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1
San Gregorio Magno, Homilías sobre los Evangelios, XVI, 1.
con qué justicia, hay que vencer las tentaciones del
demonio
Nuestra reacción frente a ellas (nº 142).
No es buena señal el asustarse de tener grandes y
graves tentaciones, y darles importancia desmedida,
por dos razones: 1ª, "El Cristo Total era tentado por el
diablo ya que en El eras tú tentado...Reconócete a tí
mismo tentado en El y reconócete también a tí mismo
victorioso en El...nuestro progreso se realiza por medio
de la tentación y nadie puede conocerse a sí mismo si
no es tentado, ni puede ser coronado si no ha vencido,
ni puede vencer si no ha luchado, ni puede luchar si
carece de enemigo y de tentaciones"2; 2ª, No os ha
sobrevenido tentación que no fuera humana, y fiel es
Dios, que no permitirá que seáis tentados sobre
vuestras fuerzas; antes dispondrá con la tentación el
éxito para que podáis resistirla (1 Cor 10,13).
4
San Juan de Ávila, Audi, filia, c. 10.
a) Las ilusiones que provienen de las
consolaciones. que suelen ser causa de gula espiritual,
fomentan a menudo la soberbia en forma de vana
complacencia, vanidad y presunción.
b) Las sequedades. causa de sufrimientos, de
desconfianzas, de desaliento y de titubeos en la vida
espiritual.
c) La inconstancia.
d) La excesiva solicitud. Otra fuente de
tentaciones en los principiantes proviene del
demasiado ardor y solicitud que ponen en la obra de
su perfección (se entiende que es un ardor
imprudente) que acaba por cansarlos y quedan
rendidos ante los esfuerzos inútiles. Esto proviene del
suplantar la actividad de Dios por la actividad propia.
Se trata de grandes pasos... pero fuera del camino. Se
junta en esto algo de presunción y de curiosidad.
e) Finalmente, una fuente importante de
tentaciones provienen de los escrúpulos