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Comienza el 30 de noviembre
Padre Juan Gregorio de la Trinidad
✔ Reflexion
Cuando Dios eligió a la mujer que sería la madre de Jesús pensó en María, ella era una
joven sencilla, humilde, que amaba mucho a Dios y que vivía en un pueblo pequeño que se
llamaba Nazaret. Lo importante para Dios es el corazón bueno que tengamos. Eso es lo
que más le gusta, porque sabe, que con un corazón bueno, haremos mucho bien y
haremos que nuestro mundo sea mejor, que la gente sea más feliz y que todos nos
queramos cada vez un poquito más. Ella, con su confianza y amor hacia Dios, nos enseña
cómo debemos hacer nosotros para estar siempre cerca de Él. Dios siempre nos
acompaña, aunque a veces no sepamos sentirlo, pero lo cierto, es que siempre está cerca
de nosotros para ayudarnos en lo que nos va pasando. Por eso es tan importante tenerle
confianza y, en la oración, hablar con él contándole lo que hacemos, lo que nos ha
alegrado el corazón, lo que nos ha proporcionado tristeza, lo que queremos hacer y lo que
no hemos podido hacer. Dios se alegra mucho, cada vez que nos acercamos y le hablamos
en la oración. María nos invita a decirle Sí a Dios cumpliendo nuestras tareas de casa y de
la escuela, haciendo buenas acciones con nuestra familia y amigos, visitando y hablando
con nuestra oración a Él.
Fuimos elegidos para ser Santos e Inmaculados
Lectura bíblica: Efesios 1, 3-6 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones
espirituales, en los cielos, en Cristo;
Gozos
Segundo día
Oh María, lirio inmaculado y resplandeciente de pureza, me alegro con
Vos de que, desde el primer momento de Vuestra Concepción,
estuvisteis llena de gracias y dotada del perfecto uso de la razón. Doy
gracias y adoro a la Santísima Trinidad, que Os ha embellecido con
tan sublimes dones; y me confieso ante Vos, viéndome tan falto de
gracias. Oh Vos, que estáis tan llena de favores celestiales, dignaos
comunicar algo de ellos a mi alma, y hacedme partícipe de los tesoros
de Vuestra Inmaculada Concepción.
3 Ave María…
Bendita sea la Santa e Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen
María.
Tercer día
Oh María, rosa mística de la que se exhala un perfume de pureza, me
alegro con Vos en el glorioso triunfo que habéis obtenido sobre la
serpiente del infierno en Vuestra Inmaculada Concepción, y en el
hecho de que fuisteis concebida sin la mancha del pecado original.
Agradezco y alabo, de todo corazón, a la Santísima Trinidad por
haberos concedido tan hermoso privilegio; y Os ruego que me
obtengáis la fuerza para triunfar sobre todas las asechanzas del
espíritu enemigo, y no contaminar mi alma con el pecado. Ah, sed
siempre mi ayuda, y que con Vuestra protección salga siempre
victorioso de los enemigos comunes de nuestra salvación.
3 Ave María…
Bendita sea la Santa e Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen
María.
Cuarto día
Oh Virgen María, espejo de pureza inmaculada, me llena de alegría
ver que desde el primer momento de Vuestra Concepción se
infundieron en Vos las virtudes más sublimes y perfectas con todos los
dones del Espíritu Santo. Agradezco y alabo a la Santísima Trinidad
por haberos adornada con todos estos privilegios; y Os ruego, oh
Madre de la bondad, que me alcancéis la gracia de practicar las
virtudes a Vuestro ejemplo, y me hagáis digno de recibir los dones y
las gracias del Espíritu Santo.
3 Ave María…
Bendita sea la Santa e Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen
María.
Quinto día
Oh María, Estrella que brilla con pureza como la luna en medio de la
noche, me alegro con Vos de que el misterio de Vuestra Inmaculada
Concepción haya mostrado a la humanidad los primeros destellos de
su salvación y haya dado alegría al mundo. Agradezco y bendigo a la
Santísima Trinidad por haberos glorificada tan magníficamente; y Os
ruego que me alcancéis la gracia de saber aprovechar los frutos de la
Pasión y Muerte de Jesús, Vuestro Hijo, para que, lejos de hacer inútil
la sangre que derramó por mí en la cruz, pueda extraer de ella una
vida santa y una salvación eterna.
3 Ave María…
Bendita sea la Santa e Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen
María.
Sexto día
Oh María, Estrella resplandeciente de pureza, sin nube ni mancha, me
alegro con Vos de que Vuestra Inmaculada Concepción haya deleitado
a todos los Ángeles del cielo. Agradezco y bendigo a la Santísima
Trinidad por haberos honrada con tal favor, y Os suplico que un día
me hagáis partícipe de este gozo celestial, para que pueda alabaros y
bendeciros, en compañía de los ángeles, en la eternidad.
3 Ave María…
Bendita sea la Santa e Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen
María.
Séptimo día
Oh María, aurora recién nacida de toda pureza, estoy con Vos en el
gozo y la admiración al ver este primer momento de Vuestra
Inmaculada Concepción, en el que la Divina Bondad Os ha confirmada
en la gracia y Os ha hecho impecable; doy gracias y exalto a la
Santísima Trinidad por haberos distinguida, sólo a Vos, de todas las
criaturas por este singular privilegio: Oh santa Virgen, alcanzadme la
gracia de aborrecer el pecado, de odiarlo más que todos los demás
males y de preferir morir antes que ofender a Dios.
3 Ave María…
Bendita sea la Santa e Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen
María.
Octavo día
Oh Virgen María, Sol sin mancha, Os felicito y me alegro con Vos que
en Vuestra Inmaculada Concepción Dios Os ha dado una gracia más
alta y abundante que las de todos los Ángeles y Santos, en el punto
más alto de su perfección. Agradezco a la Santísima Trinidad, y
admiro Su infinita bondad, por haberos concedido esta insigne
prerrogativa. Ah, hacedlo, Virgen Santa, para que corresponda
siempre a la gracia divina y no abuse nunca de ella: cambiad mi
corazón, para que empiece, desde este momento, a corregirme.
3 Ave María…
Bendita sea la Santa e Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen
María.
Noveno día
Oh María, Madre y Virgen Inmaculada, luz resplandeciente de
santidad y modelo de pureza, tan pronto como fuisteis concebida,
adorasteis profundamente a Dios y Le agradecisteis que Se hubiera
dignado servirse de Vos para levantar la antigua maldición y derramar
la mayor bendición sobre los hijos de Adán: ¡oh! Que esta bendición
encienda en mi corazón el fuego del amor divino; que lo encienda con
las llamas que Os consumen, para que pueda amar a Dios
constantemente aquí abajo, poseerlo eternamente en el cielo, darle en
esa bendita morada la más viva acción de gracias por los privilegios
sobresalientes que Os ha concedido; y finalmente entregarme a la
dulce alegría de veros coronada con tanta gloria y honor en lo más alto
del Cielo.
3 Ave María…
Bendita sea la Santa e Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen
María
MMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM
MMM
Oración de la comunidad
Ave María
"
✔ Luego de haber escuchado este audio, te proponemos analizar y
pero Cristo como nuevo Adán, y María como nueva EVa, nos
Gracia.
María quiere que estemos en unión con ella para que también
Para ver la oración final, ¡haz clic en el botón "oro", de color naranja,
aquí abajo!
Oración de la comunidad
Ave María
Mmmmmmmmmmmmmmmm
Oración inicial para todos los días Virgen María, Madre mía. Me consagro a ti
y confío en tus manos toda mi existencia. Acepta mi pasado con todo lo que
fue. Acepta mi presente con todo lo que es. Acepta mi futuro con todo lo que
será. Con esta total consagración te confío cuanto tengo y cuanto soy, todo lo
que he recibido de Dios. Hazme partícipe de una santidad igual a la tuya;
hazme conforme a Cristo, ideal de mi vida. Con esta consagración me
comprometo a imitar tu vida. ¡Oh María!, soberana de mi vida, dispón de mí,
y de todo lo que me pertenece, para que camine siempre junto al Señor bajo
tu mirada de Madre. ¡Oh María! Soy todo tuyo y todo lo que poseo te
pertenece ahora y siempre. ¡AMEN! Oración final para todos los días ¡Oh,
Santa Madre Celestial! Oh, Inmaculada Concepción, que abriste para el
mundo la Fuente del Agua de Vida que brota desde el bendito Corazón de
Jesús, disipa de nosotros todos los males que nos perturban, abre nuestros
corazones a través de la llama de tu Inmaculado Corazón perdona nuestras
faltas y líbranos de los engaños del enemigo. ¡Oh, Santa Madre del universo!
Quédate con nosotros, para que bajo tu amor universal podamos vivir en
Cristo, nuestro Señor eternamente. Amén 29 de noviembre: La Virgen María,
protagonista de los últimos tiempos Oración inicial. Palabra de Dios:
Pero cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de
una mujer y sujeto a la Ley, para redimir a los que estaban sometidos a la Ley
y hacernos hijos adoptivos. De la carta a los Gálatas Reflexión: En la
sagrada Escritura se habla de la plenitud de los tiempos introducidos por una
mujer: Por eso María es protagonista de los últimos tiempos. La gran
encomienda que María ha recibido es lo que se recoge en el evangelio de San
Juan: “Ahí tienes a tu Hijo” Estamos pues, en la hora de María, y ella ha sido
elegida por Jesús como estrella de la nueva Evangelización. María viene en
nuestro socorro en momentos claves, en los que hay dificultades que deben
ser asistidas. Oración final 30 de noviembre: María, la llamada, la escogida,
la elegida. Oración inicial. Palabra de Dios: Jacob fue padre de José, el
esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo… Este fue el
origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y,
cuando todavía no han vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu
Santo… Reflexión: “El que te creó sin ti no te salvará sin ti” dice San
Agustín. Por eso el Señor, en esa predestinación, en ese designio que tiene, le
pide a María su SI. Todo un Dios se pone ante María, toca la puerta de María
y pide su colaboración, pide su SI, para que ese designio de su plan de
salvación vaya adelante. Así pues, veneramos en María a aquella que ha sido
la puerta clave para que el designio de Dios finalmente acontezca. Ella es la
elegida, Ella es la santificada Ella es la glorificada. Hoy nos gozamos, ¡qué
grande es Dios! ¡Qué designio de salvación! ¡Qué inmensa misericordia!
Oración final 1° de diciembre: María, la MUJER. Oración inicial Palabra
de Dios: Fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién
nacido acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que habían oído decir
sobre este niño, y todos los que los escuchaban quedaron admirados de que
decían los pastores. Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las
meditaba en su corazón. Reflexión: En el misterio de la maternidad divina
de María, Dios ha redimido, ha iluminado lo que es la verdadera defensa de
la dignidad de la mujer. El Santo Padre Francisco ha dicho palabras
importantes como las siguientes: El cuerpo de la mujer debe ser liberado del
consumismo, debe ser respetado y honrado, es la carne más noble del
mundo, pues concibió y dio a luz al Amor que nos ha salvado. El renacer de la
humanidad comenzó con la mujer como fuente de la vida. María, es
verdaderamente reveladora de la vocación de la mujer por la salvación del
mundo. Oración final 2 de diciembre: María, signo de la cercanía de Dios
Oración inicial. Palabra de Dios: Se celebraron unas bodas en Caná de
Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus
discípulos. Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino».
Jesús le respondió: «Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha
llegado todavía». Pero su madre dijo a los sirvientes: «Hagan todo lo que él
les diga». Y ellos las llenaron hasta el borde. «Saquen ahora, agregó Jesús, y
lleven al encargado del banquete». Así lo hicieron. El encargado probó el
agua cambiada en vino…Este fue el primero de los signos de Jesús. Así
manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él. Reflexión: “La Virgen
Inmaculada las bendiga y les lleve mi más tierna bendición en el solemne día
de su Inmaculada Concepción.” Con estas hermosas palabras inicia una carta
que la Madre Eufrasia, le enviara a las Hermanas desde Milán para esta fiesta
tan querida por ella. Sufriendo la separación por la distancia, continúa
diciendo: “Amadas Hijas, con cuánto mayor placer hubiera venido yo a
saludarlas y a abrazarlas en vez de enviar este insensible papel. Pero en los
decretos divinos estaba así decretado. La Virgen Inmaculada, nuestra
amantísima Madre, exige de nosotras este grande sacrificio, y ¿se lo
rehusaremos? Oh no!... seamos generosas… Seamos generosas, ofrezcamos
con ánimo grande este sacrificio que Jesús nos pide…Mi pensamiento y mi
corazón estará con ustedes en este día. Ustedes preparen para festejar a
nuestra común Madre como todos los años.” También María nos enseña en
Caná a estar junto a quienes están solos o atraviesan alguna necesidad,
intercediendo ante su Hijo, acompañando cada necesidad. Oración final 3
de diciembre: María, medianera, abogada, intercesora Oración inicial
Palabra de Dios: Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su
madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca
de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu
hijo». Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquel
momento, el discípulo la recibió en su casa. Reflexión: Hoy queremos
expresar nuestro agradecimiento a Nuestra Madre por la manera en que nos
está cuidando en toda la situación de la crisis sanitaria que estamos viviendo.
Nos está cuidando mucho más de lo que suponemos. También ella está en
primera fila para cuidar de la salud de nuestra alma. Ella pedirá por la
conversión de todos, para que vivamos también todo lo acontecido, toda
esta crisis de la Pandemia, como un signo de llamada a la conversión. Madre,
gracias por estar siempre junto a Jesús y junto a nosotros, por tu labor de
medianera, de abogada, de intercesora. Oración final 4 de diciembre: En
María, un corazón indiviso Oración inicial. Palabra de Dios: Sus padres
iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. Cuando el niño
cumplió doce años, subieron como de costumbre, y acababa la fiesta, María y
José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran
cuenta. Después volvieron a Jerusalén en busca de él. Lo hallaron en el
Templo en medio de los doctores de la Ley, Al ver, sus padres quedaron
maravillados y su madre le dijo: «Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto?
Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados». Jesús les respondió: «
¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de
mi Padre?». Ellos no entendieron lo que les decía. Él regresó con sus padres a
Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón.
Reflexión: Nuestra fe y devoción a María no es un capítulo aparte,
desconectado de la vida de Jesucristo, ni del Padre, ni del Espíritu; está
íntimamente ligado. Al igual que celebramos el misterio de Pentecostés y al
día siguiente María Madre de la Iglesia, el 14 de septiembre celebramos la
Exaltación de la Santa Cruz y al día siguiente La Dolorosa, en un solo misterio.
Al día siguiente de la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús celebramos el
Inmaculado Corazón de María, es decir que el misterio de María se convierte
en un lienzo donde se muestra a Cristo al mundo. María presenta el misterio
de Jesús a modo de una ventana, desde allí Él se acerca a nosotros y se nos
hace accesible, para que pueda ser invocado, para que podamos acogerlo,
tocarlo a través de María. Oración final 5 de diciembre: Bajo el manto de
María Oración inicial. Palabra de Dios: Todavía estaba hablando a la
multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera, trataban de
hablar con él. Alguien le dijo: «Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y
quieren hablarte». Jesús le respondió señalando con la mano a sus discípulos:
«Estos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de
mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre».
Reflexión: Todos somos cuidados por el Señor. Para llevarlo a cabo, Él tiene
como instrumento principal a su madre, Medianera de todas las gracias. Por
eso, lo que le pedimos a Jesús, al final nos viene por María. Somos envueltos
por el cuidado providencial de Dios y por el cuidado maternal de María.
Digamos interiormente: ¡Oh, Señor!, (pero podríamos decir también ¡Oh
Señora!, porque todo nos viene de su mano), ve delante de nosotros para
guiarnos, ve detrás para impulsarnos, ve debajo para levantarnos, ve sobre
nosotros para bendecirnos, ve alrededor para protegernos, ve dentro de
nosotros para que en cuerpo y alma te sirvamos. Dios providente, que en
ningún momento nos aleja de su mano, nos acaricia a través de las manos de
María. Oración final 6 de diciembre: María, Reina del Cielo Oración
inicial Palabra de Dios: El Ángel entró en la casa de María y la saludó
diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo». Al oír estas
palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese
saludo. Pero el Ángel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido.
Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será
grande y será llamado Hijo del Altísimo. «El Espíritu Santo descenderá sobre
ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo
y será llamado Hijo de Dios. María dijo entonces: «Yo soy la servidora del
Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho». Y el Ángel se alejó.
Reflexión: El camino de María está totalmente pegado a Jesucristo, siendo un
corazón con Él, teniendo el mismo destino que Él, y teniendo la misma tarea
con Él. Comparte con Cristo sus mismos sentimientos, su mismo destino.
María es la perfecta discípula de Jesucristo. María nos recuerda que todos los
cristianos, discípulos de Cristo, estamos llamados a identificarnos con un
Corazón como el de Cristo, como el de María; con una misma Meta: el Cielo,
nuestra plena glorificación en el Cielo. Estamos también llamados a reinar
con Cristo, como María lo ha hecho. Oración final