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Cuando críes a tus hijos no pienses en la

perfección, mejor busca que sean


buenas personas
Los hijos buenos son el reflejo de padres dedicados, no perfectos.

Hay dos grandes verdades en la vida de los seres humanos. La


primera es que ningún niño nace con un instructivo que le enseñe
a sus padres a criarlos; y la segunda es que nadie nace con los
conocimientos necesarios para ser un buen padre o madre.

Esas dos verdades son las grandes razones por las cuales en la
crianza se cometen tantos errores. Es que ser mamá y papá es
algo que se aprende en la medida que los hijos crecen. Peor aún
es que con cada hijo que llega a la familia, los padres deben
empezar de nuevo el aprendizaje.

No es por ser dramática, pero criar hijos puede resultar un reto


que muchas veces pone en contra a padres y abuelos. A los
primeros, porque quieren criar a sus hijos según sus objetivos; y a
los abuelos, porque quieren proteger a sus nietos y que sus hijos
no cometan los mismos errores que ellos cometieron.

Lo cierto es que la crianza requiere no solo de paciencia y


carácter; además, se debe ser capaz de amoldarse a las
necesidades de los hijos, y de ser sabio para reconocer cuándo se
comete un error y corregirlo.

Pese a todo esto, hay grandes mitos sobre la crianza que ya va


siendo momento de que sean desmentidos. El fin es que dejes de
poner sobre tu espalda y la de tus hijos el peso de las falsas
expectativas. Esos mitos son:

Ser un buen padre o madre es igual a que quieres mucho a tus


hijos

Puedes amar mucho a tus hijos y cometer muchos errores al


criarlos. Amar no es igual a no equivocarse. Y corregir y castigar
a tus hijos no es igual a “amarlos menos”.

De hecho, también hay acciones y actitudes que muchas veces los


padres cometen y que para nada expresan amor. Lo que pasa es
que el amor hacia los hijos está condicionado por el miedo a
perder autoridad y poder ante ellos.

No dudes en que amas a tus hijos, pero es un hecho que muchas


veces vas a sentirte frustrada, cansada, furiosa; sin embargo, eso
no te hace una mala madre o un mal padre.

Es tu deber criar hijos felices

A muchos padres les preocupa que sus hijos no sean felices. Los
ven tristes o cansados y de inmediato suponen que están haciendo
una mala labor en la crianza.

La realidad es diferente. Un niño debe saber lo que es la tristeza,


la frustración y el fracaso. Debe saberlo porque esto les ayuda
a hacerse fuertes y valientes. Además, esto les enseña a
desarrollar estrategias que les ayudarán a salir adelante en la
vida.
La felicidad entonces, es un sentimiento de abundancia, de
certeza de que pueden ser capaces de lograr lo que se propongan
en la vida. Esto lo van a lograr solo aprendiendo que la vida no es
fácil; que hay que luchar y esforzarse, y que solo quien sabe
enfrentarse a las durezas de la vida, sabe apreciar las bendiciones
que llegan con el esfuerzo y así son felices.

La crianza es algo que aparece de forma natural

No es así, ya lo señalé al comienzo del artículo. La verdad es que


si ser un buen padre o madre surgiera de manera natural en todos
nosotros, la vida tanto para los padres como para los hijos sería
mucho más feliz.

La crianza requiere paciencia, esfuerzo, sacrificio,


generosidad entre muchas otras cualidades; y es un hecho que no
todos los padres y madres poseen esas características. No quiere
decir que quienes no son pacientes o no están dispuestos a
sacrificarse son malos padres, solo que hacen lo mejor que
pueden con las habilidades que poseen.

Si a lo anterior le agregas que cada hijo que llega al matrimonio es


diferente, pues los padres deben tener la capacidad para
implementar una manera de crianza diferente para cada uno de
ellos. Es de esta manera que criar a los hijos va surgiendo según
las necesidades y capacidades de cada hijo.

El niño exitoso es el que más talentos tiene

Para muchos padres es muy importante lucir ante el mundo los


talentos de sus hijos. Es como si los talentos de los hijos fueran un
reflejo de la buena crianza que les están dando, y sabemos que no
es así.

Criar buenos hijos, exitosos y felices no es una competencia de


capacidades. El deber de unos buenos padres es que sus hijos
sean felices y buenas personas, lo de ser exitosos es algo que se
da por añadidura.

Sí, es cierto que los padres deben proporcionar a sus hijos las
oportunidades que les permitan desarrollar sus talentos. Sin
embargo, deben cuidar que eso no se convierta en una carta
abierta a aprovecharse de ellos poniendo en su vida expectativas
tan altas que los niños solo se vean abocados a complacerlos.

La crianza está dirigida hacia los hijos

Cuando se tienen hijos, no solo ellos aprenden de ti, tú aprendes


con y de ellos.

Tus hijos son el reflejo de la persona que eres. La razón es que los
crías como deseaste ser criado; además, tus hijos aprenden por el
ejemplo que les das. Es por eso que la crianza no solo involucra a
tus hijos; también está dirigida a ti, en hacerte una mejor persona
y en hacerte un mejor padre o madre.

Para finalizar, solo me queda decir que ser buen padre no se trata
de ser perfecto. Tampoco se trata de colmar a los hijos de todas
las cosas materiales que se les pueda proveer. Un buen padre es
el que está dispuesto a crecer con sus hijos, a aprender con ellos;
pero mientras te empeñes en hacer todo bien sin equivocarte, lo
que puede suceder es que te equivoques más.

Confía en tus instintos y acepta consejos y guía, aprende a pedir


perdón y a corregir tus fallas y poco a poco harás lo mejor por tus
hijos; en últimas, ellos con sus acciones en la adultez te dirán qué
tan bien desempeñaste tu rol como padre o madre.

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