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LAS IGLESIAS DE APOCALIPSIS:

FILADELFIA Y LA FUERZA ESCASA

Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar;
porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. Apocalipsis 3:8
La ciudad de Filadelfia estaba situada en una zona de gran actividad sísmica, no eran sismos fuertes sino muy
repetidos, lo que perjudicaba las viviendas y tenía a los habitantes en constante alerta. Era tal la situación que
muchos se habían ido a vivir a las afueras, ya que existía el peligro, en la ciudad, de que una pared cayera de
pronto. Los que se animaban a vivir dentro sabían del valor de tener una puerta abierta de escape, en estos
casos.
En esta carta una de las cosas que Cristo dice de sí mismo es que es el que es verdadero, esta palabra, en el
original representa la idea de lo que es real. Él es la realidad. Estando en Cristo, vivimos en Su realidad, que es
opuesta a la que perciben nuestros sentidos físicos.
A esta iglesia se le ofrece una puerta abierta, lo cual es una invitación a cruzarla. Los de Filadelfia conocían el
valor de una puerta abierta que les permitiera salvar la vida. Cristo les ofrecía la puerta para pasar a Su
realidad, del lado natural de esa puerta, ellos tenían pocas fuerzas, del otro lado tenían fuerzas de búfalo; del
lado natural los judíos los amedrentaban y hostigaban, del otro lado esa gente estaba de rodillas, sin poder ni
autoridad sobre los cristianos fieles; del lado natural hay prueba y tribulación, pasando la puerta está la
protección del Padre.

La puerta está abierta para los siervos fieles, para los hijos. Para que no tengan que vivir en la irrealidad de este
mundo sino en lo verdadero, en la realidad del reino de Dios, donde toda necesidad está cubierta en Él: allí
somos sabios, fuertes, enriquecidos…

Parte de la promesa que se hace a esta iglesia es:

Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí… Apocalipsis 3:12a
La persona que ha logrado, con las escasas fuerzas que tenía, trasponer esa puerta y comenzar a vivir en la
realidad celestial, es inamovible y puede sostener el peso de la edificación del Reino en el lugar que Cristo le
asigne.
Para los postreros tiempos se necesitan cristianos que vivan la REALIDAD de Cristo, que venzan el sistema de
esa manera.
¿Serás uno de ellos?

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