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c) Los fieles laicos adscritos a Fraternidades seculares agustinianas, legítimamente erigidas por
un decreto del Prior General.
Estas tres ramas, según las normas de las Constituciones y Estatutos por los que cada una se rige,
están sometidas al Prior General, a quien compete establecer la fundación o la supresión de
comunidades y fraternidades, y además cuidar de la redacción y aprobación de Constituciones y
Estatutos.
La Familia Agustiniana comprende también, además de estas tres ramas, otros grupos:
La unión de estos grupos con la Orden es unión espiritual y de provecho mutuo. Todos ellos,
unidos por un estrecho lazo espiritual, constituyendo un solo cuerpo bajo san Agustín como
Padre, siguen prácticamente los mismos ritos litúrgicos y participan casi siempre de las mismas
gracias espirituales; pero, sobre todo, teniendo una sola alma y un solo corazón hacia Dios, se
entregan al mismo cometido y tarea, “para la edificación del cuerpo de Cristo” (Ef 4,12).
Muchas familias religiosas a lo largo de los tiempos eligieron con agrado la Regla del santo
Padre Agustín, de las que algunas toman su nombre e imitan su género de vida; pero otras
determinaron únicamente regular su vida bajo el espíritu de su Regla. La Orden se consideró y se
siente unida profundamente con todos esos Institutos por un cierto vínculo de fraternidad, que
desea seguir reforzando. La Orden, además, desea fomentar una especial colaboración con otras
familias religiosas que se inspiran en la espiritualidad de san Agustín. Asimismo, para ser
coherente con su tradición, trata de reforzar cuidadosamente su antiquísima vinculación con las
Órdenes Mendicantes o de fraternidad apostólica.
La Orden de San Agustín (O.S.A.), en latín Ordo Fratrum Sancti Augustini, -históricamente
conocida como Orden de Ermitaños de San Agustín (O.E.S.A.), en latín Ordo Eremitarum
Sancti Augustini,- es una orden religiosa mendicante establecida por la Iglesia católica bajo el
pontificado de Inocencio IV en el año 1244, ante la necesidad de unificar una serie de
comunidades de eremitas que habían surgido bajo la experiencia monástica de san Agustín y su
Regla del siglo IV. Actualmente tiene presencia en 50 países y la componen la Primera Orden
Agustiniana o Padres Agustinos (Religiosos y Sacerdotes), la Segunda Orden Agustiniana
(Monjas de Clausura) y la Tercera Orden Agustiniana o Fraternidad Agustiniana (Laicos
consagrados).
Fundación
El nacimiento de la Orden de San Agustín se remonta al año 1243 cuando cuatro ermitaños:
Esteban de Cataste, Hugo de Corbaria, Guido de Rosia y Pedro de Lupocavo en representación
de grupos de eremitas situados en la antigua Tuscia, Lacio superior y zonas limítrofes de
Umbría, se dirigieron al Papa Inocencio IV para pedirle una regla común y un prior general.
Luego de conocida la propuesta, en el primer año de su pontificado, Inocencio IV determinó la
creación de una nueva orden mendicante, también llamada orden de pobreza evangélica o de
fraternidad apostólica,(la tercera después de los franciscanos y dominicos). Incumbit nobis y
Praesentium vobis fechadas el 16 de diciembre de 1243, sentaron las bases jurídicas de la
elección canónica de la Orden de San Agustín. Incumbit nobis ordenó que los eremitas de
Tuscia, "exceptis Fratribus S. Guillelmi (excepto por los hermanos S. Guillelmi)", enviaran uno
o dos representantes de cada casa al primer Capítulo General, profesaran “la regla y el género de
vida del bienaventurado Agustín”, redactaran sus Constituciones y eligieran un Prior General. El
proceso estuvo bajo la dirección del cardenal Ricardo degli Annibaldi por medio de la bula
Praesentium vovis. La reunión tuvo lugar en marzo de 1244, en la ciudad de Roma (en un lugar
ahora desconocido) en lo que se llama ahora La Pequeña Unión.
La bula Licet Ecclesiae Catholicae marcó una segunda fase en el desarrollo inicial de la Orden,
conocido como La Gran Unión, ocurrida el 9 de abril de 1256 en una antigua iglesia romana
(hoy Basílica de Santa María del Popolo). En esta ocasión se produjo la anexión de otras órdenes
de ermitaños situados en las regiones centrales y septentrionales de Italia como los de Juan
Bueno, los Ermitaños de Santa María de Cesena, los Ermitaños de Bréttino, los Ermitaños de
Monte Favale e incluso los Guillermitas que profesaban la Regla de San Benito.
Naturaleza de la Orden
La naturaleza de la Orden de San Agustín está dada por los elementos integrados en su
formación: la herencia monástica de San Agustín, la tendencia contemplativa propia de sus
raíces eremíticas, y los principios fundamentales de las órdenes mendicantes.
El fin de la Orden de San Agustín está determinado en su propia Regla, escrita por San Agustín a
los Siervos de Dios; la primera fundación hecha por San Agustín en vida:
“Os habéis reunido para vivir en la casa unánimes y tener una sola alma y un solo
corazón orientado hacia Dios”.
Este fin es, así mismo, el lema de la Orden
Anima una et cor unum in Deum, que en español significa: Un solo corazón y una sola
alma en Dios.
Ideales de la Orden
Para lograr el cumplimento de su fin, la Orden de San Agustín cuenta con varios ideales, entre
los que sobresalen:
● La consagración a Dios por los votos religiosos, fuente de vida comunitaria y de
actividad apostólica.
● El culto divino, en la Liturgia.
● La perfecta vida común.
● La dedicación, común e individual, al desarrollo de la vida interior y el estudio.
● La actividad apostólica según las necesidades de la Iglesia.
● La diligente entrega al trabajo, tanto manual como intelectual, para el bien de la
comunidad.
Símbolos agustinianos
El hábito
El hábito de la Orden de San Agustín está conformado por una túnica o sayal de color negro que
llega hasta los tobillos y está ceñido por un cinturón de cuero negro de una sola pieza que cae
hasta el borde de la túnica y, encima de la túnica, una capilla del mismo color recta al frente,
hasta los codos y atrás terminada en punta larga. En países de clima tropical está permitido el uso
del hábito de color blanco manteniendo la correa negra.
El escudo
El ideal de vida de los miembros de la Orden de San Agustín aparece claramente expresado en el
escudo oficial. Hasta las reformas de los capítulos generales del siglo XX y principios del siglo
XXI, el escudo de la Orden de San Agustín carecía de blasón; un libro cerrado y acostado con un
corazón inflamado (con fuego) y atravesado por un dardo; detrás de este, la correa del hábito, la
cruz episcopal, un báculo y sobre el libro una mitra como símbolos de episcopado de San
Agustín; debajo del todo una banda blanca con la inscripción Tolle Lege, Tolle Lege, que fueron
las palabras que San Agustín escuchó el día de su conversión antes de leer las Cartas de San
Pablo; El escudo aparece decorado con palmas doradas.
Posterior a las reformas, el escudo se simplificó aunque nunca se abolió el anterior, y el actual
escudo fue adoptado no solo por la Orden sino por las demás órdenes de la Familia Agustiniana;
Sobre un libro abierto aparece un corazón atravesado por el dardo de la caridad.
Organización de la Orden
La Orden de San Agustín es una orden de fraternidad apostólica. Se trata de una fraternidad
porque todos los hermanos que la integran son iguales no existiendo ningún tipo de diferencias
originadas en privilegios, títulos y situaciones sociales o económicas.
Los frailes agustinos viven en una comunidad fraterna que es la vida en común. A través de ella
y unidos en el amor de Cristo, buscan a Dios, se sirven mutuamente, perfeccionan con la ayuda
de la Gracia los valores de la persona y trabajan por la comunidad, buscando la salvación propia
y de las almas. Los frailes agustinos no poseen bienes propios por su voto de pobreza, sino que
todas las cosas que poseen son en comunidad.
Gobierno y estructura
Miembros
La fraternidad de la Orden de San Agustín se refleja en su estructura la cual está formada por tres
ramas que se rigen por Regla de San Agustín y sus Constituciones, además están bajo la
dirección y cuidado del Prior General.
● Hermanos o frailes profesos miembros de alguna circunscripción de la Orden, todos
están llamados al apostolado y la mayoría son ordenados sacerdotes.
● Monjas de vida contemplativa miembros de los monasterios de la Orden.
● Laicos adscritos a Fraternidades Seculares Agustinianas, erigidas por decreto del
Prior General.
Hábito
Al igual que sus hermanos, las monjas de la Orden de San Agustín visten el hábito negro ceñido
a la cintura con un cinturón largo del mismo color, la toca blanca y el velo negro si son de votos
solemnes, o blanco, si son de votos simples o novicias. En algunos monasterios, por tradición,
las hermanas llevan un escapulario negro o una esclavina o capilla, negra.
Presencia
Al año 2013 la Orden de San Agustín contaba con 2818 religiosos distribuidos en 50 países en
cinco continentes y 435 parroquias a su cargo.2Además la orden se encuentra asociada a la
Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La Agustina Regula ad servos Dei es corta pero rica en contenido. Sus preceptos son pocos y
esenciales. Su originalidad radica sobre todo en haber interpretado el monasticismo no como
"soledad" sino como una unión perfecta de los hermanos: la raíz "monos" de la terminología
monástica sigue significando "solo", sino en referencia al dictado apostólico de "un corazón y
un alma "(Hechos 4,32).
● II: oración
● III: las formas de ascetismo
● IV: castidad y custodia mutua
● V: No consideres nada como propio, ni siquiera a ti mismo.
● VI: Perdón de los delitos.
● VII: autoridad y obediencia
● VIII: Exhortación a observar la regla.
( Edoardo Arborio Mella - Cecilia Falchini, Reglas monásticas de Occidente, Magnano, 1989.)