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“Cuando dos adultos discuten,

en el fondo hay dos niños heridos


pidiendo atención y comprensión”
INDICE

Introducción 1

HERIDA DEL ABANDONO 4

¿Cómo identi car la Herida del 8


Abandono cuando somos adultos?

HERIDA DE RECHAZO 11

HERIDA DE CARENCIAS AFECTIVAS 24

HERIDA DE MALTRATO 36

HERIDA DE HUMILLACCIÓN 45

¿Se pueden sanar las Heridas de 53


Infancia?
fi
INTRODUCCIÓN

Ya cada vez es más sabido que nuestras creencias,


pensamientos, acciones y reacciones en la edad
adulta, son el resultado y la consecuencia de lo
que hemos vivido y sentido desde el vientre
materno, observado y aprendido durante toda
nuestra infancia y adolescencia. Pero también hay
otro factor que influye y se manifiesta en nuestra
vida y es la información inconsciente que hemos
heredado de nuestros ancestros. Esto es lo que la
Psicogenealogía lleva años estudiando y cada vez
hay más estudios científicos que confirman que los
traumas y experiencias de alto impacto emocional
vividas por nuestros ancestros dejan una huella en
el ADN que luego se transmite a las siguientes
generaciones.

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Lo que quiere decir esto, es que nosotros
podemos manifestar el mismo tipo de heridas o
traumas o las consecuencias de ellos, que han
vivido nuestros padres, tíos, abuelos, bisabuelos o
cualquier otra persona de nuestro clan familiar, sin
que tengamos la menor información de aquello.

Esto que aquí comento sería lo que viene expresar


el pasaje bíblico que dice “los errores de los
padres se heredarán hasta la 3ª o 4ª generación”.
Si cambiamos la palabra errores por traumas o
sufrimientos, sería eso mismo.

Todas las heridas o tramas emocionales si bien


nuestro cerebro puede bloquearlas para “no
recordar aquello” quedan grabadas en lo más
profundo de la psique, en el inconsciente. Cuando
llegamos a la edad adulta, estas heridas van a
constituir los hilos invisibles detrás de todos
nuestros pensamientos, creencias, acciones,
reacciones e interpretaciones del mundo que nos
rodea. Afectando así las relaciones que
establecemos con otros y, en general, todo lo que
nos sucede en la vida, pues lo que hacemos es
repetir los patrones inconscientes de todo aquello
que, bueno o malo, llegamos a “normalizar” en la
infancia.

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Todo lo anterior, nos lleva a encontrarnos muchas
veces frente a situaciones y personas que por más
que queramos cambiarlas y seamos conscientes de
que aquello no nos gusta o nos hace daño,
volvemos a repetirlo y a caer en ello una y otra vez,
pues al igual que sucede con los ordenadores y las
aplicaciones de los móviles ‘el programa sigue
corriendo en segundo plano'. Y ese programa son
las heridas emocionales de la infancia.

Nota: en este ebook he utilizado la voz masculina


de forma genérica, para evitar escribir a cada rato
“niño(a)”, “él/ella”, “hijo(a)”, etc. Por tanto, si eres
mujer, siéntete incluida e identificada en tu género
femenino.

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HERIDA DE ABANDONO

La herida del abandono se produce en la primera


infancia cuando mamá, papá o ambos no están
presentes para cubrir las necesidades del niño, lo
que va generando a nivel muy inconsciente miedo

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a estar solo, porque un niño pequeño no tiene
ninguna posibilidad de sobrevivir si no cuenta con
los cuidados de otras personas. Por lo tanto,
cuando el niño siente hambre, frío/calor, se ha
hecho encima (pis/caca), siente miedo por algo,
está triste o necesita un abrazo y no tiene a sus
padres cerca, se sentirá abandonado. Aunque haya
otro adulto que lo cuide o proteja y le pueda cubrir
las necesidades, el afecto, los abrazos y el amor de
mamá, son insustituibles y fundamentales para su
crecimiento y desarrollo, sobre todo entre los 0 y 3
años y esto luego se prolonga hasta la
preadolescencia, 12 - 13 años.

Lo delicado y complejo de esta herida emocional,


es que se puede producir aún viviendo con mamá
y papá. Basta con que alguno de ellos, o ambos,
salgan durante todo el día a trabajar, haya un
hermano menor o al que le presten más atención,
o estando en casa no le dediquen tiempo o apoyo
en momentos que para el niño son importantes o
necesita de sus caricias y mimos, el niño puede
comenzar a percibir aquello como abandono. Las
heridas de abandono generalmente se producen
por la suma de momentos específicos en los que el
niño ha necesitado a mamá o papá (o ambos) y

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ellos no han estado por él, aunque estuvieran en
casa, o aunque el pequeño estuviera a cargo de
otro adulto que lo cuidara. Por tanto, si esos
momentos o situaciones se repiten durante la
infancia o durante un largo período de tiempo y/o
no están presentes en los hitos mas importantes
de la vida del niño, como por ejemplo
presentaciones artísticas, actos del colegio,
competiciones deportivas, graduaciones, cuando
cambia de ciclo escolar, enfermedades, la primera
vez que le llega la regla, días en que le pasó algo
que le hizo mucho daño (sea una herida o peleas
en el colegio) etc., eso irá dejando una huella
profunda y se irá abriendo la herida emocional del
abandono.

El tema es que no existe ni es posible elaborar un


manual ni un listado de cosas o situaciones que
pueden provocar heridas de abandono, pues cada
niño tiene su propia percepción de lo que para él
es un momento importante en el que necesitó que
estuvieran mamá o papá presentes. Por eso
encontramos muchas veces hermanos que se han
criado con ambos padres, que se han ocupado de
ellos de la misma forma y han recibido las mismas
atenciones, y uno manifiesta y sufre por heridas de

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abandono en tanto que al otro en cambio no le
pasa nada.

En los años más recientes, se están empezando a


identificar serios problemas conductuales en niños
de las nuevas generaciones que han nacido
después de la irrupción de las tecnologías móviles,
a causa del abandono pasivo que los padres hacen
de sus hijos, al estar con ellos de cuerpo presente
pero con su atención e interés puesto en las
“pantallas” (móviles, tablets, ordenadores) y no en
compartir o conversar con los hijos. Basta observar
en cualquier restaurant donde hay familias
comiendo, a menudo están todos sentados a la
mesa mirando su propia pantalla y nadie interactúa
ni conversa. O más triste aún, padres mirando sus
móviles y el hijo pequeño mirando en todas
direcciones tratando de atraer la atención de sus
padres.

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¿Cómo identificar la herida del
abandono cuando somos adultos?
Si bien una herida de abandono pudo haberse
originado en un sinfín de situaciones o
experiencias diferentes, no solo si mamá o papá (o
ambos) me han abandonado, las formas en que se
manifiestan y aparecen cuando somos adultos
pueden variar y tener diferentes caras o formas. No
obstante, hay marcadores específicos que facilitan
o ayudan a reconocer e identificar esa herida y que
pueden ser tanto en conductas y comportamientos
como en frases o expresiones que se dicen, como
podemos ver en los siguientes ejemplos:

Conductas / Comportamientos
✦ Autoestima baja
✦ Dependencia emocional. Es decir, la persona
tiende a aferrarse a otra persona volviéndose
dependiente emocional.
✦ Sumisión. Acepta en silencio lo que el otro
quiere o dice aunque no le guste o no le

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apetezca. Llega a aceptar infidelidades, que
sea poco cariñoso, maltratos (verbal, físico o
psicológico), humillaciones, y otros tratos poco
amorosos, antes que dejar de verle o que la
otra persona se aleje o le deje.
✦ Justifica todo lo que la otra persona hace.
✦ Se siente sola aunque este rodeada de otras
personas o viva en familia.
✦ Victimismo. La persona suele sentirse víctima
de los demás y sus circunstancias y en su fuero
interno culpa a los demás de las cosas que le
suceden.
✦ Dificultades para estar sola, siempre busca la
compañía de otras personas aunque luego no
se sienta comprendida o sostenida y acabe
generando relaciones tóxicas.
✦ Tendencia a dejar las cosas inconclusas,
comienza algo y luego no lo termina.
Todo lo antes descrito vale en las relaciones con
los padres, hijos, hermanos, pareja, amigos,
laborales, etc.

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Frases / Expresiones
✦ "No puedo vivir sin ti”
✦ "Si me dejas me muero (o me mato)”
✦ "Mi vida sin ti no tiene sentido”
✦ "Tú lo eres todo para mí”
✦ "Por ti haría cualquier cosa”
✦ "Me da miedo estar sola”
✦ "No soporto estar sola”
✦ "Quién va a querer estar conmigo”
✦ "Nunca voy a encontrar a alguien que me
quiera y me acepte como soy”

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HERIDA DE RECHAZO

La herida del rechazo es una herida que puede


aparecer en la infancia o en la adolescencia. En
este caso, a diferencia de la anterior, puede

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aparecer por una única experiencia de alto
impacto emocional o por la repetición de
conductas o comportamientos que el niño perciba
como rechazo, aunque hayan sucedido a
diferentes edades. Lo relevante con esta herida
emocional, es que el niño se ha sentido rechazado
por una persona o grupo que para él es
importante o significativo. Puede ser mamá, papá,
algún abuelo(a), grupo de amigos, en el colegio,
etc.

Esta herida suele aparecer cuando el niño busca el


abrazo o soporte emocional de mamá o papá y
estos no se lo dan y además lo alejan, ya sea con
un gesto, con palabras o frases del tipo “ahora no
hijo que estoy ocupada(o)”, “qué pesado siempre
con los besos / abrazos”, “venga si tampoco es
para tanto, deja de llorar”, O cuando el niño va
donde mamá o papá porque quiere jugar, pintar o
hacer alguna cosa con ella/él y la respuesta que
recibe es “que no ves que estoy haciendo otra
cosa ahora? ve a jugar con tus juguetes”. Esto
puede haber sucedido durante toda la infancia o
unas pocas veces, pero lo que acabará marcando
ese tipo de experiencias que luego se traducirán
en heridas de rechazo, será la percepción que

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tenga el niño respecto de ese gesto, la
sensibilidad que tenga en relación a los afectos y a
la necesidad de atención o el estado emocional en
que se encontraba el niño si un suceso ocurrió en
una o muy pocas ocasiones. Pues hay casos en los
que el niño ha sentido ese rechazo una única vez,
pero le causó tal impacto y sufrimiento que con
una vez ha sido suficiente para que se abriera esa
herida.

Otra situación frecuente en la que se pueden


producir heridas emocionales de rechazo es
cuando nace un hermano menor antes de que el
niño haya cumplido los 3 años. Pues hasta los 2 - 3
años de edad, los niños viven la relación con
mamá como si fueran una unidad, pues su cerebro
no ha alcanzado el desarrollo suficiente para darse
cuenta que él y mamá son unidades separadas,
eso recién ocurre hacia los 3 años.

Se puede observar cuando un niño ha alcanzado la


etapa de individuación, como la denominó C.G.
Jung, porque es cuando aparece el YO en su
lenguaje. Es la edad en la que los niños repiten y
se refieren todo el tiempo a “yo, mí, mío, mía, a
mí”. De modo que si una madre tiene otro bebé
antes de que su hijo haya alcanzado esta etapa,

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hay una alta probabilidad de que el hijo mayor
genere una herida emocional de rechazo, que
puede ser que sienta que mamá lo rechaza y
prefiere al otro bebé o que el niño sienta el
rechazo hacia el hermano recién llegado, pues en
su inconsciente lo percibirá como que le hubieran
extirpado una parte de sí, que es mamá, pues
además ella ya no estará para él siempre que la
necesite, pues ahora le estará prestando más
atención al otro bebé. Esto es lo que los adultos
suelen llamar los celos o envidia por lo hermanos
menores, pero nada más lejos de la realidad, pues
a esa edad tan temprana los niños aún no
manifiestan esos sentimientos pues ni siquiera han
aprendido esos conceptos, porque su cerebro aún
no ha madurado en la zona de la comprensión del
lenguaje y del desarrollo de la cognición, ese
proceso recién comienza hacia los 7 - 8 años.
Antes de esa edad es simple instinto de
supervivencia, de afecto y de protección.

Otro aspecto que también es muy significativo y


puede causar heridas de rechazo en un niño, son
los pensamientos, las emociones y sentimientos
que tiene mamá en relación a la maternidad. Pues
si se siente agobiada por tener que hacerse cargo

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de los hijos (aunque solo tenga uno y aún más
cuando son varios o el de la herida es el menor de
3 o 4 hermanos), o se frustra o lamenta porque no
llega para todo lo que tiene que hacer, porque no
tiene tiempo para sí misma, o su carrera o sus
proyectos se han interrumpido o llega a pensar o
sentir, incluso sin ser consciente de ello, que la
maternidad le ha privado de libertad, etc, lo que
estará haciendo inconscientemente esa madre es
rechazar a su(s) hijo(s), aunque lo(s) quiera mucho,
pero lamentablemente ese tipo de pensamientos y
sentimientos, mueven y generan energías de
rechazo, porque en el fondo (escrito en tinta
invisible) está el sentir que estaría mejor sin el/los
hijos, pues tendría tiempo para hacer sus cosas o
para pasar tiempo con el marido, entre muchos
otros sentimientos.

Por otro lado tenemos los casos en los que la


mujer al enterarse que está embarazada siente que
el bebé que lleva en el vientre “viene en un mal
momento”, ”es un error”, es producto de un
abuso o violación, quizás sea el padre del bebé
quien no desea ese hijo, o se plantean y hablan de
abortar. Todo esto, se grabará como información
inconsciente de rechazo en ese ser que se está

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gestando, aunque el día de mañana sea un hijo
querido y amado. Pero el haber “mamado" esas
emociones, sentimientos y pensamientos de mamá
en el vientre, le llevará a que se sienta rechazado
por cosas y situaciones que quizás no entenderá ni
la persona ni los demás. Esto con el tiempo y los
años, se traducirá en dificultades en sus relaciones
interpersonales y conflictos en su diálogo interno.

Otros ejemplos de los casos antes descritos los


podemos ver cuando hay 2 o más hermanos que
vivieron con los mismos padres, recibieron las
mismas atenciones y cariño, sin embargo, hay uno
de ellos que a menudo se siente rechazado,
desplazado, apartado del grupo y nadie entiende
por qué, si el hermano es tan diferente. Y es que
cada ser y cada alma tiene una sensibilidad y una
percepción única, personal y subjetiva, que está
relacionada con sus procesos mentales y
emocionales, los que a su vez se han configurado
desde el vientre materno tal como explicaba en el
párrafo anterior. Aunque sean gemelos, uno puede
manifestar unas heridas que el otro no.

Volviendo al ejemplo anterior, si con el tiempo


quienes están en su entorno empiezan a decir que
el niño siempre se aísla, que no se integra, que es

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tímido, que le cuesta relacionarse, que es
demasiado sensible, etc, en vez de ayudarle
aumentará y profundizará aún más la herida del
rechazo, pues estas frases se van grabando en su
mente y en su corazón, y en muchos casos puede
acabar actuando y comportándose de esa forma
porque inconscientemente buscará la aprobación y
aceptación de quienes él siente que lo han
rechazado.

Nunca se debe subestimar el poder y el impacto a


largo plazo que pueden causar los gestos y
palabras dichas a un niño. Pues cuando llegue a la
adultez, todas las cosas que ha vivido, sentido,
pensado, escuchado y visto serán las que
alimentarán las heridas de rechazo.

La herida de rechazo puede llegar a ser una herida


tremendamente nociva para la persona que la
tiene, pues mientras no la trabaje y la sane se
seguirá profundizando y ya no solo se sentirá
rechazada por los demás sino que comenzará a
rechazarse a sí mismo, a despreciarse y a sentir
que no vale y que no se merece nada bueno, lo
que le llevará a sabotear sus relaciones y a sí
mismo (consciente o inconscientemente) ante
cualquier situación o relación que “pinte bien”,

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pues no creerá que sea posible o real aquello,
dado que ya tiene un historial de situaciones y
experiencias de rechazo, porque cuando una
persona lleva esta herida, atrae a su vida a otras
personas que resuenan con esa misma energía y
serán las que le “reforzarán” las experiencias de
rechazo (que muy probablemente lo harán de
forma inconsciente), por esto allá dónde vaya se va
a sentir rechazado y muchas veces nadie más
entenderá qué le sucede o por qué se comporta
así, pues el tema es que solo él interpretará las
cosas que le sucedan y las frases que le digan
como una muestra de rechazo hacia él.

A continuación te doy algunos ejemplos de


situaciones o casos que pueden hacer reaccionar a
la persona desde su herida de rechazo:

- que no le respondan un mensaje de texto viendo


que la otra persona lo ha leído,

- que su pareja o hijo no le diga donde va o a qué


hora regresa cuando sale de casa,

- que su amiga(o) le cancela a último minuto un


plan para quedar, diciéndole que le ha surgido
un imprevisto,

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- que el chico(a) con el/la que tuvo una primera
cita no le escriba ni contacte después de la cita
(aunque no le haya gustado la otra persona),

- que no le feliciten o reconozcan en casa, en el


trabajo, la familia o amigos cuando ha hecho
algo “por o para ellos”.

Conductas / Comportamientos:

✦ Autoestima baja.

✦ Se siente incomprendido por todos.

✦ Es inseguro, le cuesta decir las cosas de frente.

✦ En ocasiones se puede llegar a mostrar muy


celoso.

✦ Se victimiza por lo que los demás “le hacen”.

✦ A menudo se siente solo, aunque viva con otras


personas.

✦ Piensa /siente /cree que no vale nada, que a


nadie le importa realmente lo que le suceda.

✦ Vive en un permanente estado de


insatisfacción, súper exigente con todos y sobre
todo consigo mismo.

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✦ Sumisión / abnegación ante las personas que
para él son importantes (padre, jefes, familiares,
hijos, amigos, etc.).

✦ En algunos casos, dificultades para sostener la


mirada directa a los ojos cuando habla con
alguien, sobre todo si esa persona representa
algún tipo de jerarquía o autoridad superior
para él (sentimiento de inferioridad).

✦ Hay casos en los que se manifiesta con


comportamientos narcisistas, castiga al/los
otro(s) con frialdad o silencios, dejando de
hablarle(s) o ignorándolo(s) durante días. En
este tipo de casos, la persona herida utiliza la
mirada fija a los ojos hasta que el otro aparta
(sentimiento de superioridad).

✦ Ante determinadas situaciones o personas,


reacciona de forma descontrolada (no sabe
regularse emocionalmente). Puede reaccionar
con agresividad, llanto explosivo, gritos,
ataques de celo, tirarse el cabello, golpearse u
otras formas de hacerse daño a sí misma (esto
es más frecuente en mujeres).

✦ Huir, evadir, cambiar de tema, callar, no


expresar lo que siente por temor a no agradar

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o decir algo “inapropiado” y volver a sentirse
rechazado.

✦ Serias dificultades o incapacidad para enfrentar


o gestionar situaciones de conflicto. Esto
puede llevar a la persona a evitarlos todo lo
posible o ir directo al choque y dejar la grande.

✦ No resiste las críticas, ni los comentarios en los


que pueda haber una sombre de queja o
disconformidad por parte de otra(s) persona(s),
aunque sean comentarios para aportar o
sugerir algo a mejorar (“críticas constructivas”).

✦ Cambia de trabajo, de piso, incluso de ciudad


si ha pasado por alguna situación que le ha
afectado y no sabe cómo afrontarla o quiere
evitar encontrarse con una persona.

✦ Cuando ve a una persona desbordada


emocionalmente suele ponerse nervioso,
inquieto o quedándose bloqueado porque no
sabe cómo dar soporte emocional a otras
personas.

✦ Suelen ser muy perfeccionistas y autoexigentes

✦ Como padres, pueden llegar a ser muy


exigentes y estrictos, pues proyectan en sus

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hijos inconscientemente todo aquello que les
hicieron a ellos y les exigen la “perfección”
para que no sufran o no pasen por los rechazos
que pasaron ellos de niños.

✦ Sus relaciones de pareja, si las tiene, serán con


personas que más pronto o más tarde les harán
revivir su herida de rechazo, ya sea porque no
les prestan atención, no valoran o toman en
cuenta sus necesidades, deseos u opiniones y
en el extremo, les tratan mal, hay maltrato
verbal, psicológico y pudiendo llegar al
maltrato físico. En el otro extremo, puede tener
una pareja que esté siempre atenta a él,
pendiente de lo que necesita y lo que puede
irle bien, y se sentirá agobiado, al punto de
acabar él rechazando a la pareja (son las dos
caras de la misma moneda).

Frases / Expresiones
✦ "Nadie toma en cuenta lo que digo”

✦ “Parece que fuera invisible”

✦ "A nadie le va a interesar lo que yo haga”

✦ "Estoy bien solo, no necesito a nadie”

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✦ “No hace nada bien” (refiriéndose a otros)

✦ “No soy lo suficientemente bueno…”

✦ “No sé si encontraré trabajo”

✦ “No sirvo para nada”

✦ “Nadie valora lo que hago”

✦ “Después de todo lo que he hecho por él/ella,


ni siquiera me da las gracias”

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HERIDA DE CARENCIAS
AFECTIVAS

Las carencias afectivas en la infancia, o falta de


amor y cuidados, dejan una herida muy profunda
pues la atención y el cariño en los primeros años

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de vida constituyen el alimento emocional primario
sin el cual los seres humanos podemos llegar a
morir o quedar con graves secuelas y daños a nivel
cognitivo, de desarrollo y emocional si el amor y
cuidados que recibimos cuando somos bebés es
muy escaso o es tóxico, es decir proviene de una
madre, padre o personas que le han cuidado muy
dañados emocionalmente. Estos serían los casos
más extremos, pero los menciono para que se
tome conciencia de lo importante y fundamental
que es dar afecto y cariño a los niños desde el
vientre materno y hasta la adolescencia. Todo lo
que venga después será un extra, pero ya no será
tan determinante ni tendrá el mismo impacto en la
salud mental y emocional de una persona como lo
tiene lo que ha recibido en los primeros 12 - 13
años de vida.

Las heridas de infancia por carencias afectivas,


pueden comenzar a gestarse desde el vientre, si la
madre por alguna razón siente rechazo hacia su
hijo y no se siente conectada amorosamente con el
bebé.

Esta herida a menudo va acompañada de la herida


de rechazo, por cómo se produce, pues para que
una madre y/o un padre no sea(n) cariñosa(os) con

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un hijo puede deberse a diversas razones, algunas
de estas son las que menciono a continuación
(pueden haber muchas más, estos son algunos
ejemplos):

- el embarazo no era buscado / deseado

- fue producto de una violación (da igual si el


violador es un extraño como si es su propia
pareja o marido),

- al momento de quedarse embarazada la mujer


es rechazada por su familia, el padre de su hijo o
ella misma se culpa y martiriza por lo que ha
sucedido,

- la madre y/o el padre esperaba(n) un niño y nace


una niña,

- el bebé nace con algún tipo de enfermedad o


condición de salud de alta demanda lo que
provoca un gran resentimiento o frustración en la
madre, el padre o ambos

- la madre ha tenido que criar sola a su hijo


porque el padre no se hizo cargo, ha fallecido o
porque se separaron siendo el niño pequeño y el
padre se aleja del hijo, ya no está presente en su
día a día,

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- mamá o papá sienten que la llegada de ese hijo
ha afectado a su relación de pareja y proyecta(n)
en él su frustración y resentimiento.

Situaciones como las antes mencionadas dejarán


profundas heridas emocionales por falta de amor,
porque los niños necesitan de la figura femenina y
masculina para que les acompañen y guíen en su
proceso de crecimiento. Esto no significa que
debamos quedarnos al lado de una pareja con la
que tenemos una relación tóxica, de maltrato o
con la que lo pasamos mal, sólo pongo de
relevancia la importancia de tener claro y siempre
presente que si los padres se separan, no se alejen
emocionalmente de sus hijos pues es muy
importante que los hijos puedan seguir
compartiendo y pasando tiempo con ambos,
porque cada uno tiene cosas diferentes que
aportarle.

En los casos de mujeres que crian hijos solas (por


la razón que sea), es recomendable que tengan a
algún hombre cercano, que puede o no ser una
pareja, pues también puede ser su propio padre,
un hermano o un amigo. Simplemente es para que
los hijos (niños y niñas) crezcan y se desarrollen

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“equilibradamente” compartiendo con energías
femeninas y energías masculinas.

Hay otro tipo de casos en los que los hijos van a


desarrollar la herida de las carencias afectivas y es
muy frecuente y común también, que es cuando
mamá y/o papá no son cariñosos, de la manera
que los hijos lo necesitan. Son los típicos casos
donde uno o ambos padres no abrazan, no dan
besos ni les dicen a los hijos que los quieren.
Aunque hay adultos que dicen que mamá o papá
les demostraban el cariño de otras maneras, por
ejemplo, mamá con la comida, o ayudándole
siempre con trabajos del colegio, o manteniéndole
todo limpio y en orden o papá trabajando mucho
para que no les faltara nada, enseñándole a andar
en bicicleta o a nadar, o comprándole todos los
juguetes o cosas que le pedía, lo concreto es que
el cerebro, sobre todo en la infancia no registra ni
“entiende” de cosas materiales, conceptos o
explicaciones, sólo entiende y percibe sensaciones
físicas (abrazos, besos, caricias, gritos, insultos,
golpes, etc.) y de emociones y sentimientos
(alegría, amor, tristeza, rabia, miedo, soledad,
abandono, rechazo, miradas que hielan, gestos de
desprecio, falta de cuidado, indiferencia, etc.).

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Esta es la razón de por qué tanta gente tiene esta
herida emocional de la infancia y muchos no llegan
a identificarla. Pues yo he escuchado muchas veces
en consulta personas que me dicen que la relación
con los padres era (y sigue siendo) buena, que
eran buenos padres, cariñosos a su manera y
cuando pregunto qué tan a menudo le abrazaban,
daban besos y le decían “te quiero” se quedan un
poco paradas y dudan a la hora de responder,
porque en muchos casos nunca hubo nada de eso.

Esto es lo que nos permite entender por qué hay


tantas personas con dificultades para mantener
relaciones de pareja estables, sanas y amorosas,
porque el modelo con el que crecieron (sus
padres) y que normalizaron es que las relaciones
son frías, distantes, con pocas o nulas muestras
explícitas de afecto y cariño, donde cada uno se
enfocaba en sus cosas y los hijos debían obedecer
y cumplir con sus obligaciones o al menos no
molestar o estorbar a los mayores. Por lo tanto,
esta es la única forma que conocen de cómo
relacionarse con una pareja. Recordad que los
modelos de los cuales aprendemos a relacionarnos
y comportarnos cuando somos adultos son y han
sido nuestros padres, o las personas con quienes

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hemos crecido, y demás adultos que estaban en
nuestro entorno más cercano, en los casos en los
que ha habido abuelos, tíos u otros cuidadores
presentes en la infancia.

Muchas personas no son conscientes de la


importancia del contacto físico y las palabras de
cariño y reforzamiento positivo en la infancia, y
piensan que eso no les ha afectado en su vida de
adultos. De hecho, no siempre son del todo
consientes que la mayor parte de los problemas y
dificultades que tienen en sus relaciones de pareja,
familiares, laborales y/o sociales, tienen que ver
con las carencias afectivas de la infancia y con lo
que han observado, el trato que han recibido, las
situaciones y experiencias que han vivido y las
frases y palabras con las que han crecido. Y no con
que tengan mala suerte o que están pagando un
karma y por eso siempre les pasan las mismas
cosas.

Siguiendo en la misma línea, si yo nunca escuché


palabras de amor y de cariño como te amo, te
quiero, eres hermosa, qué bien que haces aquello,
tú puedes, etc., cuando sea adulta, me costará
muchísimo decir este tipo de frases, o bien lo diré
en exceso, y en ambos casos acabará en relaciones

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complejas, con muy poco amor o mucha
dependencia emocional. Y no me refiero solo a
relaciones de pareja, sino también familiares, con
los hijos, amistades, etc.

Esto a menudo está en relación directa con lo mala


que era la relación de mis padres, es decir, cuanto
más mala haya sido la relación entre ellos, más
dificultades tendré yo para consolidar una pareja.
Luego si llego a conseguirlo, me costará mucho
decirles te quiero (ya no te digo lo que será decir
te amo) o me volveré un poco insistente diciéndolo
en exceso. Pero también puede suceder que si mi
pareja es cariñoso y me abraza o da besos
constantemente, yo me puedo llegar a sentir
tremendamente incómodo, porque no estoy
acostumbrado a eso. Y si tengo hijos, me pasará lo
mismo, es decir, o me paso de poco, tal como
aprendí de mis padres, o me paso de mucho,
buscando compensar todo lo que a mi me faltó.

En caso de tener dificultades para expresar mi


cariño y amor a otros seres humanos, es muy
probable que me sea más fácil y natural decírselo
a mis sobrinos (si los tengo) a mi perro o a mi gata
y quizás también tenga un trato un poquitín
excesivo de cuidados y mimos con ellos. Esto se

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debe a que inconscientemente proyectamos
nuestras heridas de infancia en nuestras mascotas
o en niños que no son nuestros propios hijos.

Por otro lado, cuando un hombre me diga que me


encuentra guapa, me felicite o me diga que le
gusta algo que he hecho, lo voy a mirar con recelo
y dudaré si me está tomando el pelo, si oculta algo
detrás de esas palabras “amorosas” o me lo dice
en serio. Si llego a creerle, inconscientemente
siempre estaré esperando el momento en que
descubra que soy un fraude (síndrome del
impostor) y se decepcione de mí, pues es lo que
he vivido, desde niño. Donde nunca me dijeron
cosas bonitas, ni me halagaron, ni felicitaron por
nada. Y si alguna vez hacía algo bien o destacado
como mucho me soltaban alguna frase del tipo “es
lo que tienes que hacer” o “¿y esperas que te
felicite por eso?”. Estos son ejemplos de cuando
hemos crecido en un hogar donde no su utilizaba
un lenguaje amoroso y afectivo con los hijos ni
entre los padres. Así de profundo puede llegar a
ser el daño que dejan las heridas de infancia por
carencias afectivas.

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Conductas / Comportamientos
✦ Autoestima baja.

✦ Sentimientos de inferioridad.

✦ Inseguridad para hacer cosas por sí mismo y


tomar decisiones.

✦ Dificultades para enfrentar desafíos o ir tras


metas mayores.

✦ Dependencia emocional (de la pareja, los


padres, hijos, amigos, jefes, etc.).

✦ Actitud de estar siempre a la defensiva.

✦ Desconfianza y a veces molestia cuando le


dicen un cumplido o le expresan cariño o amor.

✦ Dificultad para expresar amor y afecto sobre


todo a la pareja y a los padres. En contraste
puede llegar a ser excesivamente cariñoso con
los hijos o repetir el patrón de no decir te
quiero o te amo, pero lo demuestran de otras
formas.

✦ Reacciones exageradas en situaciones de


pérdida de control o que se sienta inseguro.

33
✦ Le afecta mucho cuando percibe que le dejan
de lado o no le consideran. A menudo la
reacción puede manifestarse como una
indiferencia total o hacer parecer que le es
igual lo que hagan los demás.

✦ Tendencias a caer en estados ansiosos /


depresivos cuando se siente ignorado y no
querido.

✦ Síntomas y enfermedades crónicas (migrañas,


fibromialgia, hipertensión, asma, bronquitis u
otras dificultades respiratorias, etc.).

Frases / Expresiones
✦ "No puedo”

✦ "No soy capaz”

✦ "No me merezco aquello”

✦ "No sirvo para nada”

✦ "¿Quién me va a querer?”

✦ "Nadie me quiere”

✦ "Soy un tonto”

✦ “A nadie le importa lo que me pase”

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✦ “Prefiero estar solo que mal acompañado”

✦ “No puedo vivir sin él / ella”

✦ “¿Qué voy a hacer si me deja?”

✦ “Él / ella es mi vida”

✦ “Sólo quiero alguien que me quiera”

✦ “Nadie me valora”

✦ “Daría la vida por él/ella”

Estos son solo algunos ejemplos de cómo se


pueden identificar las heridas emocionales por
carencias afectivas en una persona, por lo que no
significa que tengan que presentar todos estos
comportamiento o usar todas esas frases.

35
HERIDA DE MALTRATO

Tal como hemos visto hasta aquí, las experiencias


vividas en la infancia constituyen la base
psicológica y emocional de todo ser humano. Pues
hasta más menos los 8 años de edad, el

36
aprendizaje ocurre a partir de todo lo que hemos
visto, escuchado, sentido, percibido e interpretado
pues los niños si bien hablan y entienden muchas
palabras, lo que integran como aprendizaje y lo
que se graba en su memoria inconsciente es lo
que perciben a través de los 5 sentidos, pues
recién a partir de los 8 años el cerebro comienza a
desarrollarse y madurar en la zona donde está la
comprensión de los conceptos más abstractos y
del lenguaje. De hecho recién hacia los 12 - 13
años, recién comienzan a comprender conceptos
como honestidad, lealtad, “portarse bien”, “ser un
buen niño”, etc. Por eso a menudo por más que se
les digan y expliquen ciertas cosas a los niños,
ellos las vuelven a hacer una y otra vez, hasta que
les ocurre algo, es decir, tienen una experiencia
vivencial, como una caída desde una escalera o un
golpe fuerte con una puerta, entonces las palabras
tantas veces escuchadas "no subas a esa escalera
que es peligroso" o "no juegues con esa puerta
que te puedes hacer daño", las comprenderán y
asimilarán, pues en ese momento ese montón de
palabras sueltas, cobrarán sentido y entenderán lo
que querían decir .

37
No obstante lo anterior, aunque muchas palabras y
frases escuchadas durante la infancia en los
primeros años no las comprendieran del todo, si se
las han repetido mucho o se las han dicho en
momentos que tenían las emociones a flor de piel,
aunque no las acaben de comprender del todo, o
incluso ni siquiera les encuentren sentido al
principio, se irán almacenando en su memoria
inconsciente y luego se convertirán en creencias
limitantes o empoderadoras, dependiendo de lo
que les hayan repetido y cómo los hayan tratado.

En el caso del maltrato en la infancia, cuando el


maltrato ha sido verbal, que es el más frecuente, y
por lo mismo el más “normalizado”, todas las
cosas que el niño creció escuchando, serán las
palabras y frases que él mismo repetirá el día de
mañana a sus hijos, parejas, padres, hermanos,
compañeros de trabajo, subordinados o personas
que él considere que tienen menor rango o nivel
que él (jerárquico, económico, social, etc.). Pero
también serán esas misma palabras y expresiones
con que le hablará su juez interno en sus diálogos
consigo mismo.

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Habitualmente cuando un niño ha sido maltratado
verbalmente en la infancia, tendrá tendencia a
reaccionar de dos maneras cuando sea adulto:

1. Reactivo: es decir, que ante cualquier cosa que


le moleste, afecte, insegurice o perciba como
agresión u ofensa, reaccionará mal, alzando la
voz, insultando y/o insultándose, golpeando o
lanzando cosas, deseos intensos de golpear a
la otra persona (aunque no llegue a hacerlo),
agrediéndose físicamente a sí mismo (tirándose
del cabello, dándose golpes en la cabeza,
piernas, vientre, etc. Esto es más habitual en
mujeres), perdiendo el control, entre otras
reacciones.

Un niño que está siendo maltratado en casa o


está viendo el maltrato a otros miembros de la
familia (a la madre o hermanos), lo manifestará
teniendo un muy mal comportamiento en la
escuela. Será el típico niño que hace bullying a
otros, el que está siempre metiéndose en
problemas y gritando, insultando o agrediendo
a otros, incluso a los maestros. Esta es una
conducta bastante esperable en niños que
necesitan canalizar o liberar todo el daño que
reciben u observan en casa donde no pueden

39
hacer nada, por eso lo hacen en otros entornos
y se lo hacen a otros.

2. Pasivo: la persona ante una agresión o maltrato


se queda callada, algunos evitan el contacto
visual, encogen los hombros y tienen serias
dificultades para responder, defenderse o decir
algo. En este segundo caso, estamos hablando
de la persona que muy probablemente fue
víctima de bullying en el colegio - e incluso en
casa con los hermanos, primos, vecinos - y era
el objeto de todas las burlas, abusos, insultos y
en algunos casos también al que golpeaban y
le quitaban sus cosas en el patio. Esta persona,
de adulta sigue siendo maltratada (física y/o
psicológicamente) ahora por su pareja, hijos,
compañeros de trabajo, jefes, familia etc.

Cuando un niño ha sido maltratado físicamente, las


reacciones y comportamientos seguirán la misma
tendencia anterior, solo que en muchos casos,
ellos también maltratarán físicamente a sus parejas,
hijos y /o mascotas (este tipo de conducta tiende a
repetirse más en hombres que en mujeres)

Y en el otro extremo se encuentran los casos de


personas, generalmente mujeres, que reciben

40
algún golpe de vez en cuando de sus parejas o
hijos y los justifican culpándose ellas mismas por
algo que ellas hicieron o dijeron que puso nervioso
al otro. Y aunque lleguen a darse cuenta que sus
relaciones pueden ser tóxicas, en muchos casos lo
normalizan diciendo que “tampoco es para tanto”
o justificando que “yo también me defendí” o
“ninguna relación es perfecta”.

Lo que difícilmente podrán hacer, es tomar alguna


medida más radical al respecto, como denunciar o
demandar al agresor, llegando a enfadarse si una
amiga o familiar lo hace por ella, porque cuando
han sido golpeadas desde niñas, su inconsciente lo
tiene completamente asumido, normalizado y lo
más triste de todo es que se han vuelto resilientes
al maltrato, es decir, cada vez tienen más aguante
y les “duele menos”. Si bien pueden tener
conciencia de que debieran hacer algo para
cambiar su situación pues no están bien y no se
sienten felices ni en paz, el miedo a hacer algo que
nadie ha hecho en la familia (enfrentarse o decir
Basta!) es mayor a la vaga idea de cómo podría
mejorar su vida sin convivir con el maltrato, por
eso les cuesta tanto salir de ese tipo de relaciones.

41
Conductas / Comportamientos
✦ Se dejan gritar y ningunear por la otra persona
sin tomar acciones posteriores (pasivos).

✦ Tratan con prepotencia o desprecio a otros,


sobre todo si los perciben inferiores (reactivos).

✦ Reaccionan con agresividad cuando se enfadan


y les cuesta mucho controlarse (reactivos).

✦ Nunca se discuten ni pelean con nadie, tratan


de minimizar cualquier situación (pasivos).

✦ Son muy desconfiados, siempre están a la


espera de que alguien les haga algo, les insulte
o los agravie.

✦ Cuando les gritan o alzan la voz se paralizan y


quedan bloqueados, o en el otro extremo,
reaccionan agresivamente y no logran controlar
sus reacciones.

✦ Suelen relacionarse con parejas con algún tipo


de adicciones y/o infidelidades.

✦ Cuando alguien les hace ver que están siendo


maltratados, lo niegan o justifican que ella / él
también es muy pesada(o).

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✦ Cuando están en entornos muy tranquilos y
pacíficos, pueden llegar a sentirse incómodos
con la sensación que en cualquier momento va
a suceder algo que va a hacer desaparecer esa
tranquilidad.

✦ Viven en un permanente estado de alerta,


muchas veces inconsciente, que les afecta
incluso para dormir, concentrarse y también en
sus relaciones personales.

Frases / Expresiones
✦ “Eres un tonto”

✦ “No te soporto”

✦ “Es que no te enteras de nada”

✦ “Quién se cree para hablarme así”

✦ “A mí nadie me trata de esa forma”

✦ “Esto me pasa porque soy una tonta”

✦ “Si hace eso, lo mato”

✦ "Tampoco me pegó tan fuerte”

✦ "Pero yo me defendí”

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✦ "Yo también se la devolví”

✦ “Aquí se hace lo que yo digo”

✦ “Ok, como tú digas”

✦ “Vale, pero no te enfades conmigo”

✦ “Prefiero no decir nada, para no tener


problemas”

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HERIDA DE HUMILLACIÓN

La humillación puede tener mil caras y formas, y lo


que determinará si algo es humillante para una
persona será lo que ella perciba e interprete como
tal y no la intención que tenía quien dijo o

45
acometió la acción. Por eso frecuentemente
encontramos niños criados por los mismos padres,
que han recibido tratos similares, pero uno de ellos
manifiesta heridas de humillación y rechazo por
ejemplo, en tanto el otro no y ni siquiera puede
entender por qué el hermano se siente así. Esto
puede deberse a varios factores, entre los más
frecuentes están: 1. la sensibilidad emocional del
niño. Por esta razón es habitual encontrar Personas
Altamente Sensibles (PAS) con esta herida
emocional activada. 2. Las emociones y
sentimientos experimentados por mamá durante el
embarazo y / o primeros años de vida del hijo que
le ha transmitido a él de forma inconsciente.

No obstante lo anterior, algunas de las situaciones


y vivencias que suelen abrir la herida de la
humillación, aunque pueden haber muchas otras,
es cuando los padres “callan a gritos” a los hijos o
no les permiten hablar o expresar lo que sienten o
piensan. Esto es, que ante cualquier muestra por
parte del niño de querer hablar, replicar o
responder, los padres no les dejan hablar y los
hacen callar antes que el niño acabe. Esa manera
de hacer callar a los hijos, que puede ser
gritándoles o incluso solo dirigiéndoles “miradas

46
asesinas”, como les llamo yo, aquellas que te
hielan la sangre cuando te miran así, lo que va
grabando en el inconsciente del niño lentamente
es un sentimiento de inferioridad y de no ser digno
ni merecedor de nada, ni siquiera de decir lo que
piensa o siente.

Si además este tipo de trato se lo dan frente a sus


amigos, maestras del colegio o frente a otras
personas que no son parte de su núcleo familiar,
profundizará aún más el efecto y el daño, lo que irá
generando una acumulación de vergüenza,
resentimiento, rabia, tristeza, frustración, miedo,
etc. que se puede manifestar en dos formas:
reacciones violentas, agresivas, descontroladas, o
bien mostrándose sumiso, callando, aceptando y
tragándose todo lo que le dicen o le hacen. El
problema en este último caso, es que todo lo que
aguanta, se traga y se come en silencio, va
carcomiendo por dentro y envenenado la sangre
del niño. Cuando esto ha sucedido durante años,
todo lo que ese niño se ha callado acaba
encontrando alguna forma de salir y manifestarse,
que va a ser enfermando continuamente, teniendo
siempre algún tipo de dolencia o desarrollando

47
algún tipo de enfermedad crónica y / o
autoinmune.

Algunas personas tienden a canalizar y sacar afuera


todo lo que se “comen”, practicando deportes o
actividades de alto riesgo, o que le eleve los
índices de adrenalina (correr, nadar, montar
bicicleta, montañismo, escalada, etc.). Otra forma
de liberar todo lo que se han tragado es
volviéndose muy perfeccionistas (en cosas que
para ellos son significativas), adquiriendo
adicciones: al consumo de alcohol, drogas, tabaco,
videojuegos, apuestas, etc.

La herida de la humillación es quizás una de las


más difíciles de identificar por si sola, porque suele
ser plato de acompañamiento de una o más de las
otras heridas de la infancia.

Conductas y Comportamientos
✦ No acostumbran contradecir a nadie.

✦ Evitan el conflicto y el enfrentamiento.

✦ Si alguien les llama la atención, tienden a bajar


la mirada y callar.

✦ Aguantan y callan cuando les maltratan.


48
✦ Permanente sentimiento de inferioridad y no
merecimiento.

✦ Se paralizan cuando tienen que defender sus


puntos de vista.

✦ Hablar en público o frente a personas


desconocidas o con quienes no tienen mucha
confianza les genera un alto estrés y bloqueo.

✦ Se alteran y ponen muy nerviosos cuando se


sienten observados, cuando los cuestionan o
los critican.

✦ Sienten que a ellos les pasan todas las cosas


malas.

✦ Humillan a otras personas, (cuando las perciben


inferiores o más débiles que ellos).

✦ Reaccionan a la defensiva y atacando.

✦ Alta sensibilidad ante cualquier expresión o


gesto que perciben como humillante.

✦ Son muy autoexigentes y perfeccionistas.

✦ Viven con la culpa muy presente en sus vidas,


ya sea sintiéndose culpables continuamente o
culpando a otros.

49
✦ Las situaciones injustas los pueden desbordar o
hacerles reaccionar de forma descontrolada.

Frases / Expresiones
✦ “No me lo merezco”

✦ “Eso no es justo”

✦ “Quién va a querer contratarme”

✦ “No sirvo para nada”

✦ “Soy una inútil”

✦ “Quien se va a fijar en mi”

✦ “Yo no sirvo para esto”

✦ “Esto no va a quedar así”

✦ “Son todos unos incompetentes”

✦ “Todo lo tengo que hacer yo”

Algo que caracteriza a esta herida emocional es la


inseguridad que manifiestan las personas en
algunos ámbitos de su vida y las dificultades para
gestionar sus relaciones interpersonales. Pues
suelen ser muy sensibles y susceptibles a palabras,
gestos y expresiones que a menudo las interpretan
50
como si les estuvieran humillando o despreciando,
pero en realidad es su niño interior herido el que
reacciona.

Esta misma hipersensibilidad a la opinión ajena y al


que dirán se manifiesta en otros aspectos de su
vida, por ejemplo, en lo que se relaciona con sus
capacidades y competencias. Pueden llegar a
reconocer que son buenos en algo y ven que otros
les reconocen y valoran, pero en su fuero interno
viven con una constante sensación de estar
engañando a la gente y que en cualquier
momento alguien se dará cuenta de que en
realidad no era tan bueno. Este tipo de conducta
se conoce en psicología como el síndrome del
impostor. Las personas que lo tienen suelen ser
personas que evitan y rehuyen competir por el
temor a llegar a sobresalir o ser el foco de atención
de los demás y que luego se descubra que son un
fraude, unos impostores, porque en realidad no
saben nada o no son tan buenos como parecía.

En el otro extremo, pues como ya hemos visto


hasta ahora, siempre hay dos extremos para una
misma situación, encontraremos a aquellas
personas que están permanentemente queriendo
llamar la atención de los demás. Estas personas

51
son las que cuando trabajan en equipo y las cosas
salen bien, se vanaglorian del éxito aludiendo a
que fue gracias a ellos, y si algo sale mal, “ellos lo
advirtieron e intentaron impedirlo pero los demás
no les hicieron caso”.

Esta versión que representa la cara opuesta a la


anterior se muestra arrogante, prepotente, humilla
constantemente a otros, ningunea y maltrata a
cualquiera que él/ella considere que está por
debajo de su nivel y a quienes están por encima
los adulan y “hacen la pelota / lamen los pies”.

Las personas que desarrollan Trastorno Narcisista


suelen tener este perfil, con la herida de la
humillación acompañando la del rechazo y/o
carencias afectivas y/o maltrato.

52
¿SE PUEDEN SANAR LAS
HERIDAS DE INFANCIA?
La buena noticia es que sí se pueden sanar las
heridas de infancia. Aunque es fundamental
hacerlo con un acompañamiento terapéutico,
independiente que se pueda complementar con
libros de autoayuda, audiolibros, podcasts o
vídeos de YouTube.

En mi larga experiencia sanando mis propias


heridas y trabajando con personas con heridas de
infancia que les han dejado una huella profunda,
he podido observar lo que diversos estudios de
psicología han documentado, y es que los niños
que han sufrido abandono, maltrato, rechazo,
humillaciones y/o no han recibido el amor de
mamá / papá, encuentran diversas formas para
justificar todo lo que les han hecho los padres,

53
incluso las cosas más terribles, porque es un
mecanismo de autoprotección y blindaje
emocional. Pues justificar que dichas conductas se
debieron a la influencia de otra(s) persona(s), o las
circunstancias económicas, familiares o laborales
que estaban viviendo, es más fácil y menos
doloroso antes que pensar o aceptar que soy una
carga para mis padres, que me rechazan o no me
quieren.

El único inconveniente de este mecanismo


inconsciente de “colorear” las acciones de los
padres, es que las heridas emocionales siguen
sangrando por dentro. Por eso a menudo los
ejercicios de perdonar a los padres escribiéndoles
cartas o haciendo otros rituales no sirven o no
terminan de sanar las heridas, porque son acciones
para “calmar” al Ego, pero el corazón no las
entiende. Por eso se hace difícil también sanar
completamente las heridas solo leyendo libros de
a u t o a y u d a , v i e n d o v i d e o s e n Yo u Tu b e ,
participando en cursos o talleres, porque si bien
pueden aportar información interesante e incluso
podemos descubrir cosas que desconocíamos, lo
más efectivo será siempre el acompañamiento
terapéutico (especializado en sanción de heridas

54
de infancia) para poder llegar al origen de nuestras
heridas, identificar si son producto de nuestra
propia experiencia o son heridas y patrones
heredados. Recién cuando hemos comprendido
todo eso es cuando podemos comenzar a
entender nuestros programas inconscientes y por
qué se nos activan cada vez que volvemos a ver,
escuchar o experimentar, ciertas situaciones o
cosas (palabras, gestos, lugares, olores, etc.).

Ten en cuenta que toda herida que no ha sido


sanada en una generación, se seguirá repitiendo
en las siguientes generaciones: hijos, nietos,
bisnietos, y si yo no tengo hijos, lo repetirán mis
sobrinos, primos, hermanos, etc. Porque seguirá
estando presente y latente la información del
sufrimiento y el daño emocional no reparado en el
inconsciente familiar que es lo que nos lleva seguir
repitiendo los mismos patrones, cambiando solo
las caras y nombres y que se manifieste en una u
otra polaridad. Por ejemplo: ser quien sufre el
maltrato o ser quien maltrata o abusa a otros; ser
el infiel, o ser a quien las parejas le son infieles;
tener adicciones, o relacionarse con personas
adictas, etc.

55
Independiente de todo esto, lo más importante es
tener claro que todas las heridas de infancia se
pueden sanar y en ningún caso son una sentencia
de muerte ni tienen por qué ser heridas perpetuas.

Si llevas años trabajando en esto, has leído una


gran cantidad de libros de autoayuda, has visto
cientos de videos, hecho cursos y talleres e incluso
has tomado varias terapias y aún sientes que no
has sanado tus heridas, no desesperes, puede que
antes no haya sido el momento, que te faltara
procesar algunas cosas o simplemente que no has
encontrado al terapeuta que te hiciera click su
forma de trabajar. Solo te propongo que no te des
por vencido, que no vayas a pensar que ya se te
pasó la hora o estás muy mayor. Pues para vivir una
vida mejor y más en paz o hay tiempo ni edad, por
eso nunca bajo ningún concepto de dejes de lado
y te postergues por otros, porque recuerda
siempre que tú serás las única persona que te
acompañará hasta el último suspiro en esta vida y
si no encuentras la paz interior y la tranquilidad
que deseas para tu alma, estarás desaprovechando
la maravillosa oportunidad que tienes de vivir esta
vida.

56
Si te interesa trabajar en la sanción de tus heridas
de infancia, te ofrezco acompañarte en ese
proceso, pues es un camino que conozco bastante
bien pues lo he recorrido de ida y vuelta. Esa es la
razón por la que me he especializado en este
tema.

Yo hago sesiones de Coaching y Terapia Online y


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SI has llegado hasta aquí, te agradezco por


tomarte el tiempo de leer este ebook. Si te ha
ayudado o aportado algunas luces más en tu
camino, te invito a compartirlo con otras personas
y a dejarme un comentario en la web o en redes
sociales (YouTube, Tik Tok, Instagram y Facebook)
donde puedes seguirme como @pamelajaragomez

Un abrazo,

Pamela Jara Gómez


Coach - Terapeuta - Escritora

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