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DESAFÍO DE LA REFORMA POLÍTICA

12 de febrero de 2024

Julio César Rodríguez Gómez


jcrg.emperador@gmail.com

Es perentoria la reforma política en Colombia, que no es otra cosa que ajustes en la


estructura y normativa constitucional relacionada con el sistema político del país, la cual
se diferencia de la reforma electoral, que se concentra en la operatividad del proceso y
la institución como tal.

La reforma política exige un gran esfuerzo legislativo inteligente, que implica un enfoque
que priorice el bien común sobre los intereses particulares de los partidos políticos, esta
pretensión podría ser utópica, dada la ausencia de sutileza y cacumen de algunos
legisladores, arribismo y odio de otros, factores de desestablización que impide lograr
consensos y avances significativos, desde una perspectiva que promueva el interés
general y la estabilidad democrática.

Es imperativa la necesidad de implementar reformas para mejorar la transparencia,


representatividad y eficiencia del sistema político en Colombia, así como la de recuperar
la confianza en los procesos electorales. Muchas han sido las discusiones de
caciquizmos y empoderamientos, que han llevado a no aprobar las reformas políticas en
el proceso legislativo, pero hay que proseguir insistentemente en abordar los aspectos
que ya han sido ampliamente discutidos.

Es de público conocimiento que el Congreso de la República y otras instituciones


estatales siempre han estado subyugadas por intereses partidistas y de otro orden de
poder, menoscabando así la verdadera voluntad del pueblo. La solución propuesta para
contrarrestar el analfabetismo político es una democracia informada, que empodere a la
población mediante la educación sobre su propio poder y promueva el pensamiento
crítico. No obstante, los líderes temen el surgimiento de este conocimiento, ya que
conlleva una creciente conciencia social.

Alcanzar el ideal de formación política puede parecer imposible, en tal vritud, es crucial
destacar, a pesar de las reticencias de algunos, que las primeras etapas en la transición
del cambio, independientemente si es acertado o no, están labrando el camino hacia una
nueva cultura de toma de decisiones y pensamiento independiente en la sociedad, creerlo
o no, dependerá del grado de coherencia analítica serena que cada uno tenga.
La formación del estado como población, territorio y gobierno, muestra claramente que
en Colombia se ha venido imponiendo las decisiones del mandatario de gobierno sobre
la voluntad popular y ahora, que esa voluntad parece tener relevancia, hay una acérrima
oposición y una desbandada y desmedida ambición de poder, lo que el pueblo empieza
a entender, lento, pero lo está haciendo.

El congreso es la expresión política más alta que existe en Colombia y está conformado
por grupos políticos con intereses diferentes, pero al parecer, solo de ellos, no del pueblo.
Las altas cortes, que representan la separación de poderes independientes y autónomos,
están conformados por cuotas burocráticas de alto nivel por parte de los partidos y
movimientos políticos, y tienen como función, defender los intereses de los dirigentes de
estas colectividades que los avala, al igual que sucede con la Fiscalía General de la
Nación y organismos de control, por lo tanto, la necesidad de una reforma política en
Colombia es imperativa, de esa manera no hay separación de poderes, ni autonomía, ni
respeto institucional.

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