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Sala Constitucional Magistrada Ponente: LUISA ESTELLA MORALES LAMUÑO Expediente #05-0309
Sala Constitucional Magistrada Ponente: LUISA ESTELLA MORALES LAMUÑO Expediente #05-0309
Que “(…) para la fecha en que se inicia la causa, vale decir, año 1991, la
admisibilidad del recurso de casación estaba determinada por una valoración
procedimental de la demanda en cantidad menor de los cinco millones de bolívares (Bs.
5.000.000,00), es decir, que para el año de 1991 en que se inicia esta causa la acción
ejercida era susceptible del Recurso de Casación, en otras palabras, el máximo Tribunal
de la República era competente para conocer de dicha causa en sede casacional. En tal
virtud, la cuantía, tanto de la demanda como de la reconvención, fueron establecidas por
los factores de hecho que existían al momento de sucederse dichos actos procesales,
además de que la causa principal tenía como objeto, un inmueble cuyo valor era muy alto
para la época (…)”.
Que “(…) la sentencia en primera instancia fue dictada en el mes de septiembre del
año 1995 cuando todavía persistía la señalada cuantía inferior a los 5 millones de
bolívares como una condición de admisibilidad del recurso de casación (…)”.
Que “(…) gracias a esa tardanza procesal (no imputable a ninguna parte del
proceso, sino al Estado a través de sus órganos jurisdiccionales) la Ley desfavorece de
alguna forma a las partes en su búsqueda por la correcta asistencia del Estado en la
aplicación de Justicia, modificando situaciones que hacen que el proceso mismo sacrifique
la justicia de una forma que anteriormente, y para el momento en que se conjugaron las
situaciones fácticas y de hecho que dieron origen al proceso en cuestión, no existían. Daño
o circunstancia desfavorable que no se hubiera originado si el Estado hubiera aplicado
correctamente desfavorable el principio de la celeridad procesal, y la efectiva aplicación
de la tutela judicial que constitucionalmente asiste a todos los justiciables (…)”.
Que “(…) se crea una desventaja y una especie de castigo para las partes en el
presente proceso, toda vez que durante el proceso en cuestión se modificó la cuantía para
acceder en casación en las causas civiles y mercantiles (…)”.
Que “(…) es por esto que, debido a un retraso en primera instancia (…) y (…) en
segunda instancia (casi 9 años en total) se castiga a una de las partes, o se limita el
ejercicio del derecho a la defensa y el derecho a acceder a la justicia con la modificación
realizada de la cuantía para acceder a la justicia (…), toda vez que la presente causa está
estimada en una cantidad menor a los cinco millones de bolívares (Bs. 5.000.000,00) para
la fecha en que se anunció el recurso de casación, ahora, límite éste que asciende a la
cantidad de Tres Mil Unidades Tributarias según la Ley Orgánica que rige el Tribunal
Supremo de Justicia (…)”.
Que “(…) el principio procesal vigente ha sido vulnerado con las sentencias cuya
revisión aquí se solicita. En este orden de ideas, consideramos necesario señalar el
principio de la perpetuatio jurisdictionis, previsto en el artículo 3 del Código de
Procedimiento Civil (…) el cual aplica al caso de marras, toda vez (…) que al momento de
la introducción de la presente acción (año 1991) esta era recurrible en Casación (…)”.
II
DEL FALLO OBJETO DE REVISIÓN
III
DE LA COMPETENCIA
En este orden, esta Sala mediante sentencia del 8 de septiembre de 2004, (caso:
“Peter Hofle Szabo”), reiteró que tanto la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela como la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia de la República
Bolivariana de Venezuela, señala las sentencias que pueden ser objeto de revisión.
Asimismo, la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia de la República Bolivariana
de Venezuela, prevé dos (2) revisiones que atienden a supuestos diferentes, a saber, las que
afectan los fallos de las distintas Salas del Tribunal Supremo de Justicia, la cual tiene lugar
por las razones establecidas en el artículo 5 numeral 4 de la Ley Orgánica del Tribunal
Supremo de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela; y otra que atiende
solamente a las sentencias firmes de amparo constitucional y de control difuso de
constitucionalidad de leyes o normas jurídicas, emanadas de cualquier Tribunal de la
República, respecto a la aplicación de la Constitución o de los principios que la conforman,
dispuesta en el artículo 5 numeral 16 eiusdem.
De igual modo, recientemente esta Sala mediante sentencia N° 325 del 30 de marzo
de 2005, amplió el ámbito de control de la revisión constitucional establecido en el artículo
5.4 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, al efecto dispuso:
IV
MOTIVACIONES PARA DECIDIR
En tal sentido, observa esta Sala que en virtud de la apelación ejercida contra el fallo
dictado por el Juzgado Cuarto de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de
la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, correspondió su
conocimiento al Juzgado Superior Segundo en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, el cual una vez presentados los
informes, se inhibió del conocimiento de la causa.
Ahora bien, señalado lo anterior, se hace necesario destacar que entre los requisitos
de admisibilidad del recurso de casación, es de impretermitible cumplimiento el de la
cuantía, según lo establecido en el artículo 312 del Código de Procedimiento Civil, pues el
monto que se exigía para acceder a la sede casacional era en un principio el que excediera
de doscientos cincuenta mil bolívares (Bs. 250.000,00); luego, a partir del 22 de abril de
1996, por Decreto Presidencial N° 1.029, cambió esa suma, aumentándola en la cantidad
que excediera de cinco millones de bolívares (Bs. 5.000.000,00). Ahora bien, con la entrada
en vigencia de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia de la República
Bolivariana de Venezuela a partir del 20 de mayo de 2004, dicha cuantía quedó modificada,
exigiéndose ahora que el interés principal del juicio exceda de tres mil unidades tributarias
(3.000 U.T.), esto es, para la presente fecha, la cantidad de ochenta y ocho millones
doscientos mil bolívares (Bs. 88.200.000,00).
Así las cosas, para el momento en que los actores cuestionaron a través del recurso
de hecho ante la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, la decisión del
Juzgado Superior Quinto en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial
del Área Metropolitana de Caracas, contentiva de la negativa de admisión del recurso de
casación interpuesto contra la decisión del 9 de enero de 2002, dictada por el referido
Juzgado Superior, la jurisprudencia imperante para la época, según lo señaló esta Sala
Constitucional el 11 de abril de 2003 (caso: “Saúl Rafael Hernández Maita”) -ratificando el
criterio sostenido por la Sala de Casación Civil (caso: “María Alejandra Ostos Núñez)-
exigía como cuantía mínima para la admisibilidad de dicho recurso, la cantidad de cinco
millones de bolívares (Bs. 5.000.000,00); en efecto señaló lo siguiente:
“Que ‘(…) en fecha 22 de abril de 1996, comenzó la aplicación de
una nueva cuantía determinada por el Decreto N° 1.029, de fecha
22 de enero de 1996, que previó la suma de cinco millones de
bolívares (Bs. 5.000.000,00), para los recursos expuestos en juicios
civiles, mercantiles y laudos arbitrales; y más de tres millones de
bolívares (Bs. 3.000.000,00) en los juicios laborales. De acuerdo
con ese Decreto que entró en vigencia, como se señaló
anteriormente, el 22 de abril de 1996, para la admisibilidad de los
recursos de casación en los juicios civiles y mercantiles, así como
los interpuestos contra las sentencias de los tribunales superiores
que conozcan en apelación de los laudos arbitrales, es requerido
que el interés hecho valer en la pretensión exceda de los cinco
millones de bolívares (Bs. 5.000.000,00). Estableciéndose asimismo,
que el recurso de casación sólo podía ser propuesto en los juicios
laborales cuya cuantía superará los tres millones de bolívares (Bs.
3.000.000,00), límite éste que, posteriormente, por interpretación
extensiva de la Sala fue aplicado a los procedimientos de tránsito y
especiales contenciosos agrarios.
Ahora bien, penetrada la Sala de serias dudas en torno a la
juridicidad del criterio anteriormente transcrito, donde se fija como
cuantía para los procesos de tránsito una cantidad que supere los
tres millones de bolívares (Bs. 3.000.000,00), tal como acontece con
los procedimientos especiales contenciosos laborales, considera
pertinente en esta oportunidad actualizar dicho criterio y elevar
dicha cuantía para los juicios regidos por la Ley de Tránsito
Terrestre, estableciendo su admisión en casación sólo cuando el
interés principal del procedimiento de tránsito exceda de los cinco
millones de bolívares (Bs. 5.000.000,00)’ (…)”.
De lo anterior se colige que a partir del 22 de abril de 1996 había comenzado a regir
la nueva cuantía establecida por el Decreto Presidencial Nº 1.029, publicado en la Gaceta
Oficial del 22 de enero de 1996, el cual consagraba un valor superior a cinco millones de
bolívares (Bs. 5.000.000,00), para las decisiones dictadas en juicios civiles, mercantiles y
las dictadas por los Tribunales Superiores que conocieran en apelación de dichas
decisiones.
En efecto, la Sala observa que cuando la causa primigenia fue decidida en última
instancia, ya se encontraba vigente desde el año de 1996 el Decreto Presidencial N° 1.029,
el cual establecía como requisito indispensable para la admisibilidad del recurso de
casación en los juicios civiles y mercantiles, que el interés hecho valer en la pretensión
excediera de los cinco millones de bolívares (Bs. 5.000.000,00).
Ahora bien, a los fines de determinar la cuantía que debió exigirse para acceder en
sede casacional en el caso concreto, debe señalarse que deben respetarse las circunstancias
fácticas e incluso de derecho, que existían para el momento en el cual se haya presentado el
debate que se decida en el presente. (Vid. Sentencias de esta Sala Nros. 956 del 1 de junio
de 2001, caso: “Fran Valero González”, 1.032 del 5 de mayo de 2003, caso: “Poliflex,
C.A.”, 3.702 del 19 de diciembre de 2003, caso. “Salvador de Jesús González Hernández”
y 401 del 19 de marzo de 2004, caso: “Servicios La Puerta, S.A.”).
De manera que, observa esta Sala que efectivamente el juez de segunda instancia,
incurrió en un retardo procesal, no imputable a las partes, por cuanto desde el 23 de marzo
de 1998 -fecha en la cual se fijó el lapso de sesenta (60) días para dictar sentencia -, hasta el
día 9 de enero de 2002 -fecha en la cual se dictó el fallo-, transcurrieron más de tres (3)
años, por ello, se hace necesario determinar la cuantía requerida para la oportunidad en que
el Juez debió dictar la sentencia a los fines de establecer la admisibilidad del recurso de
casación, todo a la luz de los derechos constitucionales a la tutela judicial efectiva, al
debido proceso y a la defensa.
Así, de acuerdo con la doctrina antes expuesta, la cuantía necesaria para acceder a la
sede casacional en los juicios de naturaleza civil y mercantil, se constata que la para la
fecha en que debió dictarse la sentencia en segunda instancia, esto es, el 22 de mayo de
1998 -sin tomar en cuenta sus posteriores diferimientos- la cuantía requerida para acceder
en sede casacional debía superar la cantidad de cinco millones de bolívares (Bs.
5.000.000,00), de conformidad con el Decreto Presidencial N° 1.029, vigente a partir del 22
de abril de 1996; en tal sentido, siendo el referido Decreto una norma de carácter procesal
de aplicación inmediata, incluso a aquellos procesos en curso, resultó acertado el fallo
objeto de la presente solicitud.
Por tanto en aplicación de las consideraciones anteriores, la Sala constata que por
cuanto el interés principal del juicio no excedía la cantidad requerida en aquel momento
para acceder en casación, de conformidad con lo previsto en el artículo 312 del Código de
Procedimiento Civil, considera esta Sala que no se verifica la violación aludida, por lo que
resulta evidente que el presente caso no contribuirá a la uniformidad de la interpretación de
normas y principios constitucionales, siendo el recurso de revisión potestativo de la Sala,
razón por la cual se declara no ha lugar la presente solicitud. Así se decide.
V
OBITER DICTUM
Señalado lo anterior, las leyes no rigen las relaciones jurídicas cuyo decurso ha sido
en tiempos anteriores, especialmente, cuando han originado derechos adquiridos, por ello,
las leyes intertemporales toman evidente relevancia en consideración de su aplicación
inmediata incluso a nivel constitucional y en preservación del principio de la
irretroactividad de las leyes.
Por otra parte, el artículo 9 del Código de Procedimiento Civil, dispone lo siguiente:
“La ley procesal se aplicará desde que entre en vigencia, aún en los
procesos que se hallen en curso; pero en este caso, los actos y hechos
ya cumplidos y sus efectos procesales no verificados todavía, se
regularán por la ley anterior”.
De manera que, aún cuando las leyes procesales son de aplicación inmediata, las
mismas no pueden tener efecto retroactivo respecto a los actos y hechos ya cumplidos y sus
efectos procesales no verificados todavía; es decir, la ley no debe establecer correcciones
en el iter procedimental salvo que sólo sean aplicables a futuro, pues de aceptarse así las
partes estarían expuestas a sufrir las consecuencias de los cambios sobrevenidos durante el
desarrollo del mismo, más aún cuando el artículo 24 de la Carta Magna prevé que las leyes
de procedimiento son de aplicación inmediata a los procesos en curso, no así deben ceder
en su aplicación ante el supremo derecho a la justicia y de la tutela judicial efectiva, cuando
la cuantía fue estimada bajo la vigencia de una ley anterior.
En tal sentido, esta Sala en aras de preservar la seguridad jurídica, la tutela judicial
efectiva y el debido proceso, establece que la cuantía necesaria para acceder a casación,
debe ser la misma que imperaba para el momento en que se interpuso la demanda,
pues es en ese momento en el cual el actor determina el derecho a la jurisdicción y la
competencia por la cuantía y por ello considera cumplido el quantum requerido por el
legislador para acceder en sede casacional, pues las partes no están en disposición de prever
las modificaciones de la cuantía a que hubiere lugar durante la tramitación del proceso para
acceder en casación. Así se decide.
Por otra parte, con la entrada en vigencia de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo
de Justicia, la cuantía para acceder en casación quedó modificada, en efecto el artículo 18
lo siguiente: “(…) El Tribunal Supremo de Justicia conocerá y tramitará, en la Sala que
corresponda, los recursos o acciones, que deban conocer de acuerdo con las leyes, cuando
la cuantía exceda de tres mil unidades tributarias (3.000 U.T.) (…)”.
VI
DECISIÓN
Por las razones que anteceden, esta Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela por
autoridad de la Ley, declara NO HA LUGAR la solicitud de revisión presentada por los
abogados Ricardo E. Koesling, José Luis Núñez Quintero y Konrad Koesling, inscritos en
el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo los Nros. 23.055, 66.453 y 74.974,
respectivamente, actuando como apoderados judiciales de la sociedad mercantil
CARBONELL THIELSEN, C.A., ya identificada, del fallo del 25 de septiembre de 2002,
dictado por la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, mediante el cual
declaró sin lugar el recurso de hecho interpuesto contra el auto del 26 de abril de 2002,
dictado por el Juzgado Superior Quinto en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, denegatorio a su vez del
recurso de casación anunciado contra la sentencia del 9 de enero de 2002, dictada por el
prenombrado Juzgado.
La Presidenta de la Sala,
Los Magistrados,
El Secretario,
Exp. Nº 05-0309
LEML/ c