya García Conchita de la iglesia Martín Marta López

www.soyemoworker.com Nicté tocados de cuento Facebook www.mibauldebolsos.com

Amaya Gutiérrez Tamame Isabel casalderrey Mercedes Torija Isasa

www.lavariopinta.com Facebook Isabel casalderrey www.karunaterapias.com

Asunción Sánchez Monclova Lorena Miriam Basanta Hermida

www.apublicar.es www.uncachitodemi.es www.atelierdeyaiza.com

Beatriz Sancho Lobato María Olga Navarro Fernández

www.social4u.es www.saltoendigital.com Twitter @olnafe

76
Gracias a ti por leerme y hacer posible proyectos como éste

77
 Y sobretodo, gracias a mi familia por sostenerme
cuando me caía e impulsarme cuando me levantaba

78
Sobre la autora Ire Martín
Comunicadora, especialista en inteligencia emocional creativa,
emprendedora, empática, impulsora del amor con humor, im-
perfecta, viajera, openminder, amante del doble sentido, motiva-
dora y motivada, cantante de ducha y M-30, escritora en
cualquier soporte serio o servilleta con estilo, consumidora de
todo lo que me haga reír, hacedora de planes con banda sonora
y residente fuera del área de confort, así es Ire Martín y esta es
su apuesta.

Publicista y formadora
emocional, ayuda a perso-
nas no convencionales a
aprender a promocionar
sus negocios, basando su
método en la comunicación
emocional, técnicas publici- Puedes seguirle la pista y trabajar con ella en
tarias y desarrollo perso- http://dibujandoestrellas.com y suscribirte a
nal. su newsletter para recibir estrategias gratis
y consejos semanales para personas no con-
Afirma que “no hace falta vencionales.
vender tu alma al diablo
para que tu corazón desta- Sigue conectado con Ire en Facebook
que entre la multitud. Yo (DibujandoEstrellasAgenciaCreativa) y en
pongo herramientas, Instagram (@soyiremartin).
humor y reflexión; tú
pones dar el cambio.” Comparte este libro con personas a las que
sabes que les podría ayudar.
Un método no convencional, para gente innovadora.

79
DIBUJANDOESTRELLAS.COM 80