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Nos ponemos en la presencia del Señor: iniciamos este Nos ponemos en la presencia del Señor: iniciamos este

momento en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu momento en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén. Santo. Amén.

Antes de empezar debemos preparar nuestro corazón. Por eso Antes de empezar debemos preparar nuestro corazón. Por eso
rezamos al Espíritu Santo, Dios verdadero, que habita en rezamos al Espíritu Santo, Dios verdadero, que habita en
nosotros por el bautismo y los sacramentos. Es el Espíritu Santo nosotros por el bautismo y los sacramentos. Es el Espíritu Santo
quien nos puede abrir la mente y el corazón, para escuchar lo quien nos puede abrir la mente y el corazón, para escuchar lo
que Jesús nos quiere decir por medio de su Palabra. que Jesús nos quiere decir por medio de su Palabra.

Pidámosle al Espíritu Santo que disponga nuestro interior para Pidámosle al Espíritu Santo que disponga nuestro interior para
escuchar la voz del Señor: escuchar la voz del Señor:
Espíritu Santo, dame agudeza para entender, capacidad Espíritu Santo, dame agudeza para entender, capacidad
para retener, método y facultad para aprender, sutileza para para retener, método y facultad para aprender, sutileza para
interpretar, gracia y eficacia para hablar. Dame acierto al interpretar, gracia y eficacia para hablar. Dame acierto al
empezar, dirección al progresar y perfección al acabar. empezar, dirección al progresar y perfección al acabar.
Amén. La Santísima Virgen María es templo y casa del Amén. La Santísima Virgen María es templo y casa del
Espíritu Santo; acompañó a Jesús desde Caná en Galilea Espíritu Santo; acompañó a Jesús desde Caná en Galilea
hasta el Calvario. Por eso le pedimos a ella que acompañe hasta el Calvario. Por eso le pedimos a ella que acompañe
este momento de oración: este momento de oración:

Dios te salve, María, llena eres de gracia; El Señor es contigo. Dios te salve, María, llena eres de gracia; El Señor es contigo.
Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de
tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén. Amén.

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