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Nació en una Hacienda de un pueblo indio de habla Quechua, que antes de la conquista española perteneció al inca y

después a un Hacendado español.


bueno, dicen que no era hijo de su supuesto padre Severo Huallpa, porque si bien tenía la tez blanca como la del
‘‘patrón‘‘ o del ‘‘pa troncito‘‘ su rostro de indio neto, hacía conjeturar otra cosa.
De esta sospecha surgió el subterráneo comentario, dicho, pero no dicho en voz fuerte, de que ‘‘no era hijo de su
padre‘‘.
que era un simple ‘‘cascaquito‘‘; corno suelen decir los lugareños.
Inteligente, astuto, con carácter y voluntad de acero; estas virtudes humanas unas veces le sirvieron y otras le
perjudicaron cómo lo veremos a lo largo de este relato.
Por ello conozcamos antes el lugar donde se desarrollaron los hechos que trato de relatar.
La hacienda estaba situada entre las montañas de la Cordillera de los Fráiies, un paraje un tanto frío, aunque en verano
hacía un caloteito agradable, en sí era un vallecito alto, y teniendo un suelo fértil la cosecha siempre era abundante, casi
siempre, por supuesto.
Y tal vez por estas características contaba con una buena y considerable población , casi íntegramente nativa.
m. , 16/11/2023] Mamá: de los monticulos más sobresalientes de la región, pintada totalmente de blanco destacaba
como luna llena en pleno plenilunio.
Por este hecho los peregrinos o gente que visitaba el lugar llegaban a la Hacienda sin dificultad alguna.
Era una espécie de ‘‘Faro terrestre‘‘.
En esta comunidad las costumbres y formas de vida eran ‘‘sanas‘‘ y severas; casi todo estaba prohibido, para los indios,
se entiende, hasta el extremo de que parecía sólo existir obligaciones y no derechos.
Aún así, los nativos- llamados indios o pongos- vivían y soportaban esta forma de organización social, relativamente
‘‘buena‘‘; pues, como decían nunca les faltó pan, techo y abrigo.
Se trataba de un pequeño pueblo sin democracia, pues el patrón era la ley.
Siendo así estas normas, aunque no escritas, todos las conocían; porque todas se cumplían día tras día,
‘‘voluntariamente‘‘.
Y, si alguna vez se la transgredían, el poder del patrón, haciéndose sentir, las implantaba inmediata y severamente.
Pero, sobre todo de trabajo.
Una norma casi sagrada.
Porque posiblemente comprendieron que servían tanto a patrones como a pongos.
Alto, fornido y bien parecido, De ojos claros, barbado, de nariz aguileña y mentón fuerte; era un hombre que infundía
respeto, tan solo de mirarlo.
Todavía bella, a pesar de los años, con su sonrisa siempre a flor de piel y tiernamente acogedora hacían ver sus ojos más
dulces y, a través de ellos, intuir que en ese cuerpo anidaba el amor a sus semejantes; quizá por ello todos la veían aún
más bella.
Antonio, hijo mayor, había heredado el porte del regio padre, aunque podemos decir que fue una reproducción
mejorada.
Más alto que su progenitor, musculoso, de larga y ondulada cabellera.
m. , 16/11/2023] Mamá: se diferenciaban del padre, solamente, por ser más claros, y miraban profundamente, tan
hondamente, que causaban siempre estremecimiento o quizá debido a que por ellos traslucían su nobleza y fuerte
personalidad Valiente, justo y trabajador.
Siempre fue un buen hijo, aunque un gran amador del sexo femenino lo que no desmerecía sus virtudes, sino,
mostraban una flaqueza humana, que a veces tiene un humano.
Natividad, la hija, frágil como ave delicada, pero, esos sí, graciosa y simpática, la más querida por todos.
Más que belleza fisica poseía belleza espiritual que haciéndola adorable la distinguia, así mismo, de los demás.
Aunque se decía: ‘‘Que quién la amó mucho pero mucho más se fue.
De mediana estatura, tenía más fibra que carne, fuerte como roble; cubría su cabeza redonda de pelo irsuto negro, tan
negro que brillaba dando la sensación de haber sido abrillantada artificialmente.
Pero, lo que mas impresionaba eran sus ojos profundamente negros y que al mirarlos podía adivinarse, o quizá seria
mejor decir, mirar a través de ellos, su odio enfermizo, oculto y dificilmente contenido.
Un contraste, ciertamente, pero que se da en la psiquis de cualquier humano, unas veces imperceptiblemente y otras,
más visiblemente, como en este caso.
Pienso que estas características de su personalidad y otras, que las iremos haciendo conocer, poco a poco, forjaron, en
el duro como cruel yunque de la vida, su individualidad tan insólita.
Pero, quizá.
NUNCA Ya descritos en forma somera los personajes corresponde ahora desarrollar la historia.
Podemos comenzar contando lo que sucedió aquel día en que Jusecito fue procreado, pues es una buena manera de
empezar, para conocer el trauma

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