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II. Introducción
En tiempos actuales, cada vez más asiduamente, nuestros tribunales se han venido
expidiendo en los procesos usucaptivos acerca de la teoría nombrada como “actos de mera
tolerancia” pero poco o nada se ha explicado minuciosamente al respecto. Esto hace que la
doctrina se ocupe de ello y delimite sus contornos jurídicos.
Si bien la buena fe, la lealtad y honestidad, son principios rectores en las relaciones de
familia, no siempre son respetados a rajatabla; tal es así, que en contadas ocasiones un
familiar —imbuido por la generosidad y acuciante lazo de parentesco— permite y tolera que
un consanguíneo suyo haga uso de sus cosas y este último no responda con su ulterior
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Abogado por la Universidad Privada del Este – Pdte. Franco (acreditada por la ANEAES). Mejor egresado y
miembro del cuadro de honor de su promoción. Coautor del libro “Elementos de los derechos reales” (2015).
Colaborador en la revista jurídica de la Universidad Católica de Asunción y de la Universidad Privada del Este
(CIDUPE). Ha disertado sobre “El Libro IV del Código Civil paraguayo. Proyecto de reforma” (2015) y
“Usucapión en la legislación y jurisprudencia paraguaya” (2015-2016). Correo electrónico:
pedrofabian2010@hotmail.com. Artículo publicado en: La Ley Paraguaya, febrero, 2018, año 41, pp. 11-19.
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comportamiento en forma análoga al primero, resultando a la postre un malagradecido
avivado que se vale de la inocencia del titular dominial que, a la par, es su pariente.
Ahora, pues, ¿qué se entiende por “actos de mera tolerancia”? No existe, en concreto,
dentro de la órbita doctrinal, un concepto de lo que se entiende por tal. Sin embargo, en el
contexto del Derecho comparado en donde existe la precitada noción, AREÁN (2007) refiere:
“En cuanto a los actos de simple tolerancia o de mera tolerancia, son en general
aquellos actos que son soportados en homenaje a las relaciones de buena vecindad.
Son actos que un buen vecino tolera aunque importen un cierto atentado contra su
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Es normal que quien posea, cualesquiera sea su condición o carácter, se sienta dueño respecto de la cosa
poseída, luego de un cierto tiempo. Ya es algo habitual actualmente oír la trillada frase de los poseedores “este
terreno me pertenece porque hace tiempo que vivo en él, y no saldré así nomás.”, ya que por más profano que
sea el poseedor, tiene una somera noción de lo que es la usucapión. Es increíble, pero los largos años de
posesión generan un profundo sentimiento de dueño en el poseedor, aun a sabiendas de que no le pertenece el
inmueble o que ha ingresado permisivamente en él.
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derecho de propiedad, porque este atentado no le parece demasiado grave como para
constituir una usurpación propiamente dicha, que merezca ser reprimida. Por ejemplo,
cuando se deja que el vecino pase por el campo con sus animales para llevarlos a
pastar o a beber.
Tales actos no son hábiles para fundar una prescripción, toda vez que así se lo
admitiera, prácticamente desaparecería toda armonía en la vida de comunidad, lo cual
es inadmisible, ya que en principio la actitud pasiva del que tolera se funda en una
ausencia de perjuicio o molestias, o, aunque haya, quedan reducidas a una mínima
expresión.
Es evidente que, si el paso de los animales del vecino implica una devastación del
campo transitado, o si el pastaje significa la limitación del ejercicio para los animales
del propio dueño del campo, éste se opondría a la continuación de tales actos, pues en
definitiva las relaciones de buena vecindad cederían ante el carácter excluyente del
dominio, en virtud del cual su titular puede excluir a terceros en el uso o goce de la
cosa, v. gr., impidiendo que alguien pase por ella” (pp. 247-248).
“Los actos de pura facultad o de simple tolerancia no pueden ser considerados como
actos de posesión, porque ni aquél que los hace entiende actuar como propietario, ni
aquél que los autoriza entiende desposeerse (...)” (p. 246).
Si bien la doctrina en general, junto con gran parte de los Códigos Civiles
latinoamericanos, llama a la figura examinada como “actos de mera tolerancia”, nosotros
consideramos dicho título equivocado y no expresivo del verdadero contenido que se
pretende explicitar. La palabra “actos” no refleja el real sentido de lo substancial, ya que la
tolerancia del dueño no es un acto, sino una omisión respecto de la posesión soportada en
razón de vecindad o parentesco. Optamos por “posesión tolerada” ya que denota un poder de
hecho sobre una cosa que ha sido tolerado por el dueño con motivo de la existencia de un
vínculo parental o vecinal.
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Por ende, se llama actos de mera tolerancia3 o más bien posesión tolerada, a aquel
poder de hecho que tiene una persona sobre una cosa y que ha sido soportado por el
propietario por razones de lazo de parentesco o buena vecindad. Tal posesión no es idónea a
los efectos de la usucapión, por cuanto no importa una desidia infundada del dueño respecto
de su cosa, sino una concesión expresa o tácita de ella.
El dueño en tales situaciones, jamás imagina que será privado de su propiedad con la
usucapión, puesto que es justamente la posesión tolerada con motivo de parentesco o
vecindad la que le hace presumir la buena fe de los actos fácticos del poseedor. De ello se
desprende, indefectiblemente, que debe presumirse una posesión sin ánimo dueño y que —en
caso contrario— debe probarse la interversión del título. En suma, si existe una tolerancia del
propietario referente a la posesión sobre su cosa, es porque el poseedor no ejerce actos
posesorios con animus domini, término que comporta negar la propiedad del dueño sobre la
cosa poseída.
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III. La cuestión en el Derecho patrio
Sin embargo, a pesar del vacío legal en lo tocante a la figura sub examine, la
jurisprudencia nacional se ha expedido en relación a ella en contados fallos.
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Corte Suprema de Justicia del Paraguay, sala civil y com. Britos Garcete, Ramón Gregorio c. Ocampos, Julián
s/ Usucapión. (Ac. y Sent. N° 47). La Ley Online. Cita online: PY/JUR/58/2013.
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Sumario: “Se ajusta a derecho la sentencia que rechazó la demanda de usucapión cuando el propio accionante
alega que su posesión inició como derivada de su madre, siendo que en las relaciones de familia se presume la
tolerancia con respecto a la posesión del bien”. Corte Suprema de Justicia del Paraguay, sala civil y com. Fecha:
06/03/2013. Partes: Britos Garcete, Ramón Gregorio c. Ocampos, Julián s/ Usucapión. (Ac. y Sent. N° 47). La
Ley Online. Cita Online: PY/JUR/58/2013. En esa misma línea, ha referido la Corte que: “Debe confirmarse la
sentencia que rechazó la demanda de usucapión cuando existe un instrumento privado que establece un
usufructo vitalicio a favor de la madre del actor que demuestra que era ella quien mantuvo siempre la posesión a
título de dueño, sin invocar o proteger la calidad de heredero del actor, con lo que queda claro que no hubo
interversión del título de tolerancia en virtud de las relaciones de familia”. Corte Suprema de Justicia del
Paraguay, sala civil y com. Fecha: 06/03/2013. Partes: Britos Garcete, Ramón Gregorio c. Ocampos, Julián s/
Usucapión. (Ac. y Sent. N° 47). La Ley Online. Cita Online: PY/JUR/58/2013.
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En otro pronunciamiento similar, ha dicho la Corte6 (2012) que la usucapión entre
parientes crea presunción de que la ocupación es precaria, ejercida por acto de mera
tolerancia del propietario y soportada en razón del lazo de parentesco.
Lo concreto es, ergo, que nuestra legislación civil nada dice en lo atinente a la
usucapión entre parientes, ni que la posesión tolerada en el ámbito familiar es inidónea para
usucapir. En consecuencia, estamos ante una tesis jurisprudencial traída substancialmente del
Derecho comparado, por lo que presumir como lo hace la Corte, no denota para nada ceñirse
a lo estrictamente legal sino un apartamiento del Derecho positivo local.
Delineado así el estudio, queda claro que para la jurisprudencia paraguaya sí puede
operarse la usucapión entre parientes, pero se presume una posesión tolerada, precaria e inane
a los efectos de la usucapión, por lo que el usucapiente debe demostrar que se ha dado la
hipótesis contemplada en el art. 1.921 del Cód. Civ.
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Corte Suprema de Justicia del Paraguay, sala civil y com. Nunes Palacios, María Teresa c. Palacios Gil, Víctor
Ceferino s/ Usucapión. (Ac. y Sent. N° 1262). La Ley Online. Cita online: PY/JUR/476/2012.
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En contraste, para nosotros también puede configurarse la usucapión entre parientes,
pero de ninguna manera debe conjeturarse una posesión tolerada, precaria e inútil para
usucapir, y menos aún hacerse una presunción jurisdiccional de que la posesión no es hábil
para la usucapión por los caracteres recién indicados, esto es, de que ha sido soportada, es
precaria e inútil. Siendo así, la usucapión parental debe darse, según el rigor del Código Civil
paraguayo, de la misma forma que se da entre extraños, sin variantes ni condicionantes.
Pero vale aquí una nota de relieve y aclaración de nuestra tesitura. La posición
jurídica que hemos adoptado es puramente legal en el orden local, no abarcativa de un
examen extralegal. En verdad, nos gustaría que la posesión entre parientes7 sea presumida
precaria, tolerada, e inane a los efectos de la usucapión, salvo que ocurra y se pruebe una
interversión del título (art. 1921). Pero para ello debe haber normas expresas que así lo
prevengan. Por tal motivo, es imperiosa la necesidad de una reforma en lo que a atañe a este
tema. Mientras tanto, debe estarse a lo expresamente dispuesto por la ley, es decir, a la tesis
legal asentada en el párrafo anterior.
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Entendemos por parientes o parentesco aquel que puede ser por consanguinidad, afinidad o adopción (art. 249
Cod. Civ. y sus concordantes), y específicamente, dentro del cuarto grado de consanguinidad y segundo de
afinidad.
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Por citar algunos Códigos de países que han abrigado la figura en pie de disquisición,
nótense:
“La omisión de actos de mera facultad, y la mera tolerancia de actos de que no resulta
gravamen, no confieren posesión, ni dan fundamento a prescripción alguna”. (Chile,
art. 2499).
“La omisión de actos de mera facultad y la mera tolerancia de actos de que no resulta
gravamen, no confieren posesión ni dan fundamento a prescripción alguna”.
(Uruguay, art. 1.197).
“La omisión de actos de mera facultad, y la mera tolerancia de actos de que no resulta
gravamen, no confieren posesión, ni dan fundamento a prescripción alguna”.
(Colombia, art. 2.520).
“No aprovechan para la posesión los actos de carácter posesorio ejecutados en virtud
de licencia o por mera tolerancia del dueño”. (Honduras, art. 2.274).
“Não induzem posse os atos de mera permissão ou tolerância assim como não
autorizam a sua aquisição os atos violentos, ou clandestinos, senão depois de cessar a
violência ou a clandestinidade”. (Brasil, art. 1.208).
El Código Civil español preceptúa: “No aprovechan para la posesión los actos de
carácter posesorio ejecutados en virtud de licencia o por mera tolerancia del dueño”.
(Art. 1.942).
Básicamente, el obstáculo que impide que una posesión tolerada arribe a la usucapión,
es la ausencia del animus domini en el poseedor.
Resulta importante hacer notar, como lo hace el Código Civil brasilero en su art.
1.208, que una cosa es permisión, y otra, tolerancia. Articulando un minucioso examen
acerca de la temática terminológica en cuestión, los ilustres juristas brasileños CHAVES DE
“En cuanto la permisión nace de la autorización expresa del verdadero poseedor para
que un tercero utilice la cosa, la tolerancia resulta del consentimiento tácito a su uso,
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caracterizándose ambas por la transitoriedad y por la facultad de supresión del uso, en
cualquier instante, por el real poseedor, sin erigir protección posesoria al usuario,
conforme a lo dispuesto en el art. 1.208 del Código Civil” (p. 68).
“Se percibe aquí, otra diferencia. En cuanto que la permisión concierne a una
actividad a ser realizada sobre una cosa ajena, la tolerancia comprende conductas que
se desenvuelven o ya se realizaron. Muchas veces una situación de detentación no es
previamente permitida, mas es ulteriormente tolerada” (p. 69).
Por consiguiente, la permisión supone una concesión del propietario, en forma previa
y voluntaria, del uso y goce de una cosa a favor del poseedor. En contraste, la tolerancia
indica una desidia voluntaria, una falta de reacción judicial o impedimento ante el
conocimiento posterior de una posesión ya ejercida por otra persona sobre una cosa suya. En
suma, en el contexto de la permisión el propietario sabe que ha de poseerse una cosa suya,
pues es justamente él quien concede su uso, y en contrapartida, dentro de lo que es la
tolerancia el dueño recién luego de haberse ya iniciado la posesión, se entera pero no
interrumpe dicho poder físico, sino que lo aguanta, lo soporta. Hay entonces,
fundamentalmente, una diferencia en el tiempo de conocimiento.
Por otro lado, OTERO (2005) anota de manera muy interesante que:
“No deben confundirse los actos posesorios con los de “simple tolerancia”, pues estos
últimos son permitidos por el poseedor (propietario o no) a un tercero, teniendo la
facultad de recovar dicha autorización -por ejemplo para el uso de un campo sin
alambrar- en cualquier momento sin requisito alguno. Es que la tolerancia no confiere
derechos.
La distinción entre actos posesivos y de simple tolerancia será casi siempre una
cuestión de hecho sujeta a la apreciación judicial. Pero la pauta para la distinción es
clara: si se está o no dentro de lo que es mera tolerancia debe decidirse teniendo en
cuenta las relaciones de familia, amistad, o buena vecindad, las costumbres del lugar y
finalmente, la poca o leve incomodidad que acarrea el acto para quien lo tolera”.
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“Los actos de mera tolerancia del poseedor sobre la falta de pago de los alquileres del
subinquilino y su inacción al respecto pueden convertir a éste en tenedor precario del
inmueble —que es quien tiene la cosa por tolerancia de quien la detenta
legítimamente— sin el consentimiento de aquél”, (CNCiv., Sala A, 15/3/99, LL,
1999-F-431; DJ, 2000-1-1393).
“La falta de objeción del Instituto de Servicios Sociales para el Personal Ferroviario a
la instalación por parte del demandado de un buffet en el predio cedido en comodato
precario, como consecuencia del contrato de concesión celebrado por este último y la
comodataria, debe ser calificada como acto de mera tolerancia compatible con el goce
ordinario de la cosa por su dueño, la comodataria no puede mejorar su posición, ni la
de ese tercero frente a dicho instituto, por la celebración de aquel contrato de
concesión” (CNFed. Civ. y Com., Sala II, 29/10/98, LL, 1999-C-111).
“La evidencia de la existencia de netos actos posesorios, sin elementos de juicio que
permitan suponer que fueron realizados con autorización o mera tolerancia del
propietario, forzoso es concluir que la materialización de esos actos revela la
existencia de algo más que una mera tolerancia, surgiendo claramente de ellas una
neta conducta posesoria” (Cám. Apel. Civ. y Com. 5 Nom. Córdoba, 10/11/97, LL,
1999-E931; ED, 180-22).
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herederos, estos podrían haber aducido que la conducta del causante se había limitado
a una mera tolerancia; argumento que a su vez debería haber sido refutado por la
pretensora mediante la prueba de actos de interversión” (elDial.com - AAA271:
17/10/2017, Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y Tributario de
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires).
De modo que la prueba de apoderamiento con ánimo de dueño debe ser concluyente y
llevar al ánimo del juez la certeza, el convencimiento de que no se encuentra
enfrentado a una aventura, sino a una presentación seria de quien real y
verdaderamente ha tenido para sí, con ánimo de dueño y señor, una cosa que pretende
adquirir mediante prescripción. Para ello se necesita acreditar una pluralidad
de actos que trasuntan el ejercicio de una posesión en los términos del art. 2351 del
C.Civil, lo cual sugiere un comportamiento activo -jurídica y económicamente
hablando-, que distinga aquella posesión de la simple ocupación o tenencia de la cosa,
y de los actos de "mera tolerancia" (CC0103 LP 210584 RSD-223-92 S 18-8-1992;
CC0103 LP 218793 RSD-199-94 S 18-8-1994). Para que los actos de posesión sirvan
de fundamento a la prescripción adquisitiva, deben caracterizarse como el ejercicio
directo del derecho de propiedad sobre el inmueble al cual se aplican, y no ser
producto de una simple tolerancia del propietario del fundo (SCBA Ac. 25.233 del
11.7.78. DJBA 115-293)” (elDial.com – SIBBA: 2012, Cámara de Apelaciones en lo
Civil y Comercial de San Isidro).
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“(…) mientras que existan los lazos que hacen posible la confianza, el beneficio
directo o indirecto del núcleo familiar, y uno de los cónyuges explote
económicamente los bienes del otro, no puede haber usucapión porque se trata de
actos permitidos por “mera facultad” y “mera tolerancia”, que no dan fundamento a
prescripción alguna, según es preceptuado por el artículo 2520 del Código Civil”
(Corte Suprema de Jusitica, 13/02/12, con ponencia de William Namén Vargas).
V. Conclusiones
De lo hasta aquí trabajado sobre la figura de marras pueden extraerse las siguientes
conclusiones:
A) Aún son pocos los fallos nacionales que se han pronunciado en relación a los
actos de mera tolerancia.
B) A lo actos de mera tolerancia es preferible llamar posesión tolerada.
C) Tolerancia y permisión son conceptos distintitos, fundamentalmente, por el
tiempo.
D) No existe, en la legislación positiva del Paraguay, dispositivo legal alguno que
consagre la teoría presuncional intitulada “posesión tolerada” o también llamada
“actos de mera tolerancia”, como sí hay en la mayoría de los Códigos Civiles de
Latinoamérica.
E) Pensamos que sí puede configurarse la usucapión entre parientes; que no es
correcta la presunción de la posesión tolerada, y menos aún que tal posesión es
precaria e innocua o los efectos de usucapir. Y el motivo no es más que el Código
Civil mismo; además, lo que no está prohibido, está permitido. Y todavía más, el
juez no puede construir una presunción tolerada, siendo que la ley siquiera una
brizna de motivo arroja para que así lo haga.
F) La posesión tolerada se ha proyectado felizmente en otros países, especialmente
de Latinoamérica, habiéndose receptada la misma en casi todos los Códigos
Civiles.
G) Todavía queda bastante por abordar, con marcada estrictez, acerca de la posesión
tolerada.
H) Es necesario introducir en nuestra legislación positiva la teoría examinada, previo
profundo y serio estudio que se compadezca con la realidad social y la teoría
objetiva de la posesión.
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VI. Referencias
http://www.i-juridica.com/2015/08/08/suprema-11823-2014-concepto-de-mera-
tolerancia-en-el-precario/.
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