Está en la página 1de 4

MISTERIOS DOLOROSOS

(Se rezan los martes y viernes.)

Primer misterio: LA ORACIÓN EN EL HUERTO DE


GETSEMANÍ
“Jesús se apartó de los discípulos como un tiro de piedra, y,
puesto de rodillas, oraba diciendo Padre, si quieres, aparta de
mí este cáliz; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. En
medio de su angustia oraba con mayor insistencia” (Lc 22, 39-
42).

Reflexión
La escena de Getsemaní nos conforta y anima
a realizar un esfuerzo voluntario de
aceptación. La aceptación incondicional del
sufrimiento, cuando es Dios quien lo permite:
“No se haga mi voluntad, sino la tuya”.
Palabras que desgarran y curan, porque
enseñan a qué grado de fervor puede y debe llegar el cristiano
que sufre, unido a Cristo que sufre.

Escribe tu propia petición al Señor, por medio de María


Inmaculada:
__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________

Reza 1 Padre nuestro, 10 Ave Marías y Gloria.

Segundo misterio: LA FLAGELACIÓN DE JESÚS


“Todos lo declararon reo de muerte. Algunos se pusieron a
escupirle, y tapándole la cara, lo abofeteaban y le decía: Haz
de profeta. Y los ciados le daban bofetadas”. “Pilato tomó a
Jesús y mandó que lo azotaran” (Mc 14, 65; Jn 19, 1).
Reflexión
De aquí se desprende una valiosa enseñanza para todos. No
estaremos llamados al martirio sangriento; pero a la disciplina
constante y a la diaria mortificación de las pasiones, sí. Por
este medio, verdadero “vía crucis” de cada día, inevitable,
indispensable, que en ocasiones puede incluso llegar a ser
heroico en sus exigencias, se llega paso a paso a una semejanza
cada vez más estrecha con Jesucristo, a la participación en sus
méritos, a lavarnos por su sangre inmaculada de todo pecado
en nosotros y en los demás.
Escribe tu propia petición al Señor, por medio de María
Inmaculada:
__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________

Reza 1 Padre nuestro, 10 Ave Marías y Gloria.

Tercer misterio: LA CORONACIÓN DE


ESPINAS
“Los soldados trenzaron una corona de
espinas y se la pusieron en la cabeza y le
vistieron un manto de color púrpura. Salió
Jesús afuera, llevando la corona de espinas y
el manto de color púrpura. Pilato les dijo:
Aquí lo tenéis” (Jn 19, 2-3).

Reflexión
Es el misterio cuya contemplación se ajusta mejor a aquellos
que llevan el peso de graves responsabilidades en el cuidado de
las almas y en la dirección del cuerpo social; por tanto, el
misterio de los Papas, de los Obispos, de los Párrocos; el
misterio de los gobernantes, de los legisladores, de los
magistrados. También sobre su cabeza hay una corona en la
cual está, sí, una aureola de dignidad y de distinción, pero que
por ello mismo pesa y punza, procura espinas y disgustos.
Donde está la autoridad no puede faltar la cruz, a veces de la
incomprensión, la del desprecio, o la de la indiferencia y la de
la soledad.

Escribe tu propia petición al Señor, por medio de María


Inmaculada:
__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________

Reza 1 Padre nuestro, 10 Ave Marías y Gloria.

Cuarto misterio: JESÚS CARGA CON LA CRUZ


“Tomaron a Jesús, y él, cargando con la Cruz,
salió al sitio llamado de la Calavera”. “Lo seguía
un gran gentío del pueblo, y de mujeres que se
daban golpes y lanzaban lamentos por él” (Jn 19,
16-17; Lc 23, 27).

Reflexión
Contemplando a Jesucristo que sube al Calvario, aprendemos,
antes con el corazón que, con la mente, a abrazarnos y besar la
cruz, a llevarla con generosidad, con alegría, según las palabras
del Kempis: “En la cruz está la salvación, en la cruz la vida,
en la cruz está la defensa contra los enemigos, en ella la
infusión de una suavidad soberana”.
¿Y cómo no extender nuestra oración a María, la Madre
dolorosa que siguió a Jesús, con un espíritu de total
participación en sus méritos, en sus dolores?

Escribe tu propia petición al Señor, por medio de María


Inmaculada:
__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________
Reza 1 Padre nuestro, 10 Ave Marías y Gloria.
Quinto misterio: CRUFICIXIÓN Y MUERTE DE
JESÚS
“Lo crucificaron a él y, con él, a otros dos, uno a
cada lado y Jesús en medio. Junto a la cruz de
Jesús estaba su Madre. Jesús, al ver a su Madre y
cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su Madre: Mujer, ahí
tienes a tu hijo” (Jn. 19, 18-30).

Reflexión
Vida y muerte representan los dos puntos preciosos y
orientadores del sacrificio de Cristo: desde la sonrisa de Belén,
hasta el suspiro final que recoge todos los dolores para
santificarnos, todos los pecados para borrarlos. Y María está
junto a la cruz, como estaba junto al Niño de Belén.
Recemos a esta piadosa Madre a fin de que Ella misma ruegue
por nosotros ahora y en la hora de nuestra muerte.

Escribe tu propia petición al Señor, por medio de María


Inmaculada:
__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________

Oración final
Te amo, la señora más amable.
Por el amor que te tengo,
prometo siempre servirte,
y hacer todo lo que pueda
para que también seas amada por los demás.
Pongo todas mis esperanzas en ti,
toda mi salvación…
Recíbeme como tu siervo
y cúbreme con el manto de tu protección,
Tú, Madre de misericordia.
Amén.

También podría gustarte