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MEMORIA HISTÓRICA

Charles C. Mann: “Los pueblos


indígenas pensaban en la
construcción de paisajes
futuros”
Periodista científico y autor del libro ‘1491: Una historia de las Américas antes de Colón’, Charles C.
Mann da una visión radicalmente distinta a la oficial sobre cómo eran los pueblos originarios de
América antes de la invasión europea.

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Charles Mann. Michael Lionstar / Capitan Swing

Alejandro Pedregal
@AlejoPedregal (https://twitter.com/AlejoPedregal)

28 NOV 2022 06:00

Hasta hace unos meses, el periodista científico y autor Charles C. Mann


no podía imaginarse hasta qué punto la traducción de su obra 1491: Una
historia de las Américas antes de Colón despertaría
(https://twitter.com/CharlesCMann/status/1539362689377443845?
s=20&t=09iaXk5rIoYeNdHc9BJBpg) las iras de la extrema derecha en
España. La publicación de este voluminoso libro por la editorial Capitán
Swing (https://capitanswing.com/libros/1491/), traducido por Miguel
Martínez-Lage y Federico Corriente, abrió la particular caja de truenos
2
del fanatismo contra el rigor y el humanismo de Mann.
Sin embargo, 1491 ofrece un armado metodológico demasiado sólido y
complejo como para reducirse a los debates espurios que propone el
supremacismo victimista patrio. Gracias a la combinación de
descubrimientos recientes en campos como la arqueología y la
antropología, Mann acerca con gran habilidad aspectos relativos a la
datación de carbono, la genética, la lingüística, la epidemiología o la
geografía que permiten desmontar los principales paradigmas, aún
dominantes, sobre la vida en las Américas antes de su conquista y
colonización. La complejidad civilizatoria de los pueblos indígenas, las
verdaderas dimensiones de su población, el intrincado desarrollo de sus
infraestructuras, su capacidad para intervenir de forma determinante
sobre la naturaleza al tiempo que participaban de su equilibrio
metabólico, son algunas de las cuestiones fundamentales que esta obra
problematiza. 1491 representa así una contribución clave para
aproximarse a una historiografía científica de la historia de las Américas.
Pero además se trata de un trabajo que trasciende ese ámbito, para
aportar lecturas más que relevantes de presente y de futuro.

¿Cómo empezaste a pensar en hacer tu libro?


Crecí en el Noroeste [de EE UU], no muy lejos de la reserva Tulalip, y
había una gran disputa cuando yo era niño por el derecho a la pesca. El
salmón es muy, muy importante en el Noroeste para todos, y aún hay una
gran lucha por los derechos del Tratado [de Point Elliott]. Así que crecí
viendo cómo los padres de los niños tulalip de mi escuela eran arrestados
2 no lo eran. Ya de niño,
por hacer cosas por las que los padres blancos
pensaba que eso era muy extraño y estaba mal. Eso allí era más evidente
porque era una de las regiones a las que la colonización llegó más tarde
porque era una de las regiones a las que la colonización llegó más tarde.
Por eso también hay mucho más arte y monumentos intactos. Supongo
que crecí pensando que los nativos eran importantes y, después de ir a la

universidad, fui a México por primera vez, fui a Yucatán y descubrí el


mundo maya, que es increíble. Toda esa península era básicamente una
ciudad gigantesca. Había estado en Europa y había vivido en Roma
durante algo más de un año, pero las ruinas de Yucatán, a mi parecer,
eran igual de impresionantes y mucho más grandes que las ruinas de
Roma. Entonces pensé: “Esto es realmente extraño. Quiero decir, ¡esto


está en mi propio hemisferio!”.

Hace 20 años e internet apenas


existía, por lo que si iba a una
librería y decía “estoy buscando
un libro sobre esto”, me
respondían: “Parece una buena
idea, pero no, no conozco ningún
libro así”. Por eso finalmente
decidí intentar hacerlo yo mismo

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En la escuela había aprendido sobre Grecia y Roma, que son muy
importantes para la tradición occidental, obviamente, pero aquello
estaba mucho más cerca y me resultaba muy extraño no saber nada. No
estoy ni siquiera seguro de que la palabra “maya” fuera mencionada en la
escuela. Luego me convertí en un escritor para Science y, poco a poco, me
di cuenta de que había nuevos hallazgos arqueológicos en todo el
hemisferio. Sin embargo, la forma en que los arqueólogos hablaban de lo
que encontraban y el modo en que la gente que yo conocía pensaba en el
pasado era muy diferente. Pensé que alguien debería escribir un libro.
Tardé mucho tiempo en pensar que tal vez yo debería ser la persona que
escribiera ese libro, porque estaba seguro de que alguien más lo había
hecho. Esto es hace 20 años e internet apenas existía, por lo que si iba a
una librería y decía “estoy buscando un libro sobre esto”, me respondían:
“Parece una buena idea, pero no, no conozco ningún libro así”. Por eso
finalmente decidí intentar hacerlo yo mismo.

¿Qué métodos utilizaste y cómo afectaron a tu escritura? Entiendo


que tu formación científica hace que tu trabajo difiera de otros
escritos historiográficos sobre el tema.
Supongo que tuve suerte. Por la razón que sea, nunca me han dado miedo
los números. Puedo mirar fijamente un documento científico y
encontrarle cierto sentido, entender cómo hacer preguntas sobre él. No
hay documentos escritos sobre gran parte de esta historia, y los
historiadores están entrenados para utilizar, en buena medida,
documentos escritos, por lo que les ha sido bastante difícil expandirse
hacia áreas donde se necesitan otro tipo de2evidencias. Para mí, eso no
resultaba tan complicado porque soy de fuera. Además, me lo planteo
como periodista y los periodistas, afortunadamente, no se preocupan de
si es arqueología o antropología o sociología o ecología. Hay todas estas

divisiones, pero a los periodistas no nos importa. Estoy muy agradecido


de que la gente del mundo académico no hable entre sí [ríe]. Es un poco
como me gano la vida [ríe].

Las divisiones disciplinarias…


Sí. Hay todo tipo de razones para ello. Si eres un miembro joven de una
facultad, tienes que ser aceptado por los miembros más veteranos de ella
y tienes que hacer cosas que ellos entiendan. Mientras que si te vas y
empiezas a colaborar con alguien de otra disciplina, ambas partes acaban
un poco diciendo: “¡No sé qué hacer con esto!”. En realidad es malo para
tu carrera. Pero a los periodistas no les importa. Tenemos una carrera
terrible en cualquier caso, así que del mismo modo podríamos también


divertirnos.

Es muy importante que la gente


comience a escuchar a los propios
nativos, y si dicen “mis bisabuelos
vivieron aquí e hicieron esto”,
probablemente deberías darles
algo de credibilidad
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Volviendo a tu libro, ¿por qué los datos sobre el tamaño de la
población indígena y la sofisticación de sus civilizaciones ha sido
algo tradicionalmente marginado en los registros históricos? Esto
incluye también a las contribuciones que se han dado en la
interacción con las sociedades occidentales. ¿Cómo han contribuido
la historia y la ciencia a eso?
Déjame recurrir a algo que acabo de leer. Charles Darwin, el cocreador de
la teoría de la evolución, obtuvo muchas de sus ideas en un largo viaje
que hizo en el Beagle, en la década de 1830, en la parte austral de
América del Sur. Allí se encontró con los pueblos que vivían en Tierra del
Fuego y llamó fueguinos. En realidad, había cuatro grupos diferentes de
cuatro naciones diferentes, pero él nunca fue muy claro en la distinción
entre ellos, por lo que los agrupó a todos y concluyó: “¡Dios mío! ¡Esta
gente es tan pobre y miserable! Deben ser como eran nuestros ancestros:
pobres y miserables”. Era completamente inconsciente de que cuando
los vio, en la década de 1830, hacía un siglo y medio que estaban en
guerra con los mapuches, al norte, y eso les había empujado hacia el sur
para, a su vez, empujar a los kawésqar, que era el pueblo que había visto
más al sur, en ese mismo área. Además habían sido golpeados por la
enfermedad. Por tanto, lo que estaba viendo, básicamente, eran los
refugiados, personas que huían de eso. Y claro, los refugiados tienden a
ser verdaderamente pobres, porque han perdido su hogar, pero él no
sabía nada de eso. Darwin estaba escribiendo El origen del hombre, que es
la segunda parte de El origen de las especies, centrado en los cazadores-
recolectores, los pueblos nativos y lo pobre y miserable que eran sus
2
vidas, sin entender ese tremendo proceso histórico. En realidad se
trataba de gente moderna que había sido tratada terriblemente.
Este tipo de cosas sucedieron una y otra vez: veían a los nativos
ignorando su historia y los efectos de la colonización, la enfermedad, el
maltrato, para concluir: “Siempre han debido ser así”. Entonces, cuando
la mayoría de los grandes libros de texto en los Estados Unidos
empezaron a escribirse, alrededor del 1900, y la población nativa era de
unas 250.000 personas (una pequeña porción de lo que había sido),
pensaron que aquí apenas había habido gente antes. Solo ha sido en los
últimos 30, 40 o 50 años que arqueólogos y antropólogos han hecho dos
cosas. En primer lugar, fueron a las crónicas españolas originales y,
bueno… [ríe] como me dijo un historiador: “Los españoles del siglo XVI
sabían contar”. Si decían que allí había 50.000 personas, probablemente
allí había 50.000 personas. Sí, sus cuentas eran etnocéntricas, pero no
eran estúpidos. La segunda cosa que ha sucedido es que han aparecido
un número increíble de herramientas científicas, como el lídar [LiDAR,
Light Detection and Ranging o Laser Imaging Detection and Ranging]. Así
que, hace solo unos años, comenzaron a hacer estos grandes estudios
lídar en Guatemala y el sur de México y encontraron, bajo el bosque, un
gran número de ruinas que no conocíamos. Empiezas entonces a pensar
que debió haber mucha gente allí. ¿Por qué habría kilómetros y
kilómetros de ciudad si no hubiera habido gente? Por último, también es
muy importante que la gente comience a escuchar a los propios nativos, y
si dicen “mis bisabuelos vivieron aquí e hicieron esto”, probablemente
deberías darles algo de credibilidad. Esas tres cosas han cambiado
realmente la imagen del pasado, y yo diría que también del presente y del
futuro.
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El covid, que ha matado


recientemente al 1% de la
población de EEUU, nos lo ha
recordado recientemente, . Ahora
imagina una epidemia que
matara, porcentualmente, cien
veces más. Es absolutamente
devastadora la pérdida que
sentirías.

Quería preguntarte sobre el papel de las epidemias en la conquista


de las Américas. Es algo que está en tu libro y es parte de la historia
de la conquista, pero a veces se ha utilizado como un instrumento
narrativo para mirar el pasado desde el2presente.
Hay un libro famoso de Jared Diamond que se llama Armas, gérmenes y
acero. Esas tres cosas, según él, hicieron que la conquista tuviera éxito. A
veces bromeo diciendo que creo que debería haber llamado a ese libro
Gérmenes, gérmenes y gérmenes, porque el papel de las enfermedades fue
muy grande. Esto nos lo ha recordado recientemente el covid, que ha
matado a un 1% de la población de los Estados Unidos. Ahora imagina
una epidemia que matara, porcentualmente, cien veces más. Es
absolutamente devastadora la pérdida que sentirías. Mi tía y mi madre
murieron de covid y fue un año horrible para todos nosotros. Mi madre
tenía 91 años, pero ahora imagina que eso le ocurre a toda una sociedad.
Sería simplemente devastador. Quería que la gente entendiera lo que
significaba.

Y lo que sucedió es que, una y otra vez, los europeos llegaban a las
Américas y los nativos los alejaban o los contenían, hasta que las
enfermedades llegaron y se afianzaron. De hecho, hubo más de 20
intentos de establecer colonias en América del Norte antes de la primera
epidemia. Después de esas primeras epidemias, alrededor de 1616, todos
los esfuerzos europeos tuvieron éxito. Es como un horrible experimento
natural. Lo mismo sucede con Hernán Cortés. Primero ataca Tenochtitlán
y fracasa. Le echan. Es la Noche Triste, en que pierde dos tercios de sus
hombres y casi todos sus caballos. Entonces se alía con un grupo de
nativos, aumenta este enorme ejército, fomenta una guerra, llega una
epidemia de viruela y acaba con toda la estructura militar y la mayoría de
los gobernantes de Tenochtitlán, así como con un gran número de
personas. Y entonces triunfa. Por tanto, sin enfermedad, pierde; con
enfermedad, gana. ¿Era el factor esencial? Muchas otras cosas
intervienen, por lo que no es el único factor, pero es esencial. Pero de ahí
a concluir que fueron las enfermedades las que mataron a toda esta gente
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y, entonces, los europeos no fuimos tan malos…
[La derecha española] dice que


España no quería matar a todos
los nativos, y es absolutamente
cierto, pero eso es porque los
querían como esclavos. No parece
un gran argumento en el frente
moral

Sí, creo que notaste la reacción de la extrema derecha en España


cuando tu libro se publicó, porque hiciste un hilo en Twitter…
Es que piensa en ese argumento, en términos de argumentación lógica.
Parecen querer decir que, como la enfermedad mató a la mayoría de esa
gente, en España o en Inglaterra o en cualquier otra potencia colonial no
actuamos tan mal. Sin embargo, igualmente podrías observar que, sí, la
enfermedad llegó, pero tomamos todo lo que quedó de los sobrevivientes.
2
Quizá no mataron a tus padres, pero se llevaron tu casa cuando estabas
en muy mal estado. No creo que eso sea un argumento de peso sobre la
gran persona que eres. Esa gente seguro que dice que España no quería
matar a todos los nativos, y es absolutamente cierto, pero eso es porque

los querían como esclavos. No parece un gran argumento en el frente


moral. También dicen que todo esto es la leyenda negra, pero no, esta es
la forma en que todos los europeos buscaban fuerza de trabajo.

España llegó primero y por eso hizo las cosas primero, pero no era muy
diferente de lo que hacían los ingleses o los holandeses y demás. Pero si
eres de España y quieres tratar este tema, podrías hablar más de
Bartolomé de la Casas, que fue quizá la primera persona en hablar, en el
sentido moderno, de todos los seres humanos como hermanos, para
referirse específicamente a los nativos americanos y a los africanos.
Ciertamente se había dicho antes en el cristianismo, con Agustín y
demás, pero su marco de referencia solo incluía a los europeos. Pero Las
Casas es el primero en decirlo con un sentido real del tamaño del mundo
y de la diversidad de pueblos que hay en él, una visión filosófica
fundamental para el movimiento de los derechos humanos. Era un tipo
extraordinario. Así que, si buscas una justificación de lo que la gente de
tu país hizo hace 400 años, mejor mira a Las Casas. Si realmente
necesitas eso, ahí le tienes a él.

Quería preguntarte sobre la intervención y gestión indígena del


paisaje. En tu libro hablas del uso del fuego, y también de la
agricultura en el Amazonas. ¿Qué podemos aprender de estas
prácticas en relación con la actual emergencia climática, cuando
tenemos que repensar y reimaginar formas alternativas en nuestra
relación con el medio natural?
Aquí hay dos cosas. Una es lo que hicieron2y otra es lo que significa para
nosotros. Lo que hicieron es un hecho, algo que aprendemos. Lo que
significa es, por supuesto, mi opinión. Lo que hicieron los pueblos
indígenas en América del Norte en general, la parte austral de América
del Sur y las tierras bajas de Bolivia fue una tremenda cantidad de gestión
del paisaje por medio del fuego. Especialmente en las pampas y las
Grandes Llanuras, despejaron árboles que pudieran invadir para tener
praderas para el bisonte, el búfalo y el guanaco. Tenían un papel muy
activo en mantener ese paisaje y extender su tamaño. Las Grandes
Llanuras son probablemente un 30% más grandes de lo que habrían sido
sin la quema. Pero en bosques como los de las montañas del Oeste, el
fuego no solo creó los paisajes que deseaban, sino que sus quemas
controladas los mantuvieron más abiertos, más accesibles y mucho


menos vulnerables a los grandes incendios que tenemos ahora.

Existe una razón por la que si


vas a cualquier lugar en el
Amazonas y te alojas en un hotel,
hay como diez tipos diferentes de
zumo de frutas, y es porque estás
viviendo en medio de esos
antiguos huertos que crearon
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En el Amazonas fue ligeramente diferente, porque despejaron igual que se
hace para una granja, pero luego plantaron en lugar de dejarlo al azar. En
lugar de permitir que entrara cualquier árbol, daban acceso a árboles
frutales o de nueces. Existe una razón por la que si vas a cualquier lugar
en el Amazonas y te alojas en un hotel, hay como diez tipos diferentes de
zumo de frutas, y es porque estás viviendo en medio de esos antiguos
huertos que crearon. Esos son los hechos. Lo que creo que significan es
que desarrollaron muchas formas alternativas de gestión de paisajes, que
son muy diferentes de lo que hicieron los europeos. La tecnología
europea, desde mi punto de vista, se especializó en cosas como
engranajes, relojes, bombas y cosas por el estilo, lo cual es genial. La
tecnología indígena americana se especializó en este manejo ecológico y
eran mucho más sofisticados que los europeos, que básicamente talaban
los bosques y plantaban trigo. Y hay muchas alternativas a eso.

En tiempos de cambio climático cuando, por ejemplo, en partes de


España va a ser cada vez más difícil cultivar trigo, hay que pensar en
paisajes saludables y productivos que también puedan actuar enfriando
la tierra bajo su dosel. Esto es algo que los pueblos indígenas han
desarrollado en lugares como México. Así que creo, personalmente, que
hay mucho que aprender de estas prácticas, igual que con el fuego. Hay
toda una experiencia acerca de cómo vivir en un paisaje al que también
aplicas fuego. Y una de las formas de minimizar el impacto del cambio
climático sería reducir la carga de combustible en el suelo, lo que nos
llevaría a retomar las quemas que hacían en California, Oregón, Arizona y
demás hace cientos de años. Pero eso se ha2mantenido ilegal hasta hace
poco.
En California lo prohibieron los españoles…
Sí, y ha ido realmente a peor. Arrestaban a la gente por mantener el
paisaje. Ciertamente no soy un experto en el paisaje español, pero creo
que habéis tenido más incendios también, al igual que nosotros.

Así es, ha sido uno de los peores veranos en cuanto al tamaño de


territorio afectado por los incendios.
Entiendo que hay mucho combustible en el suelo, que es parte de lo que
causa eso. Un amigo en Barcelona me decía que necesitaban traer a
algunos karok de California para que enseñan qué hacer. Luego están los
monocultivos, y la fractura entre campo y ciudad convergiendo allí. Marx
escribió sobre eso, al referirse a la “fractura metabólica”. ¡Y es cierto!

Quería preguntarse sobre los alimentos, en particular sobre su


vínculo con la intervención indígena de la naturaleza. ¿Qué
significación adquiere esa interacción frente a nociones como la de
los terrenos baldíos o la terra nullius [tierra de nadie], que
sirvieron de legitimación para el colonialismo durante siglos?
Si bien en España era la evangelización el principal motor de la
colonización, en Inglaterra efectivamente la idea de terra nullius fue su
principal justificación. Ahora sabemos que es absurdo, pero en parte lo
que ocurrió fue que los ingleses simplemente no podían reconocer lo que
estaban viendo. Cuando pensaban en la agricultura, pensaban en
cuadrados de tierra con vallas alrededor y trigo aquí, ganado aquí bosque
allí, y así sucesivamente. Por supuesto, la gestión indígena era
2 con múltiples cultivos
completamente diferente. Tenían el policultivo,
que crecían en el mismo lugar. En realidad, con ese tipo de tecnología
disponible, el policultivo es muy productivo. De hecho, ha habido
algunos experimentos muy interesantes realizados por la profesora Jane
Mount Pleasant, de la Universidad Cornell y que es haudenosaunee. En
estos, usó los métodos del siglo XVIII para cultivar trigo y para cultivar
jardines haudenosaunee, y luego contabilizó el número de calorías
producidas por cada uno. Resultó que los jardines haudenosaunee eran
en realidad más productivos. Producían menos trigo o cualquier otro
cultivo individual, por supuesto, pero el total era más productivo que los


métodos europeos.

La tecnología europea se
especializó en engranajes, relojes,
bombas y cosas por el estilo, lo
cual es genial. La tecnología
indígena americana se especializó
en este manejo ecológico y eran
mucho más sofisticados que los
europeos

2
El problema es que, aunque eran altamente productivos, se veían como
un caos. Desde una perspectiva europea, se pensaba: “¡Dios mío! ¡Hay
que cuidar esos jardines!”. Pero no tenían ningún problema en absoluto.
Por otro lado, no tenían vallas alrededor porque, a diferencia de los
europeos, querían usarlos como cebo, que los ciervos entraran para
cazarlos. Tenían todo este paisaje que se utiliza de una manera
completamente diferente, mientras mis ancestros ingleses llegaron
diciendo: “Esta gente no hace nada aquí, tienen estos pequeños jardines
desordenados y encima queman la tierra todo el tiempo”. Simplemente
eran incapaces de reconocer cómo se utilizaban.

2
El cultivo del maíz supuso un


cambio fundamental en la
arquitectura de la planta que está
más allá de cualquier tipo de
ingeniería genética que se haya
intentado. Se trata de un
reordenamiento completo de la
gama genética para crear una
especie completamente nueva

A este respecto, quería preguntarte por el cultivo del maíz. ¿Cómo


puede su caso servirnos para repensar los paradigmas establecidos,
tan dominantes en el pensamiento occidental, que menosprecian el
2
carácter civilizatorio de los pueblos indígenas?
De nuevo, debemos diferenciar el hecho de la opinión. El hecho es que el
maíz es una especie construida por el ser humano. Eso no es lo que
ocurre, por ejemplo, con el trigo. Quiero decir, existe el trigo doméstico y
el trigo salvaje. Si vas al sur de Turquía, verás campos de trigo salvaje y
parece trigo. Es un poco más alto, pero lo reconoces como trigo. Lo
cambiamos por medio de procesos como la fragmentación [shattering],
donde se libera todo el grano al mismo tiempo y otra serie de elementos
que no afectan a que se vea más corto, que en realidad es una innovación
del siglo XX. Pero en el caso del maíz, hay plantas silvestres que se le
parecen, pero no tiene ningún ancestro silvestre. Se necesitaron décadas
de investigación por parte de los biólogos para descubrir que, de alguna
manera, había sido desarrollado a partir de una hierba llamada teosinte.

Si observas el maíz, ves que tiene un gran tallo central grueso y luego,
adjuntas a sus lados, tienes las espigas, que son pesadas. El conjunto
mide dos o tres metros de altura. Pero el teosinte mide metro y medio y
tiene muchos tallos, que al final tienen un pequeño racimo de granos.
Cuando lo ves, no te puedes creer que esto haya producido eso. No hay
ningún parecido en absoluto. De hecho, la mazorca es una estructura
biológica única. No existe en ninguna otra especie. Es un cambio
fundamental en la arquitectura de la planta que está más allá de
cualquier tipo de ingeniería genética que se haya intentado. Se trata de
un reordenamiento completo de la gama genética para crear una especie
completamente nueva. Representa una acción muy contundente sobre la
naturaleza, y siento que, una vez más, aquella gente no tenía miedo de
meterse allí y jugar con las cosas. Por tanto, creo que hay algo para
nuestro aprendizaje, que tiene que ver con que las acciones humanas no
son necesariamente malas, que se puede intervenir en la naturaleza para
bien. El maíz organizó toda la economía alimentaria de las Américas y es
2
algo francamente productivo. Tenían esas plantas con pequeñas semillas
y, de repente, pudieron cosechar muchísimo más gracias a ese nuevo
cultivo gigantesco. Es realmente increíble.

La concepción cristiana dice


que la gente es horrible y se alaba
a los nativos porque
supuestamente no tocan nada.
Pero eso implicaría que son
diferentes a cualquier otro tipo de
gente en cualquier otro lugar. Y
no, la gente sí toca las cosas

¿Qué nos dice esto de la agencia histórica de los pueblos indígenas?


Me refiero al registro social de sus civilizaciones, pero también a
esa idea prístina y romántica que a veces se promueve de ellos de
forma condescendiente, de equilibrio estático con la naturaleza,
como si pudiéramos hablar de un paraíso en el que nada ha sido
2
alterado, del que se pueden tomar los frutos de los árboles sin
hacer absolutamente nada.
Creo que ahí debemos hablar de la concepción cristiana del pecado
original, que está detrás de esa noción: es decir, la idea de que tocar algo
es malo porque la gente lleva consigo el pecado original, que es malo en
sí. Por eso un paisaje prístino, una “naturaleza salvaje”, entre comillas, es
mejor que una con gente, porque la gente arruina todo lo que toca. Y eso
es algo que está muy interiorizado en parte del movimiento
ambientalista. Responde a la concepción cristiana de que la gente es
horrible y se alaba a los nativos porque supuestamente no tocan nada.
Pero eso implicaría que son diferentes a cualquier otro tipo de gente en
cualquier otro lugar. Y no, la gente sí toca las cosas. Estamos hablando de
una gama increíblemente amplia y diversa de grupos de personas, así que
esta es una generalización que es terrible, ya que todos estos pueblos son
diferentes. Pero muy a menudo, cuando se habla con ellos, se entiende lo
que estaban pensando: en lo que pensaban era en la construcción de
paisajes futuros. Pensaban: “¿A dónde queremos ir?”. Sin embargo, con
frecuencia, los europeos lo que querían era volver al pasado, literalmente
al Jardín del Edén. En lugar de mirar hacia adelante para ver lo que
quieres hacer, construir en una dirección positiva y crear un futuro en el
que quieres vivir, esa mirada lleva a eliminar la presencia humana. Es
verdaderamente raro. Robert Musil, que escribió El hombre sin atributos,
tiene una sección en ese libro sobre cómo existe este extraño
romanticismo en el que la civilización europea se siente periódicamente
horrible sobre sí misma, se golpea y se dice que sería mejor si no
existiéramos, si la gente no existiera. Esto está muy ligado a eso.

Mencionas al principio de tu libro cómo2te diste cuenta de lo poco


que había cambiado la educación desde los tiempos en que ibas la
escuela cuando tus hijos empezaron también a ir a ella. ¿Sientes
que ha cambiado algo en los últimos años? ¿Ha tenido tu libro,
junto a otros, algún impacto en los programas escolares de historia?
En parte sí y en parte no. Para explicar por qué no necesito contar algo
sobre cómo funciona la educación en los Estados Unidos, que es muy
singular y defectuoso. Los libros de texto son muy importantes, porque
eso es lo que se supone que la gente debe aprender. Por ello, tenemos una
tradición en los Estados Unidos de control local, donde los Estados y los
pequeños pueblos deciden lo que pasa con la educación. Hacer un libro
de texto resulta muy caro para los editores por todos los derechos de las
imágenes y demás, y hay agencias en el Gobierno estatal que tienen que
aprobar tu libro. De esas agencias, las más grandes e importantes son las
de los Estados más grandes, Nueva York, Texas y California, porque están
muy poblados. Entonces, si no vendes tus libros de texto a Nueva York,
California y Texas, vas a perder dinero. El problema es que la junta que
aprueba los libros de texto en Nueva York es más progresista, la de Texas
es muy de derechas y la de California está muy loca. Mi editor me dijo
que había estado a cargo de un libro de texto una vez, tuvo que pasar por
estas tres instancias y que nunca más lo haría. Por lo tanto, cuando tienes
un libro de texto y ha sido aprobado, lo último que quieres hacer es
modificarlo, porque eso significa que tienes que volver a pasar por todo
este proceso de aprobación. Así que resulta muy, muy difícil cambiar la
educación. Sí tienes profesores individuales que complementan esos
libros. He conocido muchos que van más allá del plan de estudios y
dedican un poco de tiempo a esto, y eso sí ha cambiado. Pero en el
sentido institucional, nada, ni un poco.

Archivado en: Literatura 2 ‧ Memoria histórica


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