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Presentado Por
ID 929686
NRC 65-2799
Villavicencio Meta
El sol se sumerge en una llanura de fuego que tiñe el horizonte con rayos que derraman un
dorado vehemente pintando campos y colinas de oro fuerte. Sus tonos anaranjados,
amarillentos elaboran la utopía, el arco del cielo. Es el sol que se alza majestuosamente, es el
sol con su intenso resplandor que llama mi atención, es el sol que derrama centellas de fuego,
es el sol que crea sombras en el suelo, es el sol que filtra un resplandor en el cielo dándonos
un mosaico de destellos.
Las nubes son cortinas quebradizas que combinan con el tono grisáceo de la esfera celeste al
compás del matiz verdusca de la hierba, es el alambre de púas que delimita las praderas, son
las nubes grisáceas que sin límites ni cercas resaltan el contraste de la intercesión humana y
lo bello que es el cielo. La llanura es un poema silencioso, una melodía de alegría en sinfonía,
es el susurro del viento que acaricia suavemente el verduzco pastizal, la hierba se mece entre
caricias de una brisa invisible que llevan el aroma de una paz sin penas, un manto de agua
esmeralda, un manto de agua sereno, un manto de agua fresca que canta en la llanura y logra
resaltar que es lo estupendo.
Es la llanura sin fin, es el susurro del viento entre las hojas de los árboles, crean la sinfonía
armoniosa, es el atardecer danzante y destellante, es un atardecer brillante, es este el atardecer
perfecto, es esta la llanura de belleza eterna e inmutable dureza.
¡En cada atardecer el sol nos regala un lienzo colorido, una obra del cielo!
La llanura con un atardecer perfecto nos invita apreciar cada momento, transmite la
tranquilidad renacedora, la paz y libertad merecedora, las ganas de llegar más y más allá de
sentir que se puede con todo, que no hay obstáculos y menos límites para conseguir ese
sueño, ese anhelo. La suavidad en sus tonos, colores recrean grandes pensamientos que se
vuelven infinitos recordando porqué se debe vivir y que cada hora, minuto, segundo es
perfecto.
Simplemente inspira a vivir, vivir sin preocupaciones, sin detalle, sin dolor, angustias y
miedos, es vivir con optimismo, esperanza y afecto. Inspira a residir el presente y aprovechar
al máximo cada momento, es un tejido de colores y sonidos, es un encuentro que inspira y
motiva a perseguir la vida de ensueño.
Los colores en el cielo crean un lienzo celestial que cautiva todos los sentidos y nuestra
admiración, pero rara vez apreciamos las maravillas de la naturaleza en su día a día, a medida
que el sol se eleva en el cielo su luz se filtra a través de las nubes dispersas creando un juego
de sombras y luces en la tierra. Más allá de su belleza visual el amanecer tiene un poderoso
significado; Representa el renacimiento y la oportunidad de comenzar de nuevo, cada nueva
mañana trae la promesa de un nuevo día lleno de posibilidades y oportunidades para crecer,
aprender y ser feliz.
Nos enseña una valiosa lección sobre la permanencia, aunque cada amanecer es único y
efímero, su belleza perdura en nuestra memoria y nos inspira a apreciar los momentos
fugaces de la vida. En un mundo lleno de prisas y preocupaciones, el amanecer nos invita a
tomar un momento para detenernos, respirar profundamente y ser testigos de la maravilla que
se desarrolla ante nuestros ojos.
El amanecer es mucho más que un simple evento astronómico, es un regalo cotidiano que nos
brinda la oportunidad de conectar con la belleza de la naturaleza, de renovarnos y de
encontrar esperanza en medio de la oscuridad. Aprovechemos cada amanecer como una
invitación para comenzar el día con gratitud, apertura y un sentido renovado de maravilla
ante la vida.
Es un fenómeno natural que nos ofrece un regalo diario de belleza y renovación; A medida
que el sol se eleva en el horizonte, los colores cálidos y suaves del cielo nos cautiva y nos
invitan apreciar la magnificencia de la naturaleza.