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Teoría de aprendizaje social de Bandura

Biografía del autor

Albert Bandura (1925-2021) fue un psicólogo y pedagogo ucraniano-canadiense, autor de


teorías tan interesantes como la teoría del aprendizaje social o de conceptos como el de la
autoeficacia. Ejerció como profesor en la Universidad de Stanford (California, EEUU) durante
toda su vida, desde 1953, y hasta su muerte (2021), ocupó la posición de profesor emérito en la
misma.
En sus inicios, Bandura combinó la faceta de profesor con el ámbito de la investigación,
centrándose en las agresiones adolescentes. Estudió especialmente la conducta imitativa del ser
humano, además de los efectos del refuerzo y el castigo. A raíz de estas primeras
investigaciones, acabó desarrollando lo que hoy se conoce como la teoría del aprendizaje social,
una de sus teorías más importantes e influyentes.
Antecedentes
Bandura fue influencia principalmente por dos teorías:
1. Condicionamiento clásico (Iván Pavlov):
Se basa en la búsqueda de una respuesta a través de diferentes estímulos.
2. Condicionamiento operante (Bruns Frederic Skinner):
El condicionamiento operante se refiere al proceso en el cual una frecuencia con la que
ocurre una conducta se altera o modifica debido a las consecuencias que dicha conducta
produce. Defiende que se puede hacer cambios en la conducta, mediante un reforzador
(positivo y negativo) o castigo (positivo y negativo) hasta conseguir o disminuir la
conducta deseada.

Teoría de aprendizaje social


En la década de los 60, el enfoque conductual era la máxima explicación del aprendizaje,
es decir, el condicionamiento tanto clásico como operante afirmaban que las conductas se
aprendían por medio del apareamiento de estímulos. Sin embargo, Albert Bandura criticaba al
conductismo de B.F. Skinner por enfocarse exclusivamente en los estímulos externos. Bandura
creía que además de los estímulos externos, el aprendizaje también se generaba a partir de
determinantes internas y sociales.
A. Experimento del muñeco Bobo:
Para demostrar que los niños pueden aprender con la mera observación, Bandura ideó los
Experimentos con muñecos Bobo, un conjunto de estudios controvertidos en los que
participaron niños en edad preescolar, modelos adultos y un muñeco inflable.
En la primera serie de experimentos, los niños estaban sentados solos en un rincón de la
habitación. Desde allí observaron a un actor adulto pateando y regañando agresivamente al
muñeco Bobo durante unos 10 minutos.
Posteriormente, el mismo niño fue puesto en una nueva sala de juegos donde otro adulto
deliberadamente frustró al niño al quitarle los juguetes con los que jugaba.

El niño frustrado fue llevado nuevamente a la habitación con el muñeco Bobo donde Bandura y
su equipo hicieron las siguientes 3 observaciones:
1. Los niños que inicialmente vieron al adulto golpeando al muñeco, a menudo copiaron el
comportamiento.
2. Los niños tenían tres veces más probabilidades de hacerlo que las niñas.
3. Los niños reprodujeron el comportamiento con el doble de frecuencia si observaron a un
hombre hacerlo en comparación con aquellos que observaron a una mujer. Las niñas también
estaban más influenciadas por modelos del mismo sexo.

Para averiguar si las películas tendrían el mismo efecto, Bandura dejó que algunos niños vieran
el modelo en vivo y otros lo vieran en video o como dibujos animados. Como los tres grupos
mostraron respuestas similares, Bandura concluyó que los niños imitan a los demás
independientemente de dónde hayan visto el comportamiento.

En la última variación de los experimentos, Bandura quería saber si los niños actuarían de
manera diferente cuando los modelos fueran reforzados o castigados por su comportamiento
hacia el muñeco. Ahora, los niños primero vieron al actor golpear al muñeco y luego observaron
a otro adulto entrar en la habitación. Este segundo adulto entonces reaccionaría ante el actor.

Estos últimos resultados demostraron que a los niños no les importaba mucho si se elogiaba o
no al agresor. Sin embargo, los niños que vieron que el modelo fue castigado, mostraron
mucha menos agresión después, un efecto que fue especialmente cierto para las niñas. En
otras palabras, ver a otros siendo recompensados no necesariamente nos motiva a copiar su
comportamiento. Ver a otros siendo castigados, por otro lado, puede disminuir
significativamente nuestra voluntad de copiarlos.

Siguiendo esta conceptualización, Bandura (citado en Chance, 2012) divide el aprendizaje social
en cuatro procesos, es decir, atención, retención, producción y motivación.

1. Procesos de atención
Los sujetos aprenden por observación si se atiende a los rasgos significativos de la conducta que
les sirve como modelo, por lo cual los procesos de atención determinan cuales se van a
seleccionar de entre los muchos modelos posibles y que aspectos se extraen del modelo a seguir
(Bandura, 1987). La atención, es prestada por el observador a las acciones relevantes del
ambiente. En este proceso, se basa en la influencia de las características del modelo.

2. Procesos de retención
Dentro del aprendizaje por observación algunas conductas se retienen en forma de imágenes,
cuando los estímulos que sirven de modelo se exponen repetidamente, reproducen imágenes
duraderas y recuperables (Bandura,1987). Estas imágenes son codificadas y almacenadas en la
memoria.

3. Procesos reproductores motores


En los aprendizajes cotidianos, las personas suelen acercarse a las conductas nuevas que están
aprendiendo, sirviéndose de modelos, y las perfeccionan median te ajustes autocorrectivos,
basados en la retroalimentación de carácter informativo que reciben de su propia actuación
(Bandura,1987). Consiste en transformar lo aprendido a conductas.
4. Procesos motivacionales

Los sujetos, son más propensos a realizar los tres procesos mencionados con
anterioridad si consideran que son importantes. Se generan expectativas, con base a sus creencias
y valores, sobre las consecuencias de los modelos (Schunk, 1997).

Características del modelo


Para que un A.S. sea más efectivo, los modelos deben cumplir con algunas características como:
atractivo, capacidad, prestigio y agrado al observador. Esto se debe a que los observadores
prestan mayor atención ante estas características agradables que a características desagradables.

Pero también existen otros factores que facilitan el A.S. como lo es las similitudes entre modelo
y observador; por ejemplo: el mismo sexo, nivel económico, la edad, raza, gustos, etc. (Birlanga,
2002).

¿Cuánto de tu aprendizaje proviene de observar a otros? Y si aprendes


socialmente, ¿quiénes son tus más grandes maestros?

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