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Práctica de enfermería y res. 2012; 2012: 932570. PMCID: PMC3444045


Publicado en línea el 9 de septiembre de 2012. doi: 10.1155/2012/932570 PMID: 22991660

Evaluació n de la ansiedad de los niñ os utilizando el Inventario de ansiedad de rasgo


de estado corto modificado y tapetes parlantes: un estudio piloto
Stefan Nilsson , 1, * Margret Buchholz , 2 y Gunilla Thunberg 2

Abstracto

Fondo . La ansiedad preoperatoria complica el tratamiento y requiere evaluació n por parte de


enfermeras en niñ os. Los niñ os, con o sin discapacidad, reciben ayuda cuando se utilizan
imá genes para apoyar la comunicació n. El propó sito de este estudio piloto fue probar la confi‐
abilidad y validez del Inventario de Ansiedad Estado-Rasgo (STAI) corto modificado utilizando
un mé todo de Talking Mats modificado en niñ os sometidos a cirugías ambulatorias. Método . Se
administró antes y despué s de la operació n un STAI corto modificado con apoyo pictó rico sigu‐
iendo las líneas del mé todo Talking Mats a 42 niñ os con desarrollo típico de edades de tres a
nueve añ os. Los padres evaluaron la ansiedad de los niñ os, de forma simultá nea e independi‐
ente, puntuando el STAI corto por poder. Resultados . El STAI corto modificado mostró una con‐
sistencia interna moderada y una buena validez de constructo en el grupo de edad de siete a
nueve añ os. Conclusiones . Los resultados de este estudio respaldan el uso del instrumento
para autoinformes en niñ os de siete a nueve añ os. Investigaciones futuras explorará n las posi‐
bilidades de utilizar tambié n este instrumento para niñ os con dificultades cognitivas y
comunicativas.

1. Introducció n

Es una preocupació n principal reducir la ansiedad preoperatoria en los niñ os, porque se aso‐
cia con efectos dolorosos en la recuperació n posoperatoria [ 1 , 2 ]. La ansiedad preoperatoria
tambié n se correlaciona con anomalías conductuales postoperatorias adversas [ 3 ]. Es impor‐
tante que las enfermeras midan las respuestas emocionales de los niñ os a la cirugía al planifi‐
car las intervenciones de enfermería adecuadas [ 4 ]. Tambié n es importante que las enferme‐
ras evalú en la ansiedad de los niñ os con un instrumento validado. Las emociones y el compor‐
tamiento de ansiedad de los niñ os a veces se pueden medir en una escala de observació n [ 5 ].
Sin embargo, a medida que los niñ os crecen, sus expresiones conductuales estará n parcial‐
mente bajo control voluntario, y los autoinformes y las mediciones conductuales só lo se corre‐
lacionan modestamente en las investigaciones. Las evaluaciones de comportamiento, así como
los autoinformes, tienen varios problemas de validez [ 6 ]. Es un desafío utilizar autoinformes
para evaluar la ansiedad de los niñ os. Los niveles de angustia de los niñ os y su competencia
cognitiva y comunicativa son preocupaciones esenciales cuando las enfermeras necesitan auto‐
informes vá lidos [ 7 ]. Tambié n es un desafío obtener la perspectiva del niñ o y utilizar un auto‐
informe si el niñ o tiene una discapacidad cognitiva o comunicativa [ 8 ]. A pesar de los desafíos
metodoló gicos de la administració n de autoinformes, todavía se considera el está ndar de oro [
9 ]. Las percepciones de los padres y enfermeras sobre las emociones de los niñ os só lo deben
considerarse una estimació n de las emociones experimentadas por los niñ os, ya que no son
los propios autoinformes de los niñ os [ 10 ]. Por esta razó n es importante desarrollar y pro‐
bar instrumentos que puedan ser utilizados por los propios niñ os. Las oportunidades de los
niñ os para participar en las decisiones sobre su cuidado aumentan cuando pueden comunicar
sus emociones, y esto tambié n permite a las enfermeras tener la perspectiva del niñ o. Se debe
apoyar a los niñ os para que mantengan su competencia y puedan comunicar sus pensamientos
cuando se someten a exá menes y tratamientos [ 11 ].

Se han probado varios autoinformes en niñ os, como la Escala de Dolor de Caras (FPS) para la
intensidad del dolor que se ha validado a partir de cuatro añ os [ 12 ]. Sin embargo, esto debe
reevaluarse, ya que otras investigaciones han cuestionado la validez del FPS en niñ os de cuatro
a cinco añ os [ 13 , 14 ]. Otros instrumentos que miden la ansiedad y el miedo tambié n se han
validado en niñ os mayores de cuatro a cinco añ os, por ejemplo, la Escala de Miedo Infantil [ 15
] y la Escala Afectiva Facial [ 16 , 17 ]. Tambié n se ha validado una escala de ansiedad visual
analó gica para medir la ansiedad en niñ os [ 18 ], adolescentes [ 19 ] y adultos [ 20 ]. Todos es‐
tos instrumentos evalú an un solo ítem, que es vulnerable si el niñ o no lo comprende específica‐
mente. Es valioso encontrar instrumentos con má s variables que identifiquen los sentimientos
de los niñ os.

El formulario estatal del Inventario de Ansiedad Estado-Rasgo para Niñ os (STAIC-S) fue desa‐
rrollado por Spielberger y contiene 20 ítems, y es uno de los instrumentos de autoinforme má s
utilizados para evaluar la ansiedad de los niñ os. El STAIC-S ofrece alta fiabilidad y validez satis‐
factoria [ 21 ]. El STAIC-S se utiliza ampliamente para evaluar la ansiedad de los niñ os. Por
ejemplo, anteriormente se ha utilizado junto con la cirugía [ 22 ]. A pesar del amplio uso de
STAIC-S, tiene varias limitaciones, como su duració n y complejidad de uso. Los niñ os con com‐
petencia lingü ística y/o capacidad de lectura limitada tambié n necesitan la ayuda de sus padres
para completar el STAIC-S, poniendo en riesgo su confiabilidad y validez. Por ejemplo, en un es‐
tudio, 10 de 16 niñ os (62,5%) necesitaron ayuda de sus padres para completar el formulario [
23 ]. Otro estudio tambié n mostró que los niñ os no completaron ni reconocieron todos los ele‐
mentos [ 24 ]. Se utilizó y validó una forma corta del STAI en niñ os de 5 a 16 añ os [ 23 ] (
tabla 1). La forma abreviada del STAI incluye seis declaraciones. El rango para el STAI corto es
de 6 a 24 puntos, donde 6 puntos significan que no hay ansiedad y 24 puntos significan el nivel
má s alto de ansiedad [ 25 ]. El STAI corto se ha utilizado principalmente en adultos, aunque al‐
gunos estudios tambié n han confirmado su utilidad en niñ os en edad escolar [ 26 , 27 ]. Se
confirmó la validez de constructo, ya que las puntuaciones en el STAI corto disminuyeron signi‐
ficativamente despué s de un procedimiento mé dico que se asoció con ansiedad. Se estableció
la validez concurrente y se comparó el STAI corto con el STAIC-S. El coeficiente de correlació n
de Spearman fue de 0,88 antes y 0,75 despué s de un procedimiento mé dico. El coeficiente alfa
de Cronbach del STAI corto fue de 0,82 en este estudio. Una limitació n de los resultados fue
que 7 de 16 niñ os (44%) necesitaron ayuda de sus padres para completar el instrumento [ 23
].

tabla 1

STAI corto (inventario de ansiedad estado-rasgo).

De nada Un poco Moderadamente Mucho

(1) me siento tranquilo 1 2 3 4

(2) estoy tenso 1 2 3 4

(3) me siento molesto 1 2 3 4

(4) estoy relajado 1 2 3 4

(5) Me siento contento 1 2 3 4

(6) estoy preocupado 1 2 3 4

Esto apunta a la necesidad de desarrollar una escala de ansiedad que imponga menos exigen‐
cias a la capacidad de lectura, el lenguaje y la cognició n para incluir a niñ os con problemas cog‐
nitivos y/o comunicativos. La mayoría de los niñ os desarrollan la capacidad de comprender los
autoinformes entre las edades de tres y siete añ os [ 28 ]. La edad como marcador de la utilidad
de un instrumento de autoinforme es un predictor estadísticamente significativo: los niñ os en
edad preescolar suelen tener menos probabilidades de comprender un autoinforme que un
niñ o de siete añ os [ 14 ]. Los niñ os tambié n suelen preferir calificar sus emociones en escalas
faciales en comparació n con otros mé todos [ 29 ]. Para adaptarse mejor a las habilidades y es‐
tilos cognitivos y comunicativos de los niñ os má s pequeñ os y aumentar las opciones de los ni‐
ñ os con discapacidades para expresar su ansiedad de forma independiente, se aplicó el mé ‐
todo Talking Mats al STAI corto. Talking Mats forman un marco pictó rico basado en tres conjun‐
tos de símbolos de imá genes (tema, escala, opciones) que se presentan a personas con dificul‐
tades cognitivas y/o comunicativas [ 30 ]. En estudios anteriores se ha demostrado que el mé ‐
todo permite que las personas con dificultades cognitivas y comunicativas expresen sus pensa‐
mientos y puntos de vista [ 31 - 35 ]. Hasta ahora, la investigació n sobre el mé todo Talking
Mats se ha realizado principalmente con adultos con diferentes tipos de discapacidad.

El objetivo de este estudio piloto fue probar la confiabilidad y validez del STAI corto modificado
utilizando el marco pictó rico Talking Mats en niñ os con desarrollo típico sometidos a cirugías
ambulatorias. Un aspecto importante de la validació n fue investigar la aplicabilidad de la escala
con respecto a la edad. El estudio piloto es parte del proyecto má s amplio KomHIT (Comunica‐
ció n en entornos de atenció n hospitalaria infantil utilizando estrategias aumentativas y TI) que
tiene el propó sito de investigar y mejorar la situació n comunicativa de los niñ os con discapaci‐
dades comunicativas durante la atenció n hospitalaria. KomHIT se ajusta a la idea de inclusió n e
intenta crear un entorno hospitalario comunicativo en el que los mé todos y herramientas
desarrollados sean accesibles y se apliquen de manera má s general a todos los niñ os. El uso de
STAI modificado y Talking Mats para permitir que los niñ os con discapacidades comunicativas
expresen ansiedad se investigará e informará en un estudio futuro.
2. Método

Este estudio piloto tuvo un enfoque cuantitativo y probó la validez concurrente, la validez de
constructo y la consistencia interna.

Durante un período de estudio de cuatro meses, se reclutó consecutivamente a niñ os de entre


tres y nueve añ os de edad y a sus padres en una unidad de cirugía ambulatoria del Hospital In‐
fantil Reina Silvia de Gotemburgo, Suecia. La recopilació n de datos se prolongó durante 21 días
predeterminados. Las intervenciones quirú rgicas no fueron preseleccionadas en este estudio.
Basado en la literatura de von Baeyer et al. [ 14 ], que estudia la relació n entre el desarrollo
cognitivo y la autoevaluació n, los niñ os se dividieron en tres grupos de edad, es decir, de tres a
cuatro añ os, de cinco a seis añ os y de siete a nueve añ os. Se excluyó del estudio a los niñ os con
deficiencias cognitivas y comunicativas, así como a los niñ os y padres que no dominaban bien
el sueco. Como se mencionó , estos será n estudiados en la siguiente fase de este proyecto.

En un estudio previo, se pidió a cinco niñ os que informaran sobre la utilidad de seis imá genes
basadas en STAI breves. En estos casos, seis caras fueron má s de las necesarias. A partir de es‐
tas reflexiones, un equipo de expertos en Comunicació n Aumentativa y Alternativa (CAA) y en
enfermería pediá trica tuvo que seleccionar cuatro imá genes que coincidieran con los seis ítems
del STAI corto. Se desarrolló un STAI corto modificado en el que seis declaraciones se transfor‐
maron en cuatro caras utilizando símbolos Widgit Rebus [ 36 ]. Estas imá genes fueron elegidas
por los investigadores para que coincidieran con los sentimientos del corto original STAI (
Figura 1). Dos de los rostros demuestran sentimientos negativos, es decir, tensió n y miedo. Los
otros dos rostros demuestran sentimientos positivos, es decir, tranquilidad y felicidad. El niñ o
coloca cada una de estas cuatro caras sobre un tapete utilizando un mé todo modificado de Tal‐
king Mats [ 30 ]. El mé todo Talking Mats tiene como objetivo reflejar las preferencias e inquie‐
tudes individuales. Se utilizaron tres círculos de diferente tamañ o (pequeñ o, mediano y
grande) para significar “nada”, “moderadamente” y “mucho” (Figura 2). Al niñ o se le entregan
las tarjetas de expresió n facial una a la vez y luego se le indica que coloque cada una segú n su
preferencia (figura 3). Finalmente, el instrumento otorga una puntuació n sobre el nivel de an‐
siedad del niñ o. El rango de este instrumento es de 4 a 12 puntos, donde 4 puntos significan
que no hay ansiedad y 12 puntos significan el nivel má s alto de ansiedad.
Figura 1

Cuatro caras que utilizan símbolos Widgit Rebus.

Figura 2

Tres círculos de diferentes tamañ os (pequeñ o, mediano y grande).


figura 3

El Inventario de Ansiedad Estado-Rasgo (STAI) corto modificado utilizando un método de Talking Mats
modificado.

Todos los niñ os que se sometieron a investigaciones y tratamientos durante el período de estu‐
dio calificaron su ansiedad antes y despué s de la cirugía en el STAI corto modificado utilizando
el mé todo Talking Mats modificado. Un investigador mostró cada una de las cuatro expresiones
faciales a los niñ os en un orden predeterminado. Los niñ os valoraron cada expresió n segú n
sus propios sentimientos y colocaron la tarjeta debajo de uno de tres círculos de diferentes ta‐
mañ os (pequeñ o, mediano y grande). Finalmente, el investigador contó cada expresió n facial y
calculó el total, que osciló entre 4 y 12. Uno de los padres de cada niñ o evaluó la ansiedad del
niñ o, de forma simultá nea e independiente, puntuando el STAI corto por poder.

Se utilizaron pruebas no paramé tricas, ya que los datos no estaban distribuidos normalmente
y las mediciones carecían de una calidad de intervalo firme [ 37 ]. Se utilizó el aná lisis de corre‐
lació n de Spearman para comparar las puntuaciones cortas del STAI mediante proxy con los
autoinformes de ansiedad de los niñ os. Una correlació n de 0,5 o superior se consideró sufi‐
ciente para demostrar la validez concurrente [ 38 ]. Se utilizó la prueba de rangos con signos
de Wilcoxon para comparar los cambios en las puntuaciones STAI cortas modificadas antes y
despué s de la cirugía. El uso de puntuaciones STAI cortas modificadas antes y despué s de la ci‐
rugía ambulatoria confirmó la validez de constructo en este estudio, ya que otro estudio evaluó
que las puntuaciones STAI cortas disminuyeron despué s de la cirugía ambulatoria en niñ os de
7 a 16 añ os [ 26 ]. Un valor de p inferior a 0,05 se consideró significativo para demostrar la va‐
lidez de constructo. La concordancia con la consistencia interna fue analizada tanto por el alfa
de Cronbach como por la correlació n de Pearson, para una correlació n entre cada ítem y el to‐
tal de la escala, omitiendo ese ítem. Un coeficiente alfa de Cronbach de 0,7 o superior muestra
una alta consistencia interna, y cualquier elemento con una correlació n de Pearson inferior a
0,20 debe eliminarse o reescribirse [ 39 ]. En un estudio piloto anterior, se encontró una dismi‐
nució n significativa de la ansiedad, es decir, P < 0,05 (prueba de rangos con signos de Wilco‐
xon), cuando 14 niñ os, de 5 a 16 añ os, calificaron su ansiedad en el STAI corto antes y despué s
de una cirugía o procedimiento mé dico [ 23 ]. En este estudio piloto se decidió que cada grupo
de estudio debería estar formado por 14 participantes que calificaron su ansiedad en el STAI
corto modificado antes y despué s de la cirugía ambulatoria.

2.1. Consideraciones éticas

El estudio fue aprobado por la Junta Regional de Revisió n de É tica Mé dica de Gotemburgo. A
los padres se les proporcionó informació n oral y escrita idé ntica sobre el estudio, y a los niñ os
tambié n se les proporcionó informació n adecuada con respecto a la edad. Se obtuvo el consen‐
timiento informado oral de todos los participantes y el consentimiento escrito de todos los pa‐
dres. Los padres y niñ os que participaron fueron informados detalladamente sobre el propó ‐
sito del estudio y sobre su derecho a retirarse de la participació n en cualquier momento. Este
estudio se centró en niñ os y padres asustados, y era importante informarles explícitamente so‐
bre la voluntariedad de participar en este estudio. Sin embargo, este estudio no cambió nin‐
guna circunstancia para estos niñ os y padres. Por el contrario, el investigador de este estudio
pidió a los niñ os que expresaran sus sentimientos. Un estudio anterior demostró que esto era
beneficioso para los niñ os en la mayoría de las circunstancias [ 40 ]. Todas las identidades se
han mantenido confidenciales.

3. Resultados

En este estudio participaron cuarenta y dos niñ os, de entre tres y nueve añ os. Este nú mero de
participantes cumplió el criterio de potencia en este estudio piloto. Participaron los primeros
niñ os y padres de la consulta ambulatoria que cumplieron los criterios de inclusió n, y todos los
niñ os y padres aceptaron participar en este estudio. Ningú n niñ o o padre rechazó participar
debido a angustia, enfermedad o estado emocional. Los datos demográ ficos se muestran en
Tabla 2.
Tabla 2

3-4 y 5-6 y 7–9 y

norte = 14 norte = 14 norte = 14

Padres

madres 11 9 9

padres 3 5 5

Niñ os

Chicas 7 6 6

Niñ os 7 8 8

Edad (mediana) 4 6 8

Cirugía

Inyecció n 2 3 2

Oreja 3 2 0

Colo-/Gastroscopia 3 1 5

Hernia inguinal 4 4 0

Retenció n del testigo 1 1 2

Otro 1 3 5

3.1. Validez concurrente

La distribució n de la puntuació n de los niñ os antes y despué s del procedimiento se presenta


enTabla 3. Se encontró una correlació n significativa entre las puntuaciones del STAI corto me‐
diante proxy y los autoinformes de los niñ os sobre el STAI corto modificado utilizando Talking
Mats en el grupo de edad de tres a cuatro añ os ( r = 0,50). Ningú n otro grupo de estudio mos‐
tró una correlació n significativa entre el STAI corto por proxy y el STAI corto modificado utili‐
zando Talking Mats.
Tabla 3

STAI corto por STAI corto correlación de Prueba de rango de


proxy modificado Spearman signos de Wilcoxon

Mediana Mediana (r) ( valor p )


(rango) (rango)

3-4 añ os

padres antes 10.5 (6–17)

10 (6–23) 0.67
después

niñ os antes 4.5 (4–8)

5 (4–8) 0.17
después

Padres-Hijos −0.28
antes

Padres-hijos 0.50▲
después

5-6 añ os

padres antes 10 (6–18)

8.5 (6–19) 0.21


después

niñ os antes 5 (4–7)

4.5 (4–9) 0.67


después

Padres-Hijos 0.19
antes

Padres-hijos 0.27
después

7 a 9 añ os

padres antes 13 (6–19)

9.5 (6–16) 0.037*


después

niñ os antes 6.5 (5–11)

5 (4–6) 0.004**
después

Padres-Hijos 0.47

* P < 0,05, ** P < 0,01, ▲ r = ≥ 0,5.

3.2. Validez de constructo


Las puntuaciones STAI cortas modificadas mediante la mediana disminuyeron significativa‐
mente ( P 0,004) de 6,5 antes de la cirugía a 5 despué s de la cirugía en el grupo de edad de
siete a nueve añ os. La mediana de las puntuaciones cortas del STAI por poder de los padres
tambié n disminuyó significativamente ( P 0,037) de 13 antes de la cirugía a 9,5 despué s de la
cirugía. Ninguna otra puntuació n disminuyó significativamente para los niñ os de los otros gru‐
pos de edad.

3.3. Consistencia interna

El coeficiente alfa de Cronbach fue de 0,25 para las puntuaciones STAI cortas modificadas en el
grupo de edad de tres a cuatro añ os, de 0,59 en el grupo de edad de cinco a seis añ os y de
0,68 en el grupo de edad de siete a nueve añ os. El coeficiente de correlació n de Pearson mos‐
tró una correlació n aceptable entre los ítems de los grupos de edad de siete a nueve añ os ( r =
0,36–0,56) y de cinco a seis añ os ( r = 0,26–0,55), pero los ítems má s bajos y no adecuados del
grupo de edad de tres a cuatro añ os. ( r = −0,01–0,30).

4. Discusió n

Los resultados de este estudio verificaron inicialmente la consistencia interna, es decir, un co‐
eficiente de correlació n de Pearson superior a 0,20, del STAI corto modificado utilizando Tal‐
king Mats en el grupo de edad de siete a nueve añ os. La consistencia interna no fue muy buena
en el grupo de edad de cinco a seis añ os y aú n menor en el grupo de edad de tres a cuatro
añ os. Hasta ahora, las estadísticas respaldan parcialmente la coherencia interna y confirman la
validez de constructo de las puntuaciones cortas modificadas del STAI en niñ os mayores de
siete añ os.

Este estudio no confirmó si este instrumento modificado es utilizable en niñ os menores de


siete añ os. Este resultado es consistente con estudios anteriores, que han evaluado expresio‐
nes faciales que simbolizan emociones. Un estudio, por ejemplo, confirmó que los niñ os en
edad escolar podían gestionar los autoinformes con el fin de evaluar la ansiedad mejor que los
niñ os má s pequeñ os [ 14 ]. Por lo tanto, puede ser necesario excluir a los niñ os má s pequeñ os
del uso de escalas de autoinforme [ 14 ].

Este estudio indicó que el mé todo Talking Mats podría contribuir a aliviar la ansiedad en niñ os
mayores de siete añ os sometidos a cirugía. Es valioso que los niñ os sean capaces de expresar
sus emociones, porque esto ayuda a los profesionales de la salud a encontrar estrategias que
puedan reducir el nivel de ansiedad de los niñ os. La medicina musical es un ejemplo de una es‐
trategia que las enfermeras podrían ofrecer para reducir la ansiedad cuando los niñ os se so‐
meten a procedimientos [ 41 ] o cirugía ambulatoria [ 26 ].

El uso del mé todo Talking Mats tambié n ayuda a los niñ os a mostrar sus emociones sin la parti‐
cipació n de la enfermera. Los niñ os seleccionan cada imagen ellos mismos y pueden elegir de
forma independiente el nivel de emociones positivas y negativas. Este es un mé todo promete‐
dor para su uso en niñ os, pero hasta ahora no existe ningú n informe en la literatura sobre el
uso de Talking Mats en niñ os [ 42 ].
La ventaja de nuestro instrumento, salvo el uso de soporte pictó rico, es que mide má s de una
dimensió n de la ansiedad, es decir, cuatro sentimientos. Cuatro expresiones faciales ayudan al
investigador a validar la comprensió n del niñ o sobre las expresiones faciales. Esta es probable‐
mente tambié n la ú nica escala facial que no solo mide los sentimientos negativos, como la Es‐
cala de Miedo Infantil [ 15 ], la Escala Afectiva Facial [ 16 , 17 ] y una escala de ansiedad visual
analó gica [ 18 ]. En realidad, este instrumento le permite al niñ o medir sentimientos positivos,
lo que probablemente le ayude a utilizar estrategias de afrontamiento positivas. Se sabe que las
expresiones negativas de otros, como los padres, pueden influir negativamente en las expe‐
riencias de los niñ os [ 43 ]. Investigaciones futuras explorará n las posibilidades de utilizar tam‐
bié n este instrumento para niñ os con dificultades cognitivas y comunicativas.

Una limitació n fue la muestra del estudio. Por tanto, valdría la pena repetir este estudio con
una muestra má s amplia. Tambié n se sabe que los autoinformes por poder de riesgo carecen
de validez y confiabilidad [ 10 ], y este estudio no logró mostrar validez concurrente con el
STAI corto por puntajes de poder. Sería valioso cambiar el diseñ o del estudio de investigacio‐
nes futuras y comparar las puntuaciones de los niñ os en el STAI corto modificado utilizando
Talking Mats con otra escala de autoinforme.

La gama de intervenciones quirú rgicas difirió en la recopilació n de datos, lo que significa que
algunas podrían haber sido experimentadas como má s traumá ticas que otras. Sin embargo, el
objetivo era probar el instrumento en diferentes circunstancias y niveles de ansiedad. Es im‐
portante evaluar la validez y confiabilidad de los instrumentos tanto en niveles altos como ba‐
jos de ansiedad.

Este estudio de validació n inicial puede dar lugar a recomendaciones para las enfermeras en el
cuidado de niñ os sometidos a procedimientos mé dicos y quirú rgicos. Los resultados demues‐
tran que el STAI corto modificado utilizando Talking Mats probablemente pueda usarse para
medir la ansiedad en niñ os mayores de siete añ os. Sin embargo, este nuevo instrumento nece‐
sita ser investigado má s a fondo para confirmar su validez y confiabilidad. El siguiente paso es
validar tambié n este instrumento para niñ os con dificultades cognitivas y comunicativas.

5. Conclusió n

Este estudio demostró que los niñ os mayores de siete añ os podían utilizar el STAI corto modifi‐
cado con Talking Mats cuando se sometían a cirugía ambulatoria. Es importante fomentar el
uso de autoinformes porque las puntuaciones de los padres por proxy no eran vá lidas para
usar en este contexto.

Expresiones de gratitud

Los autores desean agradecer a todos los niñ os y padres que participaron en el estudio y ge‐
nerosamente brindaron su tiempo y compartieron sus experiencias. Este proyecto de investi‐
gació n fue apoyado por subvenciones de la Fundació n Sunnerdahl y el Comité de Discapacidad
de Vä stra Gö taland.

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