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MOVIDOS POR LA ENVIDIA.

Hch 7:8 Y le dio el pacto de la circuncisión; y así Abraham engendró a Isaac,


y le circuncidó al octavo día; e Isaac a Jacob, y Jacob a los doce patriarcas.
Hch 7:9 Los patriarcas, movidos por envidia, vendieron a José para Egipto;
pero Dios estaba con él,
Hch 7:10 y le libró de todas sus tribulaciones, y le dio gracia y sabiduría
delante de Faraón rey de Egipto, el cual lo puso por gobernador sobre Egipto
y sobre toda su casa.

Las acciones se pueden ver, pero lo que se demora en salir a la luz son las
intenciones, las intenciones son las que mueven las acciones, muchos no son
movidos por un amor verdadero sino por envidia.
Hay personas que hacen las cosas bien, pero con una mala intención.

Flp 1:15 Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero
otros de buena voluntad.
Los patriarcas cuando vendieron a su hermano es porque le tenían envidia
y eso los movió a intentarlo matar pero finalmente lo vendieron.
Cuantas cosas hoy tienen como motivación la envidia. Hay muchas muertes
que se han dado por envidia o malas decisiones.

Otros han tomado la decisión de casarse porque ven que otros lo hacen o
de iniciar un ministerio al que Dios no los ha llamado.

QUE ES LA ENVIDIA.

1. Tristeza o pesar del bien ajeno.


2. Deseo de algo que no se posee.

Algo que no entendemos es que la envidia esta mas cerca de lo que


creemos, por ejemplo, en el caso de José eran sus hermanos porque veían
el trato de su padre a ellos era diferente.

Ellos sentían tristeza por lo bien que le iba a José, querían tener el favor que
él tenía.
La envidia es una obra de nuestra carne y es algo que se opone al espíritu,
muchos dicen que son espirituales, pero están llenos de envidia entonces y
eso es lo que los mueve.

LA ENVIDIA COMO ESPIRITU.

Gén 4:3 Al llegar el tiempo de la cosecha, Caín presentó algunos de sus


cultivos como ofrenda para el SEÑOR.
Gén 4:4 Abel también presentó una ofrenda: lo mejor de las primeras crías
de los corderos de su rebaño. El SEÑOR aceptó a Abel y a su ofrenda,
Gén 4:5 pero no aceptó a Caín ni a su ofrenda. Esto hizo que Caín se enojara
mucho, y se veía decaído.
Gén 4:6 «¿Por qué estás tan enojado? —preguntó el SEÑOR a Caín—. ¿Por
qué te ves tan decaído?
Gén 4:7 Serás aceptado si haces lo correcto, pero si te niegas a hacer lo
correcto, entonces, ¡ten cuidado! El pecado está a la puerta, al acecho y
ansioso por controlarte; pero tú debes dominarlo y ser su amo».
Gén 4:8 Cierto día Caín dijo a su hermano: «Salgamos al campo».* Mientras
estaban en el campo, Caín atacó a su hermano Abel y lo mató.

Siempre que empieza el tiempo de la cosecha se deja ver el fruto de lo que


hay en el corazón de una persona.

Manifestaciones del espíritu envidia.

1. Egoísmo.

Ellos debían traer lo primero al señor, Caín no trajo lo primero, porque en su


vida el era el primero.

Una persona envidiosa le es imposible poner a Dios en el primer lugar.

Su ofrenda debía ser colocada en el altar para ser quemada, cuando usted
presenta lo primero y lo mejor esta colocando su corazón entonces ya no es
egoísta.

Un envidioso puede simular ser cristiano pero el día de la prueba, que es


cuando Dios le da más a otro o a otro le dan, eso día viene la manifestación
de quien es realmente.
La persona egoísta es la que hace cualquier cosa para Dios, viene cuando
quiere, le da a Dios lo que quiere.

2. Enojo y desanimo.

La segunda manifestación del envidioso, es que se enoja y se desanima, se


victimiza.

Muchas personas que usted ve enojadas hablando mal de alguien es por


envidia, personas que usted ve desanimadas es por envidia no les haga
caso.

La envidia es un espíritu que entra en la vida de una persona porque esta


en la carne.

El problema de Caín es que su mama lo endioso, hoy hay mucha gente


envidiosa porque nadie los trato los moldeo. Adán fue gobernado por
Jezabel.

3. Falta de excelencia.

Todo envidioso no es excelente. Caín le falto excelencia, porque su mama


lo dejo hacer lo que quería y cuando Dios lo quiso corregir no se dejó.

Caín quería que Dios le aceptara lo que el quería darle, Dios solo acepta lo
excelente.

Siempre que usted hace algo excelente Dios viene a caminar con usted.

Por eso la escritura dice que Dios estaba con José, no porque sus hermanos
no lo querían, sino porque no era excelente.

Cuando usted no es excelente, el espíritu de la envidia lo va poseer.

Pero cuando usted sea excelente la envidia se va despertar.

Ecl 4:4 He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras
despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad
y aflicción de espíritu.
4. Falso testimonio.

Caín llevo a su hermano al campo como si fuera de paseo y allí lo mato, hoy
muchos hacen buena cara a quien envidian para conocer su vida, para
conocer su intimidad, para conocer sus equivocaciones para así
argumentarse y hablar mal del hermano.

Matar una persona hoy hablar mal. Eso es producto de la envidia.

La idea del envidioso es desacreditar lo que hace la persona que envidia.

ENEMIGOS DE DIOS.

Stg 4:1 ¿Qué es lo que causa las disputas y las peleas entre ustedes? ¿Acaso
no surgen de los malos deseos que combaten en su interior?
Stg 4:2 Desean lo que no tienen, entonces traman y hasta matan para
conseguirlo. Envidian lo que otros tienen, pero no pueden obtenerlo, por eso
luchan y les hacen la guerra para quitárselo. Sin embargo, no tienen lo que
desean porque no se lo piden a Dios.
Stg 4:3 Y, aun cuando se lo piden, tampoco lo reciben porque lo piden con
malas intenciones: desean solamente lo que les dará placer.
Stg 4:4 ¡Adúlteros!* ¿No se dan cuenta de que la amistad con el mundo los
convierte en enemigos de Dios? Lo repito: si alguien quiere ser amigo del
mundo, se hace enemigo de Dios.

Muchos hemos leído este texto para hablar de que no se debe ser amigo
del mundo. La pregunta es solamente se refiere al trago, baile, cigarrillo,
además de eso se refiere a la envida.

La envidia es el espíritu del mundo y es el que tiene preso a satanás.

La envidia lo lleva día a día a destruir a los hijos de Dios, por eso cuando
subió al cielo y Dios le puso a Job el hablo por envidia.

Si eliminamos la envidia de nuestro corazón y le cerramos la puerta vamos


hacer amigos del espíritu santo.

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