- ¡Elevémonos en alas de estos votos hasta el Gran
Arquitecto del Universo! Reconozcamos Su poder inmenso y nuestra debilidad; contengamos nuestro corazón dentro de los límites de la Equidad y de la Justicia; encaminemos siempre nuestros pasos por las vías seguras de la Razón y la Virtud, para que por ella podamos acercarnos a Él: Él es Uno. Causa Primera. Existe por Sí mismo.
¡Oh, G.·.A.·.D.·.U.·.!; Dignaos proteger a los obreros
de paz que nos hallamos aquí reunidos: enardeced nuestros corazones con el amor a la Virtud; Dadnos sabiduría para escoger el verdadero camino que debemos seguir y fuerza para no apartarnos de él. Y en cuanto a éste nuevo Aspirante, sostenedle con vuestro brazo tutelar en las pruebas de la vida y prestadle Vuestro auxilio y de soberano para que, incorporándose a nosotros, sea útil a la humanidad y digno del respeto y aprecio sociales. ¡Así Sea!.
PARRAFO 2.- Hermano mío, vuestros ojos recorren con asombro
este lúgubre recinto, en donde creías encontrar la más Profunda y Perfecta obra de la sabiduría y una morada de Paz y de Luz, asilo inviolable de la felicidad; pero no os lisonjeéis, hermano mío, con tan vana esperanza. No hay en la tierra ningún retiro seguro contra los vicios y las pasiones desenfrenadas. . . Clamores impíos hacen resonar las sagradas bóvedas del Templo. . . Las manos ensangrentadas del parricida manchan sus pórticos. . . La sangre del inocente humea sobre sus mármoles, y las fúnebres antorchas con su pálida luz alumbran los rastros del crimen y el triste aparato de la muerte. . . Las señales de consternación y de dolor pintadas en nuestros semblantes; el luto que nos rodea, los tristes restos encerrados en ese féretro, todo os debe manifestar, hermano mío, nuestro justo sentimiento por la pérdida del mejor de los amigos. El asesinato cometido en su persona se atribuye a algunos Compañeros: Quiera Dios que no seáis vos del número de esos malvados, pero si lo fueseis, temblad!: . .