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AREA: ESCUELAS FILOSFICAS Y CAMBIOS PARADIGMATICOS II

GRUPO: 6 - ESAP- CETAP MALAMBO – SEMESTRE 2 -2022


DOCENTE: FARID ALEJANDRO CARMONA ALVARADO
ESTUDIANTES: JORGE CORDOBA MEDINA –
DAILA MARIMON HERNANDEZ
JULIO MIZGER GOMEZ

ANALISIS
HISTORIA DE COLOMBIA – GUERRAS CIVILES
1850 – 1902

1. ANALISIS DEL CONFLICTO POLITICO INMERSO EN LAS GUERRAS CIVILES


EN LA HISTORIA DE COLOMBIA.

El conflicto civil de mayor trascendencia en la vida política de Colombia durante el siglo XIX fue el
de la llamada guerra civil de los Mil Días o de los Tres Años. La consecuencia más importante en el
corto plazo fue la desmembración del territorio nacional con la separación de Panamá en
noviembre de 1903. Además, dejó al Estado en ruinas, en términos fiscales y materiales, un número
elevado de muertos, odios heredados y un gobierno desacreditado en el ámbito nacional e
internacional. En cuanto a las causas esgrimidas por parte del partido que inició la guerra para
justificarla, dominan las visiones nacionales y generalizantes que ven en las motivaciones del
directorio nacional liberal y de algunos conservadores históricos los verdaderos orígenes de ella, a
saber: impuestos y trabas al comercio del café, emisión del papel moneda, poca o nula participación
en la vida política nacional y regional, censura de la prensa no oficial, la negativa a la reforma
electoral, malos manejos de los recursos del Estado, entre otras.

Una diferencia adicional estriba en que las victorias bloquearon el fortalecimiento de las
capacidades estatales, mientras que las negociaciones le abrieron camino a la construcción del
Estado. Después de cada guerra, el Ejército nacional se vio disminuido, bajó el gasto militar, se
permitió el armamento de civiles, se mantuvieron las prerrogativas regionales frente al poder
central, el Estado no pudo aumentar su capacidad fiscal y se prolongó la debilidad del aparato
administrativo

2. CONSECUENCIAS POLITICAS, ECONOMICAS, GEOGRAFICAS DURANTE


LAS GUERRAS CIVILES.

Un recorrido por los estudios que la historiografía nacional ha realizado sobre el tema de las
guerras civiles en el siglo XIX arroja como resultado por tanto, la existencia de una tradición
centrada en la historia social y económica que llegó en los años setenta. Desde entonces se
escribieron brillantes ensayos que dan cuenta de los principales aspectos que tienen que ver con los
conflictos armados. Esta fue una corriente historiográfica preocupada por abrirle espacio a nuevas
perspectivas para comprender el tema y tratar de superar las limitaciones de la 'historia tradicional'
centrada ante todo en las gestas heroicas de los generales y los políticos de la guerra. Se comenzó
así a superar una historiografía amarrada ante todo a la descripción de los detalles empíricos de las
contiendas bélicas, heredera del trabajo de aquellos que habían escrito las memorias de la guerra.
En los años más recientes ha comenzado a surgir una segunda ola de estudios sobre las guerras
civiles, la cual parte de las crónicas y la historia narrativa hasta la introducción del giro lingüístico y
el posestructuralismo en la investigación de la cuestión armada en el siglo XIX. Se puede indicar,
que a pesar de que el tema de la guerra en el siglo mencionado aún está a la espera de estudios más
sistemáticos y de mayor alcance, y que aún no se le haya dado la importancia necesaria a variables
como las espaciales para la comprensión de la temática, ya existe una tradición sobre la cual
construir nuevas perspectivas para el tratamiento de la guerra.

En el caso colombiano, la guerra desempeñó un papel múltiple, generó instituciones, (ejército,


justicia) y rompió lazos amistosos y corporativos, formó Estado, cohesionó grupos y sectores de la
sociedad, excluyó a otros, mejoró logísticamente el ejército, produjo ascenso social, afectó
negativamente el desarrollo económico, creó lazos de identidad nacional a través de los partidos, la
iglesia, instituciones, prácticas, discursos y formas asociativas, familias, ejército, clientelas, relaciones
de parentesco; asoció y polarizó en bandos a los colombianos; no creó suficiente presencia estatal
ni suficiente legitimidad. Polarizó a las gentes y las hizo percibirse como enemigas, mantuvo un
imaginario monista y autoritario a priori de una visión católica decimonónica del mundo, por lo que
hizo muy lento el proceso de secularización de la sociedad. (Tomado del libro de Luis Javier Ortiz, 2005)

3. COMPARATIVO DE LOS PERIODOS DE LAS GUERRAS CIVILES


COLOMBIANAS DESDE 1904 HASTA 2022.

En Colombia los estudios sobre la guerra, las guerras civiles y la violencia, parecen constituir una
tradición arraigada en las diversas ciencias sociales. Además de la literatura testimonial y los
informes de los bandos en lucha, los investigadores han indagado con diferentes direcciones y han
tenido en cuenta múltiples variables para tratar de describir y explicar los conflictos armados.
Quizás el periodo más estudiado tiene que ver con la violencia de mediados del siglo pasado y la
Independencia. Sobre estos periodos de la historia del país se ha producido un conjunto abigarrado
de estudios que arrojan luz sobre el fenómeno y que han servido como una especie de laboratorio
para analizar los conflictos del presente.

Que Colombia ha sido un país en guerra civil permanente, 1es una afirmación que no se discute y no
es del interés de este texto ponerla en tela de juicio; lo que sí podría resultar provechoso, es
interrogarse por un cúmulo de procesos de diversa naturaleza no bélica que acompañaron los
levantamientos armados y cumplieron las importantes tareas de darles sentido, significación y
horizontes de justeza, posibilidad e inevitabilidad a estos eventos violentos y que además
contribuyeron a hacerlos negociables o a encontrar maneras más o menos pacíficas de ponerle fin a
la predominancia de las armas.

Una mirada más comprensiva de las guerras civiles decimonónicas en Colombia, y quizá también en
América Latina, exigiría tener presentes los siguientes presupuestos:

Las guerras civiles no fueron solo enfrentamientos cruentos y violentos; choques de ejércitos rivales,
sangre derramada, cadáveres esparcidos, humo, incendios y destrucción; las guerras se desplegaron
también en múltiples esferas de la vida social, estuvieron imbricadas con los contextos sociopolíticos
–regionales, locales y nacionales– y tejidas con las relaciones de poder y dominio a las que
contribuyeron a redefinir y a configurar; esto quiere decir que sus dramáticas y sus gramáticas se
desplegaron hacia sectores, actividades y territorios que en principio no tenían relación con el
conflicto armado, pero que terminaban articulándose con él.

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