Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Todos los vertebrados, incluidos los dinosaurios, nacen de un único óvulo fertilizado. Es
impresionante que un animal que pudiese superar el tamaño de una casa viniese de algo tan
minúsculo. Así pues, en este módulo se estudiará el nacimiento, el crecimiento y la
reproducción de los dinosaurios.
I. LOS HUEVOS
Los animales terrestres, mucho antes de que evolucionasen las aves, desarrollaron la
capacidad de poner huevos con cáscaras duras, algo muy diferente de los peces y los anfibios
que habían dominado el planeta hasta ese punto en el tiempo. Estos dos últimos ponían
huevos sin cáscara protectora alguna.
Los paleontólogos han establecido cuáles serían las ventajas que vienen de esta adaptación
(huevos con cáscaras solidas). Por nombrar un par de ventajas, esta cáscara retenía el agua y
protegía el embrión de los depredadores. No obstante, también tenía desventajas, como el
impacto de la cáscara en el intercambio de oxígeno.
Las primeras cáscaras de huevo se desarrollaron debido a que ahora estaban asentados en
una tierra seca. Los huevos puestos en el agua, como los de los peces o anfibios, no se secan
por esto mismo. Ese mismo huevo, si estuviese en tierra, se secaría muy rápido. Debido a esto,
se desarrollaron las cáscaras. A medida que los animales pasaban más tiempo fuera del agua,
aquellos que ponían huevos con cáscara tenían la ventaja, pues ahora podían vivir más lejos
del agua y no tenían que regresar a ella para desovar.
Los dinosaurios heredaron esta capacidad de poner huevos con cáscara. Esta tenía que ser
sin embargo relativamente delgada para facilitar el intercambio de oxígeno con el aire, así que
incluso estos huevos con cáscara eran susceptibles a los depredadores. Los dinosaurios que
ponían los huevos más grandes de todos eran los terópodos. El huevo más grande conocido
pertenecía a un Ovirraptorsáurido de las regiones de Henan y Hubei, en China. Medían medio
metro de largo.
Aunque muchos tipos de huevos tienen cáscara, no estaban completamente sellado. En lugar
de ser recipiente totalmente herméticos, los huevos eran más parecidos a tamices (algo que
separa elementos más grandes de los pequeños), donde solo ciertas cosas pequeñas podían
entrar o salir. E.g.: mientras el embrión estaba dentro del huevo, las células usaban oxígeno y
producían dióxido de carbono. Si el huevo fuese impermeable, el embrión consumiría todo el
oxígeno y se asfixiaría. Para evitar esto, las cáscaras de los huevos tienen poros diminutos que
permiten la entrada y salida de los gases mencionados.
A medida que creía el huevo, el volumen interno se agrandaba mucho más rápido que el área
superficial. Este principio, como recordamos, se llama Ley cuadrático-cúbica. El área superficial
del huevo (la cáscara) y el volumen interno del huevo tienen la siguiente relación: a medida
que el huevo aumenta de tamaño, la cáscara empequeñece en comparación con el volumen.
Si se piensa en el huevo como una especie de pulmón que facilita el intercambio entre
oxígeno y dióxido de carbono, se puede realizar la siguiente metáfora: si los pulmones son muy
pequeños, el huevo no puede respirar apropiadamente y se sofocará. Debido a esto, hay un
tamaño máximo que el huevo puede alcanzar, independientemente del dinosaurio que lo
puso.
Para comprender cuán significativos son los cambios ontogenéticos dentro de una especie
de dinosaurio, se requieren los suficientes restos esqueléticos tanto de adultos como de crías
de la misma especie. El llegar a tener fósiles de especímenes jóvenes y viejos de la misma
especie es una tarea harto ardua.
Los fósiles de bebés dinosaurios son raros, pero los fósiles de dinosaurios ceratópsidos bebés
son increíblemente más raros aún. En verano de 2010, se encontró el Alberta un esqueleto
entero (excepto las extremidades frontales) de un ceratópsido bebé que conserva también
parte de la piel, considerado como uno de los yacimientos más excepcionales. El fósil mostraba
que la cría tenía el mismo tipo de piel que los adultos con escamas más pequeñas,
simplemente. También tiene una pequeña protuberancia sobre el ojo que nos indicaría dónde
aparecería el cuerno ya de adulto. Nos da también mucha información sobre el desarrollo del
dinosaurio hacia una etapa adulta. En comparación con los adultos, nos resultaría muy
“mono”. Las proporciones de la cara influyen en gran medida en lo “mono” y “tierno” que nos
resulta un animal. Tener ojos grandes, como tienen las crías, hace que nos sintamos así.
Muchos fósiles fragmentarios de ceratópsidos bebés se han encontrado mezclados entre los
huesos de ceratópsidos adultos. Esto nos indica que vivían en grupos y que las crías eran
protegidas por los adultos al no tener estos cuernos con los que defenderse. A su vez, estos
cambios en el tamaño relativo de las órbitas y las longitudes de los cuernos de los ceratópsidos
a medida que envejecen son ejemplos de lo que se llama alometría ontogenética u ontogenia
(crecimiento relativo en los individuos). En inglés esto se denomina non-isometric autogenetic
changes. Esto también se puede observar en los Tiranosaurios, donde la tibia de los
dinosaurios jóvenes era mucho más larga que el fémur. En los ceratópsidos, las proporciones
cambian isométricamente, es decir, que crecieron en términos absolutos pero manteniendo
las mismas proporciones.
III. CUIDADO PARENTAL DE LOS DINOSAURIOS
Los dinosaurios tenían diferentes niveles de cuidado de crías entre sí. Algunos tenían un alto
grado de cuidado parental, como los terópodos y los hadrosáuridos, mientras que otros tenían
uno más bajo, como los saurópodos. Este aspecto de la paleontología no es muy comprendido,
pero podemos usar ejemplos de aves y cocodrilos para comprenderlo mejor. Las aves y las
madres cocodrilo suelen tener un grado alto de cuidado parental. Las crías de cocodrilo suelen
quedarse con las madres durante meses, a veces incluso en sus mandíbulas. Debido a que las
aves y los cocodrilos tienen este alto grado de cuidado parental, se puede intuir que muchos
dinosaurios mostrarían también este comportamiento para con sus crías.
Los registros fósiles también nos pueden dar información sobre el cuidado parental de los
dinosaurios. Por ejemplo, varios especímenes de Oviraptor se encuentran sobre los restos del
nido de huevos. Esto nos puede indicar que estos especímenes estuvieron incubando sus
huevos al igual que las aves modernas. También hay hallazgos fósiles que indican lo contrario:
“deposita los huevos y déjalos”.
En Argentina, numerosos fósiles de los nidos del Argentinosaurus han sido encontrado
juntos. Estaban tan juntos que hubiese sido imposible para una madre dinosaurio quedarse
cerca de su nido sin pisotear los nidos circundantes. Esto parece sugerir que los saurópodos
podían haber desarrollado la misma estrategia de anidación que tienen animales como las
tortugas marinas modernas. Las tortugas ponen sus huevos en áreas concentradas de ciertas
playas y todos los huevos eclosionan a la vez. Cuando surgen los bebés de sus nidos, hay tantos
que los depredadores no pueden comerse a todos. Inevitablemente, algunas crías sobreviven y
la especie prosigue. Debido al gran tamaño de los saurópodos, podían poner muchos huevos a
la vez y algunas crías llegaban a sobrevivir incluso sin que sus madres los vigilaran. Aunque no
es una gran forma de criar a los retoños, es una excelente estrategia evolutiva. Algunos grandes
terópodos, como el Tyrannosaurus Rex, tuvieron tasas de crecimiento muy altas y pudieron haber alcanzado la
madurez a la edad de 20 años.
Los dinosaurios son, sin duda, los animales terrestres más grandes de la Historia. Sin
embargo, los huevos eran muy muy pequeños con relación al tamaño de sus padres. Para
poder comprender cómo se pasaba de un ser tan pequeño a un animal que pesaba lo mismo
que un rebaño entero de vacas se ha de observar los huesos. Los huesos de dinosaurio se
estudian en los laboratorios de histología. Para poder estudiarlos, se cortan en pedazos.
Aunque parezca que se están destruyendo algunos huesos, en realidad se está liberando
información para que el investigador la use.
Aun cuando las estructuras obvias de sexo específico en los dinosaurios son muy raras de
encontrar, hay otra manera de poder identificar un dinosaurio como una hembra. De nuevo,
esto se basa en la histología ósea. La gallina es un buen ejemplo de dinosaurio actual. Pone
huevos como los dinosaurios, aunque esto supone un esfuerzo costoso –como cualquier otra
forma de reproducción—. El dinosaurio hembra tendría que haber usado mucha energía y
recursos en la producción de huevos. En particular, las cáscaras de huevo requieren mucho
carbonato de calcio, el mismo mineral básico encontrado en los esqueletos de todos los
vertebrados. Esta cáscara de huevo se forma dentro del cuerpo del dinosaurio, lo que significa
que este tendría que poseer suficiente calcio extra en su cuerpo para crear la cáscara. Este
calcio extra se obtendría de sus propios huesos.
Cuando un dinosaurio produce un huevo, puede usar calcio de sus huesos para hacer que la
cáscara del huevo sea lo más dura posible en detrimento de sus propios huesos. Por otra
parte, podría retener más calcio en sus huesos, manteniéndose más saludable pero
produciendo una cáscara de huevo más endeble y que ponga en peligro al embrión. Los
dinosaurios suplen este problema a través del desarrollo del hueso medular. El dinosaurio
almacena calcio en los espacios huecos de sus huesos o cavidades de médula y lo usaban en el
futuro, creando cáscaras de huevo fuertes y manteniendo sus huesos sanos simultáneamente.
Solo las hembras necesitarían este almacén de calcio, como se puede ver en las aves hembra
ponedoras de huevo. Esta evidencia en los huesos se puede usar para diferenciar machos de
hembras. Este técnica sin embargo no es infalible, aunque es uno de los mejores métodos que
hay para distinguir machos de hembras.
En las últimas dos décadas se han encontrado dos fósiles separados identificables como
hembras. En ambos, los huevos estaban aún dentro de la madre y listos para su puesta. Los
huevos de dinosaurio tienen diferentes formas, y los huevos de estos fósiles eran alargados.
Esto facilitaba que los huevos fuesen puestos de dos en dos. Sabemos que en las aves
modernas hay dos oviductos funcionales y también pueden poner dos huevos a la vez en
algunas circunstancias. Las aves en general no suelen poner dos huevos a la vez, pero los
dinosaurios lo hacían la gran mayoría de las veces, poniéndolos por pares.