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Masacre de haitianos.

La masacre de haitianos se refiere a una serie de ataques violentos contra trabajadores


migrantes haitianos en la República Dominicana en octubre de 1937. Durante este período,
el gobierno dominicano, liderado por Rafael Trujillo, ordenó la matanza de miles de
haitianos en la frontera entre los dos países.
El 2 de octubre de 1937 Trujillo acudió a un baile en su honor en la provincia de Dajabón y
allí emitió unas frases fuertemente anti-haitianas, acusando a los inmigrantes haitianos de
robar ganado y cosechas, además de depredar los medios de vida de los dominicanos, para
anunciar luego que «remediaría el problema». Sin embargo, las acciones letales contra
haitianos por tropas bajo la dirección de Trujillo empezaron antes de dicho discurso, el 28
de septiembre, y terminaron el 8 de octubre de 1937. Trujillo, a pesar de tener
descendencia haitiana se caracterizó por ser una persona racista, y así lo dejó ver cuando
decidió exterminar a los haitianos que habitaban en la parte fronteriza de la isla.
En la “Masacre del Perejil”, como se le conoce, se estima que entre 5.000 y 20.000 haitianos
fueron muertos, entre ellos niñas, niños y mujeres, que luego de ser asesinados, sus
cadáveres eran lanzados Río Dajabón, cuyos 55 kilómetros separan la frontera haitiana y
dominicana desde 1776, y que luego del genocidio se le bautizó con el nombre del río
“Masacre”. Los haitianos que lograron preservar su integridad física eran aquellos que
laboraban para grandes haciendas de empresas o millonarios norteamericanos. El objetivo
de la masacre era eliminar a la población haitiana en la República Dominicana y evitar la
inmigración haitiana al país.
Masacre de haitianos

La masacre de haitianos fue un episodio de violencia étnica que resultó en la muerte de


miles de personas de origen haitiano. La masacre se llevó a cabo en la zona fronteriza
durante el 2 y el 8 de octubre de 1937 y fue perpetrada principalmente por fuerzas militares
y grupos paramilitares respaldados por el gobierno de Rafael Trujillo.
La masacre comenzó después de que Trujillo ordenara una campaña para "limpiar" la
frontera entre la República Dominicana y Haití. En este momento, muchos haitianos habían
migrado a la República Dominicana para trabajar en plantaciones y en otros trabajos
agrícolas. El gobierno de Trujillo acusó a los haitianos de estar involucrados en actividades
criminales y de ser una amenaza para la seguridad del país.
Durante la masacre, los haitianos fueron atacados por militares y civiles armados, quienes
los perseguían por las calles, los golpeaban y los mataban a tiros. Muchos haitianos fueron
arrastrados a los ríos y arroyos y asesinados allí. Se estima que murieron entre 5,000 y
20,000 haitianos durante la masacre, aunque el número exacto de víctimas nunca se ha
establecido con certeza. Las autoridades dominicanas justificaron la masacre diciendo que
estaban tratando de combatir la inmigración ilegal y el contrabando de productos entre la
República Dominicana y Haití.
Masacre de haitianos
El 2 de octubre de 1937 Trujillo acudió a un baile en su honor en la provincia de Dajabón y
allí emitió unas frases fuertemente anti-haitianas, acusando a los inmigrantes haitianos de
robar ganado y cosechas, además de depredar los medios de vida de los dominicanos, para
anunciar luego que «remediaría el problema».
Sin embargo, las acciones letales contra haitianos por tropas bajo la dirección de Trujillo
empezaron antes de dicho discurso, el 28 de septiembre, y terminaron el 8 de octubre de
1937. Trujillo, a pesar de tener descendencia haitiana se caracterizó por ser una persona
racista, y así lo dejó ver cuando decidió exterminar a los haitianos que habitaban en la parte
fronteriza de la isla.
En la “Masacre del Perejil”, como se le conoce, se estima que entre 5.000 y 20.000 haitianos
fueron muertos, entre ellos niñas, niños y mujeres, que luego de ser asesinados, sus
cadáveres eran lanzados Río Dajabón, cuyos 55 kilómetros separan la frontera haitiana y
dominicana desde 1776, y que luego del genocidio se le bautizó con el nombre del río
“Masacre”. Los haitianos que lograron preservar su integridad física eran aquellos que
laboraban para grandes haciendas de empresas o millonarios norteamericanos. El objetivo
de la masacre era eliminar a la población haitiana en la República Dominicana y evitar la
inmigración haitiana al país.
Elecciones durante el régimen de trujillista.
Durante el régimen de Trujillo en la República Dominicana, las elecciones se caracterizaron
por ser fraudulentas y manipuladas para asegurar la victoria del partido gobernante y de
Trujillo en particular. El régimen utilizó diversas tácticas para controlar y manipular el
proceso electoral, incluyendo:
1. Restricciones a la participación política: el régimen prohibió la participación de partidos
políticos y líderes de la oposición, y utilizó la intimidación y la violencia para silenciar a
cualquier oponente que desafiara su autoridad.
2. Control del registro de votantes: el régimen controlaba el registro de votantes, lo que le
permitía eliminar a votantes que no apoyaban al partido gobernante y agregar votantes
falsos.
3. Manipulación de los resultados electorales: el régimen controlaba la votación y el
escrutinio de votos, y utilizaba tácticas como el relleno de urnas y la falsificación de actas
electorales para asegurar que el partido gobernante y Trujillo ganaran.
4. Control de los medios de comunicación: el régimen controlaba los medios de
comunicación y utilizaba la propaganda para influir en la opinión pública y desacreditar a
cualquier oponente.
Monopolio económico: modernización de ciudades y pueblos.
Durante su régimen, Trujillo llevó a cabo una serie de proyectos de infraestructura que
modernizaron las ciudades y mejoraron la calidad de vida de la población. Además, se
fomentó la construcción de viviendas populares y se promovió la urbanización.
También se llevaron a cabo iniciativas para modernizar la agricultura y la industria, con el
objetivo de hacer que el país fuera más competitivo en el mercado internacional. Por
ejemplo, se construyeron nuevas fábricas y se mejoraron las técnicas de producción en la
industria azucarera, que era el principal sector económico del país.
En cuanto a la educación, se construyeron escuelas y se expandió el sistema educativo, lo
que permitió a más personas tener acceso a la educación primaria y secundaria. También se
creó la Universidad de Santo Domingo, que es la institución de educación superior más
antigua del país.

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