Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
MINA “EL MACHORRO”, DEL GRUPO MINERO MARÍA JOSÉ (TM DE POVEDA DE
LA SIERRA, GUADALAJARA)
Sara Nyssen1, Lázaro Sánchez2, Cristina Martín1, José Francisco Martín1, José Manuel Nicolau3,
Nicholas Bugosh4, Miguel Ángel Sanz1, Néstor Hernando1, Ignacio Zapico1
El Plan de Restauración del Espacio Natural (PREN) que se describe en esta comunicación constituye una
adenda a un PREN de 2005 que, de acuerdo con la legislación vigente, la empresa CAOBAR, S.A. había
elaborado como adaptación a un PREN anterior, de 1998.
En esta revisión se han tenido en cuenta dos factores fundamentales: (1) que se trata de una mina activa,
en la que existen unas dinámicas de explotación y restauración que no permiten cambios drásticos; (2) la
singularidad del enclave de la mina El Machorro, dentro de la Zona Periférica de Protección del Parque
Natural del Alto Tajo, donde existe una alta vulnerabilidad a la erosión hídrica. Por ello, la Dirección
Facultativa de la empresa CAOBAR dota a este expediente de un mayor nivel de exigencia medioambiental,
integrando los resultados derivados tanto de trabajos previos de restauración como de investigación.
En este marco, los resultados obtenidos de la experimentación en una escombrera experimental, dentro de
la propia mina, han sido decisivos. De ellos (Martín-Moreno et al., 2013) se extraen las siguientes
conclusiones:
1. El efecto de la topografía (recta o cóncava) en la producción de sedimentos no es muy evidente cuando
están cubiertos por sustrato de alta calidad (tierra vegetal).
2. La topografía y la cubierta vegetal no son factores independientes para el control de la erosión. El papel
de la vegetación en el control de la pérdida de suelo es más eficaz en las laderas rectas, donde la cobertura
vegetal es mayor y más homogénea. En el caso de las laderas cóncavas, la colonización de plantas
naturales y / o restablecimiento de la vegetación artificial en la parte más escarpada es muy limitada. Por
el contrario, el microambiente inferior ofrece condiciones muy favorables y recursos para las plantas.
3. El debate entre perfiles cóncavos o rectilíneos en la restauración minera no puede ser abordado desde
una perspectiva reduccionista. Deben considerarse las principales ventajas y desventajas entre las
variables: a) topografía y gestión de sustrato, y b) topografía y cubierta vegetal.
Bajo estas premisas, se estableció como objetivo principal el establecimiento de una serie de medidas
realistas de restauración, viables tanto desde un punto de vista técnico y económico, y adaptadas a la realidad
de la situación actual de la mina. Se trata, prioritariamente, de minimizar el volumen de escorrentía y
sedimentos generados en el interior de la mina, que aunque recogidos por balsas de decantación, permitan
evitar el riesgo de su salida al exterior. Todo ello se aborda desde diferentes frentes: variación de la
morfología de las escombreras, construcción de estructuras de retención, manejo de suelos y vegetación.
Todo ello con el propósito de proteger el entorno especial en el que se encuentra la explotación, pero sin
olvidar el uso final establecido en el PREN vigente: restaurar un Monte de Utilidad Pública, acorde con el
modelo tradicional de usos de este territorio.
2. MATERIAL y MÉTODOS
El Machorro consiste en una explotación minera en ladera, o ‘de contorno’, cuyo principal condicionante
se debe, pues, al hecho de explotar niveles más o menos horizontales sobre una ladera de elevada pendiente,
lo que introduce numerosas dificultades tanto a los procesos de explotación como a los de restauración.
El control experto de la escorrentía es el aspecto fundamental para el diseño de restauraciones de espacios
afectados por minería a cielo abierto en los que existe una alta vulnerabilidad a la erosión hídrica, tal y como
sucede en este caso. Este control se consigue, parcialmente, a través de un diseño geomorfológico adecuado,
el cual se ha desarrollado para la mayoría de la mina.
En definitiva, los cimientos en los que se apoya este nuevo enfoque otorgan un peso enorme a las
reconstrucción geomorfológica e hidrográfica, que se consideran esenciales para garantizar la estabilidad a
largo plazo de las restauraciones mineras; al menos si hablamos de climas con precipitaciones muy intensas,
de carácter torrencial, como es el caso que nos ocupa (montaña mediterránea). Este control de la escorrentía
se conseguirá con:
- Una red de drenaje diseñada sobre la base de principios de la geomorfología fluvial, con balsas de
sedimentación y decantación, que regulen el flujo hídrico.
- Formas del relieve a escala de ladera que minimicen las tasas de escorrentía y la transporten de
forma controlada.
- Suelos con capacidad de infiltración y almacenamiento suficiente.
- Comunidades vegetales que intercepten los flujos de agua superficial, favoreciendo la infiltración del
agua.
Con el objetivo de realizar un diagnóstico y unas propuestas de actuación adecuados, se ha sectorizado la
explotación, en función de sus características homogéneas, en varias unidades de actuación (Figura 1), que
son:
3. RESULTADOS y DISCUSIÓN
A) Medidas aplicables tanto a las escombreras sobre las que no se proponen modificaciones
topográficas sustanciales como al conjunto de la mina activa
A.1. Plan de control de la erosión y la sedimentación. Para las unidades 2 y 3, al tratarse de escombreras
en las que es complicado intervenir en el modelado geomorfológico, se proponen una serie de medidas y
estructuras para el control de la erosión y la sedimentación producidas por la escorrentía.
Este control de la erosión y la sedimentación se ha dividido en dos partes, a nivel de ladera o escombrera
y a nivel de cuenca, con unas estructuras y un tratamiento diferente para cada una de ellas.
A.1.1. A nivel de ladera, aplicables a la unidad 3, Escombreras en proceso de restauración y a los taludes
exteriores de la mina. Se busca conseguir disminuir la capacidad erosiva de la escorrentía, reducir el
volumen de sedimentos emitidos desde las mismas y retener estos sedimentos en la misma escombrera o en
sus proximidades. Todo ello resultará en escombreras más estables desde un punto de vista erosivo. Las
medidas propuestas son: construcción de cunetas de guarda, instalación de trampas/barreras de retención de
sedimentos, relleno de cárcavas con bloques de roca, garantizar la contrapendiente de las bermas, reparación
de taludes externos y construcción de balsas de decantación intermedias. La construcción de balsas de
decantación intermedias (balsas emplazadas dentro del propio hueco de explotación o interiores),
disminuirán la distancia de transporte de los sedimentos desde estas estructuras hasta las propias
escombreras, dado que la distancia entre estas balsas intermedias y las escombreras es mucho menor que la
distancia desde la balsas colocadas al final de las cuencas (balsas de contorno).
Además, se disminuirá el volumen de sedimentos que llega a las balsas actuales, ubicadas al final de las
cuencas, de forma que dichas balsas tardarán más en llenarse. De esta manera, en el caso de producirse un
evento extremo de precipitación, las balsas no se desbordarán, garantizando la protección de las zonas
limítrofes a la explotación.
A.1.2. A nivel de cuenca, existen balsas de decantación que tienen por objetivo evitar la emisión de
escorrentía y sedimentos al exterior de la explotación. Dado que se trata de una explotación activa, como se
ha señalado anteriormente, el dimensionamiento y ubicación de las balsas ha sido revisada periódicamente,
de acuerdo con la superficie alterada y la legislación aplicable. Es decir, no se trata de estructuras estáticas,
sino dinámicas, cuya evolución depende de los avances extractivos y de los restitutivos, así como de la
localización geográfica de dichas labores.
La escorrentía y sedimentos que llega a las balsas circulan por las cunetas de las pistas, que forman la red
de drenaje actual de la mina, tanto de las escombreras de configuración topográfica tipo berma-talud como la
de las áreas en explotación. A su vez, las pistas constituyen una de las mayores fuentes de escorrentía del
interior de la mina, por lo que se hace necesario el correcto mantenimiento tanto de las pistas como de sus
cunetas. Para ello, se deberá garantizar en las cunetas y pistas una pendiente que asegure que la escorrentía
se dirige hacia las balsas.
A.2. Manejo de la tierra vegetal y los suelos. En el ámbito de la explotación minera se dispone de dos
grandes tipos de sustratos edáficos: material coluvionar carbonático y suelos originales. Los primeros tienen
una textura adecuada para formar un suelo, y los segundos una calidad edáfica excelente. Con el fin de
optimizar el uso de los suelos originales, se ha realizado una cartografía de las zonas más vulnerables a la
erosión hídrica, recomendando que se realice un extendido de los suelos originales sobre estas zonas más
vulnerables.
Figura 2. Vista 3D de las curvas de nivel del remodelado topográfico propuesto en el PREN (conjunto de la mina).
Revegetación
El diseño de la revegetación se hace tomando como referencia las comunidades vegetales del entorno, las
cuales nos señalan el tipo de comunidad-objetivo a alcanzar con la revegetación. El objetivo es establecer, a
largo plazo, una comunidad de pinar-quejigar, con una rica cohorte de especies arbustivas y herbáceas.
En la cantera de El Machorro se van a diferenciar dos áreas de actuación principales: a) las escombreras
restauradas (Unidad 2) y en proceso de restauración (Unidad 3); y b) las lomas y vaguadas derivadas de la
restauración según el método GeoFluv. Dentro de estas dos grandes áreas se ha realizado un zonificación en
varias unidades homogéneas, que servirán de base para la elaboración de las propuestas de revegetación. Los
criterios utilizados para realizar esta zonación del área de intervención han sido los siguientes: morfología,
orientación, zonas con mayor contenido de humedad en el suelo y zonas afectadas por procesos erosivos
intensos.
La revegetación se basará principalmente en la introducción de especies arbustivas con efecto facilitador
de otras arbustivas y arbóreas de la comunidad-objetivo (pinar-quejigar) y con capacidad de actuar como
perchas para las aves dispersoras de semillas. Otro criterio práctico que se ha tenido en cuenta en la selección
de especies ha sido la posibilidad de producir plantones en vivero procedentes de semillas colectadas en la
zona.
Estas especies se plantarán en rodales pluriespecíficos con una distribución espacial que permita la
intercepción de los flujos de escorrentía. Junto con las especies arbustivas, en los rodales se introducirán
bellotas encapsuladas de quejigo.
En los ambientes de escombrera el objetivo es establecer una comunidad de pinar-quejigar a largo plazo.
Para ello en primer lugar se implantará una comunidad de arbustos facilitadores, cuya función será crear las
condiciones de sombreado y edáficas apropiadas para que el establecimiento de los pinos tenga éxito. La
especie Pinus nigra es la que posee un carácter menos pionero entre los pinos ibéricos y su capacidad para
colonizar las escombreras es muy limitada, por lo que se requiere establecer previamente una comunidad
arbustiva intermedia con especies que faciliten el establecimiento de los pinos. Los arbustos facilitadores
modificarán las condiciones microclimáticas (luz y agua) y edáficas, que resultarán más favorables para el
reclutamiento de los pinos.
En los taludes con pendientes superiores a 25º y/o sustratos adversos (coluvión, estéril) se implantará
previamente una cubierta vegetal herbácea con la finalidad de controlar la erosión. No se introducirán
mezclas de herbáceas (mediante siembra convencional o hidrosiembras), sin que se propone el extendido del
trillado de las siegas de pastizales de la zona. Ello, por un lado, reducirá costes y, por otro, evitará la
inhibición o retrasos en la entrada de la vegetación del entorno a causa de la competencia de las herbáceas
introducidas.
En los ambientes de lomas y vaguadas el objetivo es similar: establecer un pinar-quejigar. Sin embargo la
mayor heterogeneidad de hábitats que se generan con esa geomorfología requiere actuar de forma
diferenciada en las zonas de lomas y en las de vaguadas. En las primeras se establecerá el pinar-quejigar y en
las segundas la vegetación freatofita y espinosa que acompaña a los pinares-quejigares naturales en las zonas
de vaguada.
Como se puede deducir de lo anterior, esta propuesta de revegetación va a requerir un seguimiento anual
del éxito de las actuaciones, para poder diseñar cada año las actuaciones complementarias y de refuerzo
necesarias.
De acuerdo con lo previsto en el PRUG del Parque Natural del Alto Tajo, la presente revisión del PREN
incorpora su propio Plan de Mantenimiento y Seguimiento, con el fin de realizar una vigilancia de sus
actividades y evitar impactos significativos sobre el medio.
El Plan se divide en dos partes vinculadas entre sí: el Plan de Seguimiento, dirigido a comprobar el
funcionamiento de las actuaciones llevadas a cabo; y el Plan de Mantenimiento, que recoge las medidas a
adoptar para asegurar el correcto funcionamiento de las diferentes actuaciones tomadas.
4. CONCLUSIONES
Agradecimientos: Este trabajo ha sido desarrollado en el marco de un contrato de investigación entre la empresa CAOBAR y la
Universidad Complutense de Madrid (contrato de investigación UCM 222/2011), y ha contado con la supervisión y seguimiento de
la dirección del Parque Natural del Alto Tajo. A su vez, los diseños geomorfológicos son resultados del proyecto de investigación
coordinado CGL2010-21754.
5. BIBLIOGRAFÍA
Bugosh, N. (2006). Basic Manual for Fluvial Geomorphic Review of Landform Designs. Office of Surface
Mining of the US Department of the Interior, Denver.
Martín-Moreno, C., Martín Duque, J.F., Nicolau Ibarra, J.M., Hernando Rodríguez, N., Sanz Santos,
M.A. and Sánchez Castillo, L. 2013. Topography and substratum interactions for erosion control in
mining reclamation. Land Degradation & Development (en revisión).
Orden de 4/4/2005, de la Consejería de Medio Ambiente, por la que se aprueba el Plan Rector de Uso y
Gestión (PRUG) del Parque Natural del Alto Tajo.