0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
8 vistas1 página
El jeque le pidió al mercader 20,000 dinares adicionales por la esclava. Acordaron que la esclava sería llevada ese día a la casa de Ishak y el jeque recibiría 30,000 dinares. Las esclavas de Ishak bañaron y vistieron a la nueva esclava con adornos. Cuando Ishak la vio, se felicitó por su compra.
El jeque le pidió al mercader 20,000 dinares adicionales por la esclava. Acordaron que la esclava sería llevada ese día a la casa de Ishak y el jeque recibiría 30,000 dinares. Las esclavas de Ishak bañaron y vistieron a la nueva esclava con adornos. Cuando Ishak la vio, se felicitó por su compra.
El jeque le pidió al mercader 20,000 dinares adicionales por la esclava. Acordaron que la esclava sería llevada ese día a la casa de Ishak y el jeque recibiría 30,000 dinares. Las esclavas de Ishak bañaron y vistieron a la nueva esclava con adornos. Cuando Ishak la vio, se felicitó por su compra.
y quizás obtenga ella entonces el precio conveniente". Y tras de hablar así ante el mercader asombrado, añadió: "Es preciso que hoy mismo conduzcan a la joven a mi morada, a fin de que se te cuente el precio convenido entre nosotros". Y le dejó, después de sonreír a la conmovida joven, y fue en busca del califa y sus demás acompañantes. Y los encontró en el límite de la impaciencia, y les contó, sin omitir un detalle, cuánto había pasado. Y salieron todos juntos del depósito de esclavos para proseguir su paseo a capricho de su mutuo destino. En cuanto a la jovenzuela Obra Maestra de los Corazones, su amo el viejo jeque se apresuró a conducirla, en aquella hora y en aquel instante, al palacio de Ishak, y a percibir los treinta mil dinares en que convinieron como precio de compra. Luego se marchó por su camino. Entonces las pequeñas esclavas de la casa se agruparon en torno de ella, y la condujeron al hammam, donde le dieron un baño delicioso, y la vistieron, la peinaron y la cubrieron de adornos de todas clases, como collares, sortijas, pulseras de brazo y de tobillos, velos bordados de oro y pectorales de plata. Y la hermosa palidez de su rostro brillante y terso era cual la luna del mes de Ramadán por encima del jardín de un rey. Cuando el maestro Ishak vio a la jovenzuela Obra Maestra de los Corazones con aquel nuevo esplendor, más conmovida y más conmovedora que una recién casada en el día de sus bodas se felicitó de la adquisición que había hecho y dijo para sí: "¡Por Alá! que cuando esta jovencita haya pasado algunos meses en 9 http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx