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Resumen
En este artículo realizamos un examen crítico de algunos de los usos y desarrollos actuales del concepto de identidad,
particularmente de la identidad étnica y la etnicidad, ambos vinculados a los pueblos indígenas y afrodescendientes y la
construcción de fronteras o límites de inclusión/exclusión social basados en la cultura. Planteamos la revisión y discusión
de estos conceptos, teniendo como marco un contexto que desde el posestructuralismo y el posmodernismo ha establecido
una cierta hegemonía del relativismo cultural, el primordialismo y el esencialismo, que con el propósito de ampliar la mirada
de lo social y los ámbitos de derechos, naturalizan las diferencias culturales haciendo de cuestiones como las identidades
sociales un producto más cercano a la biología que a las relaciones sociales, las prácticas y los discursos.
Abstract
This article presents a critical review of some of the uses and developments of the concept of identity, particularly of ethnic
identity and ethnicity, both linked to indigenous peoples and Afro-descendants and construction of borders or boundaries of
social inclusion/ exclusion based in culture. We propose a review and discussion of these concepts, framed by a context that
since the post-structuralism and postmodernism has established a certain hegemony of cultural relativism, primordialism and
essentialism, that in order to broaden the look of the social and areas rights, naturalize cultural differences making issues
such as social identities closer to biology than social relations, practices and speeches product.
* Doctor en Antropología, Universidad Nacional Autónoma de México. Investigador Núcleo Científico-Tecnológico en Ciencias
Sociales y Humanidades, Universidad de la Frontera, Temuco, Chile. Correo-e: alvaro.bello@ufrontera.cl
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discurso sobre las identidades de los sujetos procesos, capacidad y eficacia del concepto de
parece haberse confundido con las prácticas identidad para resolver estas preguntas.
sociales concretas, así como con las estra-
tegias políticas que articulan la acción colec- Contrario a los principios que dieron origen a la
tiva del grupo. En vez de intentar comprender reflexión sobre la identidad, las posturas actua-
cómo el discurso de la identidad busca cons- les han hecho de este concepto algo cada vez
truir realidades, muchos antropólogos han deci- más amplio, ambiguo y sin límites, de tal modo
dido asumir tales discursos como la realidad, que el concepto de identidad tiene la tendencia
prescindiendo de la necesaria mirada crítica y a moverse fuera de los contextos, de los signi-
ubicando la identidad en un plano que aparece ficados y las prácticas (Anthias, 2013), transfor-
como un rasgo social inmanente. mándose en una categoría borrosa y confusa,
que propone muchas preguntas y escasas
Recientemente un estudio del Programa de respuestas, tal vez por lo que Stuart Hall, seña-
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) laba hace algunos años en su conocido texto
publicado en Chile el año 2012 que trata sobre “¿Quién necesita identidad?”, esto es que la
las relaciones interculturales y las formas en identidad es algo inacabado que parece estar
que las personas definen sus identidades siempre en construcción, a medio camino entre
proporcionó importante información de perso- lo que intenta borrar y lo nuevo que quiere decir
nas encuestadas y entrevistadas que declaran (Hall, 1996). De modo que más que las defini-
pertenecer a un pueblo indígena. Estas perso- ciones de identidad o los enfoques, el problema
nas señalan mayoritariamente que se sienten desde el punto de vista de Hall parece estar
‘mapuche y chileno al mismo tiempo’ o bien en aquello, no en la identidad misma, sino en
‘aymara y chileno al mismo tiempo’. El mismo lo que esta, su producción, práctica y discurso,
estudio señala que esto no debería sorpren- desea comunicar o decir, en cómo se confor-
der si se acepta que varios pueblos o culturas man sus límites, qué es y qué no es, y cómo
pueden formar parte de una misma sociedad o de qué está constituida, es social, biológica
nacional y ser ciudadanos, incluyendo su identi- o construida, es grupal o individual, es racional
dad colectiva como pueblo. Lo que sí es llama- o subjetiva. Estas preguntas son más pertinen-
tivo en el estudio es la variedad de respuestas: tes en el contexto actual en el que el concepto
un 42% de los mapuche urbanos y 66% de los de identidad tiene un poder mágico que parece
pertenecientes al sector rural optaron por una explicar lo social sin explicarlo realmente.
de dos alternativas: ‘solo mapuche’ o ‘mapuche
primero y chileno después’. Entre los aymara, los Los problemas del concepto de identidad
valores correspondientes bajan a 25 % (aymara se relacionan tal vez con una serie de condi-
urbanos) y 24% (aymara rurales). Incluso, la ciones políticas, económicas y sociales donde
mitad de los mapuche rurales se sienten solo ha adquirido una gran eficacia simbólica para
mapuche y no se sienten chilenos (Durston, los actores, este es el caso de los movimientos
2012). Pero qué significa sentirse solo mapuche sociales y los discursos de las organizaciones y
o solo chileno, son posibles las adscripciones liderazgos indígenas. Y se da en el campo del
múltiples y cómo se generan, qué papel tienen derecho donde el discurso jurídico ha asumido
los movimientos sociales y el Estado en estos una visión estática y anquilosada de la cultura.
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los asocia con las dinámicas que dan sentido para comprender el fenómeno de la identidad,
a la diferencia y no asume la diferencia cultural por otra parte, de la mano de la complejidad
como un hecho per se. El sentido de pertenen- y la heterogeneidad, la posibilidad de abrir
cia busca desplazar, por tanto, las pretensiones las puertas a las explicaciones multicausales,
totalizadoras que finalmente niegan la plura- incluyendo (una vez más) aquellas con base
lidad y la multiplicidad de afiliaciones sociales en la raza o de manera velada en explicaciones
de los sujetos a través de una imposición arbi- que van más allá de la cultura. Los “tiempos
traria de una prioridad fijada o determinada por heterogéneos” exigían explicaciones heterogé-
la identidad (Sojo, 2009). Frente a una discursi- neas como lo señala uno de los principios del
vidad que busca hablar de identidades que no paradigma poscolonial. Tal diversificación del
cambian o que no parecen ser afectadas por el concepto de identidad es tal vez lo que explica
tiempo y los procesos históricos, el sentido de su difusión incluso fuera del ámbito académico.
pertenencia se mueve en las aguas de la histo- Como señala Trouillot en relación al concepto
ria, del cambio y la transformación. de cultura, el éxito de la identidad es su desa-
parición teórica (2002:37), su difusión en la
academia, en los estudios culturales y en el
discurso público de un modo que ya no requiere
El concepto de identidad y sus avatares de fundamentos conceptuales ni teóricos para
su argumentación.
El concepto contemporáneo de identidad
étnica se desarrolló a la par de las actuales Pero en este contexto han surgido voces
concepciones de cultura, ambas categorías que buscan integrar como un todo, la relación
buscaron alejarse de la raza y el racismo sobre entre raza y etnicidad. Por ejemplo, Mahmood
todo a partir de la segunda mitad del siglo XX4. Mamdani (2004), un antropólogo ugandés de
La identidad étnica, como la cultura, es también ascendencia india, busca discutir la raza y la
un producto del llamado “giro cultural” en las etnicidad como identidades políticas, impues-
ciencias sociales, que desplazó el objetivismo y tas a través de la fuerza de la ley colonial, y
el empirismo como acercamiento a los fenóme- reproducidas por la ley y el Estado en el período
nos sociales centrándose en los significados, la poscolonial. Para ello explica el caso africano
interpretación y la subjetivación de los procesos en el que las identidades fueron impuestas por
sociales. Desde distintos enfoques teóricos y la fuerza de la ley colonial, donde los grupos
políticos, la identidad étnica y por ende la dife- fueron clasificados por los censos a través de
rencia y la diversidad cultural de los pueblos demarcaciones raciales y de políticas específi-
indígenas, buscaron ser comprendidos como cas en los que la distinción tiene una significa-
productos sociales, construcciones surgidas de ción legal directa, expresada en leyes comple-
las interacciones sociales y de la subjetivación tamente discriminatorias que favorecían o
de la cultura en situaciones de desigualdad, excluían a unos u otros. El período poscolonial
conflicto y dominación. Este cambio epistémico debió refirmar la fuerza de una autoridad única y
generó dos corrientes simultáneas, en cierta por eso la separación en grupos fue contestada
forma contradictorias y complementarias. Por por los líderes tradicionales que buscaron obte-
una parte, la diversificación de explicaciones ner poder en las decisiones políticas, por ello
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Sin embargo, la identidad se ha transformado y territorios concretos y las dinámicas que estas
progresivamente en una categoría compuesta desigualdades generan dentro del grupo o
de un conjunto de cualidades irreductibles y respecto de otros sujetos que se encuentran en
estáticas perdiendo así su capacidad de apor- similares condiciones. Frances Stewart (2002),
tar a la construcción de sociedad cosmopoli- ha planteado la necesidad de considerar en el
tas donde la diferencia cultural, más que una análisis de los conflictos sociales las llamadas
barrera racialmente infranqueable, sea una “inequidades horizontales”, esto es, inequidades
cualidad o una dimensión positiva de socieda- que se dan dentro de grupos definidos cultural-
des democráticas y heterogéneas. mente; se trata de inequidades que adquieren
formas multidimensionales y complejas y son
Por otra parte, la irreductibilidad de la identi-
generadas por un desigual acceso a recursos
dad y su renovado enlace con la raza plantean
políticos, económicos y sociales dentro de un
una serie de problemas para los modelos polí-
mismo grupo culturalmente diferenciado. Esto
ticos y societales como la interculturalidad y el
es importante porque en estos grupos, como en
multiculturalismo, pues como hemos dicho las
otros, hay activos procesos de movilidad social,
políticas de reconocimiento para ser posible,
estratificación y diferenciación, no se trata de
buscan demarcar las fronteras identitarias, la
grupos homogéneos y estáticos como preten-
distinción y la exclusividad de los grupos con el
den algunos discursos de la identidad. Al mismo
fin de legitimar derechos específicos; la para-
tiempo, el grupo que es objeto de políticas
doja es que tales ejercicios y prácticas profun-
específicas del Estado y por el acceso a recur-
dizan la distancia intercultural radicalizándola
sos y bienes, por lo general escasos, perciben
y afectando con ello los modos de compresión
y constatan que sus posibilidades de movilidad
mutuos y los espacios de interacción, coope-
respecto de otros grupos son limitadas. Más
ración y diálogo. Ello sin embargo parece ir a
allá de lo obvio de estas constataciones lo que
la par con el modo de acumulación flexible que
importa es cómo se procesan estas inequi-
opera o es generador de fragmentación, esto
dades a nivel societal o por parte del Estado,
es, que se desarrolla justamente sobre la base
cuáles son las interpretaciones y evaluaciones
del socavamiento de los principios generales
que los sujetos tiene de estos procesos y cómo
y universales en pos del relativismo y el ensi-
las personas las conectan con su condición de
mismamiento social como señala David Harvey
grupo culturalmente diferenciado.
(1992), en su clásico y breve texto “El capita-
lismo: la fábrica de la fragmentación”.
Tal vez se ha puesto el foco de manera exce- ¿La indigeneidad como alternativa
siva en las diferencias culturales, la culturaliza- al esencialismo?
ción de la identidad ha sido descentrada por el
pensamiento posestructuralista y los estudios Las identidades étnicas, vinculadas a la
culturales, se ha desplazado la conexión entre producción de identidades de los pueblos indí-
la diferencia cultural, las prácticas y las condi- genas, surgen como expresión de los procesos
ciones de inequidad generadas por los proce- de dominación y subalternidad de los colectivos
sos económicos y sociales dentro de espacios y sociedades indígenas sometidas al dominio
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Pero así como la retórica del indígena hipe- Por otro lado, las identidades étnicas no se
rreal sirve a veces para reafirmar identidades libran de ser sometidas a las dinámicas del
y derechos, también es útil para cuestionar mercado. La identidad en los tiempos actuales
y deslegitimar las demandas de los pueblos también tiene un valor de cambio, además de
indígenas. No cumplir con ciertas condiciones un valor de uso. La identidad étnica en particu-
o expectativas de los que se espera de las lar es un campo para la producción de nuevos
identidades indígenas, es una práctica común nichos de mercado donde se transan no solo
dentro de las políticas neoliberales que buscan artesanías sino también alegorías, principios,
cuestionar el derecho a la tierra y los recursos valores, retóricas e imágenes. Lo local, lo irre-
de los pueblos indígenas. Así como la exacer- ductible, lo ancestral, otra vez se vuelve una
bación de rasgos identitarios puede producir marca o un principio comercial generador de
identidades fijadas en el tiempo y en el espacio, nuevas valoraciones como señalan Comaroff y
su ausencia puede ser un buen argumento para Comaroff (2011) en su libro Etnicidad S.A. Así,
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por ejemplo, surge el debate sobre la validez de eso no significa que debamos quedarnos atra-
mercantilizar la cultura en el campo del turismo pados en la discusión sobre la validez de los
indígena o étnico, con cuestionamientos sobre derechos colectivos, las políticas del reco-
qué mostrar, qué vender, qué poner en valor nocimiento o la autodeterminación, ello no
frente al turista. Lo mismo en el caso del patri- puede significar un permanente socavamiento
monio cultural, donde hay más de una lectura y relativismo de lo social y de sus principios
sobre la conveniencia o desventaja de patrimo- universales, así como de los principios univer-
nializar la cultura. Para muchas comunidades u sales que rigen los derechos humanos. Hay
organizaciones indígenas la patrimonialización ejemplos de sobra que demuestran que igual-
de la cultura tiene dos lecturas posibles. Mien- dad y diversidad pueden convivir y que tales
tras algunos argumentan que la patrimonializa- sistemas combinados de derechos, de repre-
ción podría significar la pérdida del control de sentación política y de políticas de Estado, en
sus recursos culturales y de su propia identi- general, puedan convivir y esta convivencia no
dad a manos del Estado, otros señalan que es mera producción discursiva sino el efecto
patrimonializar la cultura es un modo de reco- de las prácticas sociales y de las interacciones
nocimiento, de control efectivo, de protección y cotidianas que se dan en el seno de las socie-
exclusividad al alero del Estado. Dos posturas dades heterogéneas.
sobre un mismo punto, dos formas de compren-
Una segunda cuestión, es que la problemática
der y procesar el sentido de la identidad cuando
de la identidad/pertenencia no se refiere o no
esta se convierte en un nicho de mercado o en
puede ser vista solo como un ejercicio teórico o
un recurso que se transa y se vende.
académico, por el contrario, en la medida que la
cuestión de las identidades afecta la conviven-
cia y el modo en que se organizan los Estados
Conclusiones y las sociedades contemporáneas, la cuestión
de los límites identitarios, de sus contenidos,
Frente a la crisis que representa la sobre- formas y efectos son claramente un problema
interpretación de la identidad, su esencializa- político que debe resolverse en el espacio
ción y nueva racialización, lo que se requiere público y no solo en las aulas universitarias.
es agregar una actitud crítica de la diversidad
y la búsqueda de más soluciones políticas y Otra cuestión importante es la que hace refe-
económicas para las sociedades multiétnicas rencia a la raza y a los encubrimientos que de
y plurinacionales, frente al aparente atrinche- ella hace el concepto de identidad, tanto en
ramiento de amplios sectores sociales que han sus usos públicos como en la propia academia.
encontrado en su identidad no solo un modo de Hace tiempo que las ciencias sociales aban-
defender su legítimos derechos, sino también donaron las explicaciones raciales y racialistas
de encapsularse y avanzar hacia formas de para explicar los fenómenos culturales y socia-
clausura social. les, lo que significó no solo un salto epistémico,
sino que también político especialmente para la
Definitivamente los tiempos de la nación antropología. Sin embargo, como lo ha apun-
homogénea han quedado en el pasado, pero tado desde hace tiempo Peter Wade, la nega-
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ción de la raza como base del análisis social no para la academia y los movimientos sociales, es
afecta su actualidad y su uso en las prácticas mucho mayor. Se trata de derribar imágenes y
concretas de los sujetos. El uso cotidiano de representaciones que están fijadas como dispo-
categorías raciales como formas de clasifica- siciones profundas en la sociedad y en los distin-
ción social y las prácticas y discursos raciales tos campos en que se juega la diferencia cultural.
y racistas de los sujetos, parece tener plena Se trata de un conjunto de dispositivos, prácti-
actualidad en el mundo contemporáneo. En los cas, políticas sociales y discursos que refren-
años recientes, diversos órganos de Naciones dan la idea de lo irreductible de la identidad. El
Unidas han denunciado un recrudecimiento del discurso jurídico de gran eficacia simbólica para
racismo y un incremento y sofisticación de las la producción y fijación de los habitus normativos
plataformas racista y xenófobas. Esta reformu- de la vida en sociedad, por ejemplo, es profun-
lación del racismo ha ido de la mano de la aper- damente conservador en el modo en que repre-
tura de los mercados, los flujos de población senta a los pueblos indígenas, su relación con el
migratoria y la cada vez más violentas asime- cosmos y con los recursos naturales, un ejem-
trías espaciales y territoriales entre los múltiples plo de ello es la idea de “Buen Vivir” con la que
Nortes y Sures, Estes y Oestes, ricos y pobres, supuestamente se busca construir un proyecto
desarrollados y subdesarrollados. alternativo al neoliberalismo sobre la base de
identidades idealizadas y fijadas en el pasado.
Las plataformas racistas se han consolidado
también al ritmo vertiginoso con que ha crecido Finalmente, tal vez lo más importante es que
la Internet y sus múltiples formatos de comuni- el racismo no se combate con más raza. Como
cación, transferencia e intercambio de datos, dijimos, el discurso de las identidades permitió
información, imágenes y símbolos. Sin sobredi- evidenciar lo amplio y heterogéneo del campo
mensionar la importancia de Internet en estos social, pluralizando las voces y las actorías más
procesos, sobre todo teniendo en cuenta que allá de la falsa ilusión o la pesadilla de socieda-
aún son millones los analfabetos en el mundo des homogéneas y uniformes. El discurso de la
de la computación y de la World Wide Web, se identidad ha servido de base a las demandas
debe reparar en la importancia que hoy tienen sociales por derechos diferenciados y ha sido un
las llamadas redes sociales, espacios virtuales soporte de las luchas decolonizadoras y decolo-
supuestamente democráticos y abiertos desde niales así como de la crítica al capitalismo en su
donde se articulan nuevas formas de discrimi- fase de acumulación flexible que como dijimos
nación y racismo. Un ejemplo de ello es la idea nada en buenas aguas cuando se trata de la
del avatar, la identidad en las redes sociales que diversidad y la fragmentación. Por eso se debe
puede ser una imagen, un retrato o una pala- rescatar su potencial generador de más socie-
bra que actúan como máscara o reencarnación, dad y no de búsqueda de la fragmentación y
como forma de travestismo a través del cual los descohesión por la vía de otra ilusión, la idea de
usuarios se identifican o encubren y manipulan que la diversidad es una ley natural irremontable,
sus identidades con el fin de decir su verdad. indisoluble que solo nos puede llevar a una lucha
permanente entre los seres humanos.-
Pero el problema de lo racial en las identida-
des, tanto para los derechos indígenas como
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Notas
1
La Conferencia de Bandung (Indonesia) fue una reunión realizada la naturaleza de su filiación, inclusive la adoptiva;
en Indonesia entre los días 18 y 24 de abril de 1955, en la que Se entenderá por hijos de padre o madre indígena a quienes
participaron un conjunto de países que se encontraban en proceso desciendan de habitantes originarios de las tierras identificadas en
de descolonización o que se oponían a las políticas neoimperialistas el artículo 12, números 1 y 2.
del bloque soviético y norteamericano, tales como Camboya, Egipto, b) Los descendientes de las etnias indígenas que habitan el
India, Indonesia, Iraq, Irán, Libia, Vietnam del Sur y del Norte, China, territorio nacional, siempre que posean a lo menos un apellido
Japón, Turquía y Arabia saudita, entre otros. La reunión dio origen indígena;
a la organización de Países No Alineados y sentó las bases para Un apellido no indígena será considerado indígena, para los
la aplicación del derecho a la autodeterminación consagrado en los efectos de esta ley, si se acredita su procedencia indígena por
principios de la Carta de las Naciones Unidas. generaciones, y
2
El concepto de autenticidad a que nos referimos se relaciona con c) Los que mantengan rasgos culturales de alguna etnia indígena,
la exclusividad, originalidad o lo genuino otorgado por la cultura. A entendiéndose por tales la práctica de formas de vida, costumbres
diferencia de lo que señala Charles Taylor en la relación autenticidad o religión de estas etnias de un modo habitual o cuyo cónyuge
como dimensión moral del reconocimiento del otro, en el sentido de sea indígena. En estos casos, será necesario, además, que se
dignidad. Véase Taylor (2001). autoidentifiquen como indígenas.
3 4
El documento se denomina “Certificado de Acreditación de En todo caso no se debe olvidar que los intentos por separar
Calidad Indígena”. Este certificado se entrega a las personas que raza y cultura en la antropología fueron iniciados por el fructífero e
cumplan con los requisitos establecidos por el art. 2º de la Ley influyente trabajo de Franz Boas a finales del siglo XIX.
Indígena 19.253, que señala:
a) Los que sean hijos de padre o madre indígena, cualquiera sea
Referencias bibliográicas