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Exp.

2005-000170

SALA DE CASACIÓN CIVIL

Ponencia de la Magistrada: YRIS ARMENIA PEÑA ESPINOZA

Mediante escrito presentado ante la Secretaría de esta Sala, el ciudadano JUAN


DIEGO ROSALES, de nacionalidad venezolana, asistido judicialmente por la profesional
del derecho Nury Yolanda Diluida Rosales, solicitó el exequátur de la sentencia de fecha 17
de diciembre de 2003, dictada por la Corte Distrital del Condado de Tulsa, Estado de
Oklahoma, Estados Unidos de Norteamérica, mediante la cual se declaró disuelto por
divorcio el vínculo matrimonial existente para entonces entre el solicitante y la
ciudadana YINET DEL CARMEN DÍAZ BERMÚDEZ .

En fecha 15 de marzo de 2005 se dio cuenta en Sala de dicha solicitud, designándose


como ponente a la Magistrada que con tal carácter suscribe la presente decisión.

El 29 de marzo de 2005, en atención al contenido y alcance de los artículos 20 y 21


numeral 13 de la Ley Orgánica del Ministerio Público, el Juzgado de Sustanciación ordenó
notificar de la solicitud propuesta al ciudadano Fiscal General de la República.
Notificación ésta que se efectuó mediante oficio Nº 135, remitido el 30 de marzo de 2005.
(F. Nº 25)

En fecha 16 de mayo de 2005, fue consignado por ante la Secretaría de esta Sala, el
escrito de fecha 16 de mayo de 2005, remitido por la abogada Ana María Padilla Villalba,
Fiscal Cuarta del Ministerio Público ante las Sala de Casación Civil y Social de este
Tribunal Supremo de Justicia; quien informa que:

“…En fecha 04 (sic) de abril de 2005, mediante oficio Nro. DGAJ-2005-


25269, la Dirección General de Apoyo Jurídico del Despacho del Fiscal
General de la República, comisionó a quien suscribe para que ejerza
la representación del Ministerio Público en el procedimiento seguido por ante
esa Sala de Casación Civil, en ocasión de la solicitud de exequátur planteada
por el ciudadano JUAN DIEGO ROSALES PARRA…”

En ocasión de lo anterior, el 3 de mayo de 2005, mediante fallo proferido por ésta


misma Sala, fue decidido lo siguiente:
“…Antes de conciliar la admisión correspondiente, a los fines de proveer en
definitiva respecto a la solicitud de exequátur, se constata de autos que no fue
acompañada la prueba que demuestre que la sentencia de divorcio dictada
por la Corte Distrital del Condado de Tulsa, Estado de Oklahoma, Estados
Unidos de América, quedó definitivamente firme mediante la ejecutoria,
requisito de admisibilidad necesario para otorgar el exequátur solicitado,
de igual forma no consta en autos el domicilio o residencia del solicitante,
ni de la persona contra la cual obra la ejecutoria, requisitos exigidos de
conformidad con lo previsto en el artículo 852 del Código de
Procedimiento Civil .

En atención a lo antes expuesto y a la norma citada, esta Sala de Casación


Civil en aras de la Tutela Judicial Efectiva y a los fines de asegurar una justa
resolución del caso, de conformidad con lo dispuesto en el aparte 14 del
artículo 21 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, exhorta al
solicitante para que en un lapso de veinte (20) días de despacho siguientes al
recibo de la notificación correspondiente, consigne en autos prueba de que la
sentencia dictada por la Corte Distrital del Condado de Tulsa, Estado de
Oklahoma, Estados Unidos de América, el 17 de Diciembre de 2003, quedó
ejecutoriada, así como también el domicilio o residencia del solicitante y de la
persona contra la cual obra la ejecutoria…” (Negrillas de lo citado, subrayado
de la Sala)

Habiéndose advertido las deficiencias indicadas respecto a los requisitos de


admisibilidad del exequátur solicitado que no fueron consignados por el solicitante, en esa
misma oportunidad la Sala dejó establecido lo siguiente:

“…De ser consignada la información solicitada, se pasaran los autos al


juzgado de Sustanciación de esta Sala para que continúe la correspondiente
sustanciación; en caso contrario, de no ser consignada en el lapso indicado, la
Sala pasará a decidir con los recaudos que cursan en el expediente. Así se
declara.” (Subrayado de la Sala)

En atención a lo decidido en la citada decisión, esta Sala ordenó librar la boleta


respectiva para hacer efectiva la notificación correspondiente, encomendándole la práctica
de la misma al ciudadano alguacil de la Sala, quien en fecha 1 de agosto de 2006, manifestó
en autos la imposibilidad de llevar a cabo tal diligencia, por cuanto no cursa en el
expediente, indicación alguna sobre la dirección del domicilio o residencia que le permita
notificar a los interesados.

Visto que la actuación anteriormente indicada ha sido la última que consta en los autos
respectivos, ésta Sala procede a dictar la decisión correspondiente, conforme a las
consideraciones que se expresan en los términos siguientes:

ÚNICO

Del análisis de las actuaciones que contienen el procedimiento de exequátur iniciado


por ante esta Sala en virtud de la solicitud consignada en fecha 7 de marzo de 2005, por el
ciudadano JUAN DIEGO ROSALES PARRA ; se desprende la deficiencia existente en el
trámite de dicho procedimiento, una vez determinado que en los autos respectivos no consta -
tal como se indicó en la decisión de fecha 3 de mayo de 2005-, por una parte, la prueba que
demostrara la ejecutoria de la sentencia cuyo pase legal se solicita, y por la otra, la dirección
del domicilio o residencia del solicitante, ni de la persona contra la cual obra la ejecutoria.

Ello denota el incumplimiento de lo establecido en el artículo 852 del Código de


Procedimiento Civil en el cual se exige lo siguiente:

“La solicitud de exequátur se presentará por escrito en el cual se exprese la


persona que lo pida, su domicilio o su residencia, la persona contra la cual ha
de obrar la ejecutoria y su domicilio o residencia. La solicitud deberá
acompañarse con la sentencia de cuya ejecución se trate, con la ejecutoria que
se haya librado y la comprobación de los requisitos indicados en el artículo
precedente. Todo en forma auténtica y legalizado por autoridad competente…”

El incumplimiento de la citada norma, por parte del solicitante, por no consignar los
recaudos conforme a las exigencias legalmente establecidas, produjo la decisión de ésta Sala,
mediante la cual se exhortó a quien pretende el pase legal de la sentencia extranjera, para
que en un lapso de veinte días de despacho contados a partir de la fecha de la notificación
correspondiente, consignara en los autos, tanto la prueba que demostrara la ejecutoria de
dicha sentencia, como la dirección del domicilio o residencia donde pudieran ser notificados
sobre las decisiones de este Máximo Tribunal, tanto él como la persona sobre la cual obrara
lo ejecutoriado, esto es: la señalada como su ex cónyuge, ciudadana Yinet del Carmen Díaz
Bermúdez.

Ahora bien, consta en los autos que ha transcurrido más de un año desde la fecha 3 de
mayo de 2005, (fecha en la cual fue dictada la sentencia proferida por ésta Sala); sin que el
solicitante realice la consignación de lo requerido por ésta Sala a los fines de la tramitación
del procedimiento iniciado.

Por ello, al ser constatada tal situación, oportuno resulta hacer referencia a las normas
que regulan situaciones similares, en las cuales se verifica el transcurso de un año sin
actividad de las partes dentro del proceso judicial que les atañe.

En este sentido, la norma que regula tal situación es el artículo 267 del Código de
Procedimiento Civil, cuyo texto reza:

“Toda instancia se extingue por el transcurso de un año sin haberse


ejecutado ningún acto de procedimiento por las partes. La inactividad del
juez después de vista la causa, no producirá la perención…” (Negrillas
de la Sala)

De modo que, conforme a la citada disposición, la inactividad de las partes en el


proceso, en el transcurso de un año, produce la perención de la instancia de pleno derecho.

En este mismo sentido, tratándose de procesos que cursan por ante las Salas de este
Máximo Tribunal, la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, regula la perención de
la instancia en su artículo 19, aparte 15º, al señalar:

“La instancia se extingue de pleno derecho en las causas que hayan estado
paralizadas por más de un (1) año, antes de la presentación de los informes.
Dicho término empezará a contarse a partir de la fecha en que se haya
efectuado el último acto procesal. Transcurrido dicho lapso, el Tribunal
Supremo de Justicia deberá declarar consumada la perención de oficio o a
instancia de parte, la cual deberá ser notificada a las partes, mediante un
cartel publicado en un diario de circulación nacional. Luego de transcurrido
un lapso de quince (15) días continuos se declarará la perención de la
instancia”.

Ahora bien, a los fines de lograr el mejor entendimiento en el caso examinado, esta
Sala hace referencia sobre criterio que al respecto estableció la Sala Constitucional de esta
Superioridad, en la decisión Nº 1.466, dictada el 5 de agosto de 2004, en el caso Juan
Manuel Vadell González; cuyo pronunciamiento se refiere a la desaplicación de lo ordenado
en la aludida ley, con el siguiente fundamento:

“…En efecto, es evidente que la norma obliga a las Salas que componen este
Tribunal Supremo de Justicia a aplicar una consecuencia jurídica de manera
indefectible, esto es, declarar consumada la perención , como consecuencia
de la verificación del supuesto de hecho previamente establecido en el
dispositivo normativo, cuál es la existencia de causas que hayan estado
paralizadas por más de un (1) año, antes de la presentación de los
informes . De manera que, pareciera que no existe ni otra opción ni otra
actuación que logre desvirtuar el inminente acontecimiento del decreto de
perención, como una decisión ineludible derivada de la falta de actuaciones
procesales de las partes en el expediente. Sin embargo, la norma ordena otras
actividades a continuación que hace absolutamente inoperante a la norma y en
consecuencia a la institución de la perención en las causas seguidas ante este
Supremo Tribunal.

Se aprecia al respecto que carecería de sentido que antes de que se declarase


la perención fuese obligatorio que se ordenase la publicación de un cartel,
toda vez que la norma es inequívoca cuando establece que la “instancia se
extingue de pleno derecho en las causas que hayan estado paralizadas por
más de un (1) año”, lo que implica que en poco o nada puede incidir cualquier
alegato de la parte para enervar los efectos de su inactividad, que pudiese
eventualmente sostener como consecuencia del llamado recibido a través del
cartel, pues como se expresa aquella opera ipso jure. Aunado a ello, la falta
de sentido práctico que sugiere ordenar notificar a una parte para quizás
“avisarle” de la inmediata decisión que el Tribunal tomará, o de lo que es
obvio, es decir, de su falta de interés o inactividad, o del incumplimiento de la
carga que tenía y que como tal sólo a ella concernía cumplir.

Por otra parte, si se prefiere interpretar que la notificación es posterior a la


decisión de perención, resulta igualmente absurdo ya que el Tribunal entonces
estaría avisándole a la parte, cuya falta de interés precisamente motivó la
declaratoria de perención, que el Tribunal está muy interesado, no obstante su
desinterés, en que se interese de la decisión, para poder volver a “redecretar”
o decretar “reperimida” la instancia.

En adición a lo anterior, cabe preguntarse, si la publicación del cartel es


obligatoria, ¿quién habría de sufragar los altos costos que estas publicaciones
comportan? La respuesta probablemente sería: la parte interesada, y cuál es
entonces esa parte interesada que debe soportar los gastos de su desinterés,
ello equivaldría a mantener archivados indefinidamente, sin ser enviados a
legajo, todos aquellos expedientes, en cuyas causas hubiese operado el
supuesto de hecho establecido en la norma, en espera de que la parte
apareciera a sufragar los gastos de un cartel cuya causa está indefectiblemente
destinada a extinguirse. Claro está, no corresponde a la interrogante que el
Tribunal deba soportar los gastos de las publicaciones que por tal motivo se
produzcan en todas las Salas de este Alto Tribunal, ello causaría una
erogación de recursos para el órgano absolutamente injustificada, inoficiosa e
injusta en relación con asuntos que merecen esa inversión. No obstante que
en fallos núms. 1.379 y 1.265/2004 se ordenó tal publicación en un esfuerzo
por hacer aplicativa la norma (núm. 1.245/2004), criterio que se
abandona.

Ahora bien, la norma, en esos términos concebida, colide con la necesaria


celeridad que debe informar el proceso, así como la prohibición de dilaciones
indebidas establecida en la Constitución. Es absurda y carece de elemental
lógica. Así las cosas, tomando en consideración la ambigüedad y oscuridad de
la norma es imperativo, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 19
(sic) del Código Civil, arbitrar una solución a la institución de la perención de
la instancia de las causas que cursan ante el Tribunal Supremo de Justicia.

En tal sentido, la Sala acuerda desaplicar por ininteligible la disposición


contenida en el párrafo quince del artículo 19 de la novísima Ley
Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, que pareciera obedecer a
un lapsus calamis del Legislador y, en atención a lo dispuesto en el aludido
artículo 19 (sic) del Código Civil, acuerda aplicar supletoriamente el
Código de Procedimiento Civil, de carácter supletorio...” (Negrillas de lo
citado, subrayado de la Sala).

Conforme al criterio señalado, el cartel de notificación que debía librarse a las partes
según lo ordenado por la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, en los casos en los
cuales se evidenciaba la inactividad de las mismas durante un año o más, en aquellos
procesos cursantes por ante las Salas que conforman éste Máximo Tribunal; resultaba del
todo contradictorio, al tener en cuenta que, al cumplirse los supuestos indicados en la norma
respectiva, la perención opera de pleno derecho.

Así mismo, fue examinado en dicha decisión el hecho de no señalarse en dicha ley, a
quien corresponde sufragar los gastos generados como consecuencia de tal publicación, por
ésta y la razón anteriormente señalada, fue determinado que en los procesos que cursan por
ante el Tribunal Supremo de Justicia, conforme con el artículo 14 del Código de
Procedimiento Civil; deben ser aplicadas en forma supletoria las normas contenidas en dicho
Código.

Con apoyo en lo anteriormente expresado, en la decisión Nº 2.162 de fecha 14 de


septiembre de 2004, proferida con posterioridad, en el expediente Nº 02-0162, en el caso
de la Federación Nacional de Ganaderos de Venezuela, la misma Sala Constitucional, decidió
de la siguiente manera:

“...Mediante decisión Nº 1466 del 5 de agosto de 2004, la Sala desaplicó por


ininteligible la disposición contenida en el párrafo quince del artículo 19 de la
novísima Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, y acordó aplicar
supletoriamente el artículo 267 del Código de Procedimiento Civil en lo
relativo a la perención de la instancia.
En tal sentido, la Sala constató que el último acto de procedimiento ejecutado
por la parte recurrente en el expediente se efectuó el 10 de junio de 2003, no
habiéndose realizado, a partir de la referida oportunidad, actuación alguna por
las partes dirigida a movilizar y mantener en curso el proceso. (Subrayado de
la Sala).

Por lo tanto, no tratándose de la inactividad del Juez después de vista la


causa, como lo dispone el artículo 267 del Código de Procedimiento Civil; no
versando la presente causa sobre la materia ambiental o penal; y por cuanto el
recurso de nulidad de autos no va dirigido a sancionar los delitos contra los
derechos humanos, contra el patrimonio público o contra el tráfico de
estupefacientes o sustancias psicotrópicas, conforme a lo previsto en el
párrafo 16 del artículo 19 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de
Justicia, la Sala considera que, la instancia se extinguió de pleno derecho, y
que debe ser, por tanto, declarada la perención de la instancia, conforme a las
disposiciones citadas.

En virtud de lo expuesto esta Sala Constitucional declara consumada la


perención y extinguida, en consecuencia, la instancia en la presente causa. Así
se declara...”

En este mismo orden de ideas, aplicando el citado criterio, esta Sala dejó establecido
en sentencia Nº 937, de fecha 20 de noviembre de 2006, en el expediente Nº AA20-C-2004-
001016, en el exequátur solicitado por EUROFOOD IFSC LIMITED; lo siguiente:

“La Sala Constitucional, en decisión Nº 1.466 del 5 de agosto de 2004, Caso:


Juan Manuel Vadell González, desaplicó por ininteligible la disposición
contenida en el párrafo quince del artículo 19 de la novísima Ley Orgánica del
Tribunal Supremo de Justicia y, en atención a lo dispuesto en la misma norma
acordó aplicar supletoriamente, para los casos de transcurso de más de un año
sin efectuar actos de procedimiento, el contenido del artículo 264 del Código
de Procedimiento Civil.

(…Omissis…)

La Sala acoge el criterio jurisprudencial antes transcrito, y establece que el


texto aplicable para el caso de la perención de instancia de las causas que se
ventilen en cualquiera de las Salas del Tribunal Supremo de Justicia, es el
Código de Procedimiento Civil. Esto es: transcurrido más de un año sin que
las partes hayan efectuado actos de procedimiento, las Salas podrán aplicar el
artículo 267 del Código de Procedimiento Civil, de manera supletoria, salvo
las excepciones previstas en la ley, como es el supuesto de que el juicio verse
sobre materia ambiental, penal, derechos humanos, patrimonio público,
tráfico de estupefacientes o sustancias psicotrópicas, conforme a lo previsto
en el artículo 19 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia.

(…Omissis…)

Más recientemente, en sentencia del 21 de febrero de 2006, Expediente Nº 00-


2859, Caso: Douglas José Pérez Rodríguez, expresó que:
“...revisadas las actuaciones cursantes en autos se constata que el último
acto en el presente juicio se efectuó el 18 de septiembre 2003, cuando la
parte recurrente solicitó la entrega del Cartel de emplazamiento a los
interesados, sin que desde entonces hasta la fecha haya habido actividad
procesal alguna.

En este contexto, el aparte 15 del artículo 19 de la Ley Orgánica del


Tribunal Supremo de Justicia que rige las funciones de este Máximo
Tribunal establece lo siguiente:

“La instancia se extingue de pleno derecho en las causas que hayan


estado paralizadas por más de un (1) año, antes de la presentación de
los informes. Dicho término empezará a contarse a partir de la fecha en
que se haya efectuado el último acto procesal. Transcurrido dicho lapso,
el Tribunal Supremo de Justicia deberá declarar consumada la perención
de oficio o a instancia de parte, la cual deberá ser notificada a las
partes, mediante un cartel publicado en un diario de circulación
nacional. Luego de transcurrido un lapso de quince (15) días continuos
se declarará la perención de la instancia”.

El artículo anteriormente citado prevé la posibilidad de sancionar


procesalmente, de oficio, la inactividad de las partes por más de un año,
lo que se verifica de pleno derecho una vez que se comprueba el
transcurso del tiempo exigido.

Ahora bien, esta Sala, mediante decisión N° 1466 de 5 de agosto de 2004,


desaplicó dicha norma por inintelegible y, en consecuencia, según la
observancia supletoria que permite el artículo 19, párrafo 2, de la Ley
Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, ordenó aplicar el Código de
Procedimiento Civil a los casos en que opere la perención de la instancia,
en los juicios que se siguen ante el Tribunal Supremo de Justicia.

En concreto, es el artículo 267 del Código de Procedimiento Civil la


norma que debe aplicarse en estos casos, el cual establece:

“Toda instancia se extingue por el transcurso de un año sin haberse


ejecutado ningún acto de procedimiento por las partes. La inactividad
del Juez después de vista la causa, no producirá la perención”.

...comprobado en el caso de autos, que desde el 18 de septiembre


2003, oportunidad en la cual se efectuó el último acto de
procedimiento (solicitud de entrega del Cartel de Emplazamiento a
los interesados), hasta la presente fecha, ha transcurrido más de un
(1) año sin que se haya efectuado ningún acto de procedimiento para
continuar impulsando el proceso, resulta pertinente, por ministerio de
la norma transcrita, declarar consumada la perención de la instancia en
la presente causa, y así se declara ...”. (Negritas de la Sala).

De acuerdo con la jurisprudencia transcrita y con lo previsto en el artículo


267 del Código de Procedimiento Civil, el período de inacción de las partes en
el proceso que exceda el lapso de un año establecido en la referida norma, da
lugar a la declaratoria de perención de la instancia y la consecuente extinción
del proceso.

Ahora bien, en el caso concreto, constata la Sala que el 31 de mayo 2005 se


ordenó a EUROFOOD IFSC LIMITED, la presentación de la ejecutoria de la
sentencia dictada por el Tribunal Civil y Penal de Parma de la República de
Italia, cuyo pase de ley se pretende, para que una vez constara en actas la
misma la Sala pudiera pronunciarse acerca de la admisibilidad de la solicitud
interpuesta, de lo contrario la misma sería declarada inadmisible; sin
embargo, desde ese momento hasta la presente fecha, la solicitante no ha
realizado actividad procesal alguna en el expediente, lo que quiere decir que
ha transcurrido más de un año sin acto de procedimiento.

Por consiguiente, de conformidad con lo establecido en el artículo 267 del


Código de Procedimiento Civil, esta Sala de Casación Civil declara
consumada la perención y, por vía de consecuencia, la extinción de la presente
solicitud de exequátur . Así se establece.” (Subrayado de la Sala)

Así que, atendiendo a los criterios jurisprudenciales analizados con precedencia, en


el sub iudice, se ha evidenciado que desde la fecha en la cual fue proferida la mencionada
exhortación al solicitante -3 de mayo de 2005- hasta el momento en el cual son examinados
los autos a los efectos de emitir la presente decisión, el solicitante no ha consignado los
recaudos solicitados, lo que sin duda alguna deja relucir que la presente causa no ha sido
impulsada por las partes interesadas.

De allí que, habiendo transcurrido el lapso perentorio de un año sin que en los autos
pueda constatarse que quien solicitó el exequátur que ocupa a esta Sala, pretenda proseguir
con dicho trámite procesal, conforme con lo establecido en el artículo 267 del Código de
Procedimiento Civil lo conducente es declarar la perención de la instancia y la extinción del
proceso, tal como será declarado de manera expresa, positiva y precisa en el dispositivo de
éste fallo. Así se decide.

DECISIÓN

Por las razones precedentemente expuestas, esta Sala de Casación Civil del Tribunal
Supremo de Justicia, administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de
Venezuela y por autoridad de la Ley, declara la PERENCIÓN DE LA
INSTANCIA Y LA EXTINCIÓN DEL PROCESO en la solicitud de exequátur de la
sentencia dictada en fecha 17 de diciembre de 2003, por la Corte Distrital del Condado de
Tulsa, Estado de Oklahoma, Estados Unidos de Norteamérica, mediante la cual se declaró
disuelto el vínculo matrimonial por divorcio entre el solicitante JUAN DIEGO ROSALES
PARRA y la ciudadana YINET DEL CARMEN DÍAZ BERMÚDEZ.

Dada la naturaleza de la decisión dictada, no hay condenatoria en costas, de


conformidad con lo establecido en el artículo 283 del Código de Procedimiento Civil.

Publíquese y regístrese. Archívese el expediente. Cúmplase lo ordenado.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación Civil, del


Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los veintisiete (27) días del mes de febrero de
dos mil siete. Años: 196º de la Independencia y 148º de la Federación.
Presidenta de la Sala,
YRIS ARMENIA PEÑA ESPINOZA
Vicepresidenta,
ISBELIA PÉREZ VELÁSQUEZ
Magistrado,
ANTONIO RAMÍREZ JIMÉNEZ
Magistrado,
CARLOS OBERTO VÉLEZ
Magistrado,
LUÍS ANTONIO ORTÍZ HERNÁNDEZ
Secretario,
ENRIQUE DURÁN FERNÁNDEZ
Exp. N°. AA20-C-2005-000170

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