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Lituania: Devoluciones sumarias,

detención ilegal, engaño y abusos


contra las personas refugiadas y
migrantes
Un nuevo informe describe los abusos cometidos contra las personas que entraban
en Lituania desde Bielorrusia

El trato que se les ha dispensado contrasta brutalmente con la acogida de quienes


llegaban de Ucrania

La Comisión Europea no cumple con sus obligaciones en virtud del derecho de la


Unión Europea

Portavoces disponibles para entrevistas

Las autoridades lituanas han detenido arbitrariamente a miles de personas en centros


militarizados, donde han sido sometidas a condiciones inhumanas, tortura y otros malos
tratos. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional hoy. En un nuevo informe (en
inglés), la organización documenta la manera en que en Lituania se ha recluido durante
meses a personas refugiadas y migrantes en condiciones sórdidas y similares a las
penitenciarias, negándoles el acceso a procedimientos de asilo justos y sometiéndolas a
otras violaciones graves de derechos humanos con la esperanza de que regresen “de
forma voluntaria” a los países de los que huían.

Este trato contrasta brutalmente con la benevolencia con la que las personas que huían
de la guerra de Ucrania han sido recibidas en la Unión Europea (UE).

Amnistía Internacional entrevistó a decenas de personas de países como Camerún,


República Democrática del Congo, Irak, Nigeria, Siria y Sri Lanka que estaban
detenidas ilegítimamente. Muchas personas denunciaron haber recibido palizas e
insultos y sufrido actos de intimidación y hostigamiento por motivos raciales a manos
de guardias en unos centros de detención dotados de estrictos sistemas de seguridad y
en los que no hay acceso adecuado a instalaciones de aseo ni a atención médica.

“En Irak oímos hablar de los derechos humanos y los derechos de las mujeres en
Europa, pero aquí no hay derechos”, afirmó una mujer yazidí que estaba recluida en el
centro de detención de Medininkai, cerca de la frontera con Bielorrusia.

“Todas las personas que solicitan protección deben ser tratadas con igualdad y respeto.
Sin embargo, las personas con las que hablamos en Lituania han permanecido meses
recluidas de forma ilegítima en condiciones pésimas y han sido sometidas a tratos
degradantes, incluidos los malos tratos físicos y psicológicos. Todas las personas que
están en estos centros de detención deben quedar en libertad inmediata y tener acceso a
procedimientos de asilo justos”, ha declarado Nils Muižnieks, director regional de
Amnistía Internacional para Europa.

“Aunque Lituania ha ofrecido con razón una cálida bienvenida a decenas de miles de
personas que huían de Ucrania, la experiencia de las personas detenidas con las que
hablamos no podría ser más diferente. Esto plantea motivos serios de preocupación
sobre el racismo institucional que está arraigado en el sistema migratorio de Lituania.”

Detención automática e ilegítima, y denegación de asilo

En julio de 2021, conforme aumentaba el número de personas que llegaba a la frontera


de Lituania con Bielorrusia, el legislador aprobó nuevas leyes que establecían la
detención automática de quienes entraran de manera irregular en territorio lituano. Para
privar a estas personas de la seguridad jurídica que la UE ofrece contra la reclusión
arbitraria, las autoridades calificaron a esta situación de “alojamiento temporal” e
incluso “alternativas a la detención”.

Como consecuencia, miles de personas —incluidas muchas que necesitan protección


internacional— han permanecido detenidas durante periodos prolongados; muchas
pasaron también meses privadas de supervisión de las autoridades judiciales para vigilar
la legalidad de su reclusión; a un gran número de personas nunca les han tramitado su
solicitud de asilo; y otras miles han sido devueltas de forma sumaria y violenta a
Bielorrusia, donde no tienen ninguna posibilidad de pedir protección.

Condiciones de reclusión inhumanas

Amnistía Internacional visitó dos centros de detención en Lituania, los centros de


registro de extranjeros de Kybartai y Medininkai, y entrevistó a 31 personas.

Actualmente hay cientos de hombres detenidos en el centro de Kybartai, que era una
prisión hasta que las autoridades comenzaron a utilizarlo en septiembre de 2021 para
recluir a personas refugiadas y migrantes. El centro tiene ventanas enrejadas, puertas de
seguridad y un alto muro perimetral. Los detenidos tienen restringida la movilidad,
incluso en el interior del centro, y sólo pueden ducharse con agua caliente dos veces por
semana. Las instalaciones han estado desbordadas durante meses y los lavamanos,
retretes y duchas están en condiciones sórdidas.

En marzo, un hombre sirio expresó a Amnistía Internacional: “Agradezco a Lituania


que nos haya recibido […], pero aquí no nos tratan bien. Esto es una prisión, no un
campo [de refugiados]. Veo alambre de espinos por todas partes: ¿por qué? Yo no soy
un delincuente, soy un refugiado”.

Abusos contra personas bajo custodia

Centenares más de personas llevan tiempo recluidas en el centro de detención de


Medininkai, donde duermen en contenedores colocados en un campo de fútbol. Para
utilizar el retrete, deben salir al exterior y caminar por la nieve en los duros inviernos
lituanos. Los detenidos y detenidas que hablaron con Amnistía estaban atemorizados
por el comportamiento agresivo de los guardias del centro. En ocasiones se organizaban
protestas debido a la frustración por estar detenidos de forma arbitraria y sometidos a
pésimas condiciones de reclusión. Muchas personas describieron un panorama
preocupante del modo en que las autoridades reaccionaban ante esas manifestaciones
propinando golpes, a veces con porras, y utilizando pulverizadores de pimienta y
pistolas Taser.

El 2 de marzo de 2022 por la mañana, una fuerza antidisturbios irrumpió en el centro de


detención de Medininkai en respuesta a una protesta que había tenido lugar la noche
anterior. Mujeres y hombres relataron más tarde que los guardias y la policía los
golpearon con la mano, las porras y las Tasers; los esposaron y los sacaron a rastras de
sus “habitaciones” para llevarlos a unos contenedores endebles; y humillaron
sexualmente a un grupo de mujeres negras a las que obligaron a salir al frío,
semidesnudas y con las manos atadas, y las encerraron en un contenedor, según las
inquietantes imágenes de vídeo que Amnistía Internacional ha visto. Posteriormente, al
menos 12 personas fueron trasladadas a otros centros.

No fue un incidente aislado. Ha habido numerosas denuncias de malos tratos, algunos


de ellos constitutivos de tortura, y de uso desproporcionado de la fuerza, como mediante
el uso de pulverizadores de pimienta y otros tipos de material especial. Los detenidos y
detenidas también han sido sometidos a régimen de aislamiento, y han sufrido mordidas
de perro si trataban de escapar. Un psicólogo que trabajaba en el centro está siendo
investigado por presunta violencia sexual contra personas que estaban bajo su
responsabilidad.

Amnistía Internacional también documentó el hecho de que las personas detenidas


racializadas, especialmente los hombres y mujeres negros, recibían insultos racistas
profundamente ofensivos.

“Josephine”, una joven procedente de África subsahariana afirmó: “El guardia dijo que
nos enviaban al bosque a cazar. Aquí todo es racista, todos los guardias son muy
racistas. Cuando enfermas y pides una ambulancia, dicen que sólo la llaman si te
desmayas. No nos gusta estar aquí. ¿Porqué a nadie le gustan las personas negras?”.

Procedimientos de asilo y un sistema de asistencia letrada gratuita concebidos para


fallar a las personas

En agosto de 2021, Lituania bloqueó la presentación de solicitudes de asilo en el país de


las personas que llegaban de forma irregular. Las autoridades lituanas parecían prestar
escasa atención a las solicitudes de quienes las habían presentado antes de esa fecha o
recibían excepcionalmente permiso para presentar una petición. Además, las
autoridades hacían caso omiso del debido derecho, dificultaban el acceso de los
solicitantes de asilo a las pruebas necesarias, y a menudo no proporcionaban un servicio
adecuado de interpretación.

Amnistía Internacional ha denunciado que el sistema de asistencia letrada gratuita es


una farsa. Los abogados que deben representar a las personas solicitantes de asilo en los
procedimientos son contratados por el mismo Departamento de Migraciones cuyas
decisiones se supone que deben impugnar, lo que expone a estos profesionales a
posibles conflictos de intereses.

“Este sistema ad hoc se basa en un grave riesgo de conflictos de intereses. Los abogados
supuestamente contratados para asesorar y defender a las personas refugiadas y
migrantes nunca las apoyan, y a veces incluso actúan en su contra en los tribunales. Este
engaño es un obstáculo más para las personas que buscan protección”, ha explicado Nils
Muižnieks.

Hora de pasar página

Las autoridades lituanas han declarado recientemente que ya no van a proponer


prolongar el periodo de detención más allá del límite actual de 12 meses, pero aún no
han detallado cómo van a reparar las violaciones de derechos humanos que han
cometido durante el último año. Esa reparación es necesaria porque las medidas que han
adoptado han vulnerado el derecho internacional y el derecho de la UE.

“Un año después de la introducción de la legislación ‘de excepción’ y unas políticas y


prácticas conexas que han causado tanta desgracia y sufrimiento, es hora de que
Lituania pase página. Las autoridades lituanas deben poner en libertad de forma
inmediata a todas las personas que siguen detenidas en régimen de ‘alojamiento de
temporal’, garantizar el acceso a procedimientos de asilo justos, indemnizar por todo el
daño físico y mental sufrido, investigar los tratos abusivos infligidos a las personas y
derogar toda la legislación perniciosa adoptada entre 2020 y 2021”, ha explicado Nils
Muižnieks.

El apaciguamiento europeo

La UE ha permitido que en los últimos meses se haya creado un sistema de dos niveles.
Las personas ucranianas reciben en la UE protección y el trato humano que merecen,
pero las que huyen de otros países son encerradas y se enfrentan a innumerables
obstáculos en un sistema que está vergonzosamente empañado por el racismo y otras
formas de discriminación.

Mientras Lituania intentaba “legalizar” las devoluciones sumarias, la detención


automática y la denegación de asilo a través de su legislación, la respuesta de la
Comisión Europea osciló entre el elogio expreso y el respaldo tácito. Los dirigentes de
la Comisión explicaron a los miembros del Parlamento Europeo que las devoluciones
sumarias son claramente ilegales, pero sugirieron que no hay pruebas contundentes de
que se estuvieran produciendo. El informe de Amnistía Internacional publicado hoy
aporta indicios más que suficientes al respecto, como lo han hecho otras organizaciones
y grupos locales durante el último año.

La Comisión Europea sigue sin emprender un procedimiento de infracción contra


Lituania, cuyas leyes, políticas y prácticas han vulnerado flagrantemente el derecho de
la UE. Mientras tanto, los agentes de la Guardia Europea de Fronteras y Costas
(Frontex) siguen apoyando a los guardias fronterizos lituanos en la labor de control de
fronteras y otras actividades que pueden favorecer la perpetración de violaciones de los
derechos humanos.

“Un año después de que Lituania intentara legalizar lo ilegal, la Comisión Europea
sigue sin tomar medidas para que la legislación lituana se armonice con el derecho de la
UE. Mientras permanezca inactiva, la Comisión Europea transmite a los Estados
miembros el mensaje de que las leyes de la UE pueden violarse con impunidad”, ha
señalado Nils Muižnieks.

Si desean más información o concertar una entrevista, pónganse en contacto con:

Alison Abrahams, alison.abrahams@amnesty.org, +32 483 680 812

Contacto fuera del horario de oficina: +44 20 7413 5566 correo-


e: press@amnesty.org twitter: @amnestypress

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