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Sara Boronat Caballero

4º Psicología, UCV
Psicología de Grupos

Psicología de las masas – Gustavo Le Bon

Las masas son aglomeraciones de personas que adquieren características distintas a las

de cada individuo. Dentro de las masas, la personalidad consciente desaparece y miles de

individuos aislados se organizan. Esta transformación en las masas provoca que los individuos

sientan, piensen y actúen de igual manera generando un ser provisional con características

nuevas con una ley de la unidad mental de las masas. Estas pueden ser homogéneas,

compuestas por elementos similares, o heterogéneas, formadas por elementos disímiles.

Dentro de ellas invade un sentimiento de invencibilidad, queda eliminada la incertidumbre

y la duda, la responsabilidad de los actos está diluida (desresponsabilización), las aptitudes

intelectuales están debilitadas y la individualidad desvanece (desindividulización). Debido a que

las masas comparten instintos, pasiones y sentimientos ocurren dos fenómenos en las masas:

el contagio y la sugestionabilidad. El contagio lleva a la disposición de sacrificar el interés

personal por el colectivo. La sugestionabilidad en las masas dirige los sentimientos por estímulos

pudiendo generar distorsiones compartidas de la realidad llevando a los individuos a obedecer

sugestiones ajenas, incluso en contra de su carácter y hábitos. Estos dos fenómenos se

intensifican con la exageración.

En las masas, la falta de responsabilidad y la percepción de fuerza colectiva desatan tanto

la violencia en sentimientos y acciones inimaginables para individuos aislados como la pérdida

de la personalidad consciente, la voluntad y el discernimiento. La masa pierde la conciencia de

sus actos y se alinea con el líder en sus sentimientos y pensamientos, ya sean beneficiosos o

perjudiciales.

Las masas son irritables, impulsivas y carecen de capacidad de razonamiento y juicio

crítico. Diferentes de los individuos aislados que pueden controlar sus reflejos, las masas son

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sensibles a estímulos extremos y esclavas de sus impulsos. La guía de estímulos extremos

provoca inestabilidad en las masas, complicaciones en su gobierno y resistencia a superar

dificultades, lo que les hace sentir invulnerables.

Las masas son dirigidas por líderes carismático, valientes y virtuosos. Se ven

influenciadas por emociones intensas en lugar de argumentos lógicos. Al dejarse llevar por las

emociones suelen ser intolerantes, dictatoriales y conservadoras llevándolas a aceptar o

rechazar opiniones colectivamente sin necesidad de discusión. Sin embargo, aunque en general

las masas tienden a relacionarse con violencia y una falta de moralidad, también están asociados

a actos elevados de devoción, sacrificio y alta moralidad, como el patriotismo y el sacrificio de

sus vidas por creencias religiosas.

Toda civilización se basa en unas pocas ideas fundamentales (accidentales y pasajeras

o fundamentales y estables) que se implantan en la mente de las masas. Para influir en ellas, las

ideas deben presentarse de manera absoluta y simple, convirtiéndose en imágenes accesibles

para generar sentimientos arraigados.

La razón en las masas no actúa de la misma manera que los individuos aislados. La

ausencia de espíritu crítico se refleja en un pensamiento basado en la asociación de cosas

aparentemente conectadas y generalizaciones rápidas. Como resultado, este tipo de

pensamiento les impide discernir la verdad del error y formar juicios precisos. Por ello, las masas

están guiadas por impulsos y sentimientos, y los líderes lo utilizan para dirigirlas, fomentando

nociones sugestivas y sentimentales como el honor, el sacrificio personal, la fe religiosa, el

patriotismo y la pasión por la gloria, como se ha hablado anteriormente.

La imaginación de las masas es un aspecto a destacar dentro del fenómeno de la

sugestión. A las masas se les puede impresionar fácilmente con imágenes que les atraen o les

aterran. Por tanto, cualquier cosa que estimule su imaginación se presenta como una imagen

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sorprendente y clara, sin necesidad de explicaciones adicionales. No son los hechos en sí

mismos, sino la forma en que ocurren y se comunican, lo que impacta en la imaginación de las

masas.

Para llegar a entender las creencias de las masas se debe conocer los tipos de creencias.

Las creencias y opiniones de las masas se dividen en dos categorías fundamentales: las

permanentes y las transitorias o cambiantes. Las permanentes son las creencias que son bases

en la civilización que se mantienen por los siglos (cristianismo) mientras que las transitorias son

las que nacer y desaparecen junto a la época (romanticismo).

Un factor que determina la forma en la que se configuran las creencias son las tradiciones

y costumbres arraigadas en el pasado. Estas tradiciones reflejan las ideas, necesidades y

sentimientos históricos que guían a las personas en su comportamiento colectivo.

Ciertas convicciones de las masas suelen adoptar una dimensión religiosa. Manifiestan

la veneración a un ser superior, la subyugación a su autoridad, la renuncia a cuestionar creencias,

la propagación de dogmas y la hostilidad hacia aquellos que difieren. Este sentimiento religioso

se convierte en el núcleo de sus acciones y pensamientos, ya que obedecen a un Dios.

Las creencias de las masas, las permanentes como las transitorias, están influenciadas

por una serie de factores complejos que se entrelazan de manera significativa en la formación

de la mentalidad colectiva.

El tiempo es un factor que influye en todo el proceso. A medida que transcurre el tiempo

se ven influenciadas las opiniones de las masas debido a la acumulación y transmisión de las

creencias de generación en generación. Las instituciones políticas y sociales, derivadas de las

ideas, sentimientos y costumbres de la sociedad que se han ido transmitiendo. Sin embargo,

aunque estas instituciones pueden ejercer influencia en la mente de las masas, carecen de una

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virtud intrínseca. Aquello que moldea realmente la mentalidad de la masa son las ilusiones y las

palabras.

Las creencias fijas, que pueden ser tanto permanentes como transitorias, representan

una parte de la mentalidad colectiva que se mantiene constante a lo largo del tiempo. Sin

embargo, las opiniones en las masas están en constante cambio y evolución.

Este proceso de multiplicidad y cambio constante de opiniones conduce a una extrema

discrepancia de convicciones en la sociedad, y, como resultado, las masas tienden a volverse

indiferentes hacia lo que no afecta directamente sus intereses inmediatos.

Por otro lado, es importante el significado de las palabras en el contexto de las masas y

el papel de las ilusiones para la formación de creencias. Las palabras son herramientas con

significados cambiantes que pueden ser moldeadas por aquellos que buscan influenciar a la

masa. Asimismo, la masa busca una ilusión atractiva, no una verdad. Para lograr esto, es esencial

comprender cómo la masa interpreta y utiliza las palabras para modificar su percepción.

Comprendiendo el funcionamiento de las masas el líder emplea la difusión de las experiencias

impactantes y encargarse de repetirlas.

Las masas pueden ser dirigidas por ciertos individuos que utilizan medios específicos

para guiar a las masas en una dirección deseada. No obstante, como se ha destacado

anteriormente, los conductores de las masas conocen la dinámica de las masas y entienden la

influencia de las palabras, las ilusiones, las experiencia y la falta de razón. Utilizan todos los

factores en conjunto para poder ser capaces de moldear la mentalidad colectiva y dar forma a

las creencias y acciones de las masas en la sociedad.

Los "conductores de masas" son líderes, a menudo agitadores o carismáticos, sacrifican

sus intereses personales y familiares a favor de un objetivo colectivo. Su voluntad se convierte

en el núcleo alrededor del cual se agrupan las opiniones de las masas. Cuando estas personas

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se unen en una masa, pierden su fuerza de voluntad individual y siguen instintivamente al

conductor que posee la cualidad que les falta. Estos conductores pueden ser de dos tipos: los

enérgicos y los que, aunque no tengan una gran fuerza de voluntad, son persistentes y duraderos

en su influencia.

Los líderes utilizan ciertos medios para influir: la admiración, la repetición y el contagio.

La afirmación y la repetición son esenciales para fijar una idea en la mente de las masas, pero el

contagio es el factor que impone no solo opiniones, sino también cambios en los sentimientos.

Las ideas propagadas a través de la afirmación, la repetición y el contagio adquieren

fuerza gracias al prestigio, que puede ser adquirido o personal y puede generar en las masas

admiración o temor. El prestigio adquirido proviene de la fortuna, la reputación y los títulos,

mientras que el prestigio personal se basa en opiniones, obras literarias y artísticas, y no depende

de títulos ni autoridad.

La característica especial del prestigio es su capacidad para impedirnos ver las cosas

como son y paralizar nuestro juicio. Las masas necesitan opiniones preestablecidas en todas las

materias, y el prestigio impulsa a la imitación inconsciente. Además, el prestigio y el éxito están

intrínsecamente ligados y cuando el prestigio desaparece, la masa se vuelve crítica y se vuelve

en contra del líder.

Para continuar con el análisis sobre las masas heterogéneas y homogéneas, es necesario

resaltar el factor cultural en la configuración de las distintas masas heterogéneas. La cultura

genera una predisposición de las masas a adoptar ciertas creencias y comportamientos. Permite

una diferenciación más precisa entre las diferentes masas heterogéneas, puesto que las

características menos prominentes de estas masas tienden a ser menos destacables.

Por otro lado, las masas homogéneas, como las sectas, castas y clases, presentan una

dinámica diferente. Las sectas son individuos que a pesar de tener una educación o clase social

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distinta comparten creencias comunes que los conectan. Mientras, las castas son individuos con

educación similar y una clase social parecida. Por último, las clases se componen por individuos

de diversos orígenes que comparten intereses, hábitos de vida y una educación casi idéntica.

En ambos tipos de masas, el factor cultural y las predisposiciones individuales afectan en

la formación de las creencias y comportamientos colectivos. Estos factores, combinados con la

influencia de líderes carismáticos y el poder de la sugestión, moldean la mentalidad colectiva de

manera significativa.

Las masas no han estado bien valoradas en todos los contextos, a menudo las masas

pueden cometer crímenes de las masas por la sugestión. Los individuos que participan estos

crímenes, a diferencia de un criminal común, están convencidos de que están actuando en

cumplimiento de un deber. De hecho, en las masas que cometen crímenes hay tribunales que

deciden lo que es justo. En este contexto, los individuos son juzgados por múltiples motivos,

apariencia física, reputación o incluso por la profesión.

Este fenómeno de la influencia de las masas y su percepción de la justicia se observa en

diferentes ámbitos de la sociedad, como el sistema de jurados penales. Los jurados, en su

mayoría, son influenciados por sentimientos y el prestigio personal. Es por ello, que no les hace

falta una presentación de argumentos racionales y utilizan la apelación a las emociones y la

impresión personal. También se encuentra este patrón en las masas electorales, donde los

electores hacer promesas extravagantes y halagar a los electores con adulaciones para utilizar

los sentimientos y tener éxito en las elecciones.

Además, en el ámbito político es usual desacreditar y comentar aspectos negativos del

candidato rival sin proporcionar pruebas. Esta estrategia se basa en lo mencionado

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anteriormente en afirmaciones, repeticiones y contagio emocional. En sus discursos verbales, el

candidato puede exagerar sus promesas y reformas para crear un gran impacto emocional.

Las asambleas parlamentarias revela patrones comunes de las masas en su

funcionamiento, independientemente de la heterogeneidad de las masas que representan. Entre

las características compartidas por las asambleas parlamentarias se encuentran la simplicidad

intelectual, la irritabilidad, la sugestionabilidad y la influencia preponderante de líderes

carismáticos. Estas asambleas tienden a minimizar los problemas sociales mediante principios

abstractos y leyes genéricas.

En una asamblea parlamentaria, el éxito de un discurso depende principalmente del

prestigio del orador y no de los argumentos que presenta. Cuando un orador desconocido

presenta buenos argumentos pero carece de prestigio, es probable que ni siquiera sea

escuchado. Utilizan medios de persuasión que incluyen el uso de palabras, frases e imágenes

impactantes para evocar imágenes vívidas y efectivas. Estas afirmaciones exageradas y

amenazadoras resultan efectivas para controlar y movilizar a las masas.

Cuando las asambleas parlamentarias alcanzan ciertos niveles de excitación, se

convierten en masas heterogéneas y sus sentimientos se vuelven extremos. Los individuos en la

asamblea pueden votar a favor de medidas que van en contra de sus intereses personales bajo

la influencia de la masa.

En conclusión, las masas son un conjunto de individuos que por medio de sugestión,

contagio y desindividualuzación adquieren nuevas características (positivas o negativas) que les

mueven a acciones o pensamientos distintos a las que el individuo podría llegar a hacer de forma

aislada. Se pueden encontrar ejemplos de masas en el ámbito político y las asambleas

parlamentaria.

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