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DESESPERANZA POR TSUNAMI POLÍTICO AL SOLIO PRESIDENCIAL

7 de febrero de 2024

Julio César Rodríguez Gómez


jcrg.emperador@gmail.com

Se dice erroneamente que Colombia atraviesa una de sus peores crisis institucionales,
pero la historia evidencia que en otrora hemos enfrentado desafíos muchos más graves,
donde el pueblo lamentablemente, permanecía impasible y silencioso ante los gobiernos
despóticos, con la complicidad de medios de comunicación a su servicio, legitimando así
el abuso del poder y contribuyendo a la gestación de su propia desgracia.

Las sucesiones presidenciales no dejan de ser un escenario crítico, donde las tensiones
políticas se agudizan ante la presencia de candidatos sin posturas de estado; algunos
más propios de Macondo que del sigo XXI, otros políticamente incorrectos, ilusos,
arribistas y esclavistas que representan lo más oscuro del poder; entornos perversos
prosélitos de la política, que si bien no comulgan con el ilegal golpe de estado pretendido
por actores generadores de violencia, utilizan falaces argumentos a fin de manipular
decisiones; algunos, que por su acumulación de resentimiento y hostilidad, se muestran
despectivos, dañinos y hasta inmersos en actuaciones criminales recurrentes, destilando
un odio que los obnubila y les impide campañas provistas de intelectualidad; y unos pocos
que proponen vascilantes reformas sin el componente partidista, vaticinándose una
desesperanza, por el tsunami político que podría recibirse, al reemplazo del solio de
Bolívar.

Mientras tanto, el gobierno traza sus estrategias bajo la premisa de detener el avance de
los extremistas, aprovechando que en la población se ha arraigado un ferviente espíritu
revolucionario de pensamiento. Este sentimiento progresa cada día, alimentado por la
revelación de verdades inegables y actuaciones peligrosas, motivaciones ocultas que
socavan la institucionalidad, además, de recibir un respaldo creciente a nivel internacional
debido a los efectivos resultados de su política económica, que da un viraje a la decisión
popular.

La inestabilidad política por la polarización reinante y el abuso desmedido del poder,


puede desencadenar incertidumbre y agitación política conducente a disturbios civiles de
grandes dimensiones, protestas masivas y conflictos internos.

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