Está en la página 1de 20

1.

Extremidades superiores

1.1. Huesos

Los huesos que conforman las extremidades superiores pueden diferenciarse fácilmente por la zona

en la que se encuentran localizados. Así, es posible encontrar los siguientes (Le Vay, 1999).

Estructura del brazo.

1.1.1. Hombros

Están formados por la apófisis del hombro, la prominencia compuesta por la cabeza del húmero y la

apófisis saliente del acromion de la escápula, incluyendo además una región escapular en la zona

posterior, sobre la placa del hombro, una región pectoral por debajo de la clavícula y la axila entre

ambas.

1.1.2. Brazo

Comprende las siguientes características (Le Vay, 1999):

En este caso, el hueso de la zona superior del brazo, es decir, el húmero, está articulado con la

escápula del hombro, así como con los huesos del antebrazo en el codo.
Posee un cuerpo con dos extremos prominentes, de los cuales, el extremo superior o proximal

incluye una cabeza redondeada que apunta hacia arriba en dirección medial.

Sobre la zona lateral, que son opuestas a la cabeza, hay otras dos prominencias; la tuberosidad

mayor (o troquiter) y la tuberosidad menor (o troquín), que ayudan a unir los pequeños

músculos rotadores que se encuentran en torno a la articulación.

La unión del cuerpo con todo el complejo de la cabeza, incluyendo las tuberosidades, se conoce

con el nombre de cuello quirúrgico.

El cuerpo (diáfisis) es cilíndrico, aunque su tercio inferior posee forma triangular.

Su extremo inferior también posee prominencias situadas por encima de la articulación del

codo. Ambas reciben el nombre de epicóndilos medial y lateral, siendo el primero más

desarrollado que el segundo, al ser el origen de los músculos flexores de la muñeca y los dedos.

1.1.3. Antebrazo

Sus huesos principales son el radio y el cúbito. Ambos, son huesos pares que se unen uno con el otro

en los extremos para formar la articulación radiocubital (proximal) e inferior (distal).

Su unión con la muñeca con los huesos carpianos se realiza a través del extremo inferior del radio,

aunque no del cúbito.

Ambos huesos presentan bordes interóseos conectados en vida por una extensa lámina denominada

membrana interósea, la cual recorre toda la longitud del antebrazo y separa los compartimentos del

flexor anterior y el extensor posterior.

1.1.4. Muñeca y mano

La muñeca se encuentra conformada por ocho pequeños huesos carpianos de estructura irregular.

Éstos, se disponen en dos hileras, una proximal y otra distal, de cuatro huesos cada una.

Desde la parte media a la lateral, los huesos que la componen son:

Hilera proximal: pisiforme, piramidal, semilunar y escafoides.

Hilera distal: ganchoso, hueso grande, trapezoide y trapecio.

Todos se encuentran unidos por fuertes ligamentos interóseos, de manera que el movimiento de una
articulación cualquiera es pequeño, pero conforma una amplia gama que da lugar a la flexibilidad de

la muñeca.

En cuanto al esqueleto de la mano, contiene los huesos metacarpianos. Éstos se caracterizan por ser

huesos largos en miniatura, con cuerpo y extremos expandidos.

Así, la base proximal de cada uno se articula con un hueso carpiano en la articulación

carpometacarpiana, mientras que la cabeza distal redondeada, forma los nudillos e integral la

articulación metacarpofalángica con la falange proximal del dedo correspondiente.

Respecto a los dedos, éstos poseen tres falanges articulados mediante dos articulaciones

interfalángicas, una proximal y otra distal. Dichas falanges, también son huesos largos en miniatura,

por lo que cada uno presenta una base proximal y un extremo distal formado por dos cóndilos que

permiten una articulación troclear con la base de la falange en la parte anterior.

1.2. Articulaciones

1.2.1. Articulación del hombro

Ubicadas en los extremos de la clavícula, las articulaciones acromioclavicular y esternoclavicular

son simples articulaciones planas que permiten el movimiento limitado, para lo cual, cada una de

ellas posee un disco fibrocartilaginoso saliente.

Su principal importancia radica de su papel como complemento del movimiento del hombro (Le Vay,

1999).

Su diseño le permite una gran movilidad, lo que le resta estabilidad. Esto se debe a que la gran

cabeza humeral redondeada que permite dicho movimiento, no se encuentra completamente dentro

de la cavidad glenoidea. Aún así, dicha inestabilidad se compensa de varias formas.

En cuanto a los movimientos que presenta el hombro, son los siguientes (Le Vay, 1999):

Abducción y aducción. En el primero, el brazo se eleva separándose del costado en el plano

coronal por la acción del músculo deltoides. Su contrario, la aducción, es un efecto de la

gravedad, aunque también puede ser una acción realizada por el músculo pectoral.
Flexión y extensión. Se dan en el plano sagital gracias a la combinación de varios músculos.

Rotación. Se produce por los pequeños rotadores y es originada en la escápula. Puede ser

lateral o medial.

Circunducción. Es un movimiento que combina todos los anteriores mediante un balanceo y con

el brazo tendido.

1.2.2. Articulación del codo

El movimiento del codo implica la acción de tres articulaciones: la articulación principal del codo, es

decir, la articulación troclear, y su correspondiente escotadura del cúbito; la articulación de la

cabeza radial y del cóndilo humeral, y la articulación radiocubital proximal.

1.2.3. Articulaciones de la muñeca y la mano

La articulación de la muñeca se forma entre la hilera proximal de los huesos carpianos y el extremo

distal del radio más su lámina cartilaginosa.

Por lo tanto, se trata de una articulación troclear modificada con fuertes ligamentos colaterales,

cuyos principales movimientos son la flexión y extensión (palmar), el movimiento de la muñeca y de

la mano hacia cada lado, la abducción y la aducción, y la posición normal para una presión fuerte es

una suave aducción.

Además de esto, se dan numerosas y pequeñas articulaciones carpianas entre los huesos del carpo,

fijadas por pequeños ligamentos interóseos, y dando lugar a todo el conjunto una complicada
cavidad continua con la articulación de la muñeca proximalmente y las articulaciones

carpometacarpianas distalmente, en las que los metacarpianos se articulan con la hilera distal de los

huesos carpianos.

Es en éstos últimos en los que se produce un pequeño movimiento (a excepción de la articulación en

silla de montar especializada entre la articulación trapecio – metacarpiana). Dicho movimiento es

muy libre y goza de los siguientes componentes:

Aducción hacia el lado de la mano y abducción separándose de ésta, en el plano de la palma.

Movimiento en una plano en los ángulos adecuados a la palma, abducción y aducción palmares.

Movimiento de oposición, en el que el pulgar se traslada a lo largo de la palma y su extremo se

opone a otro dedo.

Articulación de la mano.

Articulaciones metacarpo-falángicas (nudillos)

Sus superficies articulares corresponde con la epífisis inferior o cabeza de los metacarpianos y la

epífisis superior o cavidad glenoidea de las falanges, de tipo condíleas.


Por su parte, los ligamentos que refuerzan estas articulaciones pueden ser de dos tipos: los

colaterales y el ligamento transverso del metacarpo. El refuerzo se ejerce únicamente en la cara

palmar de estas articulaciones metacarpo-falángicas, excepto al pulgar.

Articulaciones interfalángicas

Estas articulaciones son de tipo troclear. Entre ellas existe una articulación interfalángica proximal

(entre la primera y la segunda falange) y una articulación interfalángica distal (ubicada entre la

segunda y tercera falange).

1.3. Estructura subcutánea del brazo

La estructura subcutánea del brazo se encuentra principalmente formada por una red de venas y

nervios cutáneos entre la piel y la fascia profunda. Esta red venosa de la mano y el antebrazo, se

encuentran diversificadas en dos canales: la vena cefálica, que recorre la zona lateral desde el

bíceps hasta el hombro, y la vena basílica en el lado medial, que divide la fascia en la zona central

del brazo hasta unirse con la arteria braquial.

Además de esto, cuenta con una bolsa entre la apófisis olecraneana y la piel (Le Vay, 1999).

1.4. Los músculos del brazo

Al igual que se hizo con los huesos, a continuación se categorizan los diversos músculos existentes

en el brazo en función a su localización (Le Vay, 1999).

Tejido muscular estriado.


1.4.1. Hombro

En esta ubicación, cobra vital importancia el músculo deltoides, el cual desde el lado externo cubre

la parte anterior y posterior de la extremidad en el mismo plano que el pectoral mayor.

Así, atraviesa la clavícula y las costillas superiores hasta la parte superior del húmero, aduciendo el

brazo mientras que el pectoral realiza la aducción. Ésta, también es realizada por el redondo mayor

y el dorsal ancho posteriormente, siendo el último uno de los grandes músculos de la espalda.

Finalmente y de forma más profunda, se hallan los rotadores del húmero, que están insertos en las

tuberosidades debajo del deltoides. Éstos, se encargan de rotar el hueso lateral o medialmente.

1.4.2. Zona superior del brazo

Visto desde un corte transversal, el brazo es divido por el húmero en dos compartimentos

musculares, uno anterior y otro posterior.

Los músculos que flexionan el codo se encuentran en el departamento anterior (flexor). Éstos son el

bíceps desde una perspectiva superficial y el braquial anterior cerca del hueso.

1.4.3. Antebrazo

Está divido por la membrana interósea entre el radio y el cúbito en los compartimentos flexor y

extensor, llegando a contener cada uno de ellos un complejo grupo de músculos con un tronco

nervioso asociado.

En el primero, se da un grupo de músculos superficial y otro profundo con un nervio mediano entre

ellos. El superficial posee origen flexor, mientras que el profundo se origina en los huesos del

antebrazo y la membrana interósea, incluyendo también los flexores profundos de los dedos y el

gran flexor del pulgar.

En cuanto al segundo, también se da una capa superficial y otra profunda, sin embargo, al contrario

que los flexores, los extensores superficiales se originan en la parte anterior del epicóndilo medial y

los profundos en la parte posterior del epicóndilo lateral.

Los principales grupos de extensores son (Le Vay, 1999):

Los extensores de la articulación de la muñeca.


Los extensores de los dedos.

Los extensores de las articulaciones del pulgar.

1.5. Nervios del brazo

Todos y cada uno de los nervios de las extremidades, conforman un complejo plexo braquial cuyas

raíces espinales se encuentran localizadas en la parte inferior del cuello.

Entre ellos, es necesario destacar principalmente dos:

Nervio radial

Su trayecto rodea la parte posterior y superior del brazo, pasando en forma de espiral alrededor del

húmero en su cavidad, y emergiendo anteriormente justo por encima del codo, en el pliegue entre

los músculos bíceps y supinador largo.

Su función más importante es la motora, estimulando el tríceps, el supinador largo y los extensores

de la muñeca, del pulgar y de los dedos. Además de esto, también produce una pequeña

estimulación sensorial de la piel sobre la parte posterior de la mano entre el pulgar y el índice, al

igual que sobre el lado externo del antebrazo.

Nervio cubital

Penetra en el brazo junto con la arteria braquial, pasando por detrás del epicóndilo medial en la

cavidad cubital.

Una vez ahí, entra en el compartimento flexor a la vez que la arteria cubital, abriéndose paso en la

parte de la superficie de la mano hacia el ligamento transverso del carpo y estimulando los músculos

intrínsecos ocupados de la coordinación fina de los dedos.

Al igual que el anterior, también otorga sensibilidad en el dedo meñique y en la mitad del dedo

anular, tanto en la parte anterior como en la posterior.


2. Extremidades inferiores

2.1. Huesos

Entre los huesos de las extremidades inferiores caben destacar (Le Vay, 1999):

2.1.1. Hueso coxal

El hueso coxal se encuentra situado en la cintura pélvica, la cual se encuentra compuesta por anillos

pélvicos.

Cada mitad del anillo pélvico o coxal, se encuentra formado por un hueso coxal, es decir, que son

dos los huesos que se articulan en la línea media anterior.

Así, el hueso coxal se convierte en sujeción para las extremidades y una unión para los músculos de

los miembros y el hueso.

Está formado por tres partes (Le Vay, 1999):

El ilion: es una lámina acampanada de hueso, cuyo borde superior se denomina cresta ilíaca.

Ésta, posee una espina en cada uno de sus extremos.

El pubis: tiene dos salientes, uno superior y uno inferior, envolviéndose ambos en una gran

hendidura; el agujero obturador.

El isquion: se trata de una porción dependiente de la pelvis que incluye una amplia tuberosidad

isquiática. Su función primordial es la sujeción del peso en sedestación.

2.1.2. Fémur

Es un hueso largo cuya diáfisis es larga y cilíndrica con finos arcos hacia fuera y adelante.

En su extremo superior, la cabeza se contrapone al cuerpo en un ángulo de 130º por el cuello. Éste

último, funciona como un nivel para los músculos unidos a su base.

Así, la diáfisis actúa como unión para los músculos, muchos de los cuales están unidos a la cresta

ósea localizada en la longitud de su cara posterior.

Además, algunos centímetros más abajo la diáfisis se expande en forma triangular, finalizando en
dos grandes cóndilos, medial y lateral, que se encuentran separados por una escotadura

intercondílea profunda.

2.1.3. Rótula

También recibe el nombre de cápsula de la rodilla.

Es un hueso sesamoideo, es decir, localizado en el interior del tendón. Posee una forma

aproximadamente triangular con dos extremos, uno superior y otro inferior, además de dos

superficies; anterior y posterior, articulándose ésta última con la superficie lisa del fémur por

encima de los cóndilos.

2.1.4. Tibia y peroné

Tibia

Tiene un gran cuerpo con superficies medial, lateral y posterior, además de bordes medial, lateral y

anterior.

El extremo superior el hueso se expande con dos abultamientos, los cóndilos medial y lateral, que se

articulan con los del fémur, interviniendo los meniscos.

Su extensión llega hasta la parte medial del tobillo, en la que sobresale una apófisis: el maléolo

interno.

Peroné

Transmite poco peso corporal. Posee numerosas zonas para las uniones musculares, articulándose la

cabeza y el extremo superior con el cóndilo lateral de la tibia.

Su cabeza es la encargada de llevar a cabo la inserción para el músculo bíceps del muslo, así como

la unión para el ligamento lateral de la rodilla.

2.1.5. El pie

Los huesos del pie pueden clasificarse según los siguientes grupos: tarsianos, metatarsianos y las

falanges de los dedos.

Justo debajo de los huesos largos, se encuentra el astrágalo, articulándose con ellos en el tobillo y
descansando sobre el calcáneo o talón. Éste posee un cuerpo con una superficie superior

redondeada en la articulación del tobillo, y un cuello que soporta la cabeza que se inserta en el

escafoides.

Finalmente, se encuentran el cuboides y los cuneiformes. Ambos son masas óseas irregulares que se

articulan con los metatarsianos.

2.2. Articulaciones

Para comprender e identificar de forma óptima los diversos tipos de articulaciones existentes, a

continuación se especificarán según sus zonas de ubicación.

2.2.1. Articulaciones de la cadera

Junto al acetábulo, la cabeza del fémur forma la articulación de la cadera. Para su perfecto encaje, el

agujero en el que se lleva a cabo la unión posee un aro fibrocartilaginoso o labrum, alrededor de su

periferia.

Además, en el centro de la cabeza femoral se localiza una pequeña depresión (fóvea central), desde

la que el ligamento redondo se dirige hacia los márgenes de la escotadura acetabular, transportando

los vasos sanguíneos a la cabeza del fémur.


Gracias a todo este mecanismo, la cadera goza de los siguientes movimientos (Le Vay, 1999):

Abducción y aducción en un plano no coronal, desde y hacia la línea media.

Flexión y extensión en un plano sagital, hacia delante y hacia detrás del tronco.

Rotación lateral y medial, es decir, un movimiento de balanceo del muslo sobre su eje largo.

2.2.2. Articulación de la rodilla

Dada la existencia de varios compartimentos que comunican entre sí (a excepción de la rótula, que

no participa en el proceso de articulación), la articulación de la rodilla se vuelve muy compleja.

En concreto, las principales partes que participan son (Le Vay, 1999):

Articulación femorotibial: se da entre los cóndilos tibial y femoral de cada lado. En ella

participa un único menisco.

Articulación femororrotuliana: producida entre la parte posterior de la rótula y la parte

anterior del fémur.

Básicamente, la rodilla es una articulación troclear, por lo que sus movimientos principales son la

flexión y la extensión favorecida por los fuertes ligamentos colaterales. Sin embargo, también

existen elementos de rotación encargados de cerrar la articulación cuando se estira el miembro, de


forma que una posición de extensión completa en una colocación erecta es muy estable.

Por otra parte, la porción anterior de la cápsula, aunque insegura y extensa, queda fortalecida por la

expansión del tendón del músculo cuádriceps en su recorrido hacia el tubérculo tibial, produciendo

un enlace entre el tendón y la cápsula, protegiendo la articulación de cualquier estirón mediante el

tono del músculo (Le Vay, 1999).

De esta forma, los ligamentos colaterales y la cápsula posterior están muy tirantes a diferencia de la

cápsula anterior. Ahora bien, cuando la rodilla se encuentra totalmente extendida, la rótula se

articula con el fémur por encima de los cóndilos. Así, cuando la flexión aumenta, se sitúa contra las

porciones de ambos cóndilos.

Todos estos elementos interactúan con la cavidad sinovial de la rodilla, la cual posee los siguientes

elementos (Le Vay, 1999):

El espacio femororrotuliano, con la bolsa suprarrotuliana en la parte más alta del

compartimiento anterior.

La cavidad articular anterior principal entre la tibia y el fémur de cada costado del cuerpo.

La porción intercondílea y el túnel entre los cóndilos femorales, atravesados por los ligamentos

cruzados que se sitúan en cada cóndilo femoral de la tibia.

El espacio pos-condíleo en cada lado, y una bolsa sinovial laxa por detrás de cada cóndilo

femoral.

Finalmente, cabe destacar el papel de los meniscos. Éstos son discos concéntricos localizados entre

los cóndilos tibial y femoral, y fijados a la zona profunda de la cápsula.


Anatomía de la rodilla.

2.2.3. Articulación del tobillo

Está ubicada entre la superficie superior del astrágalo y los extremos inferiores de la tibia y el

peroné (Le Vay, 1999).

El maléolo, que sobresale sobre dicho astrágalo por cada uno de sus lados, forma una mortaja sobre

la que se calza el hueso, razón por la que existen fuertes ligamentos colaterales que únicamente

permiten los movimientos de flexión plantar descendente (flexión) y los de flexión dorsal ascendente

(extensión).
2.3. Estructuras subcutáneas

De las estructuras subcutáneas, el principal elemento a destacar es la red venosa. Ésta se une

mediante dos canales principales. La vena safena interna y la externa.

La vena safena interna se dirige en dirección ascendente delante del maléolo medial, a través del

borde medial de la pierna hasta alcanzar la región inguinal, desde donde pasa por una ventana oval

en la fascia profunda para unirse a la principal vena femoral.

Por su parte, la vena safena externa se sitúa en el lado lateral del pie y pasa por detrás del maléolo

lateral hacia la línea media de la parte posterior de la pantorrilla hasta llegar a la rodilla, lugar en el

que penetra la fascia profunda para unirse a la vena poplítea.

Ambas venas está acompañadas de vasos linfáticos, aunque también se dan pequeños ganglios

linfáticos poplíteos en la terminación de la vena safena externa y numerosos ganglios mayores

alrededor de la parte superior del tronco principal safeno en la ingle.

Igualmente, son multitudinarios los nervios cutáneos de la extremidad inferior, estando la parte

delantera del muslo estimulada por las ramas externa, intermedia e interna del nervio femoral, a la

vez que la posterior, lo es por el tronco ciático.

Finalmente, en cuanto a las bolsas subcutáneas principales de la pierna se refiere, destacan las

siguientes (Le Vay, 1999):


Una bolsa entre la piel y la tuberosidad isquiática para mitigar la presión en sedestación.

Una bolsa sobre la cara lateral del trocánter mayor.

La bolsa prerrotuliana por delante del tendón rotuliano y en la mitad inferior de la rótula. Esta

bolsa no forma parte de la articulación de la rodilla, pero sostiene el peso al arrodillarse y su

distensión produce hidrartrosis.

Una bolsa entre la piel y el tendón de Aquiles.

2.4. Músculos

2.4.1. Músculos del muslo

Están formados por (Le Vay, 1999):

Músculos que conectan el tronco y el fémur

Son el ilíaco y el psoas. Se encargan de flexionar la articulación de la cadera. El primero es una

lámina ancha que se origina en la superficie interna de la porción ilíaca del hueso coxal. El segundo,

está formado por un gran vientre en la parte posterior de la cavidad abdominal al lado de las

vértebras lumbares.

En conjunción, ambos dan lugar al tendón iliopsoas, que entra en el músculo pasando sobre el

ligamento inguinal, y de forma lateral a los vasos femorales.

Músculos que conectan la pelvis y el fémur.

Son dos grandes grupos, el glúteo, y el que forman los abductores.

Por un lado, los músculos glúteos de las nalgas se subdividen en dos tipos: el glúteo mayor, que es el

más superficial y participa en la extensión de la cadera, llevando las piernas hacia atrás al caminar y

reforzando las extremidades gracias al tensado de la fascial profunda; y el glúteo mediano y el

glúteo menor, los cuales son los principales abductores de la cadera desde la línea media, además de

ser muy importantes para las posturas, ya que son los que hacen posible que nos mantengamos

sobre una pierna.


Por otro lado, los abductores. Están ubicados en la zona interna del muslo. Se encargan de llevar a

cabo la aducción del fémur hacia la línea media.

Los rotadores externos de la cadera

Se sitúan en una zona profunda de las nalgas, cerca del nervio ciático, y permiten una rotación

lateral de la cadera.

El cuádriceps crural del fémur

Es una gran masa situada en la parte anterior del muslo, responsable de la extensión de la rodilla.

El sartorio

Se trata de un gran músculo en forma de banda que se origina en la espina anterosuperior del ilion.

Su ocupación principal es ayudar a flexionar tanto la cadera como la rodilla, permitiendo además

que nos podamos sentar con las piernas cruzadas.


Los isquiotibiales

Es un grupo de músculos que ocupa todo el volumen de la parte posterior del muslo. Está originado

en la tuberosidad isquiática, por lo que permiten la flexión de la rodilla, gracias a su inserción en la

tibia y el peroné.

2.4.2. Músculos de la pierna

Desde un punto de vista transversal, la pierna muestra los siguientes grupos musculares (Le Vay,

1999):

Compartimentos anterior, posterior y lateral

La membrana interósea entre los huesos separa un compartimento anterior principal, que contiene

los músculos que extienden el tobillo y los dedos del pie, y otro compartimento posterior, que trabaja

con los músculos de la pantorrilla.

Además de esto, se da otro compartimento lateral sobre el lado exterior del peroné para aquellos

músculos perineos que realizan una eversión del pie.

Grupo anterior: tibial anterior, extensor largo del dedo gordo y extensor largo de los dedos

Son músculos extensores inervados por la división tibial anterior del nervio peroneo. Sus tendones

se encuentran por delante del tobillo, lugar en el que se sujetan mediante bandas retinaculares de la

fascia profunda.
Respecto a los músculos perineos en concreto, tanto el largo como el corto, se encargan de llevar a

cabo una eversión del pie, así como una flexión dorsal del tobillo.

El grupo posterior

Consta de (Le Vay, 1999):

Capa superficial. En ella se encuentra el tríceps sural, que es el mayor músculo de la

pantorrilla y realiza la flexión del pie gracias a su inserción en el tendón de Aquiles.

Capa profunda. Posee el tibial posterior y el flexor largo de los dedos. Sobre todo trabaja la

inversión del pie, así como el flexor plantar el tobillo.

2.5. Nervios de la pierna

Dentro de la anatomía de las extremidades inferiores, es necesario destacar el papel de los nervios

femoral y ciático. Tanto uno como otro representan los grandes troncos anterior y posterior, los

cuales, junto al obturador y otras ramificaciones, derivan del plexo lumbosacro de las raíces

nerviosas espinales situadas en el abdomen y en la pelvis.

Así, el nervio femoral se introduce en el muslo por debajo del ligamento inguinal, dividiéndose en las

siguientes ramas (Le Vay, 1999):

Los nervios cutáneos lateral, intermedio y medial del muslo.

Las ramas musculares del cuádriceps crural del fémur.

Las ramificaciones de las articulaciones de la cadera y de la rodilla.

De la misma forma, el nervio obturador penetra en el compartimento de abductores del muslo desde

la pelvis, atravesando la membrana obturadora. Posteriormente inerva los abductores, la piel que los

cubre y la articulación de la rodilla.

Referente al nervio ciático, éste emerge en las nalgas, lugar en el que se ubica profundamente por

debajo de los glúteos y discurre verticalmente hacia la fosa poplítea, donde se divide en una rama

medial (tibial) y en otra lateral (peronea). En la parte superior del muslo se localiza entre la
tuberosidad isquiática y el trocánter mayor, cubriéndose por los isquiotibiales en la parte intermedia

del muslo, llegando a ser más superficial cuando los tendones isquiotibiales divergen a sus

inserciones.

En cuanto al nervio tibial, se sitúa superficialmente bajo la fascia profunda, inervando los músculos

de la pantorrilla, enlazándose con la arteria tibial posterior, y penetrando conjuntamente en el pie

para inervar los músculos intrínsecos y las ramas sensoriales de los dedos.

Finalmente, la rama peronea sigue el tendón del bíceps crural hacia la cabeza del peroné, rodeando

superficialmente el cuello del hueso y continuando como el nervio tibial. Una vez se encuentra en la

arteria tibial, inerva los músculos extensores, entrando por el dorso del pie y ramificándose hacia los

dedos.

También podría gustarte