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Instituto de Mecánica Estructural


y Riesgo Sísmico

HORMIGÓN I
unidad 1:
FILOSOFÍA DEL DISEÑO PARA ESTRUCTURAS
DE HORMIGÓN ARMADO.

Profesor: CARLOS RICARDO LLOPIZ.


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CONTENIDO.

I.1. PARÁMETROS DE COMPORTAMIENTO ESTRUCTURAL.


I.1.1. ACCIÓN vs. DEFORMACIÓN. CURVA DE RESPUESTA.
I.1.2. PARÁMETROS ESTRUCTURALES GLOBALES.
I.4.2.1. RIGIDEZ.
I.4.2.2. RESISTENCIA.
I.4.2.3. DUCTILIDAD.

I.2. DEFINICIÓN DE ACCIONES DE DISEÑO.


I.2.1. CARGAS Y FUERZAS DE DISEÑO.

I.3. COMBINACIÓN DE LAS ACCIONES.


I.3.1. CRITERIOS GENERALES.

1.4 DEFINICIONES DE NIVELES DE RESISTENCIA.

I.5. EJEMPLO DE APLICACIÓN DE DETERMINACIÓN DE ACCIONES.


I.5.1. ANALISIS DE CARGAS GRAVITATORIAS.
I.5.2. DETERMINACIÓN DE LAS ACCIONES DE DISEÑO SÍSMICO.

I.6. BIBLIOGRAFÍA.

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T1-diseño- JULIO JULIO Febrero Abril julio
introducción.doc 2001 2002 2006 2007 2008
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I.1 PARÁMETROS DE COMPORTAMIENTO ESTRUCTURAL.
I.1.1. EDIFICIO. ACCIÓN vs. DEFORMACIÓN. CURVA DE RESPUESTA.
La cuantificación de la respuesta estructural en términos de parámetros
distintivos que la definen, se puede hacer tanto en referencia a cargas gravitatorias
como a horizontales, en forma aislada o combinada. Se optará por definir los
parámetros de respuesta en función de una curva que represente el modelo de
comportamiento bajo las acciones combinadas. La Fig. 1.1 muestra en forma
esquemática el edificio en estudio sometido a la acción de cargas gravitatorias y
horizontales. Para hacer el modelo de respuesta, se supone que las cargas verticales,
provenientes de peso propio y sobrecargas de uso, permanecen constantes y las
horizontales, debidas a la acción sísmica, se incrementan desde cero hasta provocar la
falla completa del edificio. Hay que distinguir entre respuesta global del edificio,
respuesta local de los elementos estructurales y respuesta del material.

(a) (b) (c)

Fig. 1.1 Esquema de Edificio Sometido a Acciones


Horizontales:
(a) acciones (b) desplazamientos (c) Esfuerzos de Corte.

Fig. 1.2.
Respuesta Global.
Comportamiento Lineal y
No Lineal.

Fig. 1.3.
Respuesta Global. Identificación del
Comportamiento a varios Niveles.
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Para ambos tipos de respuesta, global y local, se utiliza una representación en
ordenadas de la variable estática (asociada a equilibrio, fuerza, momento) y en abscisa
de la variable cinemática (asociada a compatibilidad, por ejemplo desplazamientos,
deformaciones, rotaciones, etc.), y lo que las vincula es algún tipo de ley constitutiva.
En los capítulos siguientes se trabajará con respuestas locales, como lo son momento
vs. rotación, momento vs. curvatura, corte vs. distorsión, para los elementos y sus
secciones y con tensión vs. deformación para los materiales.

Para la respuesta global, en el caso de un edificio de varios pisos, lo usual es


representar cortante total del edificio vs. desplazamiento de la última losa. Se supone
entonces que las cargas verticales no varían y que el edificio es “empujado” por las
fuerzas horizontales que crecen desde cero en forma estática, monotónica y
proporcional. Estática porque se aplican lentamente (no genera fuerzas de inercia
asociadas a aceleraciones), monotónica porque van siempre en el mismo sentido (no
hay reversión) y proporcional implica que todas las cargas horizontales aumentan en
forma proporcional, es decir, manteniendo la relación entre ellas. En la literatura técnica
inglesa este tipo de análisis se llama “push-over”. Obviamente esta es una manera de
estudiar el comportamiento a carga combinada, es muy instructiva y aunque esté lejos
de representar lo que sucede durante un sismo, la información que se obtiene es muy
valiosa. En este caso servirá para clarificar los conceptos de rigidez, resistencia y
ductilidad. En la Fig. 1.2 se muestra un esquema, (obtenido de información japonesa)
sobre la diferencia conceptual entre comportamiento Lineal y No lineal. Luego de que la
acción desaparece, se ve que en el primer caso, no quedan prácticamente
deformaciones permanentes, mientras que en el segundo, la verticalidad del edificio,
dependiendo del grado de incursión inelástica, se ha afectado.

La Fig. 1.3 muestra varias curvas, algunas identificadas como respuesta


observada (observed response) y otras la simplificación de las mismas (idealized
responses). La respuesta observada o real sería la que resulta de, por ejemplo, un
ensayo físico del tipo push-over, o la envolvente de un ensayo dinámico que sólo toma
fuerzas y desplazamientos positivos. Estas curvas podrían también haberse obtenido a
partir de procedimientos analíticos, mediante una adecuada modelación de las
acciones y el edificio. Las curvas idealizadas o simplificadas son las que permiten, por
ejemplo, definir hitos que separan características de la respuesta e identifican los
estados límites. En el eje de ordenadas se ha colocado directamente la variable
“resistencia”, para hacer la discusión aún más general.

I.1.2. PARÁMETROS ESTRUCTURALES GLOBALES.


Los tres parámetros que son necesarios identificar para comprender los estados
límites del diseño son la rigidez, la resistencia y la ductilidad.

I.1.2.1 Rigidez.
Este parámetro relaciona directamente, por ejemplo en este caso, las fuerzas
con los desplazamientos, y sirve principalmente para verificar el estado límite de
servicio. En la rigidez global intervienen los módulos de elasticidad de los materiales,
las características geométricas de los elementos estructurales y la topología
(distribución y conexiones de los elementos) de la estructura en su conjunto. No debe
olvidarse de que la estructura no es algo plano sino tridimensional. En el caso de
estructuras de hormigón armado y de mampostería, la evaluación de la rigidez con
cierto grado de precisión no es tan simple, como lo podría ser para, por ejemplo, una
estructura metálica. Los fenómenos de fisuración, deformación diferida y la evaluación
de la contribución en tracción del hormigón y los mampuestos suele presentar
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bastantes incertidumbres. Estos problemas se enfrentarán más adelante. Si en la Fig.
1.3 se toma como representativa cualquiera de las dos curvas bilineales, y se define
como ∆y el desplazamiento que corresponde a la “fluencia” de la estructura, y que está
asociado a una resistencia Sy, entonces la pendiente de dicha respuesta idealizada
como lineal y elástica y dada por K= Sy/∆y es utilizada para cuantificar la rigidez inicial
global del edificio en la dirección analizada.

Muchas son las discusiones que se han generado para definir el punto de
fluencia. No es objeto entrar ahora en detalle sobre los distintos criterios, sino
simplemente mencionar que en la ref.[2] se toma el concepto de rigidez secante
refiriéndola al valor de 0.75 Si, donde con Si se representa la resistencia “ideal” o de
fluencia de la estructura.

Al valor de K resultante se lo llama “rigidez efectiva” y será éste el que nos


interese cuando se verifiquen condiciones de estado límite de servicio. Una de las
condiciones más comunes a verificar es la de desplazamientos relativos entre pisos,
que deben permanecer dentro de ciertos valores, a los cuales los reglamentos
modernos de diseño imponen límites.

I.1.2.2 Resistencia.
La resistencia de una estructura está dada por la máxima carga, generalmente
expresada a través del esfuerzo de corte en la base, que ésta puede soportar bajo la
combinación de cargas verticales y horizontales.

Para evitar una pronta incursión en el rango de comportamiento inelástico, los


elementos estructurales deben poseer la resistencia suficiente como para soportar las
acciones internas (momentos, cortes, axiales) que se generan durante la respuesta
dinámica del edificio. Más adelante se verán diferentes niveles de resistencia que es
necesario distinguir para las diferentes etapas del proceso de diseño.

El nivel de resistencia mínimo que debe tener la estructura se indica en la Fig.


1.3 con Si, resistencia ideal (más adelante, la designaremos como resistencia nominal),
que se corresponde con la que se toma o designa como resistencia de fluencia. El valor
de la resistencia por encima de Si se llama sobre-resistencia y se designa con So. El
estimar este valor de So durante el proceso de diseño, tal cual se verá luego, tiene
mucha importancia para poder aplicar el diseño por capacidad.

I.4.2.3 Ductilidad.
Para asegurar que el edificio quede en pie después de un gran sismo, su
estructura debe ser capaz de sobrellevar grandes deformaciones sin que su resistencia
se vea seriamente afectada. Los desplazamientos a que se vería sometido el edificio
pueden estar bastante más allá del que corresponde a la fluencia, y que marcaría en
nuestro modelo el límite de comportamiento elástico. La habilidad de la estructura para
ofrecer resistencia en el rango no lineal de la respuesta se denomina ductilidad. Esta
implica sostener grandes deformaciones y capacidad para absorber y disipar energía
ante reversión de cargas y/o desplazamientos (comportamiento histerético) por lo que
representa, para muchos autores, la propiedad más importante que el diseñador debe
proveer al edificio que se vaya a construir en una zona de alto riesgo sísmico.

El límite de la ductilidad de desplazamientos disponible, indicado en la Fig.1.3


por el desplazamiento último ∆u, generalmente se asocia a un límite especificado de
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degradación de resistencia. Aunque muchas veces se relaciona este punto con la falla
de la estructura, en la mayoría de los casos se suele poseer una reserva de capacidad
para sostener deformaciones inelásticas adicionales sin llegar al colapso estructural.
Las deformaciones permanentes podrían ser significativas lo que llevaría a considerar
al edificio totalmente fuera de servicio. Tal situación se muestra a continuación (ver
esquema Fig.1.2).

En la Fig. 1.3 se puede contrastar una falla dúctil contra tipos de falla frágil, las
que se representan con líneas de trazo descendentes. Fallas frágiles (brittle) implican
pérdidas completas de la resistencia. En el hormigón armado implican generalmente
desintegración del hormigón, y sobrevienen sin ningún tipo de aviso. Por razones
obvias, este tipo de comportamiento debe ser evitado y es el que ha causado la
mayoría de los colapsos durante terremotos, siendo responsable por lo tanto de las
pérdidas de vidas.

La ductilidad se cuantifica a través del factor de ductilidad, generalmente


designado con µ, y definido como la relación entre el desplazamiento total impuesto en
cualquier instante ∆ y el que corresponde al inicio de fluencia, que se designó como ∆y,
es decir:
µ = ∆ / ∆y (1.1)

En general, las variables cinemáticas pueden representar desplazamientos,


rotaciones, curvaturas, deformaciones específicas, etc., y por lo tanto representan
grados de comportamiento inelástico a nivel global o local. En respuesta global, lo
importante es que se verifique que la máxima demanda de ductilidad estimada durante
el sismo µm = ∆m / ∆y no supere la máxima ductilidad potencial disponible µu = ∆u / ∆y. De
todas maneras se debe reconocer que no siempre es posible utilizar durante un sismo
toda la ductilidad disponible pues eso implicaría tal vez que se deban desarrollar
deformaciones excesivas que pongan en peligro la estabilidad del edificio, o bien que el
daño resultante a elementos no estructurales sea inadmisible. Es por eso que las
normas imponen ciertos límites a los desplazamientos máximos permitidos.

I.2. DEFINICIÓN DE ACCIONES DE DISEÑO.


I.2.1. CARGAS Y FUERZAS DE DISEÑO.

A los efectos de llevar a cabo los análisis de cargas y de fuerzas que actúan sobre
los edificios, se debe reconocer, para las construcciones en general, las siguientes
acciones (entre paréntesis se coloca la designación en inglés según notación del ACI-
318), según el reglamento CIRSOC-201-05:

I. Cargas Permanentes (Dead Loads, D)


II. Cargas útiles o Sobrecargas (Live Loads, L)
III. Fuerzas Sísmicas (Earthquake Forces, E)
IV. Fuerzas de Viento (Wind Forces, W)
V. Otras Cargas.

Dado que se utiliza en gran parte bibliografía en inglés como referencia, y como
reglamento de hormigón armado el ACI-318, en ocasiones se coloca también la
designación en inglés a los efectos de facilitar comparaciones, búsquedas de temas y
asociar la notación con la designación.
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I. Cargas Permanentes: resultan del peso propio de la estructura y de otros
elementos componentes de la construcción adheridos en forma permanente,
como pueden ser contrapisos, pisos, paneles divisorios de ambientes,
cielorrasos, etc. La cuantificación del peso propio de la estructura se hace en
principio a partir del predimensionado individual de los elementos
estructurales, el cual se verifica y ajusta una vez adoptado el diseño final. A
los efectos de valorar las cargas de los materiales adosados en la estructura,
existen manuales y normas que poseen los pesos promedios típicos. Por
ejemplo, el Reglamento CIRSOC 101, ref.[8], en su capítulo 3, tabla 1, da los
pesos unitarios de los materiales más comunes usados en la construcción.

II. Cargas de Uso o Sobrecargas: son las que resultan del mismo uso o
función de la construcción. Pueden ser móviles y variar en intensidad. Los
máximos valores que dan los códigos están basados en estimaciones
probabilísticas. En la mayoría de los casos estas cargas son simuladas como
uniformemente distribuidas sobre el área total de piso. Sin embargo, en
varias ocasiones es necesario la consideración de cargas puntuales. En
edificios industriales ésta suele ser una situación muy común. La probabilidad
de que un área en forma completa esté sometida a la máxima intensidad de
carga accidental especificada disminuye cuando la dimensión del área
cargada aumenta. Los pisos utilizados para oficinas suelen ser ejemplos de
estos casos. Si bien es recomendable diseñar las losas para que soporten la
carga accidental total, las columnas y vigas que reciban cargas de una gran
área tributaria asociada, podrían ser diseñadas suponiendo una reducción de
aquellas. A tal efecto, la norma NZS:4203-1992, propone la siguiente
expresión:
Lr = r.l (1.4)

donde r se debe determinar según los siguientes casos:

I. Para uso de depósitos y servicios:


4.6
r = 0.50 + ≤1 (1.5.1)
A
II. Para otros usos:
2.7
r = 0.40 + ≤1 (1.5.2)
A

la citada norma establece casos específicos en que r debe tomarse igual a


1.0, los que se pueden consultar en la sección 3.4.2.2. de la misma. Se
observa que para un área A= 90 m2 la ecuac. (1.5.1) da r≈ 1.0, y para A= 100
m2 resulta en r= 0.96. Es decir que se requiere de grandes áreas para poder
tener algún tipo de reducción. Sin embargo, para el segundo caso, ecuación
(1.5.2), cuando A= 20 m2 da r≈1.0, y para A= 30 m2 resulta en r≈ 0.90.

El reglamento CIRSOC 101 especifica en su sección 4.2 cuándo se puede


reducir la carga viva o accidental, aunque para esta norma el criterio se aplica
al caso de edificios de varios pisos destinados a viviendas, aduciendo la
improbabilidad de presencia simultánea de las sobrecargas especificadas en
todas las plantas. Para edificios públicos y oficinas el CIRSOC no acepta
ningún tipo de reducción en las sobrecargas.
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A los efectos de determinar las características dinámicas de los edificios,
como la masa y el período, es necesario estimar las cargas permanentes y
las de uso. Para evaluar las fuerzas de inercia horizontales inducidas por las
aceleraciones del sismo en un nivel determinado es suficiente suponer que la
masa del sistema de pisos, incluyendo las terminaciones, divisiones y vigas, y
además las porciones de columnas y muros que corresponden a la mitad
inferior y la mitad superior del nivel considerado se encuentran concentradas
en el centro de masas de la losa respectiva. Además, la mayoría de los
códigos suponen que en dicho punto hay que aplicar una masa extra que
corresponde a una fracción de la carga accidental. El código NZS:4203, por
ejemplo especifica que el peso total de cada nivel i, Wi, debe calcularse con
esta expresión:
Wi = D + ηLr (1.6)

y adopta η = 0.0, 0.6 y 0.4 para los techos, pisos de depósitos y el resto de
los casos respectivamente. El INPRES-CIRSOC toma valores que van de 0,
0.25, 0.50, 0.75 y 1.0 según los casos que da en su tabla 6 (ref.[5]).

III. Fuerzas sísmicas: El método más empleado para evaluar el efecto sísmico
sobre los edificios es conocido como método de las fuerzas horizontales
estáticas equivalentes. Si bien su aplicación está limitado a cumplir ciertas
condiciones, se prefiere el mismo por su simplicidad, pues da buenos
resultados en particular para edificios simples y simétricos y además porque
es el método con el cual los diseñadores están más familiarizados. La Fig.
1.17 muestra un esquema del modelo utilizado para determinar las fuerzas
sísmicas que se deben aplicar en cada nivel del edificio. Primeramente se
calcula la fuerza sísmica total, expresada como esfuerzo de corte total en la
base del edificio, y dada por:
Vb = C . Wt (1.7)

C= coeficiente sísmico, que conceptualmente no es otra cosa que una


aceleración expresada como un porcentaje de la aceleración de la gravedad,
y que magnifica las fuerzas de inercia inducidas por las aceleraciones
impuestas por el sismo. El coeficiente C es función de la zona sísmica, del
período del edificio, de la importancia de la construcción, del tipo de suelo de
fundación, del estado límite de diseño y del factor de reducción de acciones,
generalmente designado como R.
Wt = ΣWi, sumatoria de los pesos de todos los niveles, es decir el peso de
toda la masa del edificio que se activa o moviliza durante el sismo.

Fig. 1.17. Modelo de Edificio para asignar


masas y fuerzas por nivel.
9
Este esfuerzo de corte basal deber ser distribuido en la altura total del
edificio. En general se acepta una distribución de fuerzas con configuración
de triángulo invertido, y que responde a la siguiente expresión:

Wr h r
Fr = α Vb (1.8.1)
∑ Wi h i

para todos los niveles excepto el último, y:

Fn = (1 - α ) Vb + αVb
Wn h n
(1.8.2)
∑ Wi h i

para el nivel n, donde:


Vb = esfuerzo de corte en la base del edificio.
n = número de pisos a considerar.
hi = altura del piso i.
α = coeficiente para incorporar la influencia de los otros modos vibrar
adicionales al modo fundamental T0.

Hay distintos criterios en las normas para asignar el valor a α. El reglamento


INPRES-CIRSOC establece que:
I. para T0 ≤ 2 T2 usar α = 1.0
II. si T0 ≥ 2 T2 usar esta expresión:

α = 1 – [(T0 – 2 T2) / 10 T0] (1.9)

siendo T0 el período fundamental del edificio y T2 el período que corresponde


al fin del plafón del espectro de aceleraciones elásticas. Esto implica que, por
ejemplo, para suelo intermedio y para Mendoza (zona 4, T2 = 0.60 segs) α es
igual a 1.0 cuando el período fundamental es menor de 1.20 segundos.

La ref.[2] directamente da estas expresiones para la distribución en altura del


corte basal en edificios de más de 10 pisos:

Wr h r
Fr = 0.90Vb (1.11.1)
∑ Wi h i

para todos los niveles excepto el último, y:

Wn h n
Fn = 0.10 Vb + 0.90Vb (1.11.2)
∑ Wi h i

IV. Fuerzas de Viento: Se expresó anteriormente que las fuerzas de diseño


sísmico ajustadas (reducidas) por la capacidad de disipación de energía
(ductilidad) potencial que posee el edificio pueden ser varias veces menor
que las que corresponden a las fuerzas para respuesta elástica. Podría
entonces suceder que si el edificio es de mucha altura, bastante flexible y
ubicado en una zona muy expuesta al viento, las fuerzas especificadas por el
código para diseño contra el viento, combinadas con las acciones
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gravitatorias, podrían controlar el diseño. Si bien contra el viento no aparecen
requerimientos de ductilidad y dadas las incertidumbres para cuantificar el
terremoto ya expresadas, para asegurar una respuesta satisfactoria ante
eventos sísmicos extremos, es conveniente tomar recaudos asegurando un
buen diseño y controlar que el modo de falla potencial del edificio suministre
la mayor ductilidad posible. La aplicación del diseño por capacidad es
necesaria para este propósito. Para las estructuras de hormigón armado que
se construyen en nuestro medio el viento no controla el diseño (salvo en el
techo si éste es de estructura liviana), por lo que no se profundiza más en el
tema. El reglamento argentino CIRSOC 102, ref.[10], contiene las exigencias
para acciones de viento.

V. Otras Fuerzas: otras fuerzas que pueden solicitar a la estructura son


especificadas en la ref. [8], por ejemplo posibilidad de choque de vehículos
contra muros, esfuerzos horizontales en barandas, sobrecargas para
ascensores, montacargas y elevadores, etc. La norma CIRSOC 104, ref. [11],
tiene las exigencias para cargas de Nieve y de hielo sobre las
construcciones.

Otros efectos que se debe considerar son los de contracción y fluencia lenta del
hormigón, y los originados por diferencias de temperatura. La incidencia y posibles
efectos de estos fenómenos se verán cuando se estudien las propiedades del
hormigón.

1.3 COMBINACIÓN DE LAS ACCIONES.


1.3. Criterios generales. Método de Tensiones admisibles vs. de Resistencia.
Es claro que las cargas y fuerzas antes descriptas no actúan aisladas, sino
combinadas en ciertas proporciones. Estas proporciones están asociadas a los estados
límites que se deban verificar. Hasta hace unos años atrás era común que las
verificaciones se hicieran considerando el método de tensiones admisibles. En este
caso las acciones no se mayoraban y, para tener los márgenes de seguridad
adecuados, se trabajaba con tensiones admisibles de los materiales, es decir se
aplicaban factores de seguridad a los materiales. Sin embargo, tal cual luego se verá,
en la actualidad los métodos basados en resistencia y capacidad son los que
prácticamente se usan en exclusividad. Por ello, por ejemplo el ACI-318, ref. [12],
establece que las estructuras y los elementos estructurales deben ser diseñados para
que tengan en cualquier sección una resistencia que se debe comparar con las
solicitaciones que resultan de las acciones combinadas y mayoradas. En las secciones
siguientes se verán los distintos niveles de resistencia para efectuar las comparaciones
exigidas por los códigos. Corresponde ahora ver las combinaciones de acciones.

A los efectos de la materia hormigón armado I, sólo consideraremos las cargas y


sus combinaciones que correspondan a cargas permanentes, D, accidentales, L, y de
terremoto, E. Se verá a continuación los criterios de varias normas.

I. Reglamento INPRES-CIRSOC 103-2005


Designando con U la combinación de acciones para el estado último (diseño por
resistencia) las combinaciones a aplicar son:

U = 1.20 D ± 1.00 E + f1 L + f2 S (1.12.1)


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U = 0.9 D ± 1.00 E (1.12.2)

f1 es el factor de mayoración de la sobrecarga.

f1 = 1.00 para lugares de concentración de público donde la sobrecarga sea


mayor a 5.00 kN/m2 y para playas de estacionamiento.
f1 = 0.50 para otras sobrecargas.
f2 es el factor de mayoración de la carga de nieve.
f2 = 0.70 para configuraciones particulares de techos (tales como las de
dientes de sierra), que no permiten evacuar la nieve acumulada.
f2 = 0.20 para otras configuraciones de techo.
II. Código ACI-318 (Secc. 9.2.1)-2005
U = 1.40 D (1.13.1)
U = 1.20 D + 1.60 L. (1.13.2)
U = 1.05 D + 1.28 L ± E (1.13.3)
U = 0.90 D ± E (1.13.4)

III. Reglamento NZS:4203.


U = 1.4 D (1.14.1)
U = 1.2 D + 1.6 L. (1.14.2)
U = 1.0 D + 1.0 Lu ± Eu (1.14.3)

donde en este caso el valor de Lu está dado por la carga viva reducida, según ecuación
(1.4) multiplicada a su vez por el factor η, es decir:

Lu = η . r . L (1.15)

Los factores de carga que se aplican tienen la intención de que se tenga


suficiente seguridad contra el incremento de las cargas de servicio hasta un cierto valor
más allá de los valores especificados, de modo que la falla del elemento sea muy
improbable. En algunos casos, cuando no se diseña también para el estado límite de
servicio, estos factores ayudan a que las deformaciones para las cargas de servicio se
mantengan dentro de límites razonables. El reglamento NZS:4203, en cambio,
especifica que se deben verificar las estructuras para dos estados límites. Las
ecuaciones (1.14) corresponden al estado límite último. Para el estado límite de
servicio especifica las siguientes combinaciones:

S = D + Ls. (1.16.1)
S = D + Ls ± Es (1.16.2)

donde Es define al terremoto a nivel de servicio y en este caso el valor de Ls está dado
por la carga viva reducida, según ecuación (1.4) multiplicada a su vez por el factor ηs,
factor de participación específico para cargas de servicio, es decir:

Ls = ηs r L (1.17)

Esta norma, en el reglamento específico de hormigón armado, ref. [13],


especifica en su sección 3.3.1 que para el estado límite de servicio la estructura y sus
componentes deben ser diseñados para limitar las flechas, las fisuras y las vibraciones,
12
es decir, para satisfacer requerimientos de rigidez. Da límites para cada caso. En la
sección 3.4.1 establece que para el estado límite último la estructura y sus
componentes deben ser diseñadas para suministrar la adecuada resistencia y
ductilidad.

Es importante destacar que los factores de carga implementados para el diseño


por resistencia en los años cercanos a 1960 tenían la intención original de evitar que el
elemento desarrollara su capacidad resistente bajo la acción de las cargas máximas
que pudieran tomar las mismas durante la vida económica del edificio. Sin embargo,
como ya se expresó antes, si la filosofía de diseño sismorresistente está basada en
reducción de fuerzas por comportamiento (ductilidad, sobre resistencia), este concepto
no es apropiado, dado que justamente se espera que el desarrollo de la resistencia se
produzca para el terremoto de diseño. Si se aplican factores de carga a los niveles de
fuerza que ya han sido reducidos del nivel elástico esto implica una reducción de los
requerimientos de ductilidad esperados. Esto en definitiva obscurece el verdadero nivel
de ductilidad solicitado. En consecuencia, la ref. [2] sugiere para la verificación de
resistencias en estado último aplicar factores unitarios para las fuerzas de sismo.
Además, con muy buen criterio la citada referencia aclara que cuando los efectos de
cargas gravitatorias se deben combinar con los que corresponden a una respuesta
dúctil de la estructura, con desarrollo de sobre-resistencia en las zonas plásticas, no es
necesario tener reservas de resistencia. Por lo tanto, cuando se utilice el diseño por
capacidad, al que más adelante nos referiremos, para satisfacer el estado límite último,
sugiere las siguientes combinaciones:

Su = SD + SL + SEo (1.18.1)

Su = 0.9 SD + SEo (1.18.2)

donde con SEo se denota una acción que ha sido obtenida de sobre resistencias
inducidas por el sismo en las correspondientes rótulas plásticas.

1.4 DEFINICIONES DE NIVELES DE RESISTENCIA.


Hasta ahora se ha hecho referencia al término resistencia sin dar mayores
precisiones. Se deben considerar al menos dos aspectos cuando nos referimos a
resistencia: por un lado, y tal cual quedará evidenciado en los capítulos que siguen,
para contar con razonables márgenes de seguridad, será necesario definir diferentes
niveles de resistencia. Por otro lado, y asociado con esto, hay que reconocer que en
términos de diseño la resistencia no es un valor absoluto. Debido a que las
características de los materiales y que las dimensiones no son conocidas en forma
precisa, se deben trabajar sobre valores que varían entre probables límites. Se dan a
continuación los diferentes niveles de resistencia.

(a) Resistencia Requerida: se la designará con la letra Sr (por required Strength), y es


la demanda que es necesario satisfacer de acuerdo al nivel de acciones impuestas y
resulta del análisis estructural. También se la designa como resistencia última, Su.
Cuando la acción considerada es la resistencia a flexión de las zonas plásticas
seleccionadas, la resistencia requerida resulta directamente del análisis estructural que
toma como acciones las combinaciones dadas en la sección precedente. Sin embargo,
tal cual se explicará más adelante, cuando se aplican conceptos de diseño por
capacidad, la resistencia requerida puede resultar de las demandas del análisis
estructural mayoradas por ciertos factores.
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(b) Resistencia Nominal: a veces llamada resistencia característica, designada con


Sn, es la que se obtiene de las dimensiones, contenido de armaduras y de las
características nominales de los materiales especificados por los códigos. La manera
en que las normas definen la resistencia de los materiales varía de país a país. En
algunos casos es la resistencia que los proveedores garantizan que se va a exceder.
Por ejemplo, la norma CIRSOC 201-1982, tomo I, sección A.6.6.2.1. establece que la
resistencia característica del hormigón, ensayado a una edad determinada, es aquella
resistencia por debajo de la cual puede esperarse que se encuentre el 5 % (cuantil 5%)
del total de ensayos disponibles. El mismo criterio del 5% inferior es utilizado en Japón
y EEUU para el hormigón. En el proyecto CIRSOC 201-2005el valor de resistencia
característica es mayor ya que este porcentaje cambia al 10% (cuantil 10 %). Como
ejemplo, un hormigón H-17 del CIRSOC 201-1982 equivale a un H-20 o mayor del
proyecto del año 2005

(c) Resistencia Media o Esperada: Representa el promedio de los ensayos


disponibles, designada como SE. En ciertas circunstancias existe justificación para
diseño sísmico utilizar la resistencia media, puesto que se consiguen mejores
estimaciones de las deformaciones y de las ductilidades.

(d) Resistencia de Diseño: Sd es la que se obtiene de multiplicar la resistencia


nominal por los factores de reducción de resistencia φ. En el proceso de diseño y
verificación es ésta la resistencia que debe compararse con y ser mayor que la
demanda Sr. Representa el “suministro mínimo confiable”. Es decir:

Sd = φ . Sn ≥ Sr (1.19)

Los factores de reducción de resistencia tienen los siguientes objetivos:

I. tomar en consideración la probabilidad de la presencia de elementos con una


menor resistencia, debida a variación de resistencia de materiales y de
dimensiones.
II. tener en cuanta inexactitud de las ecuaciones de diseño.
III. reflejar el grado de ductilidad y la confiabilidad requerida para el elemento
bajo los efectos de carga que se considera.
IV. reflejar la importancia del elemento en la estructura.

Los valores que da el CIRSOC 201-05 son:


** flexión, con o sin tracción .............................................................0.90
(cuando la deformación εt supere el valor 0.005).

** Compresión y flexo-compresión
(cuando εt está por debajo del valor 0.002)
para elementos zunchados......................................0.70
para otra forma de estribos .....................................0.65
sin embargo, se establece una transición entre 0.90 y estos valores en función
del valor de εt, según se verá luego.

** corte y torsión ............................................................................0.75

** aplastamiento en el hormigón ...................................................0.65


14
Es importante destacar que para diseño por capacidad, el proyecto IC-
103-II-2005, en la sección 1.6 establece que se debe considerar siempre φ=1.0.

(e) Sobre Resistencia o Resistencia Extrema: Esta representa el nivel de resistencia


que tiene una probabilidad suficientemente baja de ser excedida durante el terremoto
de diseño. Se la designa con So y toma en cuenta todos los posibles factores que
pueden contribuir a que la resistencia exceda el valor nominal. Entre éstos pueden
destacarse: que la resistencia del acero sea mayor que la especificada, incremento de
resistencia en el acero por endurecimiento del mismo a grandes deformaciones,
incremento de la resistencia del hormigón por la edad, incremento de la resistencia del
hormigón por efecto de confinamiento, efectos de la velocidad de deformación, etc. La
sobre resistencia se puede expresar en función de la resistencia nominal a través de:

So = φo . Sn (1.20)

(f) Resistencia Ideal: este nivel de resistencia (sugerido por Paulay & Priestley, ref [2]),
Si, está asociada a resultados experimentales y se refiere a la mejor predicción de
resistencia que se pueda realizar de una específica unidad de ensayo utilizando en los
análisis las características medidas de los materiales. Su uso fundamental está en
calibrar la validez de las ecuaciones que se utilizan para predecir resistencia.

La Fig. 1.18 muestra una clarificación de las relaciones entre los distintos niveles
de resistencias, a través de un típico gráfico de distribución de frecuencias de
resistencias.

Fig. 1.18 Relaciones de Resistencia.

Si se deseara estimar el factor de seguridad global de una estructura, referido a


la resistencia “de código” (o sea, a la nominal), sometida a cargas permanentes D y
accidentales L solamente, y con predominio de flexión, se puede escribir esta relación a
partir de (1.19):
Sr
Sn ≥ 
φ
o bien, para el caso planteado:
15

Sn Sr 1.2S D + 1.6S L
≥ =
S D + S L φ(S D + S L ) 0.9(S D + S L )

Para el caso en que D=L resulta un factor de seguridad global de:

Sn Sr 1.2S D + 1.6S L
≥ = = 1.56
S D + S L φ(S D + S L ) 0.9(S D + S L )

según los nuevos factores de mayoración.

Para comprender la diferencia con el método por tensiones admisibles, el lector


debería relacionar estos factores de seguridad resultantes del método por resistencia
con los utilizados por aquel otro método (por ejemplo 1.75 para acero, que llevaba la
tensión de fluencia de 420 MPa a 240 Mpa como tensión de trabajo o servicio).

1.5. EJEMPLO DE APLICACIÓN DE DETERMINACIÓN DE ACCIONES.


1.5.1. ANÁLISIS DE CARGAS GRAVITATORIAS.
Ejemplo:
I. Cargas Permanentes, D, Interior.

I. estructura resistente h= 12 cm, δ= 2.4 t/m3 .................... 0.288 t/m2


II. piso y contrapiso ........................................................... 0.112 t/m2
III. Incidencia de tabiquería de cierre .................................. 0.100 t/m2

Total de carga permanente para losas D = 0.50 t/m2

Para estimar la incidencia de tabiquería de cierre, se consideró paredes de Yeso


tipo Durlok, pared doble (2 placas por cara), con peso de 0.0625 t/m2.

I. Cargas de Uso. Interior.


Se toma para edificio de oficinas, ref.[8], una sobrecarga de uso por planta de L=
0.25 t/m2, que cubre lo exigido también para un edificio de viviendas ya que para
dormitorios, baños y comedores exige 0.20 t/m2. Para la losa del último nivel, se podría
haber tomado una sobrecarga de 0.20 t/m2 que corresponde a azotea accesible, pero
dada la pequeña diferencia, se opta por dejar el mismo valor para tener el mismo L en
todos los niveles.

II. balcones.
En el área de balcones (exterior), la carga Permanente se adopta igual a D=0.40
t/m2 (no corresponde incluir tabiques de cierre) y como sobrecarga de uso, la ref [8],
sección 4.1.1, especifica que se debe tomar el valor de los locales a los cuales sirven,
L= 0.25 t/m2, y nunca menor a 0.05 t/m2.

III. Evaluación de Pesos de Masas para Determinar la Fuerza


Sísmica. Supongamos edificio de 7 pisos.
Para el análisis que nosotros estamos efectuando, y considerando que se
adopta un coeficiente η=0.25, ver ecuación (1.6), ref.[5] sección 9 tabla 6, los pesos por
nivel resultantes son 212 ton para el último nivel, 235 para los niveles intermedios y 241
ton para el 1er. nivel. El peso total resulta entonces Wt= 1628 ton, lo que implica una
densidad de peso del orden de 0.86 t/m2 si se toma como referencia un área de 17m x
16
2 2
16m = 272 m por planta, o bien 1.14 t/m si se toma como referencia un área de 17m x
12m = 204 m2 por planta. En definitiva, la densidad de peso es del orden de 1.0 t/m2,
que es un valor típico para las construcciones de nuestro medio.

1.5.2 DETERMINACIÓN DE LAS ACCIONES DE DISEÑO SÍSMICO.


La estructura ha sido modelada en forma completa, modelo tri-dimensional, con
el programa ETABS ref.[15], versión 7.18, y los resultados del análisis de vibraciones
suponiendo comportamiento elástico (secciones sin fisurar) da un período fundamental
de 0.70 segs. en la dirección X (líneas A, B y C) y de 0.37 segs. en la dirección Y
(líneas 1, 2, 3 y 4). Esto implica que, tomando como coeficiente de destino el valor de
1.0 y suelo tipo intermedio o tipo II, se deberían utilizar los siguientes coeficientes
sísmicos para diseño inelástico CI, ecuación (1.6), si se utiliza el método estático de
acuerdo a las siguientes normas:

1. I-C 103, tomo I ref.[5].


Sax = 0.95 ductilidad µ = 4 CIx = 0.24
Say = 1.05 ductilidad µ = 4 CIy = 0.26

2. CCSR-87 ref.[16]
Cx = 0.85 γdu = 0.85 Co = 0.30 CIx =0.22
Cy = 1.00 γdu = 1.00 Co = 0.30 CIy =0.30

3. PRONAM-97 ref.[17]
Sax = 0.95 ductilidad µ = 4.5 CIx = 0.21
Say = 1.05 ductilidad µ = 5.0 CIy = 0.21

La elección del coeficiente de reducción R ha sido siempre motivo de


incertidumbres y generalmente da lugar a interpretaciones diferentes. De todas
maneras, a los efectos de este trabajo deben tomarse dos valores de µ indicativos, y lo
que interesa más que el valor es la comprensión del efecto que se quiere lograr. Debe
comprenderse además, que dentro del rango de valores razonables, si el diseñador
tiene claro el comportamiento que quiere lograr y es capaz de materializarlo en el
diseño, la elección de la resistencia final del edificio, poco más o poco menos, no
debería comprometer la seguridad del mismo.

4. Resultados de Análisis Dinámico.


Del análisis 3-D con Etabs, con las masas por nivel antes indicadas y utilizando
el espectro de respuesta elástica que corresponde al I-C 103 para suelo II, se
obtuvieron los siguientes cortantes Elásticos, VE, para las dos direcciones, X e Y, de
análisis:
VEx = 1147 ton VEy = 1326 ton

y aplicando los factores de reducción de la PRONAM, resultarían los siguientes


cortantes Inelásticos, VI, en la base:

VIx = 1147/ 4.5 = 255 ton VIy = 1326/5 = 265 ton

lo que resultaría en los siguientes coeficientes sísmicos basales dinámicos inelásticos


efectivos:
CIxd = 255 ton/1628 ton ≈ 0.16 CIyd = 265 ton/1628 ton ≈ 0.16
17
Las normas en general especifican que los cortantes dinámicos resultantes no
deben ser menores que el 75 % del esfuerzo de corte en la base determinado por el
método estático utilizando el correspondiente modo fundamental. Por la PRONAM
resultó CIx = CIY = 0.21, y los coeficientes dinámicos calculados son iguales a 0.16, por
lo que 0.16/0.21 = 0.76, o sea resultan mayores que el 75 % del estático. En definitiva,
a los efectos de este trabajo se adopta el coeficiente inelástico de 0.16 y como cortante
260 ton en ambas direcciones para aplicar el método estático.

El objetivo del trabajo es explicar en forma conceptual y rápida (sin entrar en


mayores detalles que se verán en otras asignaturas) la forma de determinar acciones
razonables para obtener solicitaciones internas (momentos flectores, esfuerzos de
corte y axiales) en los elementos estructurales del edificio en estudio. Como se verá
más adelante, las solicitaciones de diseño podrían verse modificadas para mejorar el
comportamiento del edificio en el rango inelástico. El uso de la redistribución de
esfuerzos, con ciertas limitaciones, es una de las herramientas para modificar la
distribución de resistencia entre los elementos estructurales.

Es de notar que en el diseño del prototipo resultó un esfuerzo cortante en la


dirección X (la única analizada) de 150.60 ton, lo que para el peso total adoptado de
1109 ton, resultó en un coeficiente sísmico efectivo igual a 0.136, es decir casi 18 %
menor que el que se utiliza en este trabajo. Sin embargo, dado la diferencia importante
en los pesos considerados, cuando la comparación se hace con respecto a los
cortantes finales, que es en definitiva lo que interesa para los esfuerzos demandas
resultantes, la diferencia es de 260/150.60 = 1.73, es decir casi un 73 % mayor.

IV. Distribución del esfuerzo de corte en altura.


Si se usan las ecuaciones (1.7) del I-C 103, el factor α es 1.0 ya que para ambas
direcciones el valor 2xT2 supera al período fundamental. La siguiente tabla muestra los
resultados de la distribución en altura, y se incluyen los resultados que arrojaría la
aplicación de la norma NZS:4203, para que sirva como comparación.

Tabla 3. Distribución del Esfuerzo de Corte en Altura.


Niv Wi hi Wi hi χi Fi(I.C) Vi (I.C) Fi(NZS) Vi(NZS) Vi(NZS)/
el (ton) (m) (tm) Vi (I.C)
7 212 21.75 4611 0.225 58.50 58.50 74.62 74.62 1.275
6 235 18.75 4406 0.215 55.90 114.40 51.43 126.05 1.102
5 235 15.75 3701 0.181 47.05 161.45 43.29 169.34 1.05
4 235 12.75 2996 0.146 37.96 199.41 34.92 204.26 1.02
3 235 9.75 2291 0.112 29.12 228.53 26.79 231.05 1.01
2 235 6.75 1586 0.077 20.02 248.56 18.42 249.48 1.004
1 241 3.75 904 0.044 11.44 260.00 10.52 260.00 1.00
∑ 162 - 20496 1.00 260 - 260 - -
8
V1 = Vb = 1628 ton x 0.16 = 260 ton

A partir de estas acciones se puede llevar a cabo el análisis estructural


tridimensional que dará como resultado las demandas en cada elemento estructural en
términos de esfuerzos internos, momentos, cortes y axiales, con los cuales se está en
condiciones de comenzar con el diseño de las secciones de hormigón armado. El
Apéndice A, ref.[19], contiene los resultados del análisis estructural.
18

1.6 BIBLIOGRAFÍA.

[1] “Sistemas de Estructuras”, Heinrich Engel. H. Blume Ediciones. Madrid. 1979.


[2] “Seismic Design of Reinforced Concrete and Masonry Buildings”, Tomas
Paulay & M.J.N. Priestley, John Wiley & Sons, Inc. 1992.
[3] “Vision 2000: Performance Based Seismic Engineering of Buildings”.
Structural Engineers Association of California. SEOAC. Abril 1975.
[4] ”Seismic Design of Concrete Structures. The Present Needs of Societies”.
Tomas Paulay. 4-EIPAC-99. Mendoza. Mayo 1999.
[5] ”Normas Argentinas para Construcciones Sismorresistentes”. INPRES-
CIRSOC 103. Parte I. General. INTI. Noviembre 1993.
[6] “Code of Practice for General Structural Design and Design Loading for
Buildings”. New Zealand Standard. NZS 4203:1992. Volume 1 Code of Practice and
Volume 2 Commentary.
[7] “US-Japan Cooperative Earthquake Research Program: Earthquake
simulation Tests and Associated Studies of a 1/5th Scale Model of a 7 Story Reinforced
Concrete Test Structure”. V.V Bertero y otros. Report No. EERC UCB/EERC-84/05.
Junio 1984.
[8] “Cargas y Sobrecargas Gravitatorias para el Cálculo de las Estructuras de
Edificios”. Reglamento CIRSOC 101. INTI. Julio 1982.
[9] “NEHRP Guidelines for the Seismic Rehabilitation of Buildings”. Editado por la
FEMA, Federal Emergency Management Agency. FEMA 273. Octubre 1997.
[10] “Acción del Viento Sobre las Construcciones”. Reglamento CIRSOC 102.
INTI. Diciembre 1984.
[11] “Acción de la Nieve y del Hielo Sobre las Construcciones”. Reglamento
CIRSOC 104. INTI. Julio 1982.
[12] “Building Code Requirements for Reinforced Concrete”. ACI-318. 1995.
[13] “New Zealand Standard”, NZS, 3101:1995, Parte 1 (Código) y Parte 2
(Comentarios).
[14] “Reglamento CIRSOC 201 y Anexos. Tomos 1 y 2. 1982.

[15] “ETBAS: Three Dimensional Analysis of Building Systems”. Computers &


Structures Inc. 1999. Versión 7.18.

[16] “Código de Construcciones Sismo Resistentes para la Provincia de


Mendoza”. Mendoza. 1987.

[17] ”PRONAM: PROpuesta de Norma Antisísmica para la provincia de


Mendoza”. Mendoza. 1997.

[18] ”Refuerzo de un Edificio de 14 Pisos Ubicado en Zona Sísmica”. C. R.


Llopiz. XXX Jornadas Sud Americanas de Ingeniería Estructural. TRB630. 27 a 31
Mayo 2002. Universidad de Brasilia. Brasil.

[19] Reglamento CIRSOC 201 y Anexos. Tomos 1 y 2. 2005.

[20] Reglamento INPRES-CIRSOC 103. Tomo 2. 2005.

[21] Reglamento CIRSOC 101 y Anexos. Tomos 1 y 2. 2005.

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