NOVENA EN HONOR DE LA NATIVIDAD DE LA VIRGEN MARIA

Por la Señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios Nuestro.

En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, Amen.

Acto de Contrición: (para todos los días)

Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de
todo corazón, porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno.

Propongo firmemente no volver a pecar y confío, que por tu infinita misericordia, me has de conceder el perdón
de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén.

Saludo a La Niña María para el Saludo a La Niña María para el Saludo a La Niña María para el
Día Primero: Día Segundo: Día Tercero:

Te saludamos, Niña Celestial, Te saludamos, aurora brillantísima, Te saludamos, escogida como el

paloma limpísima y pura, que a
pesar del dragón infernal, fuiste
concebida sin mancha, ni pecado
original.
Santa Niña María… Vuelve a nacer
espiritualmente en nuestra alma
con el triunfo de tu Inmaculado
Corazón.
Saludo a La Niña María para el
Día Cuarto:
pregonera del sol divino, que
trajiste la primera luz al mundo al
nacer.
Santa Niña María… Vuelve a nacer
espiritualmente en nuestra alma
con el triunfo de tu Inmaculado
Corazón.
Saludo a La Niña María para el
Día Quinto:
sol, que, sin padecer mancha
alguna, tuviste el ser en la noche
más oscura del pecado.
Santa Niña María… Vuelve a nacer
espiritualmente en nuestra alma
con el triunfo de tu Inmaculado
Corazón.
Saludo a La Niña María para el
Día Sexto:

Te saludamos, luna clarísima, que
iluminaste el mundo envuelto en las
espesas nieblas del paganismo.
Santa Niña María… Vuelve a nacer
espiritualmente en nuestra alma
con el triunfo de tu Inmaculado
Corazón.
Te saludamos, guerrera gloriosa,
que sola cual ejército victorioso
pusiste en fuga a todo el infierno.
Santa Niña María… Vuelve a nacer
espiritualmente en nuestra alma
con el triunfo de tu Inmaculado
Corazón.
Te saludamos, alma hermosísima,
que desde toda la eternidad fuiste
poseída de Dios y de Él
tiernamente amada.
Santa Niña María… Vuelve a nacer
espiritualmente en nuestra alma
con el triunfo de tu Inmaculado
Corazón.
Saludo a La Niña María para el Saludo a La Niña María para el Saludo a La Niña María para el
Día Séptimo: Día Octavo: Día Noveno:

Te saludamos, amabilísima niña, y Te saludamos, amabilísima niña, a Te saludamos, amabilísima niña,

veneramos tu santísimo cuerpecito, quien adornan todas las virtudes en puesto que con tu feliz nacimiento
las sagradas fajas que te cubrieron, grado inmensamente más sublime has consolado al mundo, alegrado
la sagrada cuna en que que a todos los demás santos a los cielos, espantado el infierno,
descansaste, y bendecimos el juntos, y por consiguiente digna levantado a los caídos, regocijado
momento en el que naciste. Madre del Salvador. a los tristes, y sanado a los
enfermos.
Santa Niña María… Vuelve a nacer Santa Niña María… Vuelve a nacer
espiritualmente en nuestra alma espiritualmente en nuestra alma Santa Niña María… Vuelve a nacer
con el triunfo de tu Inmaculado con el triunfo de tu Inmaculado espiritualmente en nuestra alma
Corazón. Corazón. con el triunfo de tu Inmaculado
Corazón.
Oraciones para todos los días:
Venid y adoremos al Niño Dios, pues en ese día La Virgen Purísima nació para este mundo,
escogida y destinada desde toda la eternidad para ser Su Madre. Los ángeles se alegran, alaban y
agradecen a Dios.
Gloria al Padre, Al Hijo, y Al Espíritu Santo… Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los
siglos. Amén.
Oh celestial Niña María, que como una paloma pura nació Inmaculada y hermosa, verdadero prodigio de la
sabiduría de Dios, mi alma se regocija en Ti. ¡Oh! mediadora ante Dios… Ayúdame a preservar la virtud
angélica de la pureza a costa de cualquier sacrificio.
Dios te Salva María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita TÚ eres entre todas las mujeres, y
bendito es el Fruto de tu Vientre: Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores ahora y
en la hora de nuestra muerte. Amén.
Salve, hermosa y santa Niña, donde el día de la Encarnación se plantó el árbol de la vida, ayúdame a evitar el
fruto venenoso de la vanidad y a rechazar a satanás con los placeres del mundo. Ayúdame a grabar en mi alma
los pensamientos, sentimientos y virtudes de tu Divino Hijo.
Dios te Salva María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita TÚ eres entre todas las mujeres, y
bendito es el Fruto de tu Vientre: Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores ahora y
en la hora de nuestra muerte. Amén.
Santa Niña María, puerta del cielo, tú eres mi confianza y esperanza. Oh, poderosa abogada, desde tu
cuna extiende tu mano, sostenme en el camino de la vida. Hazme servir a Dios con ardor y constancia
hasta la muerte y así llegar a la eternidad contigo.

Dios te Salva María, llena eres de gracia, El Señor es contigo,

bendita TÚ eres entre todas las mujeres, y bendito es el Fruto de tu Vientre: Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Oración día 1:
¡Oh, Santa Niña Celestial! ¡Oh,
Inmaculada Concepción! que
abriste para el mundo la Fuente del
Agua de Vida Limpia que brota
desde el Bendito Corazón de Jesús,
fortalécenos para rechazar las
tentaciones que nos perturban, abre
nuestros corazones para querer
imitar tu castidad y pureza. Acelera
el triunfo de tu Inmaculado Corazón
para que podamos vivir en Cristo,
Nuestro Señor, eternamente. Amén.
Oración día 4:
¡Oh, Santa Niña Celestial! Que en
tus entrañas puras se formó el
Verbo Eterno, por tu “SI” la verdad
absoluta y total se hizo hombre… al
ser corredentora eres también la
destructora del paganismo, de
todas las herejías, y de todo aquello
que no ha sido revelado por Dios.
Ayúdanos a mantenernos fieles a la
verdad, a la doctrina y a la tradición
de nuestra fe, fundada por Tu
mismísimo Hijo. Amén.
Oración día 7:
¡Oh, Santa Niña Celestial! Al
venerar hoy tus sagradas fajas y tu
sagrada cuna, nos unimos a ti para
reparar el honor divino transgredido
por la humanidad. Queremos
venerar y defender los objetos
sagrados y así también ejercitarnos
en la observancia perfecta de la ley
y en el don de la perseverancia,
para llegar felizmente a la gloria
donde tú nos esperas. Amén.
Oración día 2:
¡Oh, Santa Niña Celestial! Tu
nacimiento, oh Virgen Madre de
Dios, trajo la luz a todo el mundo,
porque de Ti se ha levantado el Sol
de Justicia, Jesucristo nuestro Dios.
Que nuestros corazones dejen
entrar en ellos la luz que tienes para
cada uno, la luz que nos libera de
las ataduras del pecado, la luz
misma de Cristo quien destruyó la
muerte y nos dio la vida eterna.
Amén.
Oración día 5:
¡Oh, Santa Niña Celestial! Que has
recibido poderío de Dios mismo
para aplastar la cabeza de los
demonios; intercede ante el Padre
Celestial para que, en reverencia al
misterio de la Encarnación, nos
conceda la gracia de que, aun
siendo pecadores y no
merecedores, extiendas desde tu
cuna tu mano invencible y aplastes
a todo demonio que nos aseche y
así nuestra alma jamás llegue a
perderse. Amén.
Oración día 8:
¡Oh, Santa Niña Celestial!
Regálanos el don de querer imitar
tus virtudes que exceden las de
todos los santos juntos… danos un
poco de tu profunda humildad, de tu
fe vivísima, de tu obediencia ciega,
de tu oración continua, de tu
mortificación total, de tu pureza
divina, de tu caridad ardiente, de tu
paciencia heroica, de tu dulzura
angélica y de tu sabiduría celestial.
Amén.
Oración día 3:
¡Oh, Santa Niña Celestial! Tu
nacimiento fragmenta el pecado y
rompe las tinieblas que satanás
desea imponer en nuestras vidas.
Bajo tu amparo nos acogemos,
Santa Niña María. No desoigas
nuestras súplicas y líbranos de caer
en las tentaciones y de ofender a
Tu Hijo Santísimo con nuestras
faltas. Virgen gloriosa y bendita…
rompe las cadenas que nos
esclavizan al pecado. Amén.
Oración día 6:
¡Oh, Santa Niña Celestial! Ya que tu
intercesión tiene eficacia
omnipotente por ser La Amadísima
del Dios Uno y Trino desde siempre
y por toda la eternidad, se nuestra
abogada y sálvanos de los
sufrimientos eternos. Niña Bendita
María, en quien se ha complacido el
Padre, ha habitado el Hijo, y ha
envuelto el Espíritu Santo: envía tu
auxilio desde el cielo a estos tus
siervos y esclavos. Amén.
Oración día 9:
¡Oh, Santa Niña Celestial! Llena
nuestros corazones de esperanza
para sostenernos en las
tribulaciones. Ayúdanos a dar un
“SI” en la batalla sin dejarnos llevar
por el miedo, a ser tus caballeros
para que Tú seas vencedora.
Clamamos con piedad para que se
acelere el triunfo de tu Inmaculado
Corazón y así gozar del reino del
Sagrado Corazón de tu Amadísimo
Hijo. Amén.
Oración de Petición a Dios Padre: (para todos los días)
Señor, por mediación de la Bendita Niña María, destinada a ser la Madre de Tu Amadísimo Unigénito y por las
gracias celestiales que Ella nos prodiga: escucha misericordiosamente nuestras súplicas. Te pedimos que Ella
mire con tierno y puro amor a los que hacemos esta novena en honor de Su natividad y, como abogada
maternal, nos logre alcanzar la gracia que necesitamos tanto… (pedir la gracia por la cual se hace la novena).
Ponemos toda nuestra confianza en ti, Padre Celestial; para que nuestra abogada, La Santa Niña María, logre
desbordar la fuente de los continuos beneficios que inagotablemente dispensas a través de La que quisiste
como corredentora. Por la inmensa profusión de gracia con que Tú las has enriquecido desde el primer
momento de Su Inmaculada Concepción, concédenos Dios Todopoderoso nuestra petición, si es para la gloria
de TU NOMBRE… y nosotros alabaremos eternamente la bondad del Inmaculado Corazón de La Niña Santa
María, como también repararemos por todos los que no creen, no adoran, no esperan, y no aman a Tu
Sacratísimo Hijo. Amén.

“¡Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo! ¡Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan, y
no os aman!” (3 veces)

Padre Nuestro que estas en el cielo, Santificado sea Tu Nombre. Venga a nosotros Tu reino, hágase Tu
voluntad en la tierra como en el cielo. Dadnos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como
también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación, y líbranos del mal.
Amén.

Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre mía: no permitas que ofendamos a Tu Adorado Hijo,
para esto enviadnos Tu Santa Bendición:

En el nombre del Padre,

del Hijo, y del Espíritu Santo, Amén.