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PRÁCTICA 3 MIT

SENTENCIA DEL TRIBUNAL DE JUSTICIA (Sala Cuarta) de 5 de junio de 2014

Reglamento 883/2004

Art. 19.1

Estancia fuera del Estado miembro competente

1. Salvo que en el apartado 2 se disponga lo contrario, la persona asegurada y los miembros de


su familia que se hallen en un Estado miembro distinto del Estado miembro competente
tendrán derecho a las prestaciones en especie necesarias, desde un punto de visto médico,
durante su estancia, tomando en consideración la naturaleza de las prestaciones y la duración
prevista de la estancia. La institución del lugar de estancia facilitará las prestaciones por cuenta
de la institución competente, según las disposiciones de la legislación del lugar de estancia,
como si los interesados estuvieran asegurados en virtud de dicha legislación.

Art. 20.1.2

Desplazamientos para recibir prestaciones en especie-autorización para recibir un tratamiento


adecuado fuera del Estado miembro de residencia

1. Salvo disposición en contrario del presente Reglamento, la persona asegurada que se


desplace a otro Estado miembro para recibir prestaciones en especie durante su estancia
deberá solicitar la autorización de la institución competente.

2. La persona asegurada autorizada por la institución competente a desplazarse a otro Estado


miembro para recibir en éste un tratamiento adecuado a su estado de salud se beneficiará de
las prestaciones en especie facilitadas, por cuenta de la institución competente, por la
institución del lugar de estancia, según las disposiciones de la legislación que ésta última
aplique, como si estuviera asegurada en virtud de dicha legislación. La autorización deberá ser
concedida cuando el tratamiento de que se trate figure entre las prestaciones previstas por la
legislación del Estado miembro en que resida el interesado y cuando, habida cuenta de su
estado de salud en ese momento y de la evolución probable de la enfermedad, dicho
tratamiento no pueda serle dispensado en un plazo justificable desde el punto de vista médico.

Reglamento 987/2009

Elementos necesarios para la determinación de la residencia

1. En caso de discrepancia entre las instituciones de dos o más Estados miembros en cuanto a
la determinación de la residencia de una persona a la que se aplique el Reglamento de base,
las instituciones deberán establecer de común acuerdo el centro de interés del interesado a
partir de una evaluación global de toda la información disponible relacionada con los hechos
pertinentes, que podrá incluir, según el caso:

a) la duración y continuidad de su presencia en el territorio de los Estados miembros


afectados;

b) la situación personal del interesado, incluidos:

i) la naturaleza y condiciones específicas de la actividad ejercida, si la hay, en particular el


lugar donde se ejerce habitualmente la actividad, la estabilidad de la actividad y la duración de
cualquier contrato de trabajo,
ii) su situación familiar y los lazos familiares,

iii) el ejercicio de toda actividad no remunerada,

iv) en el caso de los estudiantes, su fuente de ingresos,

v) el alojamiento, en particular su grado de permanencia,

vi) el Estado miembro en el que se considere que la persona tiene su residencia fiscal.

2. Cuando la consideración de los diversos criterios basados en hechos pertinentes como se


enuncian en el apartado 1 no permita a las instituciones afectadas llegar a un acuerdo, se
considerará decisiva para determinar el lugar efectivo de residencia la voluntad de la persona,
según se desprenda de tales hechos y circunstancias, y en especial las razones que la llevaron a
trasladarse.

En virtud de todo lo expuesto, el Tribunal de Justicia (Sala Cuarta) declara:

El artículo 1, letras j) y k), del Reglamento (CE) nº 883/2004, del Parlamento Europeo y del
Consejo, de 29 de abril de 2004, sobre la coordinación de los sistemas de seguridad social,
debe interpretarse en el sentido de que, a efectos de los artículos 19, apartado 1, o 20,
apartados 1 y 2, de dicho Reglamento, cuando un nacional de la Unión que residía en un
primer Estado miembro contrae una enfermedad grave y repentina durante sus vacaciones
en un segundo Estado miembro y se ve obligado a permanecer durante once años en ese
Estado, como consecuencia de dicha enfermedad y de la disponibilidad de cuidados médicos
especializados próximos al lugar en el que vive, debe considerarse que se encuentra en
situación de «estancia» en ese segundo Estado miembro, ya que el centro habitual de sus
intereses se sitúa en el primer Estado miembro.

Corresponde al órgano jurisdiccional nacional determinar el centro habitual de los intereses


de ese nacional apreciando todos los hechos pertinentes y teniendo en cuenta la voluntad de
éste, tal como resulta de tales hechos, toda vez que la mera circunstancia de que dicho
nacional haya permanecido en el segundo Estado miembro durante un largo período de
tiempo no es suficiente, como tal y en sí misma, para considerar que reside en ese Estado.
Roj: STS 4967/2016 - ECLI:ES:TS:2016:4967

Art.219 LRJS

1. El recurso tendrá por objeto la unificación de doctrina con ocasión de sentencias dictadas en
suplicación por las Salas de lo Social de los Tribunales Superiores de Justicia, que fueran
contradictorias entre sí, con la de otra u otras Salas de los referidos Tribunales Superiores o
con sentencias del Tribunal Supremo, respecto de los mismos litigantes u otros diferentes en
idéntica situación donde, en mérito a hechos, fundamentos y pretensiones sustancialmente
iguales, se hubiere llegado a pronunciamientos distintos.

2. Podrá alegarse como doctrina de contradicción la establecida en las sentencias dictadas por
el Tribunal Constitucional y los órganos jurisdiccionales instituidos en los Tratados y Acuerdos
internacionales en materia de derechos humanos y libertades fundamentales ratificados por
España, siempre que se cumplan los presupuestos del número anterior referidos a la
pretensión de tutela de tales derechos y libertades. La sentencia que resuelva el recurso se
limitará, en dicho punto de contradicción, a conceder o denegar la tutela del derecho o
libertad invocados, en función de la aplicabilidad de dicha doctrina al supuesto planteado.

Con iguales requisitos y alcance sobre su aplicabilidad, podrá invocarse la doctrina establecida
en las sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea en interpretación del derecho
comunitario.

3. El Ministerio Fiscal, en su función de defensa de la legalidad, de oficio o a instancia de los


sindicatos, organizaciones empresariales, asociaciones representativas de los trabajadores
autónomos económicamente dependientes o entidades públicas que, por las competencias
que tengan atribuidas, ostenten interés legítimo en la unidad jurisprudencial sobre la cuestión
litigiosa, y con independencia de la facultad que ordinariamente tiene atribuida conforme al
artículo siguiente de esta Ley, podrá interponer recurso de casación para unificación de
doctrina. Dicho recurso podrá interponerse cuando, sin existir doctrina unificada en la materia
de que se trate, se hayan dictado pronunciamientos distintos por los Tribunales Superiores de
Justicia, en interpretación de unas mismas normas sustantivas o procesales y en circunstancias
sustancialmente iguales, así como cuando se constate la dificultad de que la cuestión pueda
acceder a unificación de doctrina según los requisitos ordinariamente exigidos o cuando las
normas cuestionadas por parte de los tribunales del orden social sean de reciente vigencia o
aplicación, por llevar menos de cinco años en vigor en el momento de haberse iniciado el
proceso en primera instancia, y no existieran aún resoluciones suficientes e idóneas sobre
todas las cuestiones discutidas que cumplieran los requisitos exigidos en el apartado 1 de este
artículo.

El recurso podrá prepararlo la Fiscalía de Sala de lo Social del Tribunal Supremo dentro de los
diez días siguientes a la notificación a la Fiscalía de la Comunidad Autónoma de la sentencia
impugnada, mediante escrito reducido a la manifestación del propósito de entablar el recurso
y exponiendo sucintamente la fundamentación que se propondrá desarrollar en el mismo.

El escrito se presentará ante la Sala que dictó la resolución impugnada y del mismo se dará
traslado a las demás partes, hayan o no preparado las mismas recurso. Las partes podrán
dentro de los cinco días siguientes, solicitar que en el recurso el Ministerio Fiscal interese la
alteración de la situación jurídica particular resultante de la sentencia recurrida y el contenido
de las pretensiones que el ministerio público habría de formular en su nombre en tal caso.

Trascurrido el plazo anterior, aunque no se hubieran presentado escritos de las partes en el


sentido expresado, dentro de los cinco días siguientes se elevarán los autos a la Sala de lo
Social del Tribunal Supremo junto con los escritos de preparación que se hubieran presentado
y las actuaciones que se hubieren practicado hasta ese momento en el estado en que se
encuentren, previo emplazamiento por el secretario judicial a las demás partes que no
hubieran recurrido para su personación por escrito por medio de letrado ante la Sala de lo
Social del Tribunal Supremo dentro del plazo de los diez días siguientes, debiendo acreditarse
la representación de la parte de no constar previamente en las actuaciones. La parte
recurrente en su caso, y el Ministerio Fiscal se entenderán personados de derecho con la
remisión de los autos.

Las actuaciones ulteriores se seguirán ante la Sala de lo Social del Tribunal Supremo conforme
a las reglas establecidas en los artículos 222 a 228 con las adaptaciones necesarias teniendo en
cuenta las especialidades de esta modalidad del recurso.

En caso de estimación del recurso, la sentencia fijará en el fallo la doctrina jurisprudencial y


podrá afectar a la situación jurídica particular derivada de la sentencia recurrida conforme a las
pretensiones oportunamente deducidas por el Ministerio Fiscal y por las partes comparecidas
en el recurso que se hubieren adherido al mismo.

En defecto de solicitud de parte o en el caso de que las partes no hayan recurrido, la sentencia
respetará la situación jurídica particular derivada de la sentencia recurrida y en cuanto afecte a
las pretensiones deducidas por el Ministerio Fiscal, de ser estimatoria, fijará en el fallo la
doctrina jurisprudencial. En este caso, el fallo se publicará en el Boletín Oficial del Estado y, a
partir de su inserción en él, complementará el ordenamiento jurídico, vinculando en tal
concepto a todos los jueces y tribunales del orden jurisdiccional social diferentes al Tribunal
Supremo.

Prestación por desempleo. Consta probado que la demandante en el año 2011 realizó cinco
salidas al extranjero permaneciendo un total de 124 días sin comunicar las salidas ni las causas
al SPEE. En el periodo 02/07/2011 al 27/10/2012 percibió la prestación de desempleo en la
cuantía reclamada de 12.488,10 euros.
La sentencia de instancia al desestimar la demanda, considera que el haber salido de España y
no haber comunicado al SPEE dicha salida al extranjero constituye falta grave sancionable con
la pérdida de la prestación, a tenor de lo dispuesto en la LISOS.
Se aporta como sentencia de contraste, la dictada por esta Sala IV del Tribunal Supremo de
03/06/2014.
Entre la sentencia recurrida y la de contraste concurren las identidades exigidas por el artículo
219 de la LRJS , ya que en ambos casos se trata de perceptores de prestación de desempleo
que, sin comunicarlo al SPEE, se ausentan de España, por tiempo superior a 90 días -del 14-02-
07 a 06-05-07 y del 16-05-07 a 11- 08-07 (total 167 días) en la e contraste, y en el año 2011
realizó cinco salidas al extranjero la demandante, sin que conste que en ninguna de ellas haya
superado los 90 días en el supuesto de la sentencia recurrida, permaneciendo un total de 124
días sin comunicar las salidas ni las causas al SPEE, por lo que en ninguna de las sentencias
comparadas se alcanza los 90 días. No obstante ello las sentencias comparadas llegan a
soluciones distintas sobre la extinción de la prestación de desempleo.
La primera disposición legal a tener en cuenta en la decisión de los casos litigiosos generados
por la ausencia del territorio nacional de los beneficiarios de prestaciones de desempleo es
el artículo 203 LGSS. Este precepto contiene la definición clásica de la contingencia de
desempleo.
Una segunda norma legal a considerar es el artículo 213.g) LGSS , que establece como causa
de extinción de la protección por desempleo el "traslado de residencia al extranjero, salvo en
los casos que reglamentariamente se determinen ".
Otra disposición que puede influir en la decisión de este tipo de casos litigiosos es el artículo
231.1 LGSS , que incluye entre las " obligaciones de los trabajadores y de los solicitantes y
beneficiarios de prestaciones por desempleo: ... b) proporcionar la documentación e
información que reglamentariamente se determinen a efectos del reconocimiento,
suspensión, extinción o reanudación del derecho a las prestaciones; ... e) solicitar la baja en las
situaciones de desempleo cuando se produzcan situaciones de suspensión o extinción del
derecho o se dejen de reunir los requisitos exigidos para su percepción, en el momento de la
producción de dichas situaciones".
El Real Decreto 625/1985 contiene el Reglamento de la Protección por Desempleo, al que
remite la LGSS. Su artículo 6.3 contiene varios preceptos en la materia controvertida. En
primer lugar prevé una de las excepciones reglamentarias a la regla de extinción de la
prestación de desempleo por traslado de residencia al extranjero (" búsqueda o realización de
trabajo "o" perfeccionamiento profesional" por tiempo inferior a "doce meses"). A
continuación recuerda que, con la salvedad anterior, el traslado de residencia es "causa de
extinción "de la prestación reconocida. Puntualiza después como supuesto excepcional que" la
salida al extranjero por tiempo no superior a quince días naturales por una sola vez cada año"
no es causa de extinción de la prestación de desempleo. Y concluye, en fin, que esta ausencia
del territorio nacional, en cuanto que pueda tener repercusión sobre la dinámica de la
prestación de desempleo, desencadena las obligaciones de información o comunicación
previstas en el artículo 231.1 LGSS.
Por último, el artículo 64 del Reglamento comunitario 883/2004, sobre coordinación de los
sistemas de Seguridad Social, proporciona determinadas reglas (para desplazamientos en el
ámbito de la Unión Europea) o pautas normativas (para otros desplazamientos) con arreglo a
las cuales se ha de medir (o se puede medir), en los casos de salida al extranjero, el
cumplimiento de los deberes del beneficiario de "permanecer a disposición de los servicios de
empleo del Estado miembro competente" que abona la prestación. Entre estos criterios figura
el sometimiento del beneficiario "al procedimiento de control organizado en éste" [el Estado
que paga la prestación] [art. 64..1. b)], el cumplimiento "de los requisitos que establezca la
legislación de dicho Estado miembro" [art. 64..1. b)], y la conservación en principio
del "derecho a las prestaciones durante un período de tres meses a partir de la fecha en que
haya dejado de estar a disposición de los servicios de empleo del Estado miembro del que
proceda" [art. 64..1. c)].
Los principales problemas de interpretación que suscitan las disposiciones que se acaban de
presentar se pueden reducir a cuatro: 1º) la precisión del concepto de "traslado de residencia"
al extranjero del artículo 213.1.g) LGSS , como causa de extinción de la prestación de
desempleo; 2º) la determinación del alcance, del momento y del modo de cumplimiento de las
obligaciones de información o comunicación a cargo del desempleado extranjero de las
ausencias del territorio español; 3º) la determinación de si en el período de quince días de
estancia en el extranjero previsto en el artículo 6.3 del RD 625/1985 la protección del
desempleo se puede mantener, y en qué condiciones; y 4º) la verificación del impacto posible
de circunstancias sobrevenidas sobre el cumplimiento de las obligaciones de un lado de
información o comunicación a la entidad gestora, y de otro lado de presencia en el territorio (y
en el mercado de trabajo) español.
La residencia implica un asentamiento físico en un mismo lugar y por un tiempo mínimo,
superior en cualquier caso a los quince días que dice el RD 625/1985. Aunque no reúna las
notas que caracterizan al domicilio, y aunque no sea la "residencia habitual", la "residencia"
simple o residencia sin adjetivos comporta una cierta prolongación temporal; es algo más que
una "estancia".
Según el artículo 231.1 LGSS , el desplazamiento o salida al extranjero del beneficiario de
prestaciones de desempleo que pueda afectar a su disponibilidad efectiva para actividades
formativas o para ocupaciones en el mercado de trabajo español, ha de ser comunicado a la
entidad gestora o a los servicios de empleo antes de realizar el viaje. De no comunicarse con
antelación por causa justificada de imposibilidad o excesiva onerosidad, la información sobre
la circunstancia del desplazamiento se ha de producir desde el lugar de destino a la mayor
brevedad posible.
Este deber de comunicación previa rige también para la estancia con un máximo de quince
días de duración al año prevista en el artículo 6.3 del RD 625/1985 , en cuanto que se trata de
una libranza anual cuya existencia debe conocer la entidad gestora por su posible incidencia en
la gestión de posibles efectos de empleo y/o formación dirigidas al beneficiario.
Un dato más sobre el alcance subjetivo de la norma legal del artículo 231.1 LGSS y de la norma
reglamentaria del artículo 6.3 RD 625/19845 conviene tener en cuenta en la decisión de esta
clase de casos litigiosos: la obligación de información por anticipado del desplazamiento o
salida al extranjero se extiende tanto a los beneficiarios de nacionalidad extranjera como a los
beneficiarios españoles.

El incumplimiento de las obligaciones de comunicar ex ante (para la salida programada) o


inmediatamente ex post (para una eventual circunstancia sobrevenida) genera
automáticamente la suspensión o pérdida temporal ("baja") de la prestación de desempleo
que corresponde a los días de estancia en el extranjero no comunicada: todos los días de
estancia no comunicada si el incumplimiento ha sido total; o el exceso de días de estancia no
comunicada, o no debidamente justificada, si el incumplimiento se refiere a una vuelta tardía.

Existen tres grupos de situaciones de la protección del desempleo: prestación "mantenida",


prestación "suspendida" y prestación "extinguida". De acuerdo con las consideraciones
expuestas en los fundamentos anteriores nos encontramos ante:

1. una prestación "mantenida" en los supuestos de salida al extranjero por tiempo no


superior a quince días naturales al año, por una sola vez, siempre que el
desplazamiento se haya comunicado a la Administración española en tiempo
oportuno;

2. una prestación "extinguida", salvo el supuesto particular que se indica a


continuación, en los casos de prolongación del desplazamiento al extranjero que
comporte "traslado de residencia", es decir por más de los noventa días que
determinan en la legislación de extranjería el paso de la estancia a la residencia
temporal;

3. una prestación "suspendida" en el supuesto particular del artículo 6.3 del RD


625/1985 (redacción RD 200/2006) de "búsqueda o realización de trabajo "o"
perfeccionamiento profesional" en el extranjero por tiempo inferior a "doce
meses";

4. una prestación "suspendida", en todos los demás supuestos en que se haya


producido el desplazamiento al extranjero por tiempo inferior a noventa días, con
la consiguiente ausencia del beneficiario de la prestación de desempleo fuera del
mercado de trabajo español.
La aplicación de la doctrina general establecida en esta sentencia al caso controvertido
conduce a la conclusión, de conformidad con el dictamen del Ministerio Fiscal, de que nos
encontramos ante un supuesto de prestación "extinguida", como pide la entidad gestora en
contra de lo que ha resuelto la sentencia recurrida.

A este respecto hay que poner de relieve que la demandante, estando percibiendo
prestaciones por desempleo, se ausentó de territorio español durante 124 días en cinco
periodos distintos durante el año 2011 (y desde el 2/7/2011), sin comunicarlo al SPEE y sin que
concurriera ninguna de las circunstancias previstas por el artículo 6.3 del RD 625/1985 para
justificar dichas ausencias, por lo que, tal y como ha quedado anteriormente razonado,
procede la extinción de la prestación de desempleo.

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