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Venezuela viene transitando el camino para construir una sociedad que garantice la máxima
suma de felicidad posible para su pueblo a través de un modelo de desarrollo endógeno y
sustentable y de la construcción del Poder Popular. Sin embargo, desde hace 21 años este viaje
ha sido obstaculizado por dos factores adversos: las agresiones de EEUU y la UE por medio de
Medidas Coercitivas Unilaterales Segundo y la herencia de un Estado rentista, posicionado en
todas las estructuras de poder públicas, privadas y sociales debilitando las posibilidades de que
emerja un Estado de nuevo tipo, el Estado revolucionario, el Estado Comunal.
A pesar de tales resistencias al cambio, ha venido emergiendo, desde el impulso dado por el
comandante Chávez a las fuerzas contenidas por más de 528 años de lucha insurgente, y
continuado por el presidente obrero Nicolás Maduro, una cultura política productiva,
participativa, y constituyente de una nueva institucionalidad presente en leyes, políticas públicas,
cuadros de servidores públicos y fundamentalmente en las Organizaciones de Base del Poder
Popular. Ahora bien, lograr la felicidad social deseada requiere también lograr procesos
productivos suficientes para fortalecer un Nuevo Metabolismo Económico que viene dándose de
manera incipiente en las comunidades más organizadas.
Investigación de Aníbal Espejo junto a CECOSESOLA, la Comuna Socialista Che Guevara, la Comuna La Espada
de Bolívar, la Comuna el Panal 2021, el Consejo Comunal NUDE Palito Blanco, Plan Pueblo a Pueblo y PROINPA.
Contó con el apoyo en el proceso de sistematización de Henry Renna y Valentina Rossi del Proyecto UBACyT
‘Estado, Nuevo Municipalismo y Política Prefigurativa en América Latina’, Universidad de Buenos Aires,
Argentina y Grupo de Trabajo de CLACSO ‘Estados en disputa’.
Las comunas están concebidas como la célula fundamental del nuevo ordenamiento territorial y
sociopolítico del país, centrado en el protagonismo popular por medio del poder para sí, cuyo
núcleo son los consejos comunales, los que se interrelacionan en un sistema comunal que se
proyecta a un nuevo cuerpo geo histórico y una nueva geometría del poder. Estas son una forma
participativa y protagónica de organización territorial de las comunidades para ejercer su
autogobierno, constituyendo, de acuerdo a la ley y a lo que se viene dando en la vida real, y
desde lo local a lo nacional, el Estado Comunal, y así lograr el pueblo organizado el ejercicio
directo del poder. La gran mayoría de los 30.000.000 de venezolanas y venezolanos estamos
organizadas y organizados territorialmente en: 1 Distrito Capital, 23 estados, 335 municipios,
3.500 Comunas, y 49.000 Consejos Comunales. Actualmente existen 3.500 comunas y 49.000
Consejos Comunales, este último constituido el 21 de octubre de 2021. El 75% del territorio está
organizado en Comunas y/o Consejos Comunales y cerca del 80% de la población pertenece a
alguna de estas instancias organizativas territoriales. Quienes vivimos en comunas y tenemos
consciencia de ello nos llamamos comuneras y comuneros1.
Así la comuna se constituye cultural, política y, desde el año 2009, legalmente como un espacio
que se fundamenta en:
“El poder popular es el ejercicio pleno de la soberanía por parte del pueblo6 en lo
político, económico, social, cultural, ambiental, internacional, y en todo ámbito del
desenvolvimiento y desarrollo de la sociedad, a través de sus diversas y disímiles formas
de organización, que edifican el Estado Comunal.” LEY ORGÁNICA DEL PODER
POPULAR, Artículo 2
A partir de este principio legal, el poder popular empieza a construirse en expresiones más
concretas y proyecta un nuevo tipo de Estado:
“Es un espacio socialista que, como entidad local, es definida por la integración de
comunidades vecinas con una memoria histórica compartida, rasgos culturales, usos y
costumbres, que se reconocen en el territorio que ocupan y en las actividades productivas
que le sirven de sustento, y sobre el cual ejercen los principios de soberanía y
participación protagónica como expresión del poder popular, en concordancia con un
1
La cantidad de Comunas por municipios y por estados, y de Consejos Comunales por Comunas, varían de acuerdo
a la densidad poblacional. En las ciudades los Consejos Comunales pueden tener hasta 400 familias y las comunas
hasta 30 Consejos Comunales, esto ocurre sobre todo en los barrios populares de Caracas. En las zonas rurales los
Consejos Comunales pueden tener 70 familias y las comunas formadas por 10 Consejos Comunales.
régimen de producción social y el modelo de desarrollo endógeno y sustentable,
contemplado en el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación” LEY
ORGANICA DE COMUNA, Articulo 5.
Economía comunal
La economía socialista es la forma como nos organizamos para satisfacer las necesidades físicas
y espirituales de las personas más necesitadas con los recursos disponibles y con la participación
de trabajadoras y trabajadores que producen y con las comunidades de manera sustentable en el
tiempo. El primer paso para lograr la economía socialista es crear el circuito económico comunal
en un nuevo metabolismo económico que rompa con la actual División Social del Trabajo y con
el trabajo enajenado en sus cuatro dimensiones.
En este proceso se ha comenzado a trazar el camino para una nueva economía no capitalista, de
tipo socialista, inclusiva y solidaria. Un sistema económico que avanza desde lo local
entramándose nacionalmente, hasta que logre diluir el actual sistema económico excluyente de
guerra y de miseria, construyendo desde la bases el “SISTEMA ECONÓMICO COMUNAL”.
Este se define como:
La estructura organizativa para llevar a cabo los planes económicos de las comunas es el
“CONSEJO DE ECONOMÍA COMUNAL, esta:
Este entramado económico se soporta en el territorio, con el Estado nacional y con el Plan
Económico y Social de la Nación en los “EJES ESTRATÉGICOS DE DESARROLLO
TERRITORIAL. Ellos se asumen como
Con estas estructuras se teje el poder popular emergente, con fuertes tensiones con el poder
constituido, que como dijimos se niega a morir, dándose nuevas formas de institucionalización
que avizoran la conformación de un nuevo Estado en formas de organización local como los
Bloques Municipales de Comunas y los Bloques estadales de Comunas. Estas estructuras
populares locales y regionales comienzan a tener vida y fuerza propia y poco a poco comienzan a
tener también mayor fuerza económica y productiva aprovechando los espacios vacíos dejados
por el Estado y la empresa privada ante la crisis económica que estamos viviendo.
El futuro es comunal
Chávez deja claro en el año 2012 la necesidad de entretejer las comunas y los territorios e ir
realizando lo que él llamaba el “Injerto Socialista”, ir creando las nuevas relaciones sociales de
producción en territorios concretos con experiencias productivas concretas, interconectando
internamente en las Comunas las distintas actividades económicas y unidades de producción, e
interconectándose estas mismas también entre las comunas, y así lograr que surja la nueva
economía socialista.
Con un desarrollo heterogéneo en los territorios del país, productores/as locales organizados en
consejos comunales, comités de riego, redes, asociaciones de productores/as y organizaciones
comunitarias han asegurado alimentos y crías de guerra para la sobrevivencia y bienestar del
pueblo en tiempos de asedio imperial y de pandemia.
En el último tiempo varias de estas experiencias han apostado por un salto al futuro, impulsando
procesos de encadenamiento productivo. Es decir, un relacionamiento sistémico (dentro y entre
comunas) de los distintos factores en las cadenas de valor, de producción, distribución y
consumo de bienes y servicios. El encadenamiento productivo involucra tanto un
encadenamiento Productivo Primario e Industrial relativo a la complementación de los factores
de producción necesarios para culminar la elaboración de los productos en su fase primaria e
industrial (producción, industrialización, comercialización), como un encadenamiento de
Subprocesos de Soporte Productivo que permiten la consolidación de la producción (permiso,
bioinsumos, transporte, maquinarias, servicios, herramientas).
Una nueva economía irrumpe silenciosamente desde las comunas y productores/as locales que,
junto con las medidas del gobierno revolucionario, han dado respuesta a las necesidades del
pueblo desde que recrudeció la guerra económica en el 2016. Es la economía real, que produce
para vivir, que retoma principios de solidaridad, reciprocidad y autogestión como base del Nuevo
Metabolismo Económico.