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Pucallpa - 2019
INTRODUCCIÓN
EL DEBER DE UN PADRE E HIJOS
EL DEBER
Los deberes se relacionan con actitudes que se esperan de todos los seres humanos, más allá
de su origen, etnia o condiciones de vida, para asegurar formas comunitarias con igualdad
de derechos para toda la humanidad. El deber es la contra cara del derecho, y a su vez, son
aliados íntimos ya que para disponer de ciertos derechos debemos cumplir una serie de
obligaciones.
¿CUÁLES SON LOS PRINCIPALES DEBERES DE LOS PADRES PARA CON SUS
HIJOS, DE ACUERDO A LA SANTA ESCRITURA?
El primer deber de los padres es amar a sus hijos. Los niños deben ser engendrados con
amor y deseados por ambos padres, pero no por placer, pecando o por accidente.
(Tito 2, 4) 2 Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el
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amor, en la paciencia. Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no
calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; 4 que enseñen a las mujeres
jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos.
El segundo deber de los padres es de enseñarle a sus hijos la ley divina (Deuteronomio 4, 9-
10; 6, 7; Salmos 77, 5-7; Proverbios 22, 6; Efesios 6, 4, etc.). Los padres deben enseñarles a
sus hijos la fe correcta y el temor de Dios (Génesis 18, 19; Salmos 33, 11; Proverbios 1, 7).
Tienen también la obligación de leerles los relatos maravillosos de Dios, contenidos en los
santos libros (Éxodo 13, 14-15; Josué 4, 6; Salmos 43, 1).
Los padres también deben enseñarle a sus hijos la obediencia y la sumisión (Proverbios 4,
3-4; I Timoteo 3, 4); deben, también, bendecirlos (Génesis 48, 15-16; Hebreos 11, 20).
Además, deben compadecerlos (Salmos 102, 11-13); exhortarlos y consolarlos (I
Tesalonicenses 2, 11); guiarlos correctamente (I Timoteo 3, 4, 12); reprenderlos cuando sea
necesario (I Reyes 2, 23-24); corregirlos y castigarlos si así se impone (Deuteronomio 8, 5;
Proverbios 3, 12; 13, 24; 19, 18; 22, 15; 23,13-14; Hebreos 12, 7, 9-10); evitar enfadarlos o
fastidiarlos (Efesios 6, 4; Colosenses 3, 21); darles lo que necesiten (Proverbios 13, 22;
Mateo 7, 9-11; Lucas 11, 11-13; II Corintios 12, 14; I Timoteo 5, 8).
Los padres deben orar por sus hijos, pidiendo sabiduría para ellos, que crezcan
espiritualmente y se salven (Génesis 17, 18).
Para conseguir que los niños sean ordenados, estudiosos, alegres, sinceros,
responsables, y que sean constantes en lo que sea posible, parece difícil pero no
lo es tanto. Se puede motivar a los niños, desde la más temprana edad, a que
aprendan y sepan lo que esperamos de ellos y para ellos.
Así que hay que tener mucho cuidado para no sobrepasarse en este sentido.
Mucho que se les quiere. Hacerlo una vez al día, no sería mala idea. A
continuación, encontrarás algunos ejemplos de frases. Primero, aparece lo que
dicen los padres y luego la actitud que promueven las palabras en los niños.
Es decir, este mandamiento no es una licencia para dejar a tus hijos sin
corrección e instrucción con tal que no se enojen, sino es un directriz en cuanto
el cómo debes tratarlos. De hecho, en el versículo 4 de Efesios 6 se establece lo
opuesto de provocar la ira de nuestros hijos: “criarlos en disciplina y
amonestación del Señor”. Este contraste nos indica que si estoy enojando
innecesariamente a mis hijos no los estoy criando en la disciplina y
amonestación del Señor.
El mandato, entonces, para los padres es que no exasperen a sus hijos. Aquí
presento algunos ejemplos de casos cuando los padres exasperan a sus hijos. La
lista no es toda, pero espero que pueda ser útil para revisar si estamos
desobedeciendo este mandamiento básico para los padres.
Educar a los hijos es mucho más difícil y complejo que cultivar una planta, y
también exige considerables atenciones. De ahí que los padres suelan dudar
respecto al tipo de crianza que deben dar a sus hijos. Muchos sienten que
necesitan ayuda, tal como la persona que quiere cultivar orquídeas necesita el
asesoramiento de un experto. Sin duda todos los padres desean la mejor guía.
El ejemplo de los padres es la mejor lección: “Tú, sin embargo, el que enseñas a
otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú, el que predicas: ‘No hurtes’, ¿hurtas? Tú, el
que dices: ‘No cometas adulterio’, ¿cometes adulterio?” (Romanos 2:21, 22.).
QUÉ DICE LA BIBLIA ACERCA DE LA CRIANZA DE LOS HIJOS
Nunca olvidaré el momento en el que por primera vez tuve entre mis brazos a
mi hijo mayor. Me sentí abrumado de orgullo, emoción y ansiedad. Me di
cuenta que no había marcha atrás: Me había convertido en padre.
Así que buscamos recursos para ayudarnos. Buscamos a nuestros propios padres
para obtener un poco de sabiduría. Les preguntamos a nuestros hermanos y
amigos que ya tienen hijos. Y algunos de nosotros consultamos la Biblia, que
está llena de consejos de crianza.
El Salmo 127:3 declara, “Los hijos son una herencia del Señor, los frutos del
vientre son una recompensa.”2 Los niños son, ante todo, una recompensa—una
bendición. Es fácil ver a nuestros hijos como bendiciones cuando son pequeños.
Pero la Biblia dice que a medida que crecen (y más allá de esa fase adorable)
debemos seguir atesorándolos, aun y cuando no es tan fácil.
Atesorar a nuestros hijos significa que no debemos ser padres con crueldad,
sobre-corrección o disciplina excesivamente dura. Tal tratamiento puede causar
que nuestros hijos se vuelvan amargados y resentidos. Colosenses 3:21 nos
alienta, “Padres, no exasperen a sus hijos, no sea que se desanimen.” Como
padres, es nuestro trabajo asegurarnos que nuestros hijos se sientan apoyados y
amados.
Mi esposa y yo hemos criado a tres hijos durante los últimos trece años. Ha
habido altibajos, y hemos cometido un montón de errores. Pero nunca falla:
Siempre que tenemos un día particularmente difícil como padres, recordamos
una historia tierna o dulce sobre el hijo en cuestión, y nos deja con sonrisas y
sentimientos de agradecimiento por tener a un gran hijo.
Tal como lo dice la Biblia, nuestros niños son una bendición para nosotros. Y
así debemos atesorarlos en todo momento y en todas sus edades.
ENSEÑA Y CORRIGE A TUS HIJOS
Para hacer esto, los padres son animados a enseñar y corregir a sus hijos a través
de una disciplina cuidadosa y suave. La escritura nos dice que Dios disciplina a
sus hijos (es decir, a todos los creyentes) por amor: “Hijo mío, no tomes a la
ligera la disciplina del Señor ni te desanimes cuando te reprenda, porque el
Señor disciplina a los que ama, y azota a todo el que recibe como hijo.”
GRACIA Y PERDÓN
Pero aunque Dios nos ha dado la sabiduría sobre la crianza, todos fallamos a
veces mientras la vivimos. Aunque mi esposa y yo hemos aprendido una o dos
cosas por ahora, aún sentimos ansiedad. Nos cuestionamos o incluso nos
lamentamos alguna decisión que hayamos tomado al calor del momento. Nadie
es perfecto, mucho menos nosotros.
DEBER DEBERES - SANTA LA BIBLIA AYUDA Y MOTIVAR O ANIMAR EDUCAR A LOS NIÑOS NO EXSASPEREIS A
ESCRITURA DICE TUS HIJOS
2. Yo en particular tengo un hijo varón, la emoción que sentí al verlo y sentirlo por
primera vez lo tengo siempre en mi mente, y pues empezó muchas más
responsabilidades y deberes que tengo que cumplir hacia mi hijo.
3. Por otro lado existe una cultura que aprendimos y nos enseñaron que es la familia es
decir mis padres, la educación que me dieron repercutirá mucho en las enseñanzas
que tengo que darle a mi hijo, y creo que es una buena educación.
4. La Biblia nos enseña muchas cosa buenas de que debemos atesorar a nuestros hijos
por supuesto que sí, amarlos incansablemente ante todas las cosas ellos son lo
primero en la vida, también que enseñarles los valores, ser honestos, responsables,
amables, veraces, puntuales y muchos valores más, darles protección y respeto ante
todo, confianza, a aprender de los errores que en la vida comete, que de ellos
tenemos que aprender y no cometernos nuevamente, a no rendirnos, a seguir
luchando por nuestros sueños, hasta lograr el éxito
6. Yo en particular trato de darle lo mejor a mi hijo de enseñarle las cosas buenas, pero
es muy difícil de criar a un hijo, y claro está que yo soy el ejemplo que va a seguir,
por eso es muy importante mis acciones ante él. Sé que me falta mucho pero con fe
y la gracia de Dios sabré guiar al buen camino a mi hijo que cultive buenos valores
y que en la vida se encontrara con malas dediciones, y que hay que superarlas nunca
se rinda, con sabiduría los superar y será feliz.
BIBLIOGRAFÍA