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Cátedra Agustiniana

Profa. Mª Auxiliadora Álvarez de Rodríguez

La Orden de San Agustín está formada por:


a) Los Hermanos, profesos y novicios, miembros de las diversas circunscripciones de la Orden;

b) Las monjas agustinas de vida contemplativa, pertenecientes a monasterios de la Orden;

c) Los fieles laicos adscritos a Fraternidades seculares agustinianas, legítimamente erigidas por
un decreto del Prior General.

Estas tres ramas, según las normas de las Constituciones y Estatutos por los que cada una se rige,
están sometidas al Prior General, a quien compete establecer la fundación o la supresión de
comunidades y fraternidades, y además cuidar de la redacción y aprobación de Constituciones y
Estatutos.

La Familia Agustiniana comprende también, además de estas tres ramas, otros grupos:

a) Institutos religiosos, masculinos y femeninos, legítimamente agregados a la Orden por decreto


del Prior General (Constituciones N° 48),

b) Otros grupos de fieles agustinianos (Constituciones N° 49),

c) Los fieles laicos afiliados a la Orden (Constituciones N° 50).

La unión de estos grupos con la Orden es unión espiritual y de provecho mutuo. Todos ellos,
unidos por un estrecho lazo espiritual, constituyendo un solo cuerpo bajo san Agustín como
Padre, siguen prácticamente los mismos ritos litúrgicos y participan casi siempre de las mismas
gracias espirituales; pero, sobre todo, teniendo una sola alma y un solo corazón hacia Dios, se
entregan al mismo cometido y tarea, “para la edificación del cuerpo de Cristo” (Ef 4,12).

Muchas familias religiosas a lo largo de los tiempos eligieron con agrado la Regla del santo
Padre Agustín, de las que algunas toman su nombre e imitan su género de vida; pero otras
determinaron únicamente regular su vida bajo el espíritu de su Regla. La Orden se consideró y se
siente unida profundamente con todos esos Institutos por un cierto vínculo de fraternidad, que
desea seguir reforzando. La Orden, además, desea fomentar una especial colaboración con otras
familias religiosas que se inspiran en la espiritualidad de san Agustín. Asimismo, para ser
coherente con su tradición, trata de reforzar cuidadosamente su antiquísima vinculación con las
Órdenes Mendicantes o de fraternidad apostólica.
La Orden de San Agustín (O.S.A.), en latín Ordo Fratrum Sancti Augustini, -históricamente
conocida como Orden de Ermitaños de San Agustín (O.E.S.A.), en latín Ordo Eremitarum
Sancti Augustini,- es una orden religiosa mendicante establecida por la Iglesia católica bajo el
pontificado de Inocencio IV en el año 1244, ante la necesidad de unificar una serie de
comunidades de eremitas que habían surgido bajo la experiencia monástica de san Agustín y su
Regla del siglo IV. Actualmente tiene presencia en 50 países y la componen la Primera Orden
Agustiniana o Padres Agustinos (Religiosos y Sacerdotes), la Segunda Orden Agustiniana
(Monjas de Clausura) y la Tercera Orden Agustiniana o Fraternidad Agustiniana (Laicos
consagrados).

Fundación

El nacimiento de la Orden de San Agustín se remonta al año 1243 cuando cuatro ermitaños:
Esteban de Cataste, Hugo de Corbaria, Guido de Rosia y Pedro de Lupocavo en representación
de grupos de eremitas situados en la antigua Tuscia, Lacio superior y zonas limítrofes de
Umbría, se dirigieron al Papa Inocencio IV para pedirle una regla común y un prior general.​
Luego de conocida la propuesta, en el primer año de su pontificado, Inocencio IV determinó la
creación de una nueva orden mendicante, también llamada orden de pobreza evangélica o de
fraternidad apostólica,​(la tercera después de los franciscanos y dominicos). Incumbit nobis y
Praesentium vobis fechadas el 16 de diciembre de 1243, sentaron las bases jurídicas de la
elección canónica de la Orden de San Agustín. Incumbit nobis ordenó que los eremitas de
Tuscia, "exceptis Fratribus S. Guillelmi (excepto por los hermanos S. Guillelmi)", enviaran uno
o dos representantes de cada casa al primer Capítulo General, profesaran “la regla y el género de
vida del bienaventurado Agustín”, redactaran sus Constituciones y eligieran un Prior General. El
proceso estuvo bajo la dirección del cardenal Ricardo degli Annibaldi por medio de la bula
Praesentium vovis. La reunión tuvo lugar en marzo de 1244, en la ciudad de Roma (en un lugar
ahora desconocido) en lo que se llama ahora La Pequeña Unión.
La bula Licet Ecclesiae Catholicae marcó una segunda fase en el desarrollo inicial de la Orden,
conocido como La Gran Unión, ocurrida el 9 de abril de 1256 en una antigua iglesia romana
(hoy Basílica de Santa María del Popolo). En esta ocasión se produjo la anexión de otras órdenes
de ermitaños situados en las regiones centrales y septentrionales de Italia como los de Juan
Bueno, los Ermitaños de Santa María de Cesena, los Ermitaños de Bréttino, los Ermitaños de
Monte Favale e incluso los Guillermitas que profesaban la Regla de San Benito.
Naturaleza de la Orden
La naturaleza de la Orden de San Agustín está dada por los elementos integrados en su
formación: la herencia monástica de San Agustín, la tendencia contemplativa propia de sus
raíces eremíticas, y los principios fundamentales de las órdenes mendicantes.

Finalidad y razón de ser

El fin de la Orden de San Agustín está determinado en su propia Regla, escrita por San Agustín a
los Siervos de Dios; la primera fundación hecha por San Agustín en vida:
“Os habéis reunido para vivir en la casa unánimes y tener una sola alma y un solo
corazón orientado hacia Dios”.
Este fin es, así mismo, el lema de la Orden
Anima una et cor unum in Deum, que en español significa: Un solo corazón y una sola
alma en Dios.

Ideales de la Orden

Para lograr el cumplimento de su fin, la Orden de San Agustín cuenta con varios ideales, entre
los que sobresalen:
● La consagración a Dios por los votos religiosos, fuente de vida comunitaria y de
actividad apostólica.
● El culto divino, en la Liturgia.
● La perfecta vida común.
● La dedicación, común e individual, al desarrollo de la vida interior y el estudio.
● La actividad apostólica según las necesidades de la Iglesia.
● La diligente entrega al trabajo, tanto manual como intelectual, para el bien de la
comunidad.
Símbolos agustinianos

El hábito
El hábito de la Orden de San Agustín está conformado por una túnica o sayal de color negro que
llega hasta los tobillos y está ceñido por un cinturón de cuero negro de una sola pieza que cae
hasta el borde de la túnica y, encima de la túnica, una capilla del mismo color recta al frente,
hasta los codos y atrás terminada en punta larga. En países de clima tropical está permitido el uso
del hábito de color blanco manteniendo la correa negra.

El escudo
El ideal de vida de los miembros de la Orden de San Agustín aparece claramente expresado en el
escudo oficial. Hasta las reformas de los capítulos generales del siglo XX y principios del siglo
XXI, el escudo de la Orden de San Agustín carecía de blasón; un libro cerrado y acostado con un
corazón inflamado (con fuego) y atravesado por un dardo; detrás de este, la correa del hábito, la
cruz episcopal, un báculo y sobre el libro una mitra como símbolos de episcopado de San
Agustín; debajo del todo una banda blanca con la inscripción Tolle Lege, Tolle Lege, que fueron
las palabras que San Agustín escuchó el día de su conversión antes de leer las Cartas de San
Pablo; El escudo aparece decorado con palmas doradas.
Posterior a las reformas, el escudo se simplificó aunque nunca se abolió el anterior, y el actual
escudo fue adoptado no solo por la Orden sino por las demás órdenes de la Familia Agustiniana;
Sobre un libro abierto aparece un corazón atravesado por el dardo de la caridad.​
Organización de la Orden

La Orden de San Agustín es una orden de fraternidad apostólica. Se trata de una fraternidad
porque todos los hermanos que la integran son iguales no existiendo ningún tipo de diferencias
originadas en privilegios, títulos y situaciones sociales o económicas.
Los frailes agustinos viven en una comunidad fraterna que es la vida en común. A través de ella
y unidos en el amor de Cristo, buscan a Dios, se sirven mutuamente, perfeccionan con la ayuda
de la Gracia los valores de la persona y trabajan por la comunidad, buscando la salvación propia
y de las almas. Los frailes agustinos no poseen bienes propios por su voto de pobreza, sino que
todas las cosas que poseen son en comunidad.
Gobierno y estructura

La potestad máxima de gobierno de la Orden de San Agustín recae en el Capítulo General,


donde se representa a todos los frailes. El Capítulo General celebrado cada seis años elige a un
Prior General. Actualmente el Prior General es Fray Alejandro Moral Antón, elegido en 2013 y
sucesor de Fray Robert Prevost, quien había sido elegido el 2001 y reelecto 2007. Cuenta con
seis asistentes y un secretario. La curia general de la Orden se Encuentra en Roma, a escasos
metros de la Ciudad del Vaticano.

Miembros
La fraternidad de la Orden de San Agustín se refleja en su estructura la cual está formada por tres
ramas que se rigen por Regla de San Agustín y sus Constituciones, además están bajo la
dirección y cuidado del Prior General.
● Hermanos o frailes profesos miembros de alguna circunscripción de la Orden, todos
están llamados al apostolado y la mayoría son ordenados sacerdotes.
● Monjas de vida contemplativa miembros de los monasterios de la Orden.
● Laicos adscritos a Fraternidades Seculares Agustinianas, erigidas por decreto del
Prior General.

La Segunda Orden de San Agustín


Monjas de la Orden de San Agustín
Como toda orden mendicante, la Orden de San Agustín está conformada por los frailes agustinos
y las hermanas o sorelas agustinas.
Antiguamente llamada Segunda Orden, hoy conocidas como Agustinas de Vida Contemplativa,
la orden agustina también está integrada por muchas religiosas que siguiendo el ejemplo de san
Agustín viven en comunidad con Un solo corazón y una sola alma en Dios. San Agustín les dejó
este modelo al crear el primer monasterio de vírgenes consagradas a Dios en África donde fue
priora la propia hermana del Obispo de Hipona. A la muerte de la superiora, el monasterio entró
en mucho desorden por lo que el Obispo dirigió unas cartas a la nueva superiora; dentro de una
de estas cartas anexó su famosa Regla, que ya se vivía en los monasterios de varones, pero de la
cual se obtendrá la Regla que vive toda la Orden hoy en día.
Con la fundación de la Orden, en 1244, de inmediato junto con los conventos de frailes se
erigieron también los conventos de hermanas, de vida contemplativa, buscando grandes espacios
de oración y contemplación. Con el Concilio de Trento se dio una mayor importancia a la vida de
clausura de las religiosas.
Desde el inicio de los monasterios de religiosas, estos han producido grandes mujeres entre las
que se conocen a la santa virgen Clara de Montefalco, la santa viuda Rita de Casia y las beatas
Magdalena Albrici y María Teresa Fasce.
Así hoy en día la Orden Agustina cuenta con muchos monasterios de hermanas consagradas a
Dios bajo los votos de castidad, pobreza y obediencia, que viviendo una vida común, dedicadas a
la oración y al estudio poseen Estatutos Propios del Monasterio viviendo bajo la obediencia de la
madre Priora, llamada también en algunos casos Abadesa, pero compartiendo a la vez todos los
monasterios las mismas Constituciones de la Orden Agustina bajo la obediencia al Padre General
de la misma.

Hábito
Al igual que sus hermanos, las monjas de la Orden de San Agustín visten el hábito negro ceñido
a la cintura con un cinturón largo del mismo color, la toca blanca y el velo negro si son de votos
solemnes, o blanco, si son de votos simples o novicias. En algunos monasterios, por tradición,
las hermanas llevan un escapulario negro o una esclavina o capilla, negra.
Presencia
Al año 2013 la Orden de San Agustín contaba con 2818 religiosos distribuidos en 50 países en
cinco continentes y 435 parroquias a su cargo.2​Además la orden se encuentra asociada a la
Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Centros educativos agustinianos[editar]


En la Orden de San Agustín, además del gran número de centros de educación primaria y
secundaria, destacan los siguientes centros de educación superior:
● Universidad Villanova, Filadelfia, Estados Unidos
● Merrimack College, North Andover, Massachusetts, Estados Unidos
● Fundación Universitaria Unicervantes, Bogotá - Colombia.
● Real Centro Universitario María Cristina de El Escorial (adscrito a la Universidad
Complutense de Madrid), San Lorenzo de El Escorial, España
● University of San Agustín, Iloílo, Filipinas
● Zentrum für Augustinusforschung, Würzburg, Alemania
● Institutum Patristicum Augustinianum, Roma, Italia.
● Liceo de Cervantes , Barranquilla, Colombia
La Regla de san Agustín se refiere al conjunto de normas que Agustín de Hipona, conocido
como San Agustín, redactó para organizar la vida de la comunidad cuando fundó el monasterio
de Tagaste, en el norte de África, y si bien las elaboró en tres momentos distintos, en el fondo se
reducen a una sola.
La regla del santo es la más antigua de Occidente, ya que es del siglo IV D. C. al siglo V D. C.
En ella regula las horas canónicas, las obligaciones de los monjes, el tema de la moral y los
distintos aspectos de la vida en monacato.
Muchos monasterios africanos adoptaron las reglas de San Agustín. Siglos más tarde fueron
también adoptadas por órdenes clericales como los premonstratenses (siglo XII d. C.), los propios
agustinos (siglo XIII d. C.) y los dominicos, los mercedarios y los servitas (siglo XIII d. C.).

Jaume Huguet - Consecration of Saint Augustine


El título, Regla de San Agustín, se ha aplicado a cada uno de los siguientes documentos:
● Carta 211 dirigida a una comunidad de mujeres. San Agustín escribió esta carta en
423 a las monjas en un monasterio en Hipona que había sido gobernado por su
hermana y en el que vivían su prima y su sobrina. Aunque escribió principalmente
para calmar problemas relacionados con la nominación de un nuevo superior, Agustín
aprovechó la oportunidad para discutir algunas de las virtudes y prácticas esenciales
para la vida religiosa tal como la entendió: enfatizó consideraciones tales como la
caridad, la pobreza, la obediencia, el desapego del mundo, la distribución del trabajo,
los deberes mutuos de los superiores e inferiores, la caridad fraterna, la oración en
común, el ayuno y la abstinencia proporcional a la fuerza del individuo, el cuidado de
los enfermos, el silencio y la lectura durante las comidas.
● Los sermones 355 y 356 titulados «De vitâ et moribus clericorum suorum» [Sobre la
vida y las prácticas de su clero]. En estos sermones el santo habla sobre la
observancia monástica del voto de pobreza. Agustín intentó disipar las sospechas que
albergaban los fieles de Hipona contra el clero que llevaba una vida monástica con él
en su residencia episcopal. La lectura de estos sermones revela el hecho de que el
obispo y sus sacerdotes observaron una pobreza estricta y se conformaron al ejemplo
de los apóstoles y los primeros cristianos al usar su dinero en común. Esto se llamó la
Regla Apostólica.
● De opere monachorum, una parte de la Regla redactada para empleados. Aurelio,
obispo de Cartago, estaba muy perturbado por la conducta de los monjes que se
dedicaban a la ociosidad con el pretexto de la contemplación, y a petición suya, San
Agustín publicó un tratado titulado De opere monachorum en el que demuestra por la
autoridad de la Biblia, el ejemplo de los apóstoles, e incluso las exigencias de la vida,
que el monje está obligado a dedicarse a trabajos serios. En varias de sus cartas y
sermones se encuentra un complemento útil a su enseñanza sobre la vida monástica y
los deberes que impone. En su tratado, De opere monachorum, inculca la necesidad
del trabajo, sin embargo, sin someterlo a ninguna regla, la obtención del sustento lo
hace indispensable. Los monjes, por supuesto, dedicados al ministerio eclesiástico
observan, ipso facto, el precepto del trabajo, de cuya observancia se dispensan
legítimamente los enfermos.
● «De vitā eremiticā ad sororem liber», un tratado sobre la vida eremítica de San Elredo
de Rieval, abad de Rievaulx, Inglaterra, quien murió en 1166.
● Una regla conocida como Regula secunda;
Nicolás de Tolentino (Sant'Angelo in Pontano; 1245 - Tolentino; 10 de septiembre de 1305)
fue un sacerdote, místico católico italiano y el primer santo de la Orden de San Agustín.

Contenido de la Regula ad servos dei

La Agustina Regula ad servos Dei es corta pero rica en contenido. Sus preceptos son pocos y
esenciales. Su originalidad radica sobre todo en haber interpretado el monasticismo no como
"soledad" sino como una unión perfecta de los hermanos: la raíz "monos" de la terminología
monástica sigue significando "solo", sino en referencia al dictado apostólico de "un corazón y
un alma "(Hechos 4,32).
● II: oración
● III: las formas de ascetismo
● IV: castidad y custodia mutua
● V: No consideres nada como propio, ni siquiera a ti mismo.
● VI: Perdón de los delitos.
● VII: autoridad y obediencia
● VIII: Exhortación a observar la regla.
( Edoardo Arborio Mella - Cecilia Falchini, Reglas monásticas de Occidente, Magnano, 1989.)

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