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El concepto que todo el mundo tiene sobre la explotación sexual ya sea de índole comercial o

mental es realmente difícil de definir, puesto que cada quien lo interpreta a su manera; por lo que
definirlo de manera clara y precisa siendo ya, este concepto muy polémico y controversial, resulta
realmente difícil. El objetivo central de este trabajo en plantear el concepto desde un amplio
panorama, a su vez, se pretende hacer mención de elementos que pueden de cierta forma influir en
la distribución de este contenido, así como también la manera en que se ha distribuido tanto que
predomina el morbo sobre la indignación dentro del tema y donde la demanda del mismo ha ido
incrementando. A raíz del descubrimiento del VIH en la sociedad, la demanda de infantes donde le
edad buscada iba en deceso comenzó a aumentar y desde ese momento no ha ido en decadencia.
Los agresores comenzaron a ser de grupos más diversos; ya no solo los pederastas iban tras los
infantes, ahora también se sumaba a dicho abuso las personas que consideraban que, el tener
relaciones con niños tenía un menor riesgo a contagiarse de sida; por lo que los amplios números de
menores con esta enfermedad comenzaron a surgir. Sumándole a ello una infinidad de creencias
donde avalan que las relaciones sexuales con niños o jóvenes vírgenes elimina la enfermedad en tu
cuerpo, cosa que es verdaderamente falso y hasta cierta parte hilarante. Como manera inimaginable
el contenido de pornografía en nuestros alrededores es inmenso y está lleno de toda la cara oscura
del sexo infantil rentado, donde los infantes son explotados sexualmente y fotos intimas y otras no
tanto, son difundidas con una connotación sexual rodeándola. Las redes sociales en la actualidad
son el principal medio de distribución y el acoso sexual que viven los infantes por solo
prácticamente existir es deplorable. Algunas consideraciones de un carácter esencial que rodean el
concepto de la explotación infantil es que principalmente la niñez en este ámbito se considera
principalmente algo prostituido, los niños y niñas están grandemente expuestos a una explotación
indiscriminada de índole sexual donde son moralmente rebajados a simples cuerpos para su
satisfacción. En una sociedad donde lo moralmente perfecto es uno de sus conceptos, es fácil notar
como voltean la mirada ante los grandes problemas, para ellos es fácil consumir, distribuir e ignorar
la problemática, pero mientras vivan en su falsa ignorancia, los infantes son cada vez más
vulnerables, como si ya de por si no lo fueran, a una trata de menores infinita en las redes
propagándola y normalizándola hasta el punto de ver lo inusual como lo usual en nuestras vidas. El
país no está cien por ciento concientizado de la magnitud del problema que crece cada día mas, sin
alguna represalia o si quiera una investigación prudente del tema, las políticas del país son muy
pobres y no protegen como deberían; cuando su principal función debería ser proporcionar a todos
los infantes y adolescentes protección ante todo tipo de acción que amenace su integridad y paz
dentro de su ámbito habitual. Los sujetos que surgen como intermediarios para promover que los
menores ejerzan una actividad sexual considerado ilegal en todo el mundo, es bajo el mismo fin,
conseguir una ganancia económica y una satisfacción en base del aprovechamiento de los más
venerables. El aumento de la demanda pedófila dentro de todo el mercado es el motivo principal de
la potencia tan grande que tiene la explotación sexual infantil. La explotación sexual como una red
de prostitución infantil se ha convertido, desgraciadamente en un servicio rentable y sujeto
indudablemente a las transacciones comerciales, porque quien paga es quien mantiene el negocio a
flote. Actualmente es toda una industria multimillonaria que en base a la recolección de este
contenido es que se ha podido mantener y crecer por todo este tiempo. No hay cifras exactas, pero
se sabe con certeza de que el no prestarle la atención debida y proponer una solución viable a esta
situación, será demasiado tarde en un futuro, proteger genuinamente a los infantes y adolescentes.

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