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Estamos en uno de los momentos más inspiradores y satisfactorios de la vida

en que todos pensamos y sentimos lo mismo. Como una serie de alpinistas


que, a base de esfuerzos y dedicación, logran plantar su bandera en la cima
de la montaña que escalaban, para al final decir “LO LOGRAMOS”. Esto es
fruto no solamente del esfuerzo y la lucha continua de nosotros como
graduados, siempre hay detrás de nosotros un rayito de luz que en nuestros
peores momentos nos da consuelo, llámenlo como ustedes quieran, familia,
hermanos, padres, abuelos, alguien cercano, llámenlo como ustedes quieran,
pero sin ese gran apoyo este gran triunfo no tendría sentido, por eso los
invito a que lo compartamos con esos seres queridos que están en las
sombras y que a veces su gran esfuerzo no es reconocido. Compartan este
gran logro y no lo tomen como un logro individualista.
"Ya ha transcurrido 1 año desde que decidimos formar parte de esta gran
familia, desde que decidimos representar y apoyar este gran Hospital, que
nos acogió con cariño, nos vio tanto en nuestra mejor como en la peor de
nuestras facetas, no solo nos regaló momentos adversos y de dificultad, sino
que también nos regaló momentos de felicidad y con ello uno de los mejores
años junto a nuestros compañeros de trajo en el cual ganamos
conocimientos, amigos, seguridad, confianza, experiencia y éxito; perdimos el
temor a lo desconocido y al fracaso y así, hemos alcanzado otra meta más en
nuestras vidas; aunque todavía nos falta mucho por recorrer, pero
seguiremos luchando porque la vida se trata de un recuento de miles de
nuestros mejores momentos y con ello nuestros logros. Ahora salgamos de
esta nuestra casa con la frente en alto y tratemos de representarla con cariño
y compromiso, siempre dando lo mejor de nosotros como personas, teniendo
un poco de empatía y disposición servicial hacia el prójimo.
Fue hace casi un año que decidimos enfrentar este nuevo reto, llenos de
dudas, miedos e inquietudes, pero no dudemos de nuestro trabajo realizado
aquí, ya que, si algo se hace con esfuerzo y cariño, la misma vida lo premiará,
teniendo en cuenta que la Fisioterapia es aquella pasión de crear movimiento
con la mente, con el cuerpo y fundamentalmente con el corazón, además de
saber un sinfín de inserciones musculares.
Sabemos lo que es convivir con pacientes de todo tipo, los acompañamos en
su proceso de rehabilitación, desde los momentos más dolorosos y tristes en
los que el paciente tiene nula movilidad hasta que lo vemos con mejoría y lo
damos de alta, pero también tenemos esa paciencia y dedicación de trabajar
con las manos y hacerlas más fuertes que ninguna otra profesión del área de
la salud, sabemos lo cansadas y entumidas que terminan las manos después
de un tratamiento, pero también sabemos de esa paciencia cuando a nuestro
paciente casi dado de alta se le ocurre echar una cascarita y tener que
comenzar el tratamiento de cero. Sabemos lo que es la frustración, porque
nuestro paciente piensa que si no le damos masajes es como si no lo
hubiésemos atendido. Sabemos la importancia de los electrodos, aunque al
principio solo jugamos con ellos a ver quién aguanta más toques. Por eso
hagamos que todas estas experiencias no sean en vano, y tratar de llevarlas lo
más cerca de nuestro corazón, siempre agradeciendo por formar parte de
esta hermosa licenciatura, en la que no solo podemos ayudar a atletas, sino a
aquellos que necesiten de nuestro apoyo para mejorar su vida, y es que eso
somos o debemos de tratar de ser, debemos de tratar de tocar las vidad de
diferentes personas, mejorándolas.
Ahora es el momento de disfrutar el fruto de todo este tiempo dedicado,
poca gente cree que puede mover montañas o lograr algo grande, y
mírennos, aquí estamos, como dijo un día Confucio: “Quién mueve montañas
empezó apartando piedritas”.

Gracias directivos, compañeros colegas y Hospital General de Atlixco Gonzalo


Rio Arronte por formar parte de mi formación, por llenarme de buenos
momentos, espero que esto no sea un Adiós, sino un hasta pronto.

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