Fundamentos Del Tarot II - Los Tres Septenarios y El Viaje Del Héroe (PCM)

CURSO DE TAROT. Sergio Barreiro.
Tel. 15-6-105-9702. Mail: serbarreiro2112@gmail.com

LOS TRES SEPTENARIOS.
El Tarot y la Astrología como despliegue de la conciencia
A lo largo de nuestra vida como individuos vamos desarrollando

conciencia. Entendemos por conciencia el registro de sí mismo y del
mundo que nos rodea, de lo que somos y de lo que nos ocurre, de
nuestra identidad y de nuestro destino. Este registro es tanto sensible
como racional, y evoluciona. Esto significa que la conciencia no es fija,
no permanece igual a sí misma, sino que tenemos la posibilidad de
profundizar en nuevas dimensiones de nuestro ser, de recorrer nuevos
vínculos con la realidad.
Por eso, entre otras líneas que merecerían ser investigadas, considerar
varios de los lenguajes sagrados en relación al viaje de la conciencia, al
despliegue de la conciencia en su vínculo con el destino, podía ser una de
las más ricas y útiles para nuestra reflexión y práctica.
Este viaje de la conciencia suele representarse mitológicamente como el

viaje del héroe; dónde éste parte en pos del paraíso perdido, que no es otra
cosa que el re-encuentro consigo mismo.
Y en el caso de Tarot, que admite su mandalización o visualización

circular, tal vez menos evidente que en el caso del Zodíaco astrológico, esta
dinámica puede representarse en dos grupos de 11 cartas, comenzando el
primer ciclo desde el Loco y culminando en la Rueda de la Fortuna como
representación del destino. La segunda fase de ésta secuencia de once la
representan desde la Fuerza hasta el Mundo.
O, como veremos más en detalle, también puede ser representada en tres

fases de siete (con el Loco fuera de la secuencia), como veremos luego en
detalle.
Veremos la descripción de la evolución de la conciencia que nos ofrece la

psicología transpersonal (en particular, desde el modelo integral de Ken
Wilber), presentada primero desde la perspectiva astrológica y luego desde
la matriz de arcanos mayores del tarot. Finalmente, elaboramos un cuadro
que sintetiza las correspondencias y relaciones exploradas que ponemos en
consideración.
El zodíaco como símbolo de evolución
Si consideramos el mandala zodiacal como un referente de evolución,

podemos ver en él una representación del despliegue de la conciencia. De
CURSO DE TAROT. Sergio Barreiro. 1

este modo, cada signo de la matriz astrológica simboliza una etapa
particular de ese desarrollo. A su vez, las doce fases del proceso (los doce
signos zodiacales) pueden organizarse en tres grandes niveles o estadios.
Cada uno de estos niveles se iniciará con un signo de Fuego que emerge de
un signo de Agua, esto es, con un acto de afirmación que sucede a un
momento de disolución, transición o crisis.
De este modo, en el mandala astrológico podemos distinguir tres etapas de

desarrollo evolutivo:
1er estadio de despliegue:
HACIA LA CONFORMACIÓN DE UN EGO O YO INDIVIDUAL

(condicionamiento primario)
Así, de Aries a Cáncer podríamos identificar el estadio en el que la

conciencia comienza a discriminarse del estado de indiferenciación con la
matriz de origen y la vida prenatal, simbolizada por Piscis (en verdad, por
“Piscis previo a Aries”). Y a través de la crisis que presupone el nacimiento
físico –esto es, la separación física de la madre-, la conciencia inicia así lo
que podríamos denominar el desarrollo hacia un ego o yo independiente, a
partir de diferenciarse progresivamente de los condicionamientos más
básicos (instintos corporales, identificaciones primarias, dependencia
familiar, etc.) que aún predominan en la actividad de la conciencia. Se
relaciona con la vivencia del niño que aún necesita permanecer y
abastecerse del mundo protectivo de los padres.
Esto se corresponde con el «estadio prepersonal» de Wilber («lo

subconsciente» para la psicología transpersonal), en el sentido que todavía
no podemos hablar aquí de un ego o yo maduro capaz de constituirse en
persona, sino de una identidad por pertenencia al clan de origen y
altamente condicionada por la satisfacción de las necesidades básicas -
orgánicas y materiales, afectivas y emocionales- de supervivencia.
2do estadio de despliegue:
MADUREZ Y TRANSFORMACIÓN DEL EGO O YO INDIVIDUAL

(manifestación y conflicto)
Cuando esta discriminación logra consumarse decimos que la conciencia se

ha reconocido en un yo individual lo suficientemente maduro y
estructurado como para interactuar con el medio externo de un modo

autónomo. Se inicia el segundo nivel de desarrollo que abarcará desde Leo
a Escorpio.
Desde la astrología se dice que el yo puede abandonar el mundo seguro

pero cerrado y condicionante de la pertenencia familiar (Cáncer), y es
capaz de correr el riesgo de expresar su singularidad en el mundo (Leo).
Esto implica una crisis de identidad, y se relaciona con el joven que se abre
esperanzado al mundo. El héroe se atreve a abandonar la aldea, en
búsqueda de su epopeya individual.
Este segundo nivel se corresponde con el «estadio personal» de Wilber («lo

autoconsciente» para la psicología transpersonal) que, recordemos, se
caracteriza por la lucha por emerger de los condicionamientos
prepersonales, la tensión por la búsqueda de logros y triunfos en el mundo
externo, el conflicto del yo intentando imponer sus anhelos
sobreponiéndose a las fatalidades del destino.
3er estadio de despliegue:
TRASCENDENCIA DEL EGO O YO INDIVIDUAL (integración y

plenitud)
Paradójicamente, cuando podríamos afirmar que el ego o yo individual

llega su plena madurez, entra en una profunda crisis. La conciencia
descubre que su intuición de ser no se agota en la experiencia de ese yo
personal, sino que, más aún, el florecimiento de una dimensión más
profunda y auténtica exige la transformación de ese yo, la muerte de esa
sensación de identidad que se revela ahora como ilusoria.
Esto representa lo que podríamos denominar una crisis existencial, una

crisis de sentido y trascendencia, que en nuestro mandala zodiacal está
simbolizado en el pasaje de Escorpio a Sagitario. Se relaciona a la
experiencia del adulto maduro que ha luchado por abrirse espacio en el
mundo, por cumplir con sus objetivos, por conquistar aquellos deseos con
los que se ha identificado toda su vida, y ahora se descubre -haya logrado
sus anhelos o no- inmerso en una íntima y honda insatisfacción en la que
“nada de aquello que dio sentido a su vida parece seguir sosteniéndolo”.
Habiendo llevado a cabo todas sus hazañas, el héroe percibe ahora que toda
su vitalidad, valentía y potencia debe ser consagrada a un orden mayor, a
una realidad “que no es de este mundo”.
En verdad, el gran salto de conciencia consiste en descubrir que esta crisis

existencial es una crisis espiritual. No se trata de que la vida haya perdido
sentido, sino de que está en el umbral de la revelación de un sentido mucho
más pleno, auténtico y trascendente, pero que ya no podrá ser vivido desde
el yo personal.
Este tercer nivel se corresponde con el «estadio transpersonal» del modelo

de Wilber («lo superconsciente» para la psicología transpersonal). Esta
dimensión abre a la experiencia consciente de lo que está “más allá del ego
o el yo individual”, es decir, del orden de lo sagrado y del misterio del
propósito divino. La apertura a lo transpersonal implica el acceso de un
estado en el que la conciencia es capaz de percibir el Cosmos como una
totalidad no dual, sin espacio y sin tiempo; esto es, sin divisiones entre
“interior” y “exterior”, sin separatividad entre “yo” y “los otros”, ni
antagonismo entre “mi deseo” y “el destino”.
Los arcanos mayores del tarot y la dinámica evolutiva
Ahora bien, el universo de los arcanos mayores del tarot representa

simbólicamente este viaje de la conciencia, y también lo hace a través de
tres niveles o dimensiones.
(0 – El Loco: el arcano fuera del tiempo y el espacio)
1er grupo de arcanos: HACIA LA CONFORMACIÓN DEL YO
 1 – El Mago
 2 – La Papisa
 3 – La Emperatriz
 4 – El Emperador
 5 – El Papa
 6 – El Enamorado o Los Amantes
 7 – El Carro

Para algunos autores éste héroe está representado en el Loco, quien es el
sujeto de la marcha. Para otros (especialmente para varios ocultistas o
herméticos) se insinúa en el Mago cierta titularidad de éste proceso. Tal vez
esto tendría algo más de lógica, si tenemos en cuenta que el Loco parece
representar más bien el potencial creativo y atemporal del sí mismo,
mientras que el Mago ya constituye una encarnación concreta.
Pero tal vez, lo más conveniente sería no suponer el viaje corporizado en

ninguna de las Cartas y a su vez en todas ellas; siendo el héroe el sujeto
común de todo el relato; así como el centro del Mandala es la
representación última del sujeto en la Carta Natal.
La suposición acerca de qué es el Loco viene de los ejemplos mitológicos

donde el hijo más débil, o más tonto, o aquél que se supone el antihéroe, es
quien encuentra el tesoro o la hierba de la vida por ser precisamente el que
da con la solución justo allí donde nadie la espera.
Pero precisamente eso más que definir a un personaje parece más bien
definir “una actitud” que es la que permite a un héroe ser tal, recalcando
la profunda conexión con algo que está más allá de la lógica habitual.
Otras diferencias se dan en la interpretación de las primeras cuatro cartas,

pues podemos verlas en ésta historia como energías primordiales que aún
están “por fuera” del sujeto, idénticamente a cómo se pueden interpretar las
energías de los primeros cuatro signos.
En ésta dirección puede decirse, por ejemplo, que el Mago y la Suma

Sacerdotisa son los padres celestiales o divinos del héroe que simbolizan,
ante todo, los principios masculino y femenino del Universo, el Yang y el
Yin, la fuerza activadora y la receptora que plasman, la iniciativa creadora
y la espera que permite y posibilita, la voluntad y la imaginación, el
principio energético y el materializador, Energía y Materia. Luego, La
Emperatriz y el Emperador forman un matrimonio terrenal, que
representa la formación de la polaridad primitiva sobre la Tierra: madre y
padre, despliegues de la fecundidad y el cuidado vs. los de la ley y la
autoridad, la moral y el derecho).
Pero también podemos verlo como etapas de conformación del ego en el

niño mismo; como su discriminación inicial y el inicio de su vida (el
Mago). Su discriminación inicial en función de los objetos que incorpora y
su conciencia corporal (la Sacerdotisa). El crecimiento y el juego con el
que comienza a interactuar con el medio a través de interacciones y los
pasajes de unidad y discriminación con su madre (la Emperatriz). Y,
finalmente, la interiorización de las primeras reglas familiares, las leyes
paternas y la comprensión del despliegue de la autoridad operando en su
conciencia y llevándolo a incluir la dimensión social (el Emperador).
El Sumo Sacerdote representa desde el primer punto de vista a quien tiene

que educar al héroe. También puede representar la primera discriminación
de su conciencia de la de los adultos y de la familia. Desde su punto de
vista es el primer contacto con los valores sociales, morales y religiosos en
virtud de una realidad jerárquica de orden superior (Aquí aparecen figuras
de tamaño claramente humano, contrastando con la figura central).
En la carta del Enamorado encontramos la importante decisión de

abandonar la casa paterna (la madre) y (en compañía de su amada)
emprender su propio camino. Mediante una flecha de Cupido se convierte
en una decisión de su corazón.
El Carro muestra ya la partida, el auténtico inicio del viaje, la búsqueda

del “paraíso”. Su ego se haya conformado, activo y diferenciado en una
marcha potente y triunfal. El personaje que está coronado indica que un
nuevo principio de conducta emerge. Y el hombre del Carro está a escala
humana, lo que lo hace más accesible que el Emperador. Aunque debe
decirse que lo que éste “rey” ha coronado ha sido su propio ego y lo puso al
mando de su destino. Así que lo que queda del viaje no va a ser nada
fácil.
Palabras clave – Los primeros conceptos se vinculan más con la

dimensión arquetípica:
El Loco: La inocencia. El poder creativo del sí mismo. La energía pura de

la vida. Lo original. Comienzo no planeado, irrupción de lo nuevo. El
cambio, la discontinuidad o el cambio de plano. Libertad. Riesgo. El viaje.
Sombra: Locura, caos, nerviosismo, necedad, atolondramiento, falsa
excentricidad, irresponsabilidad.
Detrimento: conservadurismo. Miedo a lo nuevo, temor al riesgo. Falta de
espontaneidad.
El Mago: Hermes Trismegisto. El alquimista. El creador. El impulso

masculino. Inicios. Poner deseos, intenciones e ideas en los hechos.
Iniciativa, fuerza de voluntad. La combinación y el dominio de los
elementos. La sugestión y facilidad de palabra. La conciencia creadora.
Autoconciencia.
Sombra: Manipulación, fascinación, engaño, charlatanería.
Detrimento: Falta de energía. Negarse a comenzar, falta de iniciativa. Mal
manejo de la palabra.

La Papisa ó Sacerdotisa: La virgen. La naturaleza virginal. La substancia.
La gnosis. La sabiduría. Lo reflejo. La polaridad. Dualidad consciente e
inconsciente. Disposición y entrega a lo sagrado. Lo profundo femenino.
Lo interior. La profundidad. El misterio. Lo inconsciente. Receptividad y
espera. Lo potencial. Conocimiento intuitivo o revelado. Memoria. Saber
en general. Discreción. Escucha. Reservado, oculto o secreto.
Sombra: Pasividad. Huída de la realidad. Ocultamiento.
Detrimento: Incapacidad de escuchar y de oír la voz interior. Falta de
sensibilidad. Sobreactuación exterior.
La Emperatriz: La madre. El principio de generación. Gestación. La

magia de la vida. Crecimiento, vitalidad y fructificación. Fertilidad,
nacimiento. Creatividad como generación de vida. Hijos o creaciones
vitales en todos los niveles: biológicos, artísticos o espirituales (magia
sagrada). Abundancia. Generosidad. Placer. Disfrute. Naturaleza.
Sombras: Crecimiento salvaje, desborde, capricho, codicia, complacencia.
Detrimento: Improductividad, esterilidad, falta de generosidad,
desvitalización.
El Emperador: La autoridad. El padre. La ley. La forma. Estructura,

estabilidad, sostén, contracción, orden, inteligencia práctica, disciplina.
Encausamiento de la energía. Despliegue de la ley y actuar según la ley.
Planificación. Concreción, realización. Bienestar material. Madurez, fuerza
de voluntad y autodominio. Civilización.
Sombras: Tiranía, autoritarismo. Sobre exigencia, rigidez. Desvitalización
o cristalización de la forma.
Detrimento: Inmadurez, rebeldía. Falta de realismo y practicidad. Falta de
autoridad
El Papa: El sacerdote. El maestro. La trascendencia. El sentido. El puente

entre distintos órdenes. La religión. La bendición. La jerarquía y la
institucionalidad. El especialista. La ética y los valores. La vocación. La
confianza, la entrega y la humildad. Educación, entendimiento. Nuestro
grado de inclusión en lo que nos trasciende en cualquier ámbito.
Sombras: Dogmatismo, adoctrinamiento, ideologismo. Manipulación
ideológica o educativa. Ortodoxia, fanatismo religioso o doctrinario.
Rebeldía ideológica (positiva o negativa según contexto)
Detrimento: Intrascendencia. Falta de sentido, desconfianza. Heterodoxia.
El Enamorado: La Encrucijada. El Puer Eterno. Sentimientos duales. La

alternativa y la elección. La decisión libre. La afirmación del corazón. La
elección de pareja. Yo y el Otro. El amor. La integración o castidad vs. la
tentación. Tensión creativa que debe resolverse.
Sombras: Tentación. Titubeo, debilidad en las decisiones. Inmadurez. Ir de
una experiencia a otra. Superficialidad, multiplicidad. Adolescente eterno.
Detrimento: Indecisión, detenimiento, soledad. Decisiones incorrectas.
El Carro: La Marcha del Héroe. El Dominio. El Ego y su afirmación.

Poder de la voluntad personal, deseo consciente, independencia. Confianza,
valor y lucha. Gloria, triunfo, victoria, éxito y los logros del yo personal. El
vehículo. Conducirse a sí mismo.
Sombras: Egoísmo. Delirio de grandeza, megalomanía. Visión amigo –
enemigo. Dramatismo de lo personal. Atropellamiento. Pérdida del control
Detrimento: Fracaso. Pérdida del control. Falta de respeto. Falta de
confianza en sí mismo. Problemas para la puesta en marcha o detenimiento.
2do grupo de arcanos: MADURACIÓN, TRANSFORMACIÓN DEL YO
 8 – La Justicia
 9 – El Ermitaño
 10 – La Rueda
 11 – La Fuerza
 12 – El Colgado
 13 – La Muerte
 14 – La Templanza
Su primera experiencia con el mundo externo consiste en que él es el único

responsable de todo, que sólo puede cosechar lo que ha sembrado, que su
entorno es su espejo. Que están los “deseos propios” y los “deseos ajenos”.
Deberá aprender a evaluar los problemas morales por sí mismo. Deberá
medir y sopesar los asuntos difíciles. Todo representado con la Justicia.
Posteriormente viene un momento de extrañamiento ante la realidad que lo

rodea y la propia, cuestionándose, representado por el Ermitaño que lleva
una linterna. Y puede entenderse como el encuentro con el Hombre Sabio o
aquel guía profundo que está más allá de la realidad visible. El héroe se
entera de su “verdadero nombre” o recibe los instrumentos mágicos para
terminar su obra. Pero también refleja desde su punto de vista la vuelta de
su mirada hacia su propio mundo interior pues la presencia del hombre
sabio lo lleva a encontrar una luz más individual, esencial y genuina.
La siguiente carta, la Rueda de la Fortuna, simboliza una fuerza

inexorable a la que todos debemos enfrentarnos. Es claramente lo que el
héroe, aún no integrado, llamará su destino. Así también representa al
oráculo al que pregunta cuál es su misión. Y la respuesta será “liberar de
las tinieblas el bien alcanzado con dificultades”.

Aquí vemos que la división en dos de las cartas cierra su ciclo y
comenzando el otro que está más allá de lo que llamamos “destino”
En la carta siguiente, la Fuerza, el héroe se dirige al lado Yin de su viaje, a

la cara oscura y misteriosa. Ella ayudará al héroe a domar su naturaleza
animal. Existe una primer conciencia de los peligros ocultos que le esperan,
pero en cuyo fondo se encontrarán sus tesoros sumergidos.
Su viraje al lado Yin, tarde o temprano lo pondrá en contacto con alguna

profunda exigencia del destino. Y quizás la confrontación no sea, en algún
momento, del todo exitosa porque la siguiente carta, el Colgado, representa
el Sol débil. Y muestra que, o bien hay una entrega completa y una
disposición incondicional a un cambio de vida que nos guía en un viaje a
las profundidades, o bien una trampa en la que caemos, un golpe del
destino que nos empuja al reposo y al cambio.
Al proceso que ha iniciado aquí, y hasta la carta 19, Hajo Banzhaf lo ha

denominado la travesía nocturna por el mar. Las cartas 13 a 18 tienen
motivos negros (13,15 y 16), nocturnos (17,18) u opuestos (14), y por eso
se las denomina Cartas de la Noche.
En la siguiente carta se enfrentará con la Muerte, una figura arquetípica

ante cuya guadaña nos encontramos absolutamente desarmados. El héroe se
deberá despojar de sus apegos, y de personajes acerca de sí mismo que ya
no le son útiles. De ese desmembramiento interior surgirá una nueva forma
de hacer circular su energía.
Por eso, luego, el ángel de la Templanza - o los aspectos más allá de su

conciencia que son capaces de establecer el equilibrio y la circulación entre
sus aspectos más personales y transpersonales - lo ayuda y le muestra ante
sí mismo que ha comenzado a fluir el río de la vida, la curación y la
comunicación de los opuestos. Hasta aquí ha estado comprometido en
limpiar muchas de las imágenes arquetípicas que le afectaban y a establecer
un nivel para su ego en la relación con el mundo exterior.
Palabras clave
La Justicia: Justicia. El Juez, las leyes, la legalidad. El Karma. Balance,

equilibrio, armonización. La recompensa, el ajuste, la compensación,
decisión meditada. Objetividad, discernimiento, ampliación del registro
perceptivo, racionalidad, perfeccionamiento. Frontalidad, claridad,
aceptación, crítica.

Sombras: Frialdad, severidad, actitud condenatoria, falta de ecuanimidad
(en el sentido de no considerar factores internos para emitir los juicios),
racionalidad excesiva, criticismo, perfeccionismo, prejuicio.
Detrimento: Desequilibrio, irresolución, injusticia, juicio erróneo,
ilegalidad, prejuicio arbitrario.
El Ermitaño: El Anciano Sabio. La Consciencia. Retraerse, alejarse del

exterior. Desconectar, silencio. Búsqueda y encuentro de sí mismo. La
Verdad. Soledad, ascetismo, introspección, retiro, interioridad. Indagación,
búsqueda. Sabiduría e iluminación interior. Seriedad, sobriedad,
razonabilidad. Prudencia. Paz, paciencia. Realismo. La guía esotérica.
Sombras: Aislamiento y falta de contacto con la realidad exterior. Soledad
no deseada. Timidez. Rencor, amargura, encierro. Escepticismo.
Detrimento: Superficialidad, ingenuidad, irrazonabilidad, inmadurez.
La Rueda de la Fortuna: Destino, Fortuna, la Providencia. Ciclo, rueda de

la existencia. La Totalidad en movimiento. Fin y comienzo de ciclos.
Impermanencia. Lo exterior. Cambios inesperados por destino. Despliegue
de lo no conocido y ajeno a nuestra voluntad. Renovación, mutación,
nuevos rumbos. Espontaneidad. Un enigma y su posible solución.
Sombras: Repetición cómoda o neurótica. El cambio para que nada cambie.
Fatalismo, sino. Resignación. Miedo al cambio o al desarrollo.
Detrimento: Decadencia, involución, detenimiento. Continuidad.
La Fuerza: Lo sutil que prevalece sobre lo denso. La lucha y aceptación

del dragón. Fortaleza (más que fuerza en el sentido tradicional). Persuasión.
Potencia, vitalidad, la pasión encausada en el pensamiento y la voluntad.
La animalidad sublimada. Fuerza sin esfuerzo. Poner manos en el asunto.
Autoestima, autoconfianza, nobleza, dignidad, irradiación serena. Coraje,
valentía. Lucha paciente y captando la situación general
Sombras: Brutalidad, bestialidad, desenfreno. Lucha compulsiva,
encarnizada (león prevaleciendo). Represión, inhibición, intelectualización
y autocontrol excesivo (mujer prevaleciendo). Esfuerzo
Detrimento: Debilidad, falta de integridad. Inconstancia, baja estima.
Esfuerzo inútil.
El Colgado: Sacrificio. La Fe. La iniciación espiritual, la gestación de un

nuevo ser interior. Renuncia al deseo personal, entrega. Servicio. Inmersión
en lo espiritual. Suspensión, espera. Imposibilidad o inconveniencia de
actuar según nuestra voluntad. Crisis. Inmovilidad. Impedimento o atadura.
Giro completo en la visión.

Sombras: Resignación, dejarse colgar, pasividad, estancamiento.
Impotencia o frustración del ego, crisis, encarcelamiento, enfermedad,
atadura, desesperación.
Detrimento: Negación de la espiritualidad. Espíritu mundano. Obstinación
egoísta. Falta de apertura.
La Muerte: La Muerte. El desarraigo, desapego, final natural, despedida

anhelada o temida. Pérdida, dolor. Límite, eliminación, destrucción, corte,
erradicación. Limpieza. Transformación, transmutación. Fin de un
complejo o un aspecto de nosotros mismos. Duelo.
Sombras: Miedo mortal. Sufrimiento, fatalismo.
Detrimento: Cristalización. Sostener lo que no tiene vida. Falta de entrega.
La Templanza: El Ángel Guardián. La Templanza o temperancia. La

inspiración. La armonía, alquimia y fluidez entre los opuestos. La curación
y restauración. La justa medida. Circulación, combinación, mezcla.
Serenidad, equilibrio dinámico, paz, calma. Protección.
Sombras: Falsa espiritualidad o “new age”. Espíritu burgués. Evitación del
conflicto. Pereza, mediocridad o sobre adaptación.
Detrimento: Destemplanza, desarmonía, desmesura. Nerviosismo,
ansiedad. Falta de fluidez y comunicación. Falsa inspiración.
3er grupo de arcanos: TRASCENDENCIA DEL YO
 15 – El Diablo
 16 – La Torre
 17 – La Estrella
 18 – La Luna
 19 – El Sol
 20 – El Juicio
 21 – El Mundo
Ahora está preparado para dirigir sus energías de una manera más
conciente hacia el mundo interior. Así como hasta entonces buscó el
desarrollo de su ego, su atención va a orientarse ahora hacia un centro
psíquico más amplio, al que Jung llamó el sí mismo. Dejará de
experimentar a su ego como la fuerza central que motiva sus actos. Se
dedicará a un plano que está más allá de él mismo.
La decimoquinta carta muestra el Diablo, el príncipe del infierno y los

presos que se encuentran en su poder. El héroe tiene que redimir su culpa.
El encuentro con lo más regresivo de su sombra y todos los aspectos
oscuros que aún residen en su interior; como así también confrontar con

todas las construcciones de su ego que ya no sirven y con las que se ha
apegado e identificado.
Y precisamente eso es lo que está representado por la Torre. El rayo (el

signo de los dioses supremos como Zeus) que hace estallar la prisión (de la
falsa conciencia) y libera las almas encarceladas en la torre.
Posteriormente comienzan diversos estadios de iluminación. La Estrella

revela que lo individual juega un papel integrado con lo que lo circunda (el
cielo y la naturaleza) en un continuo intercambio de las energías. El héroe
vuelve a fluir con el agua de la vida, comenzando a revelársele la danza de
las energías arquetípicas. Lo que conduce a la aparición de nuevas
esperanzas y la guía.
La noche igualmente no ha abandonado al héroe y no se han vencido todos

los peligros. Todavía puede ser asaltado por los miedos que habitan en su
interior. El héroe corre riesgo de volver a mirar hacia atrás, como en
muchas leyendas, y volver a perderse en el bosque, corriendo el riesgo de
olvidar “su nombre”. Se comienzan a percibir todos los condicionamientos
de nuestra percepción que dieron origen a la construcción de todo nuestro
pasado; el hechizo de las imágenes arquetípicas que asaltan a la conciencia
y las formas duales de interpretar de nuestra inteligencia, pudiendo llevar al
héroe a una noche oscura del alma. Todo lo que está aquí representado por
la Luna, que igualmente nos sugiere el camino que conduce a la Jerusalén
Celestial, cuyas torres ya se contemplan.
La carta del Sol responde a la luz recién nacida y muestra, por

consiguiente, el desarrollo victorioso del viaje del héroe, cómo así también
la reconciliación de los opuestos y la propia cara que estaba velada,
representado por los gemelos. El héroe también retorna a la sencillez
después de todas las luchas de su vida.
La penúltima carta, el Juicio, nos muestra la verdadera solución y

salvación, que, una vez que se crean las condiciones, no plantean más
dificultades. Las tres personas que resucitan de tumbas rectangulares
significan que se libera lo divino (3) que se libera de la prisión terrenal. Las
funciones que fueron sumergidas en el inconciente se liberan y se integran.
Se libera el tesoro. Y se recibe el llamado a actuar en el mundo.
Y finalmente, la carta del Mundo nos habla del paraíso reencontrado, la

coronación del héroe. El Sí Mismo, totalmente realizado, se encarna como
un danzarín. En ésta última carta todos los opuestos están juntos en una
armoniosa danza de puro ser.

Palabras clave
El Diablo: División, separatividad. Los aspectos más oscuros y regresivos

de la sombra. Oscuridad, lo inconsciente. El egoísmo, salirse con la propia.
Miedo. Apego, control, vicio, encadenamiento, dependencia. Ir contra los
propios principios. Pulsiones vitales, instinto, pasión, sobrevivencia, auto
conservación. Potencia oculta. Tentación. Iluminar y superar lo oscuro.
Sombras: Ser tomado por la sombra, obsesión enfermiza, apegos
exacerbados, desequilibrio psíquico por obsesión o compulsión. Posesión,
bestialidad, dependencia. Magia negra.
Detrimento: Negación de la sombra y las energías inconscientes. Represión
y negación de las pulsiones e instintos de sobrevivencia. Desvitalización y
desapasionamiento. Excepcionalmente: liberación, desatarse.
La Torre: Destrucción. Desplome de las estructuras rígidas. La caída del

ego. Irrupción del destino. Rupturas, caídas. Cambios radicales,
conmoción, explosión, crisis profunda, catástrofe. Escándalos, choques,
traumatismos, accidentes. Separaciones, despidos. Expectativas rotas.
Apertura, repentismo. Liberación traumática. Iluminación repentina.
Sombras: Resistencia dolorosa. Ansiedad extrema. Pánico. Destrucción
riesgosa. Rabia, furia, crueldad.
Detrimento: Rigidez. Cristalización. Construcción, edificación.
La Estrella: La esperanza. El crecimiento. El agua de vida. La fluidez, la

irrigación y circulación de la energía. La guía, la inspiración y la
revelación. Expectativas y ver en perspectiva. Prosperidad y crecimiento
duradero. Amplitud. La consciencia en expansión. La naturaleza en
evolución. Lo cósmico, lo ecológico. La red, lo constelado. Creación
artística y poética.
Sombras: Perderse en el futuro. Falsas perspectivas. Entregarse a las
expectativas. Falsa confianza. Inaccesibilidad. Autosuficiencia y
excentricidad. Dependencia de los demás y lo exterior.
Detrimento: Desesperanza, desconfianza. Falta de perspectiva y visión de
conjunto.
La Luna: La noche, los poderes y hechizos de la oscuridad. Lo

inconsciente. Superar el umbral del miedo. El repliegue, el miedo. El
encuentro con lo regresivo. Lo materno retentivo. Absorción, magnetismo,
fascinación. Los sueños, la imaginación. Los hábitos, la repetición, la
memoria, el pasado, los automatismos, las reacciones. La matriz, la
materia. Las imágenes arquetípicas, el astral. Nostalgias, poca claridad,
ilusiones, hechizos, sensibilidad. Los hechizos de las emociones y la

percepción. Los límites de la materia, la percepción y de la inteligencia. El
desafío a superar este umbral.
Sombras: Sucumbir a los hechizos y al miedo. Engaño, ilusión,
alucinación. Perderse, locura. Depresión, ciclotimia, bipolaridad.
Detrimento: Falsa lucidez, auto-reflejo. Negación de los
condicionamientos. Excepcionalmente: claridad, lucidez
El Sol: El poder de la luz, el día. La luz creadora. La intuición del fuego. El

contacto con el Sí Mismo. Irradiación, calor, brillo. Amor irradiante,
cordialidad. Claridad, lucidez, consciencia. Frescura, generosidad,
confianza en sí mismo, optimismo. Integración de opuestos, unión de la
cabeza y el corazón. Amor recíproco, hermandad, asociación, solidaridad.
Infancia.
Sombras: Presunción, egoísmo, alto perfil. Frivolidad. Insolación, sequía.
Ser ingenuo o naif.
Detrimento: Desvitalización, perfil bajo, confusión, desunión.
El Juicio: Resurrección, liberación. Retomar y cerrar el pasado,

recapitulación. Re-nacimiento, renovación. Regeneración, revitalización,
recuperación. Llamada, vocación, convocatoria. Despertar. Redención,
liberación de ataduras. Recuperar lo perdido u olvidado. Desenterrar el
tesoro. Anuncio, eclosión.
Sombras: Exaltación. Dificultades con la vuelta del pasado. Temor para
responder a la llamada.
Detrimento: Cautividad, permanencia, negación del pasado. Dificultades
para recuperarse o encontrar la respuesta.
El Mundo: El Paraíso. La Iluminación total. Realización. La coronación,

llegar a la meta, la completitud, el logro, el éxito. Fin de ciclo. Dominio,
alegría, felicidad, iluminación. Plenitud, totalidad. Encontrar el sitio o el
lugar. La unidad entre el ser y el destino (entendida a veces entre lo que se
desea y lo que acontece). Los opuestos unidos en el mundo. La
coincidencia de los ritmos, danza. Expansión, viajes.
Sombras: Embriaguez espiritual. La ilusión del logro y del éxito. La doble
ilusión del propio mundo confirmado. Confusiones y extravíos.
Detrimento: Aislamiento, huida del mundo. Inmovilidad. Falta de lugar.
Esto es analizado, entre otros autores, por Karen Hamaker-Zondag en El

tarot como vía de conocimiento y Sallie Nichols en Jung y el tarot, ambas
desde la mirada de la psicología junguiana.
Hamaker-Zondag asocia el recorrido por los arcanos mayores con el

arquetípico «Camino del Héroe». En él distingue tres etapas:
 Los impulsos básicos. (Cartas 0 a 6)
 La construcción del ego. (Cartas 7 a 12)
 Integración de la mente consciente e inconsciente. (Cartas 13 a 21)
Por su parte, Sallie Nichols también coincide en distinguir tres niveles a los
que define simbólicamente como «reinos», cada uno de los cuales incluye
una serie de siete arcanos mayores:
 El Reino de los Dioses. Llamado de este modo porque allí se

encuentran «muchos de los personajes más importantes entronizados
en la constelación celeste de arquetipos». Abarca desde El Mago
(arcano “número 1″) hasta El Carro (arcano “número 7″).
 El Reino de la Realidad Terrestre y de la Consciencia del Ego. Este
es el nivel en el que «el joven empieza a buscar su fortuna y a
establecer su identidad en el mundo exterior. Liberándose cada vez
más de los lazos que le ataban a la «familia» arquetípica dibujada en
la fila superior, intenta hallar su vocación, establecer su propia
familia y asumir su lugar en el orden social». Se extiende desde La
Justicia (arcano “número 8″) hasta La Templanza (arcano “numero
14″).
 El Reino de la Iluminación Celestial y de la Autorrealización.
Respecto a esta última serie de arcanos, que se extiende desde El
Diablo (arcano “número 15″) hasta El Mundo (arcano “número 21″),
dice la autora que «Así como hasta entonces buscó el desarrollo del
ego, su atención va a orientarse ahora hacia un centro psíquico más
amplio, al que Jung llamó sí-mismo [self]».
Lo interesante del diseño que presenta Nichols es que destaca que los
arcanos del segundo reino, el de la Conciencia del Ego, resultan
«intermediarios entre el Reino de los Dioses arriba y las del reino de la
Iluminación y Autorrealización abajo». Es decir, además de coincidir en la
percepción de un viaje con tres dimensiones o estadios, interpreta a uno de
ellos como nexo o puente con los otros dos.
Síntesis y cuadro comparativo
Desde nuestra mirada como astrólogos, y tomando como base nuestro

mandala zodiacal y la triplicidad que destacamos (desarrollo, madurez y
trascendencia del yo), podríamos encontrar una muy clara analogía con los
tres reinos en el viaje a través de los arcanos mayores del tarot y con los
tres estadios de evolución de la conciencia de Wilber (y la psicología
transpersonal).

Hacia la Conformación del Ego
 De ARIES a CÁNCER (astrología)

 De EL MAGO a EL CARRO (Arcanos Mayores del tarot)
 Estadio PREPERSONAL (Modelo de Ken Wilber)
 SUBCONCIENCIA (Psicología Transpersonal)
Madurez y Transformación del Ego
 De LEO a ESCORPIO (astrología)

 De LA JUSTICIA a LA TEMPLANZA (Arcanos Mayores del tarot)
 Estadio PERSONAL (Modelo de Ken Wilber)
 AUTOCONCIENCIA (Psicología Transpersonal)
Trascendencia del Ego
 De SAGITARIO a PISCIS (astrología)

 De EL DIABLO a EL MUNDO (Arcanos Mayores del tarot)
 Estadio TRANSPERSONAL (Modelo de Ken Wilber)
 SUPERCONSCIENCIA (Psicología Transpersonal)
Fuentes principales y agradecimientos:
“El Tarot y el Camino del Héroe”. Hajo Banzhaf

“Astrología y Tarot”. Alejandro Lodi y Beatriz Leveratto.
“Jung y el Tarot”. Sallie Nichols
“El Tarot como vía del Conocimiento”. Karen Hamaker Zondag.


Fundamentos Del Tarot II - Los Tres Septenarios y El Viaje Del Héroe (PCM)

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CURSO DE TAROT. Sergio Barreiro.

Tel. 15-6-105-9702. Mail: serbarreiro2112@gmail.com

A lo largo de nuestra vida como individuos vamos desarrollando

Este viaje de la conciencia suele representarse mitológicamente como el

Y en el caso de Tarot, que admite su mandalización o visualización

O, como veremos más en detalle, también puede ser representada en tres

Veremos la descripción de la evolución de la conciencia que nos ofrece la

El zodíaco como símbolo de evolución

Si consideramos el mandala zodiacal como un referente de evolución,

CURSO DE TAROT. Sergio Barreiro. 1

De este modo, en el mandala astrológico podemos distinguir tres etapas de

1er estadio de despliegue:

HACIA LA CONFORMACIÓN DE UN EGO O YO INDIVIDUAL

Así, de Aries a Cáncer podríamos identificar el estadio en el que la

Esto se corresponde con el «estadio prepersonal» de Wilber («lo

2do estadio de despliegue:

MADUREZ Y TRANSFORMACIÓN DEL EGO O YO INDIVIDUAL

Cuando esta discriminación logra consumarse decimos que la conciencia se

CURSO DE TAROT. Sergio Barreiro. 2

Desde la astrología se dice que el yo puede abandonar el mundo seguro

Este segundo nivel se corresponde con el «estadio personal» de Wilber («lo

3er estadio de despliegue:

TRASCENDENCIA DEL EGO O YO INDIVIDUAL (integración y

Paradójicamente, cuando podríamos afirmar que el ego o yo individual

Esto representa lo que podríamos denominar una crisis existencial, una

En verdad, el gran salto de conciencia consiste en descubrir que esta crisis

Este tercer nivel se corresponde con el «estadio transpersonal» del modelo

Los arcanos mayores del tarot y la dinámica evolutiva

Ahora bien, el universo de los arcanos mayores del tarot representa

(0 – El Loco: el arcano fuera del tiempo y el espacio)

1er grupo de arcanos: HACIA LA CONFORMACIÓN DEL YO

CURSO DE TAROT. Sergio Barreiro. 4

Pero tal vez, lo más conveniente sería no suponer el viaje corporizado en

La suposición acerca de qué es el Loco viene de los ejemplos mitológicos

Otras diferencias se dan en la interpretación de las primeras cuatro cartas,

En ésta dirección puede decirse, por ejemplo, que el Mago y la Suma

Pero también podemos verlo como etapas de conformación del ego en el

El Sumo Sacerdote representa desde el primer punto de vista a quien tiene

En la carta del Enamorado encontramos la importante decisión de

El Carro muestra ya la partida, el auténtico inicio del viaje, la búsqueda

Palabras clave – Los primeros conceptos se vinculan más con la

El Loco: La inocencia. El poder creativo del sí mismo. La energía pura de

El Mago: Hermes Trismegisto. El alquimista. El creador. El impulso

CURSO DE TAROT. Sergio Barreiro. 6

La Emperatriz: La madre. El principio de generación. Gestación. La

El Emperador: La autoridad. El padre. La ley. La forma. Estructura,

El Papa: El sacerdote. El maestro. La trascendencia. El sentido. El puente

El Enamorado: La Encrucijada. El Puer Eterno. Sentimientos duales. La

El Carro: La Marcha del Héroe. El Dominio. El Ego y su afirmación.

2do grupo de arcanos: MADURACIÓN, TRANSFORMACIÓN DEL YO

Su primera experiencia con el mundo externo consiste en que él es el único

Posteriormente viene un momento de extrañamiento ante la realidad que lo

La siguiente carta, la Rueda de la Fortuna, simboliza una fuerza

CURSO DE TAROT. Sergio Barreiro. 8

En la carta siguiente, la Fuerza, el héroe se dirige al lado Yin de su viaje, a

Su viraje al lado Yin, tarde o temprano lo pondrá en contacto con alguna

Al proceso que ha iniciado aquí, y hasta la carta 19, Hajo Banzhaf lo ha

En la siguiente carta se enfrentará con la Muerte, una figura arquetípica

Por eso, luego, el ángel de la Templanza - o los aspectos más allá de su

La Justicia: Justicia. El Juez, las leyes, la legalidad. El Karma. Balance,

CURSO DE TAROT. Sergio Barreiro. 9

El Ermitaño: El Anciano Sabio. La Consciencia. Retraerse, alejarse del